Las historias de desolación y resistencia en San Carlos, Antioquia
Hace 20 años, integrantes de las FARC-EP perpetraron la masacre de Samaná, una de múltiples acciones que provocaron el desplazamiento forzado en el territorio. Hoy, destacamos la resistencia de la población para sobreponerse a la violencia.Debido a amenazas de muerte, entre finales de la década de los noventa y comienzos de la década del 2000, por las tierras del corregimiento de Samaná se extendió un paisaje de desolación que marcó al municipio de San Carlos, en el Oriente antioqueño. Alrededor de 70 pobladores regresaron a su pueblo a principios de 2004, pero el 10 de julio de ese mismo año fueron ahuyentados por integrantes del Frente IX de las FARC-EP, quienes asesinaron a siete campesinos en una de las casas que permanecían abandonadas.
En conmemoración de esta fecha, desde el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) valoramos la resistencia que han liderado los habitantes de San Carlos para sobreponerse a la violencia y nos sumamos en el empeño de la comunidad por hacer memoria en pro de la dignidad y la no repetición del daño que hicieron diferentes grupos armados en este corregimiento.
#EfeméridesCNMH | Hoy se cumplen 20 años de la masacre perpetrada en el corregimiento de Samaná, en San Carlos (Antioquia), donde integrantes del Frente IX de las FARC-EP asesinaron a siete campesinos en una casa abandonada del pueblo 🧵. pic.twitter.com/CqLNLW6mVe
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) July 10, 2024
El terror por la masacre cometida en Samaná hace 20 años provocó el desplazamiento de más de 400 personas, según testimonios que aportaron a la construcción del informe San Carlos. Memorias del éxodo en la guerra. «Se llevaron a todos los hombres, a las mujeres no, y dijeron que si nos poníamos a hacer mucho escándalo que nos mataban a todos por parejo [...] pero mataron fue a los hombres, que porque estaban cultivando, estaban trabajando en las tierras», relató una mujer de la comunidad en esta investigación publicada por el CNMH en 2012.
Este hecho de violencia contra la población civil se cuenta dentro de las acciones de diversos grupos armados que apuntaron con sus armas hacia San Carlos, las cuales tuvieron como blanco a las centrales hidroeléctricas Punchiná, Playas y Calderas, que aprovechan el caudal de los ríos San Carlos, Guatapé y Nare para generar alrededor de la quinta parte de la energía en el país.
La historia de San Carlos también cuenta los esfuerzos por reconstruir una comunidad arrasada por la guerra. El Estado ha acompañado el proceso de retorno de las familias por medio de un plan de reparación colectiva desde 2014.
Entre 1998 y 2010, la guerrilla de las FARC-EP y varios grupos paramilitares cometieron 33 masacres en el municipio de San Carlos. La muerte de 219 personas en medio de estos hechos obligó a alrededor de 18 000 sancarlitanos —de una población estimada en 25 000 habitantes— a dejar sus casas para huir de la violencia. Según ha documentado el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC) del CNMH, 23 de esas masacres fueron perpetradas por paramilitares, seis por la guerrilla de las FARC-EP y las cuatro restantes por grupos sin identificar. Además, durante ese mismo periodo, se registraron 126 víctimas de asesinatos selectivos, 156 de desaparición forzada y 78 de minas antipersonal. Tal concentración de violencia provocó el abandono de 30 de las 74 veredas del territorio.
«La historia reciente de San Carlos podría condensar la historia del horror del conflicto en Colombia. Todos los actores armados con todas las estrategias de guerra han hecho presencia en este pueblo del Oriente antioqueño», se lee en la presentación del informe San Carlos. Memorias del éxodo en la guerra.
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Sin embargo, en la historia de este municipio sobresale la capacidad de sus habitantes para reconstruir una comunidad arrasada por los grupos armados. Es así como, a través de la institucionalidad local y nacional, el Estado ha acompañado el anhelo de las familias desplazadas por la guerra por retornar a sus tierras.
En este sentido, la alianza Medellín-San Carlos, estrategia promovida por la alcaldía de la capital antioqueña a finales de la década del 2000; las labores de desminado en 30 veredas entre 2008 y 2012; el plan de reparación colectiva desarrollado a partir de 2014, y un plan local para el retorno y la reubicación desde 2015, son algunas de las acciones que han aportado para que este pueblo vuelva a vivir después del asedio de la guerra.
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En sintonía con esos esfuerzos comunitarios y de las instituciones, el CNMH ha acompañado la iniciativa del Centro de Acercamiento, Reconciliación y la Reparación, la cual, en la actualidad, es un referente de resistencia, ya que se ha convertido en un lugar de memoria por la dignidad de las víctimas y la no repetición de la violencia que impactó a San Carlos y la región del Oriente antioqueño.
Les invitamos a conocer más sobre esta historia de resistencia en las páginas del informe San Carlos. Memorias del éxodo en la guerra, que cuenta la intensidad del desplazamiento forzado en este municipio y resalta, además, los procesos de organización de la comunidad para la reconstrucción social.