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CNMH

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© César Romero para el CNMH

Publicado

05 May 2015

Las huellas no deben estar en nuestro cuerpo

Esta vez no se conmemoraba una fecha exacta, un hecho victimizante específico ni un territorio concreto, la consigna de las víctimas era “¡Basta ya!” de la violencia en el conflicto armado contra todas las mujeres del país.


Desde muy temprano, el pasado jueves 30 de abril, varias mujeres víctimas de la Mesa de Participación Efectiva de Víctimas del Municipio de Pasto estuvieron en las emisoras radiales de la ciudad. El objetivo: invitar a los ciudadanos a la ‘Conmemoración a la mujer víctima del conflicto armado’. Para muchas era la primera vez que se escuchaban en un radio; y es que en aquel día para las mujeres de la mesa municipal muchas cosas eran la primera vez: fueron homenajeadas las organizadoras y hasta las maestras de ceremonia.

A las 2:00 p.m., en la Plaza de Nariño, la lluvia empezaba a disolver a los grupos de caminantes que pasaban por la zona. Aún así se daba inicio al evento, las víctimas tomaron los micrófonos e invitaron a los desprevenidos y a los asistentes a acompañarlas en la primera actividad: pintarse las manos de blanco para plasmar las huellas en la acera de la plaza. Cristina González, coordinadora de la Mesa de Participación Efectiva de Víctimas de Pasto, fue una de las primeras en poner la huella. “Las mujeres han sido victimizadas de muchas maneras y métodos, violencia que ha dejado huellas en nuestras vidas y nuestros cuerpos. Por eso queremos pasar esas huellas a un lugar público, porque las huellas no deben estar en nuestro cuerpo”, comentaba Cristina poco después de alentar a ciudadanos, niños y algunos hombres pertenecientes a la fuerza pública  a dejar sus huellas.

En la plaza, Cristina no pasaba desapercibida, pues es la primera transgénero en llegar a la coordinación de una mesa municipal de víctimas tras ser elegida días antes de la conmemoración que se celebraba. “Todo esto salió de iniciativa de nosotras, claro, con apoyo de varias instituciones, y es para poner los ojos en los enfoques diferenciales de los hechos de violencia. Por eso repartimos flores, colocamos exposición fotográfica, para contribuir a la memoria y a la reconciliación”,  expresaba Cristina.

El cielo sobre Pasto empezó a oscurecerse y los asistentes al evento se trasladaron al Teatro Imperial para ver la obra de teatro ‘Mercedes, el río que canta’, que hablaba de la mujer en el conflicto armado y sus luchas y resistencias en este.

Al finalizar, no faltaron los agradecimientos al apoyo institucional que la conmemoración tuvo. La alcaldía de Pasto, el Centro nacional de Memoria Histórica, la Personería Municipal, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional –USAID; la Organización Internacional para las Migraciones –OIM, y la Corporación Escénica de Pasta La Gagua, fueron nombrados dando fin al evento donde se conmemoraron las mujeres y sus luchas, todas aquellas que han vivido el conflicto armado, como las de Bahía Portete, las Madres de Soacha, y todas las que han llevado la batuta de la resistencia, la justicia y la verdad.



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