Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

24 Ene 2019

Lo que han costado las luchas sindicales del sector palmero en el Cesar

  • Entre 1971 y 2018 fueron asesinados 112 miembros de diferentes organizaciones sindicales de la industria de aceite de palma del Cesar, según una investigación realizada por Sintraproaceites, Fundesvic y el CNMH.
  • Un informe, una crónica ilustrada y una serie radial componen el proyecto “Y a la vida por fin daremos todo…”, que reconstruye la historia de trabajadores y extrabajadores de la agroindustria de palma de aceite de ese departamento.

Colombia es el cuarto productor de aceite de palma en el mundo y el primero en América Latina. La llegada al país de la palma de aceite de África, en la primera mitad del siglo XX, no solo permitió florecer el negocio de los jabones, detergentes y cosméticos. El arribo de estos gigantes de unos 20 metros de altura también está marcado por una estela de violencia, desplazamiento forzado, persecución y muerte, que los sindicalistas del Cesar no quieren que se olvide.

En el informe “Y a la vida por fin daremos todo…”, cerca de 80 integrantes de las organizaciones sindicales del sur y norte del Cesar reconstruyen las victorias, sacrificios y luchas sindicales de los trabajadores del sector palmero de este departamento. Este proyecto, conformado además por una crónica ilustrada y una serie radial, fue realizado por el Sindicato del Sector Palmicultor del departamento del César (Sintraproaceites), la Fundación de Apoyo y Consolidación Social para Desplazados por la Violencia en Colombia  (Fundesvic) y el Centro Nacional de Memoria Histórica.


  • “El regreso de la plantación: 2500 trabajadores a punto de explotar”.

  • Movilización sindical en San Alberto, años ochenta. Destacada participación de las mujeres organizadas en comités.

  • Sepelio de líder sindical, San Alberto, años ochenta.



    La llegada de la palma de aceite al Cesar está rodeada de muchos mitos. Pero todos coinciden en que las primeras semillas arribaron a los municipios de El Copey y Algarrobo, en el norte del departamento, a finales de la década del 50. Por esa misma época también se establecieron los primeros cultivos de palma en el sur del departamento, concretamente en San Alberto, lo que una parte de la población celebró pues significaba la reactivación económica de esa región. En cambio para otros, principalmente para los colonos que habían llegado a ese territorio años atrás, la llegada de la palma significó una disputa por tierras, compras a bajo precio y despojos realizados por la empresa promotora del cultivo. Años más tarde algunos periodistas hablarían de la “República Independiente de Indupalma”, haciendo referencia al particular régimen laboral que imperaba en la zona, a los problemas de tierras, al control de los gobiernos locales, y a la influencia política y económica de los empresarios palmeros en el alto gobierno y el poder judicial.

    Escuche aquí “La creación”, un podcast acerca del nacimiento de Sintraproaceites.

    Desde un comienzo, los nuevos habitantes de las plantaciones empezaron a mirar con reserva sus condiciones laborales. Y muy rápido, los trabajadores vinculados bajo la figura de contratistas empezaron a expresar su descontento. Las precarias condiciones laborales, su aspiración de ser contratados a término indefinido acabando con el régimen de contratistas, y los bajos salarios, desembocaron en una histórica huelga realizada entre el 16 de agosto y el 12 de septiembre de 1977. Gracias a este hecho se lograron subsanar las principales necesidades de los empleados del sector palmero, pero los líderes sindicales se convirtieron en el blanco de señalamientos y amenazas por “guerrilleros”, “sapos”, “acaba-empresas” y “acomodados”. Además, los logros de la huelga fueron empañados por el secuestro de Hugo Ferreira Neira, gerente de Indupalma, a manos de la guerrilla del M-19. La liberación del empresario fue supeditada por la guerrilla, a la aprobación del pliego de peticiones presentado por los trabajadores ante la empresa Indupalma.

    El 26 de octubre de 1986 dos impactos de bala provenientes de una escopeta doble cero y un revólver, acabaron con la vida del líder sindical Agustín Durán en el municipio de Minas; aún se desconocen los móviles y perpetradores de este asesinato. Él fue la primera víctima de una persecución armada, encabezada por los precursores de los grupos paramilitares, que entre 1971 y 2008 dejó 112 víctimas de asesinato selectivo en el sur y norte del Cesar. El Observatorio de Memoria y Conflicto, del Centro Nacional de Memoria Histórica, estima que entre 1958 y 2018 un total de 3.146 líderes sociales fueron víctimas de asesinato selectivo en Colombia.

    Escuche aquí “El difícil camino para la obtención del fruto”, un podcast sobre los impactos de la violencia contra los miembros y exmiembros de Sintraproaceites.

    El próximo septiembre se cumplen 42 años de la histórica huelga de 1977. Y a pesar de que algunos tipos de violencia desaparecieron con el proceso de desmovilización de los grupos paramilitares, los miembros y exmiembros de Sintraproaceites siguen luchando en contra de los estigmas construidos contra la organización sindical y sus afiliados, y también por el cumplimiento de las convenciones colectivas de trabajo y la formalización de los trabajadores empleados a través de cooperativas.

    Escuche aquí “La vulnerabilidad del sindicalismo”, un podcast que ahonda en los estigmas y acusaciones que rodean a quienes han pertenecido a Sintraproaceites.

    Recorra la historia completa de esta comunidad a través de una crónica ilustrada y un informe que desde hoy podrán ser consultados.

     

    Publicado en Noticias CNMH