Los jóvenes de Montería llevaron su sabor a Potosí e intercambiaron experiencias comunitarias

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Publicado

18 agosto 2022

Los jóvenes de Montería llevaron su sabor a Potosí e intercambiaron experiencias comunitarias

  • Los niños, niñas y adolescentes del barrio Villa Jiménez, en la capital de Córdoba, estrenaron el documental «Una vida de porro con sabor a mujer», en el Potocine de la localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá.
  • En el encuentro, propiciado por el Centro Nacional de Memoria Histórica, las madres de uno y otro grupo de jóvenes contaron su gestión comunitaria para lograr el acceso al agua potable o la construcción de espacios de esparcimiento colectivo en sus vecindarios.

Imaginaban que se encontraban muy lejos, pero resulta que estaban más cerca de lo que pensaban. Aproximadamente 750 km los separan geográficamente, pero los unen los procesos comunitarios que han, literalmente, levantado sus barrios en Montería y Bogotá, y los han hecho liderar iniciativas culturales como las que el pasado domingo presentaron mutuamente en el Potocine, en la localidad capitalina de Ciudad Bolívar.

Villa Jiménez, en Montería, y Potosí, en Bogotá, sí que saben de autogestión. El desplazamiento forzado en diferentes ciudades de Colombia los llevó a convertirse en barrios de acogida, creados a fuerza de la necesidad de encontrar un lugar para habitar. Allí aprendieron a “luchar” por el agua potable, en el primero, y ahora esperan el gas natural. También, a construir canchas en suelo plano, desafiando la geografía de los cerros bogotanos. Y a crear salas de cine comunitarias, como el Potocine, todo un referente de iniciativas culturales gestadas y sostenidas por la acción de la comunidad.

Fue allí, precisamente, donde se dio un encuentro propiciado por el Centro Nacional de Memoria Histórica -CNMH- entre dos comunidades con las que ha venido trabajando la entidad. Un espacio en el que se encontraron los niños, niñas y adolescentes de uno y otro vecindario, y sus madres, para presenciar el estreno de «Una vida de porro con sabor a mujer», un documental impulsado por la Fundación Piedritas a la Ventana, que hace presencia en Villa Jiménez, y donde crearon La Villa Audiovisual, un proceso que ha convertido a chicos y jóvenes en productores y realizadores audiovisuales.

Gracias a este impulso, tocaron las puertas del Centro Nacional de Memoria Histórica -CNMH- con una idea clara: usar la figura de un personaje femenino emblemático como hilo conductor de un documental. Todo se fue transformando a lo largo de los talleres que el equipo de la Estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH fue proponiendo: una rueda de porro, una actividad de stop motion con muñecos de plastilina y la creación de una bitácora personal en la que cada niño reflejó sus percepciones acerca de María Varilla, la mítica mujer a la que le cantan decenas de porros, trabajadora y sindicalista, y en quien empezaron a ver reflejadas a sus madres.

Todo esto lo narraron los habitantes de Villa Jiménez en el conversatorio posterior al estreno del documental. También fue el espacio ideal para que los jóvenes de Potosí -la segunda generación que vive la efervescencia audiovisual- proyectaran uno de sus cortometrajes, e intercambiaran sensaciones acerca de sus procesos detrás y delante de la cámara.

Marlyn Copete, una de las lideresas de Villa Jiménez, contó la experiencia de la gestión del agua potable en el barrio monteriano, en el recorrido por Potosí, y destacó la importancia de la relación entre vecinos para poder lograr objetivos comunitarios. “Fue duro [el desplazamiento], pero chévere [llegar a Montería] porque es una experiencia muy buena como vecindario. Y adaptarme a estos entornos de María Varilla… ¡No sabía nada! Eso fue con la Fundación. No bailaba el porro, pero a través de mi hija, que se llama Luciana, que me decía: “Ay mami, ponte la falda” …. Me puse la falda y aquí estamos”.

“(…) Fue muy emotivo porque es algo que es de admirar. Somos jóvenes que estamos en un lugar donde las posibilidades y oportunidades para esto son muy pocas, y llegar hasta acá a presentar algo que nosotros mismos creamos, que nosotros mismos hicimos, es algo muy satisfactorio y me siento orgullosa de mí misma”, contó Alejandra Álvarez, integrante de La Villa Audiovisual.

El evento que integró a las comunidades de Potosí y Villa Jiménez terminó con un toque de tambora, y la certeza en cada niño, niña y adolescente de que sus proyectos audiovisuales pueden cruzar fronteras inimaginables.

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