Noticia

Autor

Juan José Toro

Fotografía

Red Colombiana de Lugares de Memoria

Publicado

26 Oct 2018

Los lugares de memoria aportan a la verdad

Entre el 2 y el 5 de octubre, el Museo de Memoria Histórica de Colombia participó en “Latinoamérica por la Verdad”, un espacio que reunió a 60 lugares de memoria de 12 países en San Carlos, Antioquia. La sede fue el Centro de Acercamiento para la Reconciliación (CARE), una construcción que años atrás sirvió de base para narcotraficantes y paramilitares, pero que la comunidad tomó y resignificó desde 2008.


Los representantes de esos lugares, que llegaron al oriente antioqueño desde Argentina, Brasil, Chile, El Salvador, Guatemala, Haití, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y otras regiones de Colombia, se encontraron con miembros de la Comisión de la Verdad de este país para ofrecerles su apoyo y experiencia en la reconstrucción de memorias y el trabajo organizativo que durante años han hecho en las regiones.

En Colombia, a diferencia de otros países que han sacado adelante comisiones de esclarecimiento, los lugares de memoria nacieron mucho antes que las instituciones de los gobiernos dedicadas a esa labor. “Cuando no queríamos que el miedo nos encerrara y acabara con nuestras tradiciones”, dijo Jairo Quiroz, de San Jacinto, Bolívar. En medio de la guerra, hombres y mujeres vieron la necesidad de buscar espacios para denunciar lo que pasaba, lugares de encuentro que también sirvieron para reparar los tejidos que rasgó la violencia.

“La importancia de los lugares de memoria es que nacen de la sociedad civil y son donde está la verdad de lo que le pasó a la gente en los territorios. En esta coyuntura, por ejemplo, estos lugares van a ser protagonistas en el trabajo de la Comisión de la Verdad, porque aquí nosotros decimos qué pasó, cómo pasó, cómo nos vemos en los territorios”, dijo Orlando Carreño, investigador del Centro de Memoria del Conflicto y coordinador del nodo andino de la Red Latinoamericana de Sitios de Memoria.

Esos procesos de memoria, que cobijan desde la Sierra Nevada de Santa Marta hasta La Chorrera, en el Amazonas, tienen archivos llenos de relatos, conocen las particularidades de cada territorio y tienen legitimidad frente a las víctimas. Es necesario que la Comisión y las demás instituciones creadas a partir del Acuerdo de Paz reconozcan la importancia del trabajo que se ha hecho en los territorios y puedan construir sobre esa base.

“Debemos llegar a una verdad que nos permita recogernos a todos los colombianos”, dijo el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión, “que no sea una verdad que nos parta y que nos rompa”. Esa unión alrededor de la verdad será posible a raíz del trabajo colectivo que han fortalecido las organizaciones. La Red Colombiana de Lugares de Memoria y la Red de Sitios de Memoria Latinoamericanos y Caribeños, ambas participantes de este encuentro, son solo dos ejemplos.

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    Red Colombiana de Lugares de Memoria


    Tras reunirse en mesas de trabajo y compartir experiencias durante varios días, los lugares entregaron sus recomendaciones para la Comisión de la Verdad entre cantos, rituales y representaciones artísticas de comunidades negras, campesinas, urbanas e indígenas. Fue una muestra de las distintas formas en las que se ha narrado la memoria en Latinoamérica. Este encuentro, además del llamado a la Comisión, sirvió para fortalecer los lazos entre decenas de lugares de memoria que comparten dolores pero también capacidad y valentía para contar la verdad de lo sucedido durante el conflicto.


    Publicado en Noticias CNMH

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