Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

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Publicado

11 agosto 2020

“Los mayores han mostrado su afán por contar su historia del conflicto”: Héctor Tabares

En agosto, mes del Envejecimiento y la Vejez, publicaremos una serie de entrevistas con líderes y lideresas mayores para resaltar su papel en la construcción de memoria histórica.

En el Centro Nacional de Memoria Histórica estamos comprometidos con dar visibilidad y apoyar las voces y las iniciativas de las personas mayores. En el mes del Envejecimiento y la Vejez, una conmemoración promovida por la administración distrital de Bogotá, compartiremos con ustedes una serie de entrevistas con líderes y lideresas mayores, en las que señalan los mayores retos de esta población, desmontan imaginarios y hablan de sus apuestas para la construcción de paz.

Empezamos con Héctor Tabares, quien lidera la Corporación Asuntos Mayores y es una de las voces que más insiste en la necesidad de hacer memoria con las personas mayores víctimas del conflicto. En nuestro libro de crónicas Ojalá nos alcance la vida, Héctor escribió: “Para romper en el imaginario colectivo el estereotipo de que ‘la vejez es el acabose’, nos interesaba mostrar cómo nuestra población mayor afrontó los múltiples obstáculos que se les presentaron”. En esta charla habló sobre la necesidad de incluir esas voces en el debate nacional.

 

¿Por qué es importante que la sociedad reflexione sobre el envejecimiento y la vejez?

“Es importante que se piense la vejez y el envejecimiento porque, como la sociedad será cada vez más vieja por el descenso de las causas de mortalidad y la disminución de la natalidad, los años acumulados representan una construcción social y biográfica importante. Son momentos de la etapa humana que, como las anteriores etapas de la vida, tiene necesidades, limitaciones, cambios, pérdidas, capacidades, oportunidades y fortalezas humanas”.

 

¿Qué imaginarios hay que desmontar sobre las personas mayores?

“La vejez no es una etapa de enfermedad o deterioro físico, porque los niños, los jóvenes y los adultos también se enferman. No es una etapa marcada por el deterioro intelectual y sensorial; todas las personas tienen capacidad de aprender a lo largo de toda su vida. No es una etapa de testarudez y rabietas. Hay personas que son así a lo largo de su vida y, con el paso de los años, hay rasgos de personalidad que se mantienen y se refuerzan en la vejez.

No todas las personas envejecen igual. Es un proceso individual marcado por el estilo de vida de cada persona. No es una etapa de aislamiento social. No hay pérdida de la sexualidad: la sexualidad es una condición que permanece toda la vida de los seres humanos y depende de la salud, de los deseos y de la función genital. No es una etapa de improductividad, pues esta depende de los objetivos que uno se haya trazado en la vida”.

 

Desde su experiencia con Asuntos Mayores, ¿cuáles son los retos de abrir espacios para que la sociedad escuche y dialogue con estas voces?

“Mi experiencia desde hace casi diez años con Asuntos Mayores, donde proponemos una mirada a la vejez como una etapa de soluciones y no de problemas, me da herramientas para deducir que solo se abrirán espacios en la sociedad para una escucha y un diálogo con las voces mayores cuando se conozca desde la escuela el papel del anciano a través de la familia, de la sociedad, de la historia: cómo ha cambiado su papel en la familia, en la sociedad y en la historia de la humanidad. Una vez se tenga este conocimiento histórico, aprenderemos a tener una mirada más positiva sobre nuestros mayores en la sociedad y pensar en soluciones constructivas hacia un futuro mejor”.

 

¿Por qué es especialmente importante escuchar las memorias de las personas mayores víctimas del conflicto?

“Es el tema en el que me ocupo ahora. Nuestra Corporación Asuntos Mayores tiene como tarea central sensibilizar al país sobre el impacto del conflicto armado en las personas mayores. El informe ¡Basta ya!, del CNMH, habla de que los adultos mayores han mostrado su afán por contar su historia en el conflicto. Para ellos, los ejercicios de memoria han llegado tarde, muchos ya no están; cuando los estudiosos llegan para escucharlos, los viejos ya no están y sus testimonios se están perdiendo. Nosotros queremos hacer comprender, desde las voces de los viejos y viejas que son decisivos, los procesos de reconstrucción de la memoria histórica para hablar de lo que han sido las sucesivas violencias y generar conciencia para que no se repitan”.

 

¿Qué acciones son necesarias desde el Estado y la sociedad para promover los liderazgos y fortalecer las organizaciones de personas mayores?

“Es necesario que el presidente de los colombianos sancione pronto el proyecto de ley que la Cámara de Representantes aprobó la semana pasada: la adhesión de Colombia a la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las personas mayores, adoptada en Washington el 15 de junio de 2015. Con esa adhesión, los adultos mayores de 60 años asegurarán el goce efectivo de los derechos y libertades fundamentales. De esta manera, las organizaciones que trabajamos por esa población contaremos con un instrumento jurídicamente vinculante que soporte nuestro hacer de divulgar, promover, proteger y asegurar goce y ejercicio de igualdad de los adultos mayores. Y algo importante: hacer seguimiento estricto a las disposiciones o deberes sobre la implementación de políticas públicas en favor de los adultos mayores a cargo del Estado colombiano, que garantizarán sus derechos fundamentales”.

 

¿Cómo garantizar los derechos y apoyar a las personas mayores en medio de esta pandemia, sabiendo que son población especialmente vulnerable?

“La ONU ha dicho que, en el contexto de la discriminación por edad, la pérdida de autonomía, las disparidades en la protección social y la atención médica durante la covid-19, para las personas mayores la crisis está exacerbando las brechas existentes en la protección de los derechos humanos y sociales, así como los desafíos económicos. Entonces, ‘¿qué hacer, güevón?’, como diría mi filósofo de cabecera, Rigoberto Urán. Pues ‘defender ahora los derechos de las personas mayores’, como dijo Rosa Kornfeld-Matte, la experta independiente de la ONU”.

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