El sabor del porro sabanero, una de las más significativas expresiones artísticas y culturales del departamento de Córdoba, llegará a Bogotá y se hará sentir con fuerza en el Potocine de Ciudad Bolívar. De la mano de la Fundación Piedritas a la Ventana, y con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica, los niños, las niñas y los adolescentes del barrio Villa Jiménez, en Montería, presentarán el documental «Una vida de porro con sabor a mujer».
El audiovisual, que se estrenará el próximo domingo 14 de agosto, a las 10 a. m., es una pieza que plasma cómo los chicos y chicas de Villa Jiménez investigaron sobre la vida de María Varilla, para hallar similitudes con las historias de sus madres. La Sala de Cine Comunitario del barrio Potosí, Potocine, es el lugar que acogerá la proyección y posterior conversatorio.
María Varilla, que ha inspirado porros clásicos, como el que lleva su nombre, fue una mujer que vivió en la Montería de principios del siglo XX. Se sabe que era oriunda del municipio de Ciénaga de Oro, en Córdoba, pero fue en la capital del departamento que pasó la mayor parte de su vida. Allí se hizo célebre por sus aportes a la música local y por su participación de procesos comunitarios en torno al trabajo doméstico de las mujeres, ya que ella fue una lavadora y planchadora que perteneció a la Sociedad de Obreras Redención de la Mujer.
Con la figura de este personaje como eje, y de la reconstrucción histórica de su memoria, la Fundación Piedritas a la Ventana busca, a su vez, hacer memoria de las mujeres desplazadas que se convirtieron en lideresas de Villa Jiménez, mientras se habla de sus propios relatos y experiencias. El documental pretende mostrar rasgos de la identidad de la mujer cordobesa y del porro como expresión musical autóctona. Y como mensaje central de esta historia, las promotoras de esta iniciativa de memoria histórica, apoyada por el CNMH, quieren dar cuenta del valor de la mujer para enfrentar retos y adversidades a partir de sus capacidades y de la fortaleza que otorga la cultura regional.
Todo esto, a través de una investigación que reconstruye la historia del barrio Villa Jiménez y el relato de las resistencias y los procesos de resiliencia de las madres de los niños, niñas y adolescentes que participaron en el audiovisual, quienes tras procesos de desplazamiento producto del conflicto armado, reconstruyeron sus vidas en este barrio de invasión: allí se transformaron sus costumbres y obtuvieron nuevos aprendizajes.
“Yo considero que mi madre es una María Varilla porque es una mujer guerrera, luchadora, trabajadora, que nos ha sabido sacar adelante a pesar de todas las dificultades que año tras año han venido transcurriendo, y ha sabido afrontarlas de la mejor manera”, señala en el documental Orney Tapias, un joven habitante de Villa Jiménez.
“Yo creo que mi mamá -dice también en la pieza audiovisual la niña Valerie Díaz- es una María Varilla porque es una mujer guerrera, sonriente, que ama la cumbia. Guerrera porque me sacó a mí adelante, sola. La identificaría porque defiende a la comunidad LGBT y también defiende los derechos”.
Testimonios como estos, acompañados de la narración de los niños y niñas de Villa Jiménez, junto con imágenes del barrio y algunos dibujos que ellos realizaron dentro del proceso, hacen parte de este documental de reconstrucción de memoria por medio de un personaje icónico y trascendental de la cultura popular de Montería, que visibilizan las fortalezas y luchas de las mujeres víctimas del conflicto en esta parte del país.
¿Cómo nació la idea del documental?
«Una vida de porro con sabor a mujer», que apoya el CNMH como una iniciativa de memoria histórica, surgió a partir de un proyecto adelantado por la Fundación Piedritas a la Ventana en el sur de Montería, con el propósito de dar a conocer historias individuales y dar visibilidad a María Varilla.
Esta organización sin ánimo de lucro de carácter privado buscar aportar al desarrollo integral de diversas comunidades y a la reconstrucción del tejido social en torno a temas como: construcción de paz y posconflicto; resolución alternativa de conflictos; reconstrucción de memoria histórica y creación de escenarios para la paz; construcción de medios de comunicación alternativos, perdón y reconciliación; veedurías ciudadanas y asociatividad; derechos humanos; responsabilidad ambiental y desarrollo sostenible; derechos sexuales. Lo anterior, a través de los distintos frentes del arte, la cultura, el deporte, el diálogo, el empoderamiento, la formación y capacitación.
Fue así como llegó la idea de reconstruir la memoria histórica de la vida de María Varilla, paralelo a la historia del barrio Villa Jiménez y de las lideresas de la comunidad a través de los ojos de sus hijos.