La convulsionada y frenética historia de Berlín ha dejado huellas profundas y visibles en la ciudad, pero especialmente en la sociedad: lejos están los tiempos en que la mayoría de los alemanes, que durante los años inmediatos después de la Segunda Guerra Mundial no hablaban de lo sucedido, callaban como queriendo olvidar o negarlo todo. Al contrario, el país centroeuropeo es hoy un referente mundial en el tema de la memoria histórica, archivos, memoriales, museos, pedagogía y leyes que amparen estos procesos de reivindicación y resistencia al olvido.
Es por eso que para la conmemoración de los 25 años de la caída del Muro de Berlín, próximos a cumplirse este 9 de noviembre de 2014, surgen iniciativas de memoria histórica artísticas y deslumbrantes –literalmente- que llaman la atención de berlineses y personas de todas partes del mundo por igual. Tal es el caso del proyecto LICHTGRENZE (frontera de luz), organizado por el Kulturprojekte Berlin GmbH, que consiste en una instalación de 8000 globos de helio luminosos, que trazan la frontera de 15,3 kilómetros por donde el muro dividía la ciudad. Es un recordatorio a la vez artístico, hermoso y llamativo para conmemorar a las víctimas y reflexionar sobre el pasado para que no se repita.