Por: Reina Lucía Valencia V. Dirección de Acuerdos del CNMH
Entre los años 2003 y 2006 se desmovilizaron, colectiva e individualmente, 35.317 combatientes paramilitares en el marco de la negociación entre el Gobierno Nacional y las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). De estos, 4.588 paramilitares fueron postulados a la Ley de Justicia y Paz (Ley 975 de 2005).
Sin embargo, la situación jurídica de los llamados “paramilitares rasos” generó la necesidad de un marco jurídico adicional, el cual se desarrolló por medio de la Ley 1424 de 2010, por la que se dictaron disposiciones de justicia transicional para conceder beneficios jurídicos a dichos excombatientes, condicionados a su contribución a la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas.
La Ley 1424 de 2010 busca cumplir dos objetivos esenciales: la reintegración de las personas desmovilizadas a la sociedad a cargo de la Agencia Nacional para la Reintegración y la Normalización (ARN) y la contribución a la satisfacción del derecho a la verdad de las víctimas y de la sociedad en general, dentro del mecanismo no judicial de contribución a la verdad diseñado e implementado por el Centro Nacional de Memoria Histórica a través de la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV).
Las garantías jurídicas que brinda la Ley 1424 para las personas desmovilizadas de las AUC están condicionadas al cumplimiento de unos requisitos: 1) vinculación a la ruta de reintegración 2) prestación de un servicio social en favor de la comunidad y 3) contribución a la verdad y la memoria histórica. De igual forma, es necesario que, en razón de su participación y permanencia en el grupo paramilitar no hubieran cometido crímenes graves. De esta manera, los jueces podrán concederles el beneficio de la libertad, pero sin suspender el proceso penal ordinario al cual deben estar sometidos.
El mecanismo no judicial de contribución a la verdad
Desde mayo de 2012 la DAV ha sido la responsable de diseñar y aplicar el mecanismo no judicial de contribución a la verdad, llamado Acuerdos de Contribución a la Verdad Histórica y la Reparación. Este acuerdo es un documento de compromiso de cada desmovilizado para garantizar el aporte a la verdad histórica sobre los graves hechos de violencia que configuraron el fenómeno paramilitar y contribuir al proceso de reconciliación nacional. Luego de suscribir dicho acuerdo, el desmovilizado debe suministrar en un documento anexo su información personal y la relacionada con su vinculación al grupo armado. Terminado este proceso, la ARN remite el Acuerdo y su anexo al CNMH para que se dé inicio al proceso no judicial de contribución a la verdad.
La Dirección de Acuerdos del CNMH aplica el mecanismo no judicial, entrevista al desmovilizado, valora su testimonio y certifica su contribución a través de un documento que se entrega al finalizar el proceso de Acuerdos de Contribución a la Verdad. Las certificaciones podrán ser positivas si la contribución entregada por el desmovilizado firmante es significativa; o negativa si no asiste a las citaciones, no realiza las entrevistas o no aporta información coherente y verídica.
Desde la expedición de la Ley 1424 de 2010 hasta Marzo de 2019, la Dirección de Acuerdos del Centro de Memoria ha acopiado, sistematizado y analizado 13.757 testimonios de las personas desmovilizadas, procedentes de los grupos paramilitares, contribuyendo con ello a la construcción de la verdad histórica en el país.
Muestra de este ejercicio de contribución a la verdad, es el siguiente relato, donde un desmovilizado cuenta cómo se realizó un homicidio público en el corregimiento Las Delicias (Tolima), ordenado por alias Chirri. Para sembrar terror y conservar el orden, los paramilitares asesinaban públicamente a sus detractores:
“(…) Entrevistado: Pues en el caserío una vez si se mató a un señor. Eso lo mató el comando Chirri (…) En Delicias. Ese señor si ahí se reunió toda la gente para que se diera cuenta que por qué lo mataban. Un domingo como a la una de tarde, el señor era informante de la guerrilla, subía a Delicias para llevarle información a la guerrilla. Entonces se dieron totalmente cuenta. Entonces (…) se le pidió que se fuera, el comando Juancho le pidió que se fuera y nunca lo hizo y una vez que el comando Juancho estaba en vacaciones aprovecharon el momento para matarlo (…) Delante de todo el caserío para que se dieran cuenta de que lo que hablábamos no era [mentira] (…) pues muchas veces la gente por lo que (…) Juancho era una persona que no mataba a nadie, solo que se fuera la persona. Entonces, eso lo hicieron fue como para darle miedo a la gente, matar al señor delante de todo el mundo, que por qué lo mataron, porque era informante. Eso siempre se escuchó. Y entonces ya cuando el comando Juancho llego de vacaciones, eso fue el problema más tenaz (…)” (CNMH, persona desmovilizada, entrevista, Acuerdos de la Verdad, 2013, 10 de octubre).