“La memoria se construye, no se recupera, pues no es algo que ya esté hecho. Se construye con preguntas, buscando respuestas al por qué de lo sucedido” Con estas palabras comenzó su intervención Pura Sánchez, investigadora invitada desde España y quien se ha dedicado a estudiar la represión durante la guerra civil española en 1936 y la dictadura franquista, periodo en el que según la Plataforma de Víctimas de Desapariciones Forzadas por el Franquismo, fueron desaparecidas 140.000 personas.
Martha Nubia Bello, mujer que tiene a cargo el reto de dirigir el Museo Nacional de la Memoria, continuó el panel. “La memoria debe ser entendida como elemento de resistencia, justicia, legado y duelo”, además agregó: “este Museo debe ser un espacio para que todos reaccionemos y nos indignemos, nos horroricemos y nos hastiemos de una guerra que se ha extendido por más de medio siglo”.
Luego, Olga Sánchez Gómez de la Casa de la Mujer tomó la palabra y destacó la responsabilidad que tienen las mujeres para entregar a las presentes y futuras generaciones colombianas un país en paz. “La paz es nuestro bien supremo” indicó. Y es que con 12 exposiciones, 42 talleres sobre “cuerpo territorio y violencia”, la formación en temas de derechos humanos de aproximadamente 83.000 mujeres colombianas y el fortalecimiento de 630 organizaciones y grupos de mujeres en diferentes departamentos del país, la Casa de la Mujer se ha convertido en una de las principales organizaciones que trabajan por la memoria del país.
Finalmente, Marina Gallego, coordinadora Nacional de la Ruta Pacífica de las Mujeres, se pronunció en nombre de su organización para respaldar el actual proceso de paz que se adelanta en La Habana: “Reconocemos y valoramos la disposición para superar las situaciones que en medio de la guerra se han presentado y los avances logrados hasta ahora en los puntos del acuerdo, especialmente aquellos que están relacionados con aspectos humanitarios, y que contemplan la incorporación de las mujeres como la subcomisión de género y la comisión de la verdad y el esclarecimiento del conflicto armado, pues somos más las mujeres que hemos optado por mantener el imperativo ético de cuidar la vida, construir y pactar la paz.
Las ponentes llegadas de distintas partes del país y por fuera del territorio nacional, destacaron la importancia de incluir el enfoque de género para el ejercicio de reconstrucción de memoria., señalando que no son solo sujetos de investigación, sino protagonistas de la historia, con voces y narrativas que deben aparecer en la historia del conflicto armado colombiano.