En esta entrevista nos adelantó de lo que hablará esta tarde.
En medio de su carrera periodística ¿alguna víctima la ha buscado porque necesita una de las notas que usted escribió o de los archivos con los que las sustentó?
“Sí, muchas veces, tanto que en El Meridiano de Córdoba, donde trabajé por más de 16 años, me llamaban ‘la periodista que habla con las víctimas’.
Es que más de una vez me pasó que yo veía que a las víctimas les faltaba algún papel y yo se los ayudaba a conseguir. Una vez me encontré con el caso de un hombre que fue asesinado y que dejó 14 hijos. Ellos me decían que eran dueños de unas tierras pero que los papeles estaban en Turbo y que ellos no se podían aparecer por allá. Entonces fui hasta Turbo y se los conseguí y les expliqué qué tenían que hacer para lograr la restitución de sus tierras. Armé con ellos unas pequeñas fichas para que ellos comprendieran y me fui para mi casa. Al día siguiente me di cuenta, “¡miércoles!, necesito esos documentos porque esa es la historia.
También han buscado mis archivos los profesores y estudiantes que se constituyeron como víctimas en la Universidad de Córdoba, y unas comunidades en Valencia, que buscaban toda la relación de propiedad de la hacienda Las Tangas (base paramilitar de los hermanos Castaño Gil en Córdoba), yo tenía ese documento entre mis archivos”.
¿Y cómo es su archivo?
“Antes eran varias cajas de cartón sin ningún orden, pero del 2004 para acá, que empecé a investigar para mi libro, decidí ponerles orden. Tengo mis archivos en carpetas ordenadas por temas y guardados en varios muebles en Montería. Allí hay información de algunos casos de despojo de tierras en Córdoba, sentencias, contratos, el historial de los registros de propiedad de algunas tierras, casetes con entrevistas, etc.
Alguna parte ya la tengo escaneada y en la nube. Allí tengo unas fichas descriptivas que me permiten buscar fácilmente información. Por eso, a veces todavía me llaman de El Meridiano a preguntarme por documentos”.
Pero muy pocos periodistas son tan ordenados con sus archivos…
“Sí, es una obsesión que tengo. Muchas veces mis compañeros me miraban y me decían ‘¡estás loca!’, y yo les respondía: ‘esto me facilita la vida’. Es que son muchos años de reportería que no se pueden perder. Y como yo, hay muchos otros periodistas que tienen mucha información guardada en sus escritorios…”
¿Y qué tan factible ve que los periodistas compartan sus archivos?
“Es una tarea dura en Colombia. Es que a nosotros los egos nos matan, es necesaria una labor de convencimiento. Una buena forma sería ofreciéndoles ayuda para organizar sus archivos”.
El tema es complicado, fíjese que entidades como la Biblioteca Nacional no se atreven a digitalizar los archivos de la prensa reciente porque está protegida por Derechos de Autor y es una lástima porque víctimas de todo el país podrían beneficiarse de que esta información fuera de acceso masivo… ¿qué piensa usted de eso?
“Pienso que si uno decide ser periodista es porque uno desea acercarse a las personas de una manera transparente y trabajar con un bien público. El periodismo es un bien público y tiene una responsabilidad con la sociedad y con la historia, eso no puede irse a un lugar con candado al que acceder tenga un precio”.
¿Cree que los medios se podrían beneficiar si abrieran sus archivos para la consulta masiva?
“Yo creo que sí, y si pensáramos un proyecto, así como una gran hemeroteca digital de Colombia, sería maravilloso y podría estar integrado a la Ley de acceso a la información. Cuando una persona quiere contextualizar un hecho, ¿qué es lo primero que hace?: Va a los archivos de los medios de comunicación, pero a veces acceder a estos es complicadísimo.
Los medios no pueden olvidar que se deben al público que los consume. Yo tengo la teoría de que para sobrevivir a este mercado tan cambiante, los medios tienen que pensar cómo le ayudan a los ciudadanos. En mi opinión la forma de ayudarles es haciendo un periodismo que les explique cosas, y un periodismo al cual puedan tener acceso”.
Los otros ponentes del conversatorio serán:
Carolina Botero. Experta en acceso a la información. Dirige el grupo de trabajo en Derecho, Internet y Sociedad de la Fundación Karisma y es co-líder de Creative Commons en Colombia. Abogada con maestrías en Derecho Internacional y de la cooperación y en Derecho de comercio y la contratación.
Luis Rodolfo Escobedo. Asesor del Observatorio Nacional de Memoria y Conflicto del CNMH. Licenciado en ciencia política con diploma de estudios avanzados en sociología. Ha sido consultor del entonces Observatorio del Programa Presidencial de derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario (hoy Consejería Presidencial), consultor de la Subdirección de Prevención y Atención de Emergencias de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas y del Centro de Estudios y Análisis en convivencia y seguridad ciudadana de la Alcaldía de Bogotá. También ha sido consultor externo en la Fundación Ideas para la Paz.
Gloria Castrillón. Periodista con estudios de maestría en asuntos internacionales y resolución de conflictos. Es editora de investigaciones de la revista Cromos, con 20 años de experiencia en medios escritos y online. Se ha dedicado en los últimos años al cubrimiento del conflicto armado y las negociaciones de paz con las Farc, el Eln y las Auc.
La moderación estará a cargo de Álvaro Sierra, periodista, profesor y conferencista en temas de medios, paz, conflicto y drogas ilícitas. Tiene cerca de 30 años de experiencia en cubrimiento y análisis de conflictos armados.