«Memorias que brotan»: un taller para sanar el territorio desde los saberes ancestrales

 

A través de preparaciones artesanales, ejercicios narrativos y saberes ancestrales, las comunidades de San José de Fragua construyeron kits de autocuidado y relatos colectivos que simbolizan resistencia y esperanza. Este espacio, acompañado por el CNMH, se inspiró en el «Jardín de hierbas para la memoria».

En San José del Fragua, Caquetá, el Centro Nacional de Memoria Histórica acompañó la realización del taller «Memorias que brotan: plantas, territorio y reconciliación», un proceso que entrelazó la memoria histórica con los saberes ancestrales y las prácticas de sanación comunitaria. A través del contacto con plantas medicinales, la construcción de mándalas, la elaboración de preparaciones artesanales y la escritura colectiva, las y los participantes resignificaron sus recuerdos vinculándolos con el territorio, la espiritualidad y la vida cotidiana. La iniciativa, inspirada en el «Jardín de hierbas para la memoria» de Inzá, Cauca, buscó fortalecer procesos de reconciliación comunitaria y autocuidado desde una perspectiva pedagógica y sensible.

El taller, convocado por el CNMH y facilitado por la Estrategia de Pedagogía y la Dirección del Museo de Memoria de Colombia, se desarrolló bajo enfoques narrativos, apreciativos y de fortalecimiento, que privilegiaron el relato como herramienta transformadora y la coescucha como práctica de reconocimiento mutuo. El resultado fue la creación de kits de autocuidado compuestos por sahumerios, jabones, aceites e infusiones que simbolizan la memoria y la resistencia, así como un tejido de narrativas colectivas que reafirman la dignidad y la pervivencia cultural en el municipio. Más allá de los productos elaborados, el proceso dejó una huella de esperanza, confianza y compromiso con la reconciliación, que seguirá viva en las voces y prácticas de la comunidad.

Para las y los participantes, las plantas no fueron solo materia prima, sino acciones de sanación individual y colectiva. En esa medida, representaron la «droguería» más cercana y confiable: el recurso disponible para cuidar la salud física y mental en medio de las violencias que viven a causa del conflicto armado. Cada infusión, sahumerio o aceite evocó memorias de cuidado transmitidas por generaciones, reafirmando su poder como medicina ancestral. En este proceso, la Mesa de Participación Efectiva de las Víctimas de San José del Fragua y los jóvenes de la Institución Educativa Don Quijote, por medio de su iniciativa «Bosque de la Memoria», encontraron un puente de saberes y un espacio intergeneracional que permitió compartir experiencias, fortalecer vínculos comunitarios y tejer memoria conjunta alrededor del territorio y la vida.

Volver arriba