Mosaicos de la Memoria
La sistematización de experiencias de memoria histórica en Dibulla, en La Guajira, Carepa, en el Uraba Antioqueño, y el departamento de Nariño como resultado del trabajo conjunto entre las entidades territoriales, las víctimas y las organizaciones, son contados en la nueva producción audiovisual del CNMH: Mosaicos de la memoria.
Para reconstruir la memoria histórica de una nación, es necesario trabajar con ahínco en los territorios, en especial en esos que han sido golpeados por la violencia y necesitan conversar con el pasado para visualizar un futuro donde no haya lugar a la repetición. En varios municipios y departamentos del país se han levantado grupos de victimas u organizaciones sociales que reconociendo la importancia de la memoria y su efecto reparador, se han vinculado a diferentes procesos de rescate de sus memorias. En este camino, la articulación entre las organizaciones y las autoridades territoriales juega un papel importante, pues permite incidir con mayor efectividad en los diferentes Planes de Acción Territorial.
Como ejemplos de este trabajo de construcción colectiva surgen los Mosaicos de la Memoria, tres casos de territorios que dan cuenta de cómo ha sido el proceso de transformar relaciones de poder entre los diferentes actores que confluyen, por cooperaciones horizontales que legitiman las percepciones, opiniones, y propuestas del otro en un panorama con igualdad de oportunidades para todos los participantes.
En el primero de estos videos esta la historia del municipio de Carepa, Uraba Antioqueño. Una región que fue alcanzada por el brazo largo del conflicto y ha sufrió masacres como las de las fincas Galicia, Osaka y Kunas en las que murieron más de 30 personas pero que en la actualidad y por iniciativa de las mismas víctimas, han empezado a empoderarse de su historia a través de organizaciones y mesas de participación apoyados por el gobierno local.
Dibulla en la Guajira y el departamento de Nariño son los otros dos casos de la primera fase del Mosaico de la Memoria. En Dibulla se han logrado incorporar actividades y programas municipales de atención y reparación a víctimas, han tenido lugar acciones de sensibilización y formación y se ha fortalecido el diálogo y la cooperación con las autoridades territoriales. Por su parte Nariño ha logrado levantar relaciones estrechas entre las organizaciones de víctimas del territorio, quienes a su vez ejercen fuerte incidencia en las autoridades y otras instituciones.
Este proyecto hace parte de un piloto de sistematización de experiencias de memoria histórica, que se realizó gracias al apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y en el marco del convenio suscrito entre el CNMH y la Federación Colombiana de Municipios, el cual dio lugar a un proceso basado en un enfoque de Reflexión Acción Participación, proponiéndose hacer partícipes a los actores de los municipios de un proyecto de construcción colectiva del conocimiento, en función de lograr una incidencia en las política públicas locales, que redundará en la transformación de sus realidades y en el cambio social.
Publicado en Noticias CNMH