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Publicado

13 de diciembre 2021

Mujeres pastos cuentan su lucha por la recuperación de tierras

  • El colectivo ‘Qué decís, mujeres pastos reviviendo la memoria y la lucha’ y el CNMH lanzaron en Nariño el libro Mujeres pastos en la lucha por la recuperación de tierras: resguardos de Guachucal y Cumbal.
  • Cuatro mujeres indígenas pastos narraron las experiencias de sus madres, tías, abuelas, bisabuelas y allegadas en las luchas que libraron a finales del siglo XX por recuperar las tierras usurpadas a su pueblo.

El colectivo ‘Qué decís, mujeres pastos reviviendo la memoria y la lucha’ y el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) lanzaron el 7 y el 8 de diciembre el libro Mujeres pastos en la lucha por la recuperación de tierras: resguardos de Guachucal y Cumbal. Esta publicación, que se presentó entre la comunidad del pueblo Pasto, en el departamento de Nariño, es el resultado de una de las iniciativas de memoria histórica priorizadas por el CNMH en 2020, que contó con el acompañamiento la estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica y los enfoques diferenciales Étnico y de Género.

El CNMH ha acompañado a los resguardos indígenas de Guachucal y Cumbal, en el sur de Nariño, en su intención por hacer visibles las experiencias y consecuencias particulares de las mujeres victimizadas por los actores armados en sus comunidades.  “Esta iniciativa fue acompañada por el CNMH en el marco del Auto 092 de 2008 de la Corte Constitucional sobre la protección de los derechos fundamentales de las mujeres indígenas desplazadas por el conflicto armado en el país, y la prevención del impacto de género desproporcionado del conflicto armado y del desplazamiento forzado”, explica el director del CNMH, Darío Acevedo. 

“Este proceso de reconstrucción de memoria histórica brinda una aproximación a los saberes ancestrales, culturales y comunitarios desde la voz intergeneracional de sus mujeres”, explica Marlon Acuña, coordinador del Enfoque de Género del CNMH.

El libro Mujeres pastos en la lucha por la recuperación de tierras: resguardos de Guachucal y Cumbal recoge las vivencias de las mayoras y mayores de los resguardos en su lucha por recuperar las tierras que los colonos, hacendados y terratenientes les arrebataron con engaños, convirtiéndolos en sus peones y sirvientes. “El libro aborda una lucha de larga duración por la tierra, que inicia con los caciques y cacicas y continúa hoy con sus renacientes, porque para el –––pueblo de los pastos la tierra es el fundamento de la vida”, destaca el colectivo ‘Qué decís’, integrado por Claudia Fernanda Charfuelán Caipe, Andrea Carolina Ortega Valenzuela, Yorely Viviana Quiguantar Cuatín y Janeth Liliana Taimal Aza, antropólogas, comuneras de los resguardos de Guachucal y Cumbal y autoras del libro.

El 7 de diciembre se lanzó el libro en la Casa del Cabildo del resguardo de Guachucal, y el 8 de diciembre, en el resguardo de Cumbal. En cada uno de estos encuentros participaron las autoridades locales, entre ellas Iván Reina, gobernador del resguardo de Guachucal, y Doris Mimalchí, gobernadora del Gran Cumbal, además de las integrantes del colectivo ‘Qué decís’ y los enfoques diferenciales Étnico y de Género del CNMH. Los asistentes conocieron el resultado de la investigación del colectivo, que recoge las historias de la lucha de los recuperadores. También fueron espacios para compartir alrededor de un almuerzo comunitario y una muestra cultural, de acuerdo con la tradición del pueblo Pasto.

Gloria Aza, recuperadora del resguardo de Guachucal y primera alcaldesa en su municipio, manifestó su orgullo por haber hecho parte de la investigación y ver su aporte en el libro Mujeres pastos en la lucha por la recuperación de tierras: resguardos de Guachucal y Cumbal. “Un día llegaron estas niñas y dijeron: “Queremos que nos cuente la historia, cómo fue la recuperación”. Entonces, yo les dije: “Sí, les cuento, pero dejen algo que quede de historia, porque algún día papito Dios nos ha de llevar y nos vamos con el cuento, con la conversa y no queda nada”. Un día, nuestros hijos, nuestros nietos han de querer saber la historia. Dios les pague”, dijo. 

“Eran muy fuertes los cabildos y éramos muy fuertes las mujeres también”, señaló Victoria Tapie, recuperadora del resguardo de Cumbal. También fue por la lucha de las mujeres que lo pudieron haber ganado. Hubo muchos maltratos, pero a pesar de todo eso, hemos resistido. Esas historias son para que los jóvenes las tengan en cuenta y sean muy fuertes, mujeres y hombres”, anotó.

 

La lucha de los recuperadores

Los pastos mayores cuentan que a comienzos del siglo XX sus abuelos y bisabuelos habitaban las faldas más duras de la cordillera o los páramos, donde solo crecían pajonales. Sus parcelas se redujeron hasta ser insuficientes para alimentar a sus familias y su destino era servir a los hacendados que se apropiaron de las tierras de sus antepasados. El hambre y la desesperanza llevaron a algunos a trabajar lejos, a recibir mal pago y humillaciones por su origen indígena.

En el Cauca, hacendados y terratenientes impusieron a los paeces y guambianos la esclavitud del terraje. A cada familia le asignaron un pedazo pequeño de tierra para hacer su rancho y sembrar cultivos de pancoger, pero debían trabajar sin pago en la hacienda varios días cada semana.

El gobierno de Carlos Lleras Restrepo intentó una reforma agraria a mediados de los 60 para redistribuir la tierra de grandes hacendados entre los pequeños campesinos, lo que hizo evidente también el problema de los indígenas. En los 70, resurgió en el Cauca la lucha por la tierra que inició Manuel Quintín Lame en la primera mitad del siglo XX. Los indígenas entraban en comunidad en las haciendas, rozaban o sembraban las tierras y reclamaban su derecho de posesión sobre las tierras a partir de los títulos de resguardos coloniales que conservaban o en la memoria de los linderos de sus mayores.

En Nariño, los cumbales se sumaron en 1975 a la recuperación de tierras e impulsaron a otras comunidades del pueblo Pasto. En los 80 pananes, muellamueses, guachucales y chilenos reclamaban por la devolución de las altiplanicies de las que fueron expulsados sus antepasados.

 

Mujeres recuperadoras

El papel de las mujeres en la lucha por la recuperación de tierras no ha sido documentado con un enfoque diferencial en la producción académica y en la escena política local. Sin embargo, en los espacios íntimos de las familias indígenas, las mujeres que fueron vanguardistas en las acciones de recuperación, cocineras, cuidadoras de las niñas y los niños, guardianas de los terrenos conseguidos, tenedoras de tierra y trabajadoras transmiten sus historias a las nuevas generaciones.

Las integrantes del colectivo ‘Qué decís’ recorrieron sus resguardos entre mayo y noviembre de 2020, conversaron con sus mayores en las cocinas y acompañaron en ocasiones el trabajo en sus chagras —huertas caseras— y con los animales, los espacios donde se teje la memoria indígena. Desde allí narraron las experiencias de sus madres, tías, abuelas, bisabuelas y allegadas en las luchas que libraron por recuperar las tierras que hoy son parte de los resguardos de Cumbal y Guachucal. En sus narraciones testimoniales tienen el lenguaje cotidiano de los pastos, el que se habla en familia y con los amigos.

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