Este texto es un compilado de cuentos con ilustraciones y cómics realizados por el ilustrador Didier Pulgarín, que narran lo que la comunidad del corregimiento de Pichilín (Morroa, Sucre) vivió durante casi cincuenta años, relatados, fundamentalmente, desde sus propias voces y memorias. La intención de hacer de este libro una iniciativa literaria, más que un contenido de tipo analítico y académico es, primero, llegar a la población más joven de Pichilín, que no vivió muchas de las situaciones que aquí son relatadas. Sin embargo, en este proceso de reconstruir memoria y darle continuidad generacional a los procesos existentes, se hace urgente recopilar estas vivencias para su conocimiento y de una manera que los seduzca. En segundo lugar, reconocer el lugar protagónico de estas voces que vivieron, resistieron y lucharon contra cada una de las victimizaciones que sufrieron buscando acoger lo que en algún momento nos dijo Segundo Palencia, un campesino de Pichilín, y con lo cual se inicia esta introducción: “Es que uno campesino, uno su propia historia no la escribe”.