Noticia

Autor

César Romero

Fotografía

César Romero

Publicado

20 Oct 2016

Que no cese el clamor por la paz

Las palabras que Jorge Eliecer Gaitán pronunció la noche del 7 de febrero de 1948 en la Plaza de Bolívar, tres meses antes de ser asesinado cerca de ese lugar, inmortalizó un clamor que ha cargado a cuestas el pueblo colombiano por más de cinco décadas: un profundo deseo de piedad y tranquilidad, ausentes en medio de un conflicto armado interno complicado e inclemente.


“En todo el día de hoy, excelentísimo señor, la capital de Colombia ha presenciado un espectáculo que no tiene precedentes en su historia. Gentes que llegaron de todo el país, de todas las latitudes –los llanos ardientes y las frías altiplanicies, como las de esta capital– han venido a congregarse en esta plaza, cuna de nuestra libertad y de nuestra historia, para expresar su irrevocable decisión de defender sus derechos”. (Jorge Eliecer Gaitán, Manifestación del Silencio. 7 de febrero de 1948)

El 2 de octubre de 2016 la historia de Colombia volvió a dar un giro inesperado. Por una pequeña diferencia, los colombianos votaron “No” y decidieron que no se debía implementar lo acordado entre el Gobierno y las FARC para poner fin, por la vía negociada, al conflicto armado interno más largo de Latinoamérica. La incertidumbre entonces es protagonista del debate político, desde ese 2 de octubre, como si nadie se hubiera planteado tal escenario, no había un camino a seguir.

Así, tras dos días de limbo, miles de personas salieron a la calle para hacer escuchar su voz para exigir que los dirigentes, los líderes políticos, dieran una pronta alternativa para implementar los acuerdos. La consigna fue: “Acuerdo Ya”. Si había que hacer ajustes, que se hicieran con prontitud, y que se hiciera lo necesario para proteger la vida de las personas en las regiones vulnerables y el derecho de todos y todas a vivir en un territorio en paz.

Las movilizaciones del sector social, en Colombia, no son algo nuevo. De hecho, incluso antes de la Movilización del Silencio, de 1948. Sin embargo, en esta ocasión, según Diana Acero, de REDEPAZ Cundinamarca, la movilización ha logrado convocar sectores sociales muy diversos y en diferentes partes del país. El 5 de octubre, por ejemplo, a pesar de que la invitación surgió de los estudiantes, en Bogotá se vieron personas de todas las clases, todas las edades y todas las etnias.

Los días siguientes, en diferentes ciudades capitales, varios movimientos y colectivos convocaron a la ciudadanía a salir a las calles para unirse al reclamo por una solución rápida y pacífica para implementar los acuerdos con las FARC.

Ocho días después, el 12 de octubre, las víctimas, las comunidades indígenas y de afrodescendientes se pusieron cita en Bogotá, para repetir el reclamo a viva voz, “Acuerdo Ya”, desde la Plaza de Bolívar, el centro de poder del país.  Representantes de los municipios que más han sido golpeados por la violencia fueron escoltados, de nuevo, por miles de ciudadanos que, vestidos de blanco, acompañaban el reclamo de las víctimas, haciéndoles saber, como nunca, que no estaban solos.

“Amamos hondamente a esta patria nuestra y

no queremos que nuestra nave victoriosa navegue sobre ríos de sangre.

Señor Presidente: No os reclamamos tesis económicas o políticas. Apenas os pedimos que nuestra patria no siga por caminos que nos avergüenzan ante propios y extraños. ¡Os pedimos tesis de piedad y de civilización!”.

Jorge Eliecer Gaitán, Manifestación del Silencio. 7 de febrero de 1948

En la Plaza de Bolívar, en Bogotá, y en otros lugares representativos de las capitales de diferentes departamentos, grupos de ciudadanos han montado campamentos permanentes, que no levantarán hasta que se haya definido lo que pasará con los acuerdos de La Habana.

Además, desde el 4 de octubre se creó un movimiento ciudadano denominado Paz a la Calle como “un ejercicio espontáneo de diálogo, unión y participación, que se declaró por unanimidad como un movimiento de ciudadanos y ciudadanas sin ningún vínculo con partidos políticos”. En lo corrido de los días, el movimiento ha convocado diferentes asambleas y ha centralizado la visibilización de las diferentes iniciativas ciudadanas por la paz que se han dado en todo el mundo.

También, por medio de Paz a la Calle, se hace la exigencia de que la etapa de ajustes de los acuerdos incluya a la ciudadanía en las discusiones. Además, se exige la protección de algunas cosas incluidas en el acuerdo, concertadas por el bienestar de las víctimas, para que no sean modificadas o removidas arbitrariamente.

Finalmente, Paz a la Calle y colectivos independientes, y otros que se han sumado, animan a seguir las movilizaciones, a salir todos los días a la calle para continuar exigiendo que se implementen los acuerdos y que la voz de las víctimas no deje de ser escuchada.

Los mensajes de Gaitán que miles de ciudadanos respaldaron en 1948, año que, para muchos, se dio el hito que marcó el inicio al conflicto armado colombiano que aún no cesa, son hoy más pertinentes que nunca. Las movilizaciones, esta vez, no son de negro ni tampoco son silenciosas: abundan las banderas blancas, símbolo de la paz, que tanto se desea y resuenan las consignas pacíficas pero firmes, que demandan y reclaman el derecho a la vida, y a la paz de todos los colombianos.

“Impedid, señor Presidente, la violencia. Sólo os pedimos la defensa de la vida humana, que es lo menos que puede pedir un pueblo. En vez de esta ola de barbarie, podéis aprovechar nuestra capacidad laborante para beneficio del progreso de Colombia.”

Jorge Eliecer Gaitán, Manifestación del Silencio. 7 de febrero de 1948

*La próxima movilización será este 20 de octubre, desde el Planetario hasta la Plaza de Bolívar, en Bogotá.

*Además las mujeres y sectores LGBT están convocando una movilización el 21 de octubre para exigir que el enfoque diferencial de género no se deje de tener en cuenta si se modifica el acuerdo.

 


Publicado en Noticias CNMH



Volver arriba