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Autor

Carolina Moreno

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Carolina Moreno

Publicado

29 Nov 2016

Que no se repita un genocidio como el de la UP

Maricela Canacué salió de su casa el viernes 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la Vereda Versalles, departamento del Huila, apenas despuntando el alba, para ir al colegio con su nieta Yaira, de nueve años. Cuando iban de regreso, las abordaron varios hombres que les dispararon. La niña salió corriendo a esconderse en la casa de los primeros vecinos que encontró. Su abuela no alcanzó a moverse, recibió tres impactos de bala que le arrancaron la vida.


Esta campesina de 60 años, se dedicaba a la crianza de sus tres nietos, de 9, 11 y 12 años, con los que vivía sola. Su esposo, que trabaja en Betania, Huila, la visitaba cada 15 días para llevarle mercado a la familia. Aunque estaba asociada a la Junta de Acción Comunal de su vereda, en el municipio de Palermo, al occidente del departamento del Huila, no era -según afirman sus compañeros de junta- una líder social visible. “Era parte de Macha Patriótica, de esas personas que asisten a todos los eventos, a las reuniones sobre la zona de reserva campesina, a ayudar en la campaña por la paz, siempre a ayudar con lo que pueda”, recuerda Lorena Sánchez, lideresa de la región, para quien es indigno que este tipo de hechos ocurran, máxime en el día de la no violencia contra las mujeres.

Escasas 24 horas antes del asesinato, líderes sociales del departamento asistieron al Consejo de Seguridad convocado por el Gobernador del departamento, que contó con la presencia de Fiscalía y la Unidad de Protección. En ella, la comunidad manifestó preocupaciones por el aumento de vandalismo en la región, asociado a la presencia de lo que aseguran, son grupos paramilitares “agazapados”.

Cabe recordar que en lo que va corrido del mes de noviembre, han sido asesinadas otras 5 personas vinculadas con organizaciones sociales en el país (Jhon Jairo Rodríguez Torrez, José Antonio Velasco, Erley Monroy, Didier Lozada y Rodrígo Cabrera), en circunstancias que organizaciones defensoras de derechos humanos aseguran, tiene la intensión de amedrentar a la sociedad ante el avance del proceso de paz en Colombia, y las alternativas políticas que están surgiendo en las regiones del país. 

“Desde el año pasado, cuando eran 34 los militantes de Marcha Patriótica asesinados, solicitamos al presidente que los casos no fuera investigados como delitos comunes, sino que llegaran a la Fiscalía Especializada en DDHH. Hoy ya son 126 personas asesinadas, aún no se escucha esa solicitud, y no avanzan las investigaciones”, asegura David Flórez, abogado responsable de Derechos Humanos de la organización, y concluye que “reconocer la sistematicidad de los hechos, es también un asunto de voluntad por parte del gobierno”. 

El cuerpo de Maricela permaneció en la vía hacia Palermo, desde las 8:30 de la mañana hasta la 1:00 de la tarde, cuando llegó la funeraria a recogerla. La policía y las entidades responsables del levantamiento no se hicieron presentes, por lo que “las pruebas de la escena del crímen que podrían aportar elementos a la investigación, se perdieron”, denunció Lorena Sánchez.

Cinco líderes más asesinados en noviembre

Jhon Jairo Rodríguez Torres, asesinado el 1 de noviembre del 2016

Destacado dirigente comunal en los años de mayor presencia y actividad paramilitar en el corregimiento del Palo (Caoto, departamento del Cauca) entre los años 2001 y 2002. En el año 2003 impulsó el lanzamiento de la Asociación de Trabajadores Campesinos de Caloto, de la que hizo parte hasta el día de su asesinato.

José Antonio Velasco Taquinás, asesinado el 11 de noviembre de 2016

Era reconocido por la comunidad como un gran amigo y comunero destacado por sostener buenas relaciones con todos los integrantes de su comunidad. El 1 de noviembre fue encontrado en el sitio conocido como La Trampa, en Caloto, con un impacto de proyectil en la cabeza, pero aún con vida. Fue trasladado de urgencia a la Clínica Valle del Lili en la ciudad de Cali, y desconectado del respirador que lo mantenía artificialmente con vida el día 13 de noviembre de 2016.

Erley Monroy Fierro, asesinado el  18 de noviembre de 2016

Hasta principios de este año se desempeñó como Fiscal de la Asociación Campesina Ambiental Losada Guayabero (ASCAL-G). Durante su vida, defendió la Zona de Reserva Campesina de la inspección de San Juan de Losada de La Macarena. Era integrante de Fundación para la Defensa de Los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario del Centro Oriente Colombiano DHOC.

Didier Losada Barreto, asesinado el 18 de noviembre de 2016

Campesino y defensor de Derechos Humanos, se desempeñaba como presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Platanillo, en La Macarena (Meta). Didier era integrante de la Fundación para la Defensa de Los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario del Centro Oriente Colombiano DHOC.

Rodrigo Cabrera Cabrera, asesinado el  20 de noviembre de 2016

Líder campesino que se dedicaba a la agricultura y la ganadería en la vereda El Rosal, municipio de Altamira, departamento de Nariño. Fue una persona solidaria, generosa y activa que participaba de manera constante en las actividades sociales de su comunidad. Como miembro de Marcha Patriótica, asumió activamente el apoyo a diversas iniciativas de paz, desde el momento en que se confirmó que el municipio de Policarpa iba a ser una de los lugares destinados para la ubicación de una Zona Veredal Transitoria de Normalización.


Publicado en Noticias CNMH

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