«Rostros que la tierra guarda: memoria y búsqueda que dignifican a Santander»
El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), en articulación con la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (FCSPP) y con el acompañamiento del Archivo Oral de Memoria de las Víctimas (AMOVI), realizó en Santander el encuentro «Rostros que la tierra guarda: memoria y búsqueda que transforman Santander».
Este espacio reunió a víctimas, organizaciones sociales e instituciones en un diálogo profundo sobre la desaparición forzada en el departamento, con el propósito de fortalecer redes, visibilizar experiencias territoriales y construir colectivamente propuestas que articulen la memoria con acciones concretas de verdad, justicia y reparación.
Durante la jornada, se llevaron a cabo tres momentos centrales: una contextualización sobre la desaparición forzada en Santander, una presentación de las medidas cautelares vigentes en el marco de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y un diálogo interinstitucional orientado a proyectar iniciativas transformadoras desde la memoria. El encuentro reafirmó el papel del CNMH como entidad acompañante de los procesos que nacen desde las comunidades, reconociendo que la memoria es una construcción colectiva que pertenece a quienes han resistido el olvido.
Según el Sistema de Información de Eventos de Violencia del Conflicto Armado Colombiano (Sievcac), con corte al 31 de marzo de 2025, se han documentado 3679 víctimas de desaparición forzada en Santander, y los municipios con mayor incidencia son Barrancabermeja, Bucaramanga y Puerto Wilches. El primer caso registrado data de 1973 y el más reciente ocurrió en 2024, lo que evidencia la persistencia de este crimen durante más de cinco décadas; adicionalmente, de las 2223 víctimas con información detallada, la distribución por provincias es la siguiente: Provincia de Mares (49 %), Soto Norte (34 %) y Vélez (19 %). En cuanto a la responsabilidad de los actores armados, el 68 % de los casos se les atribuyen a grupos paramilitares, especialmente entre 1998 y 2005, y el 19 % a guerrillas, con mayor incidencia entre 1985 y 2002.
El CNMH ha acompañado múltiples iniciativas en Santander y en otras regiones del país, entre ellas: procesos de memoria comunitaria; acciones simbólicas como Magdalenas por el Cauca; publicaciones como Hasta encontrarlos: el drama de la desaparición forzada en Colombia; y expresiones artísticas y pedagógicas como obras de teatro, performances, cartillas, pódcasts, libros, contenidos multimedia y audiovisuales. En su mayoría, estas iniciativas han sido impulsadas por organizaciones de víctimas, y el CNMH las apoya, fortalece y difunde, reconociendo que la memoria es una construcción colectiva que pertenece a las comunidades.
Desde la Dirección de Acuerdos de la Verdad, el CNMH ha producido 24 informes sobre el fenómeno paramilitar en Colombia, basados en más de 19 000 entrevistas a exintegrantes de grupos armados ilegales, y entre 7000 y 8000 a víctimas y sus organizaciones. Estos informes ofrecen una mirada profunda sobre el impacto del paramilitarismo en Santander y han sido fundamentales para la comprensión del conflicto en el territorio.
El encuentro también permitió compartir avances en procesos de intercambio de información, proyectos expositivos, mesas técnicas de archivo de derechos humanos y articulaciones territoriales que contribuyen a la búsqueda de personas dadas por desaparecidas. En casos específicos, el CNMH ha entregado información humanitaria a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), con coordenadas precisas sobre posibles lugares de inhumación, en el marco del convenio interinstitucional vigente entre ambas entidades.
Actualmente, en Santander se registra un total superior a las 3100 personas dadas por desaparecidas, una cifra que continúa en constante actualización gracias al trabajo articulado con las comunidades, la incorporación de nuevas fuentes y el fortalecimiento de los procesos de búsqueda. El principal desafío sigue siendo superar el subregistro histórico y ampliar la cobertura territorial de las acciones humanitarias. En este contexto, el Centro Nacional de Memoria Histórica reafirma su compromiso de seguir sumando esfuerzos con las organizaciones sociales, reconociendo que las medidas cautelares y restaurativas han sido resultado de sus luchas, solicitudes e iniciativas sostenidas a lo largo del tiempo.