Sabina Bolaños (33 años) donde quiera que esté respira y transpira arte y cultura. Su hogar es de artistas y gente de teatro, lo cual está presente en su personalidad, valores y principios desde la primera infancia: «Mis padres hacen jardinería y agricultura, trabajan la tierra», cuenta mientras observa con detenimiento la maqueta del Museo de la Memoria de Colombia (MMC) en el piso 24 del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) en Bogotá.
Sabina es diseñadora visual de la Universidad de Caldas, es muralista, ilustradora de gran formato, entusiasta y promotora del arte urbano. En la comuna 10 de Pasto se puede ver plasmado su trabajo, se trata de un mural para la sanación, una medida reparadora que acompaña el CNMH. Es una forma para que, colectivamente, se sienta un respiro en la calle después del dolor y la tragedia: «Es un proceso de resiliencia de lo común. Se ha logrado un trabajo increíble con el colectivo Colorama. Somos quince personas las que intervinimos para conseguir este mural».
En la fría capital de Nariño, el equipo misional de pedagogía y extensión cultural de la dirección técnica del MMC desarrolló un laboratorio de creación en la biblioteca municipal de Aranda con personas víctimas. En este espacio se diseñó el mural que está expuesto a la comunidad en una de las torres donde habita la artista: «este trabajo significó un gran aprendizaje para mí, hay que darle continuidad al proceso, la continuidad es fundamental para acompañar a la comunidad».
En este camino, que se volvió lluvia de ideas aportadas por niños, niñas, adolescentes, personas mayores y vecinos del barrio, Sabina se convirtió en un puente para dejar sobre los colores y el mural, aquello que todos querían decir, pensaron y sintieron. Finalmente, se logró gracias al esfuerzo y dedicación de una comunidad lacerada por el conflicto: «Cada persona es un artista y tienen mucho qué contar a través de la palabra, o simplemente quieren ser escuchados, atendidos… El arte sí sana el corazón y este es nuestro propósito».
Sabina Bolaños reconoce la labor del CNMH y del acompañamiento que la comunidad recibe en medidas de construcción de memoria: «El Centro de Memoria Histórica habla de los diálogos para la memoria, y estoy segura de que los murales cumplen esto: abren y permiten el diálogo entre todos», indicó la artista en su visita al CNMH.