Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

Jésica Zermeño

Publicado

23 Oct 2014

Solidaridad con México

México está sufriendo. 43 estudiantes de una escuela de formación de profesores rurales no aparecen desde hace un mes. Los desaparecieron forzosamente y nadie sabe sobre su paradero. Vivían en Iguala, en el corazón del estado de Guerrero, a tres horas en carro desde la capital mexicana. El Alcalde, su esposa y su jefe de policía huyeron. Son los principales sospechosos.


Los familiares protestan todos los días, por supuesto, y a esas marchas se unen miles de mexicanos que gritan de dolor e impotencia. Lanzan frases que nos resultan conocidas: “"Esta marcha no es de fiesta, Ayotzinapa está de luto", "vamos a luchar hasta encontrarlos", “clamamos verdad y justicia”. Algunos, incluso, decidieron recorrer los cerros que rodean la ciudad de Iguala con palas y picos para buscar a sus hijos, pero se han encontrado con restos ajenos que llevan allí hasta tres y cuatro años.

Una pareja de indígenas, padres de uno de los desaparecidos, está durmiendo en la escuela donde estudiaba su hijo. No hablan español. No hablan con nadie. Solo esperan a que él aparezca. En Colombia sabemos lo que eso significa: la larga espera.

El dolor mexicano también nos pertenece y por eso, desde el Centro Nacional de Memoria Histórica, nos solidarizamos con las 43 familias de Iguala y nos unimos con la plegaria que todos los viernes repiten nuestras Madres de la Candelaria en Medellín: “Los queremos vivos, libres y en paz”.

#TodosSomosAyotzinapa

 
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