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La disputa por la tenencia de la tierra

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Autor

Katherin Castro y Tatiana Peláez, periodistas del CNMH.

Fotografía

CNMH

Publicado

07 Sep 2016


La disputa por la tenencia de la tierra

Así fue el lanzamiento del informe sobre Cesar, un departamento “lleno de riquezas, pero también de dolor”


El pasado miércoles 31 de agosto, en el auditorio de la revista Semana, se reunieron César Molinares y Nathan Jaccard, relatores del informe, así como investigadores, periodistas, docentes y personas interesadas para participar en el lanzamiento del informe “La maldita tierra. Guerrilla, paramilitares, mineras y conflicto armado en el departamento de Cesar”.

El Director General del Centro Nacional de Memoria Histórica, Gonzalo Sánchez, dio la bienvenida a los presentes y expresó que este titánico trabajo de investigación periodística es un aporte a la verdad y, además, es clave para entender la violencia que vivió el departamento de Cesar.

Joris Van de Sandt, Coordinador del Programa para América Latina PAX Holanda, habló de la elaboración de esta investigación y de lo que ésta implica para el actual proceso de paz. “Siento alegría y esperanza por estos 4 años de negociaciones. Este es un buen tratado para la nación porque sus negociadores han encontrado un equilibrio entre la justicia y la reconciliación”. Aseguró que este libro es un acto de fe en la paz, pues no solo es un claro reflejo de lo que ha sido la disputa por la tenencia de la tierra en la Costa Caribe colombiana, sino que señala las resistencias que han surgido desde las víctimas. “Este informe es un acto de reivindicación con las víctimas en el presente proceso de paz”, indicó Van de Sandt.   

Acto seguido, César Molinares, relator del informe, explicó, capítulo por capítulo, el desarrollo de las temáticas del informe. Según Molinares, este informe se constituye como un punto de inflexión de lo que paso y aún pasa con la tenencia de la tierra en el Cesar, ya que en estos últimos 30 años sus habitantes han tenido que padecer la violencia de la guerra que se ha entremezclado con las bonanzas del algodón, la marihuana, la ganadería y el carbón. “Este informe es el resultado de un extenso trabajo de reportería. Realizamos muchas entrevistas e identificamos hechos y fuentes para contrastar y verificar la información. La investigación pretende, desde el periodismo, aportar a la memoria, a la justicia y a la verdad”, manifestó.

Posteriormente, se dio inicio al conversatorio en el que participaron César Molinares y Nathan Jaccard, relatores del informe; Yamile Salinas,abogada; Rodolfo Quintero, primer presidente de la UP en el Cesar y presidente de Causa Común; Miguel Antonio Ricardo, víctima de Cesar; y Marta Ruiz, periodista de Semana.

Nathan Jaccard mencionó las responsabilidades que tuvieron tanto las entidades privadas como públicas en los penosos hechos que marcaron a los habitantes de la zona minera del Cesar. “Las empresas mineras tuvieron una mentalidad contrainsurgente que se insertó en esta zona y que trajo consigo las consecuencias que ya conocemos”, expresó Jaccard.

César Molinares, por su parte, habló de la importancia de propiciar este tipo de espacios que permiten el intercambio de ideas, pues desde allí también se contribuye a la verdad. “La justicia no ha avanzado, pero tampoco ha avanzado el tema de la verdad”, mencionó.

Yamile Salinas recalcó la importancia de que el Estado y las empresas privadas reconozcan su responsabilidad en los conflictos de la región. “Las empresas no fueron las despojadoras, pero se aprovecharon de la situación de despojo” y añadió “Las empresas tiene que dar una respuesta pública, tienen que salir en un escenario de justicia transicional y dar una respuesta sobre los hechos de los que se les acusa.”

Rodolfo Quintero indicó que uno los conflictos de la región no se debieron solamente a la minería, sino también a la llegada de los paramilitares. “El proyecto paramilitar no era solamente bélico y militar, sino de una paraeconomía legal e ilegal”, afirmó.

Miguel Antonio Ricardo no solo mencionó lo que han vivido los habitantes del departamento de Cesar en los últimos 30 años, sino que resaltó las iniciativas de resistencia que han surgido en el territorio. ”La guerra contaminó los ríos con los muertos de nosotros. Somos un pueblo lleno de riquezas, pero también de dolor” y añadió “14 organizaciones nos unimos para reclamar nuestros derechos. Las víctimas no queremos más guerra, queremos paz.”

Por último, los panelista mencionaron que las iniciativas de paz deben seguir movilizándose y empoderándose de su territorio para poder construir la paz que tanto anhelan los habitantes de esta región.

Publicado en Noticias CNMH



2A, Tenenencia, tierra

Canadá comprometida con el postconflicto

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Autor

César Romero

Fotografía

César Romero

Publicado

07 Sep 2016


Canadá comprometida con el postconflicto

El acuerdo para la terminación del conflicto en Colombia representa grandes oportunidades y retos para el desarrollo del país. En este escenario, la cooperación internacional tiene un papel fundamental para impulsar diferentes iniciativas y temas claves que contribuyan a la construcción de una paz estable y duradera.


Canadá es uno de los países que ha venido apoyando esta construcción con la financiación de proyectos para la reconciliación, seguridad, desarrollo y género.

En ese sentido, el pasado 5 de septiembre, una delegación de  Parlamentarios Canadienses que hacen parte del Comité de Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional de la Cámara de los Comunes del Parlamento, visitó el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), en el marco de una misión que tiene como propósito revisar las prioridades en materia de cooperación bilateral entre Colombia y Canadá.

Los diplomáticos fueron recibidos por el Director General de CNMH, Gonzalo Sánchez, quien recalcó que el apoyo de Canadá en el postconflicto es fundamental para  respaldar la estabilización del proceso y la adaptación de la sociedad al mismo.

Por parte de Canadá asistieron los Honorables Robert D. Nault, Dean Allison, Hélène Laverdière, Peter Fragiskatos, Peter Kent, Michael Levitt y Jati Sidhu. Doug Challborn; y el Encargado de Negocios de la Embajada de Canadá en Colombia; Ryan Clark, Director de Cooperación de Canadá en Colombia.

Antecedentes de la cooperación con el CNMH

En materia de conflicto armado y memoria, Canadá apoyó el esclarecimiento histórico desde los inicios de la labor del Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, antecedente inmediato del CNMH. En este sentido, apoyó la realización del Informe Trujillo. Una tragedia que no cesa (2008) y del informe La tierra el disputa. Memorias del despojo y resistencia campesinas en la costa Caribe, 1960-2010 (2010).

Adicionalmente, a partir de la participación del CNMH en el  “Diálogo técnico en derechos humanos entre Colombia y Canadá” llevado a cabo el 26 de agosto de 2015, la Directora del Museo Nacional de la Memoria del CNMH visitó al Museo de los Derechos Humanos en la ciudad de Winnipeg con el fin de intercambiar lecciones aprendidas y recomendaciones para la construcción del Museo en Colombia.

Durante el 2016 Canadá ratificó su compromiso con el postconflicto y priorizó a Colombia como país de enfoque para el programa de cooperación junto con tres países más de la región (Guatemala, Perú y Bolivia). En ese sentido, la visita abrió un espacio para evaluar los planes a futuro y la continuidad de su asistencia internacional para el desarrollo.

Para el CNMH el diálogo permitió identificar puntos de interés conjuntos para fortalecer la relación con dicho país. Uno de los puntos clave fue la memoria histórica en perspectiva de género, en respuesta al amplio trabajo de Canadá en la resolución de mujer, paz, y conflicto armado en Naciones Unidas.

 


2A, Canadá, postconflicto

La palabra: conflicto armado y paz

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Autor

Fredy Zapata

Fotografía

Fredy Zapata

Publicado

09 Sep 2016


La palabra: conflicto armado y paz

La literatura, como relato de la historia ausente del país, ha sido uno de los lenguajes artísticos en que el conflicto armado colombiano ha permanecido vigente; sus posibilidades narrativas han acogido los múltiples vacíos de una nación que aún espera reconocerse.


Sábado 10 de septiembre 
Lugar: Librería Casa Tomada

Dirección: Transversal 19 Bis No. 45D-23
Hora: 5:30 a 7:00 pm

Estas posibilidades serán el punto de partida para el próximo conversatorio de Primer Plano. En esta ocasión Santiago Rivas, conductor del proyecto, profundizará sobre la representación de la palabra en tiempos de conflicto armado a través del trabajo literario de Gilmer Mesa, autor de “La cuadra”, novela histórica sobre la violencia de Medellín en los años ochenta.

Como antesala al evento, el escritor antioqueño conversó con el CNMH acerca de su obra, su relación con el proceso de memoria histórica y el papel de la literatura en el posconflicto.

¿Cuál es el papel de la literatura en la narrativa del conflicto armado colombiano?

La literatura tiene un papel determinante en el conflicto desde siempre, no en este, sino en todos los conflictos que se han vivido a lo largo de la historia; en gran medida porque la literatura tiende a mostrar y no a demostrar, eso la aleja un poco de lo que es la crónica y de los tratados de historia. La literatura ha servido para darle una voz a los que no han tenido voz, porque se cuela por los bordes del rigor, da otra perspectiva, no está tan atenta a demostrar, que es lo que deja muchas veces corto a los artículos de periódico y en algunos casos los textos de historia, que se olvidan un poco del lado humano que trasciende más allá de los conflictos. Entonces creo que hay que hacer otro esfuerzo distinto. La literatura responde más al simbolismo y eso en los conflictos es de vital importancia, aún más en los posconflictos porque ahí es donde nos vamos a tener que inventar un simbolismo nuevo que nos aterrice y que nos ponga a vivir en concordia con el que todo el tiempo fue de alguna manera el victimario.

¿La Cuadra, su más reciente novela tiene alguna relación con los procesos de memoria histórica?

La Cuadra está inspirada en la tragedia más grande que he tenido en mi vida que es la muerte de mi hermano. Yo quería contar eso, no solo lo que había ocurrido como tal, eso ya sería parte de una crónica, sino sobre todo lo que yo sentí, lo que vi deteriorarse a mi familia y la ciudad (Medellín). La Cuadra es el sitio, era básicamente el universo que yo conocía, después fui entendiendo un poco que eso era un microcosmos de lo que era el macrocosmos real de este país y de la sociedad, y de ahí incluso del mundo. La Cuadra fue una catarsis profunda de ese proceso de duelo que llevo haciendo incluso hasta el día de hoy. El libro tiene una cosa importante y es que le da una parte fundamental a la ternura y eso me parece que realmente humaniza mucho a todos los que pertenecemos a una época y a un conflicto que no ha cesado aún. Humaniza tanto a la víctima, como al victimario, no es una apología del uno ni del otro, en una indagación en el sustrato íntimo de los personajes, ¿qué nos llevó a ser la sociedad que éramos?

¿Cree que existe alguna tensión entre el relato de ficción y un texto histórico?

Mi libro tiene personajes y hechos que ocurrieron, mantiene un sustrato de ficción en lo íntimo, porque ahí en lo íntimo es donde está verdaderamente lo que uno hubiera querido que pasara y eso de alguna manera es lo que es la literatura. Todas las novelas son históricas porque de alguna manera dan cuenta de la realidad. Ahora bien, en un caso como el de la Masacre de las Bananeras hoy en día nadie puede recordar bien los informes que se hicieron en los periódicos e incluso ni siquiera el libro de Jorge Eliécer Gaitán, pero todos nos acordamos de la descripción hermosa que hace García Márquez en Cien años de Soledad, eso significa mucho. Es lo que realmente queda en el subconsciente de la gente que vivió esa época, eso es muy valioso, incluso me parece más importante el registro literario que el registro de crónicas o de artículos o de informes técnicos porque eso no llega finalmente a las generaciones superiores, mientras que la literatura sí.

¿Cuál es el rol de la literatura en el Museo Nacional de la Memoria?

El Museo hace el trabajo más importante, narra lo que fue y lo queda después de una tragedia, impugna al olvido aterrador, ya que el olvido hace que las cosas sean menos importantes. En eso la literatura ayuda a ponerle cara a las cifras, un rostro, lo humaniza, esté del lado que esté, les da una voz,  los  llena de paisaje y los llena de territorialidad dentro de un relato y eso a mí me parece que es una de las mejores formas de recuperar la memoria histórica.

El evento es organizado por el Museo Nacional de la Memoria proyecto del Centro Nacional de Memoria Histórica, Penguin Random House, Cámara Colombiana del Libro y la Librería Casa Tomada y sirve de antesala al diálogo literatura, memoria y paz de Primer Plano a realizarse en el marco de la 9ª Semana por la Memoria.

Publicado en Noticias CNMH



2A, Conflicto Armado, Palabra, Paz

Un premio a la tenacidad

Noticia

Autor

Isabel Valdés

Fotografía

CNMH

Publicado

09 Sep 2016


Un premio a la tenacidad

El pasado viernes 9 de septiembre se celebró en las instalaciones de la Universidad Javeriana la entrega de la quinta versión del Premio Nacion a la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia donde asistieron los 16 finalistas entre los 49 nominados. El premio, que tiene como objetivo promover social y políticamente la legitimidad del trabajo de los defensores, cobra especial importancia tras la reciente firma del acuerdo final entre el Gobierno nacional y las FARC.


Los 13 jurados nacionales e internacionales reconocieron cuatro ganadores en tres categorías: Defensor o Defensora del Año; Experiencia o Proceso Social Colectivo del año, nivel Proceso Social y nivel ONG; y Toda una Vida:

Por la categoría Defensor del año fue seleccionado José Milciades Sánchez, coordinador del Comité de Derechos Humanos de SINTRAUNICOL, y miembro del comité de derechos humanos de la Universidad del Valle, que se ha dedicado a la defensa de lo público, reivindicando la movilización y la protesta social. Su incidencia ha posibilitado el encuentro y el trabajo coordinado entre las luchas sindicales, populares y sectoriales.

Por la categoría Proceso colectivo fueron premiadas, por un lado el Foro Interétnico Solidaridad Chocó (FISCH), espacio de convergencia de organizaciones chocoanas para visibilizar la problemática social, política y económica que viven las comunidades, fomentando el arraigo y la defensa del territorio. Por otro lado, fue galardonada también la Corporación Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez que acompaña desde 2001 a la población víctima de violaciones de derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario en zonas como el Catatumbo, sur de Bolívar y Nordeste antioqueño.

Finalmente, en la categoría de Toda una vida, fue reconocida María Ruth Sanabria Rueda por el trabajo y el esfuerzo que desde 1978 ha realizado en el departamento de Cesar. Actualmente acompaña procesos de restitución de tierras y la representación de víctimas del genocidio de la Unión Patriótica, e integra la junta directiva del Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH), capítulo Arauca.

En Colombia, de acuerdo al último informe del Programa Somos Defensores, 314 defensores fueron víctimas de agresiones durante la primer semestre de 2016. Si bien en general disminuyeron las amenazas y los atentados contra ellos, las agresiones contra las mujeres han aumentado desde 2014: pasó de 19% a 49% este año, siendo así las mujeres defensoras las más afectadas. “En promedio, entre enero y junio de 2016, fueron agredidos 2 defensores(as) y cada 5 días fue asesinado uno(a) de ellos(as)”, dice el informe.

Anteriormente, quienes eran defensores de derechos humanos eran sinónimo apátrida y sospecha, de acuerdo a Cesar Grajales, Director de Diakonia, organización sueca que otorga el Premio Nacional a la Defensa de los DDHH en Colombia desde 2012. “Colombia tuvo el primer lugar en ataques contra defensores de derechos humanos”, cuenta Grajales. Hoy en día, el país no encabeza esta desafortunada lista, pero continúa siendo un territorio de constante amenaza para quienes ejercen este importante trabajo. Se espera que con la noticia del cese el fuego bilateral, la situación de peligro para estos representantes disminuya considerablemente pues, como afirma Manuel Salamanca, director del Instituto de Derechos Humanosy Construcción de Paz Alfredo Vázquez Carrizosa de la Universidad Javeriana, “premiar a defensores de derechos humanos es premiar la tenacidad”.

 


2A, premio, tenacidad

Memoria y Paz en La Fiesta del Libro

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

09 Sep 2016




Memoria y Paz en La Fiesta del Libro

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) estará presente también este 2016 en La Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, que llega a su décima edición.


El stand de la Memoria en La Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, —El CNMH participará junto con el Museo Casa de la Memoria y la Corporación Región— ofrecerá un entorno para pensar, compartir y conocer en un espacio cultural la memoria y la paz. Un escenario de unión para reflexionar sobre el conflicto armado colombiano en el Jardín Botánico. 

Desde el 9 de septiembre, en el stand de La Memoria, podrá encontrar eventos como conversatorios, documentales, talleres, música, lanzamientos de libros y muchas otras actividades con relación al conflicto armado y la paz.

Se realizará la presentación del libro de crónicas “Esa mina llevaba mi nombre” y la serie radial “Los pasos rotos” en el salón Humboldt a las 2 p.m. el 11 de septiembre y el informe “Memorias de una masacre olvidada, El Topacio” el 17 de septiembre en el mismo lugar a las 2 p.m.

También se lanzará la cuarta edición de la revista Conmemora, con el especial de “La memoria, una aliada para la paz”. Será el 17 de septiembre, en el stand de la Memoria, a las 5 p.m.

A su vez se presentarán dos de los grupos presentes en el compilado “Toco cantar” el último día de feria, el 18 de septiembre, a las 6 de la tarde y 8 de la noche.

“Todo lo que hace la gente, todo lo que hace el ser humano, son aportes a los procesos; reflexionar e incorporarlo al pensamiento, a los imaginarios de la sociedad para que tome sentido y no sea un canto a la bandera, para no volver a repetir los errores, las injusticias. Cuando se lleva al nivel de la reflexión hace parte de un inventario que no deja que se vuelvan a repetir los errores”, dice Juan Diego Mejía, escritor y director de La Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, al referirse sobre la importancia de la memoria en este evento cultural. 

Los visitantes pueden acercarse para conocer las diferentes exposiciones, materiales, consultar la programación y preguntar por las publicaciones del CNMH. La entrega de los más de 3.000 materiales gratuitos que se distribuirán en el puesto de la memoria, se hará al finalizar los eventos programados.

programacion fiesta libro medellin 2016

Publicado en Noticias CNMH

2A, Memoria, Paz

Lanzamiento: edición especial Revista Conmemora

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Autor

Gonzalo Sánchez Gómez

Fotografía

CNMH

Publicado

09 Sep 2016


Lanzamiento: edición especial Revista Conmemora

Editorial Conmemora – edición 4

La memoria una aliada para la paz

Por Gonzalo Sánchez Gómez, Director General del CNMH.

La memoria debe ser una aliada para la paz y no un obstáculo para la reconciliación. Desde el Centro Nacional de Memoria Histórica trabajamos para hacer realidad ese anhelo, ese propósito hacia el cual queremos exhortar a los lectores de esta edición especial de Conmemora. Un país con 8 millones de víctimas no puede permitirse la idea falaz de que la paz está destinada a los que olvidan; pero también debe estar atento a señalar los discursos que utilizan la memoria del sufrimiento y la injusticia para perpetuar la guerra.

Estamos en contra de alimentar una memoria vengadora que sobre la base de una restauración imposible, o con afán punitivo, anula toda posibilidad de futuro o, más concretamente, la posibilidad de construir un nuevo pacto social; pero también estamos en contra de una memoria ingenua, y de un olvido prefabricado, que se empeña en ignorar tanto las raíces como los impactos de nuestras guerras, y sobre esa indolencia construye castillos de papel.

  1. Hacer memoria histórica como un ejercicio crítico. Es decir, renunciar a la pretensión de un relato hegemónico. La memoria histórica no es unívoca ni oficial, sino una acumulación de memorias diversas en diálogo y en tensión.
  2. Si bien no tenemos la certeza de que los ejercicios de memoria sean por sí solos una garantía para la no repetición, sí tenemos la convicción de que el olvido nos ha conducido siempre a la repetición: Colombia olvidó demasiado y la guerra siempre regresó.
  3. Necesitamos de la memoria para poder dar el salto, en la arena política, de la confrontación entre enemistades absolutas al debate entre adversarios. Pero la necesitamos también para que el recuerdo no reaparezca como pesadilla en el futuro. Las sociedades que han renunciado a la memoria para tranquilizar su presente rara vez escapan al resentimiento o la venganza.
  4. El solo recuerdo de Auschwitz no nos ha eximido de la crueldad de ninguna guerra o genocidio posterior, es verdad. Pero entre recordar y no repetir hay un universo de mediaciones y transformaciones estructurales de la sociedad que no pertenecen al campo de la memoria propiamente tal, sino al de la política, los modelos de desarrollo y los órdenes sociales. La tarea de la memoria es señalar el lugar de los problemas aunque no esté equipada para resolverlos.
  5. Las memorias de las víctimas no son idealistas ni nostálgicas ni universalistas. Son memorias pragmáticas. No se levantan por un deber moral sino por necesidad: encontrar a sus muertos, saber qué les pasó y despojarlos de los estigmas con que se los ha pretendido empañar. No son memorias discursivas sino que están centradas en los impactos de la guerra.
  6. Necesitamos reconocer procesos, no solo eventos, pues es evidente que tenemos mucha información y poca memoria. Establecer causalidades e impactos, interpretar sentidos e indagar en la experiencia vivida parece el campo privilegiado de la memoria como aliada para la paz.
  7. Las memorias de las víctimas no son per se vengadoras o tóxicas, como quisieran muchos de los que pretenden hablar por ellas. En su mayoría las víctimas no piden justicia a ultranza ni venganza, sino verdad y no repetición. La mejor reparación para nosotros, dijeron las víctimas que fueron a La Habana, es que se logre la paz. Por su parte las víctimas del paramilitarismo, antes que la ampliación de penas, demandan la recuperación de la dignidad de los asesinados, los desaparecidos o los torturados, bajo el manto de discursos legitimadores, y la revelación de verdades aún ocultas o incompletas.
  8. La violencia ha limitado pero no doblegado los ejercicios de verdad y de memoria. Rompiendo los cánones de lo experimentado en otros países en conflicto, la confrontación armada en Colombia discurre en paralelo con una creciente manifestación de memorias que desafían esquemas e invocaciones al miedo paralizante.
  9. Nuestra memoria no se refiere a una guerra lejana. Podríamos decir, nuestra memoria es un recuerdo del presente. Y en ese sentido, la memoria se configura como un dispositivo eficaz para cuestionar el aquí y el ahora e inventar el futuro inmediato.
  10. El ejercicio público de hacer memoria es por esencia una práctica de ampliación democrática y una herramienta de construcción de paz. Hacer memoria es darle presencia a una voz, una situación, un pendiente o una solución. Se trata de hacer memoria hoy no solo para una paz posible sino para impulsar la transformación del presente y la invención del futuro.

Versión digital Conmemora, edición 4:

Publicado en Noticias CNMH



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