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Docencia Rural

La docencia rural, pedagogía de esperanza

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CNMH

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Foto: CNMH

Publicado

14 octubre 2020


La docencia rural, pedagogía de esperanza

  • Los procesos de memoria histórica, la construcción de una cultura de paz a través de prácticas pedagógicas y el papel de la radio en las comunidades rurales fueron temas tratados por expertos en un espacio de diálogo organizado por el CNMH.
  • Los docentes Adriana Mendoza, de la Universidad Pedagógica Nacional, y Daniel Olivares y Alexander Monroy, de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, protagonizaron el conversatorio.

El pasado 2 de octubre, la Estrategia de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) realizó el conversatorio Docencia rural en medio del conflicto, un encuentro que permitió reconocer el papel crucial que cumplen los docentes en contextos rurales que sufren el conflicto armado colombiano. 

La construcción de una cultura de paz a través de prácticas pedagógicas es uno de los tantos retos que asumen los docentes. “Cuando se habla con un docente rural, él tiene que ser el rector, el profesor, el psicólogo, el terapeuta, incluso el médico; hay una cantidad de labores que asumen día a día”, señaló Adriana Mendoza, docente de la Universidad Pedagógica Nacional.

Pero los docentes no solo afrontan esos roles. “En los lugares del conflicto armado, el profesor debe ser también el defensor de la escuela y tiene que estar mediando entre unos y otros   grupos; en algunos casos, es obligado a tomar partido”, agregó.

La escuela no ha estado exenta de ser blanco de los grupos armados; los docentes de la ruralidad ocupan un sitio político y social dentro del territorio en el trabajo para construir una cultura de paz desde las aulas. “Los docentes son líderes capaces de construir una agenda política y de acción ciudadana con la comunidad”, afirmó Alexander Monroy, docente de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD).

 

Maestros víctimas del conflicto

Bajo este panorama, el ejercicio de la docencia se ha encontrado en un escenario de múltiples violencias que afectaban el proceso educativo, como la vinculación de niños y jóvenes a grupos armados, las desapariciones, los asesinatos, hechos de violencia intrafamiliar, la tensión y el miedo. A pesar de lo anterior, los docentes no desistieron en su labor educativa, por el contrario, se organizaron y decidieron utilizar la educación como una forma de resistencia frente a la violencia.

“En Colombia el sector rural arrastra un rezago evidente en materia educativa y eso incide en la calidad de vida y en la economía rural”, sostuvo Daniel Olivera, docente de la UNAD, que presentó estadísticas sobre el tema: “1.579 maestros han sido víctimas del conflicto armado en Colombia. Detrás de cada cifra hay una vida, unos sueños, un trabajo con la comunidad arduo y dedicado”.

“A través del trabajo de memoria histórica, el docente rural propende por una pedagogía de la esperanza”, aseguró Alexander Monroy, quien desde el aula universitaria confronta a los estudiantes con su propia realidad y los incentiva para comprender los fenómenos que están lejos de las grandes capitales y que parecieran olvidados.

Una pequeña parte de todo el andamiaje educativo que han construido los docentes ha sido producto del esfuerzo de apropiar la paz, no como un discurso pasajero o parte del pénsum académico, sino como una práctica constante de su cotidianidad, que lleva implícitos valores como respeto, cooperación, autonomía, racionalidad, democracia, solidaridad, tolerancia, convivencia y respeto para conseguir la calidad que propone el sistema educativo.

Otro aspecto fundamental, al cierre del conversatorio, fue resaltar la presencia de la radio como medio de comunicación en el territorio rural. “La radio tiene eco en el territorio, acorta las distancias y rompe ese lastre del olvido”, afirmó Alexander Monroy. “Las emisoras comunitarias llegan con formatos mas cercanos a lo rural, con pedagogía radial, que permite escenarios de diálogo formativo y social y también con posibilidades educativas”, agregó Adriana Mendoza.

Los docentes invitados, quienes vienen trabajando desde la investigación pedagógica, aseguraron que la educación rural tiene un fin único: formar y educar a todas las personas pertenecientes a las zonas rurales para lograr su desarrollo óptimo y profesional ante la sociedad. Todas las personas merecen tener las mismas oportunidades y los docentes continuarán poniendo todo de su parte para que así sea.


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CNMH seguirá fortaleciendo el vínculo con la comunidad de Bojayá

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

2 mayo 2020


CNMH seguirá fortaleciendo el vínculo con la comunidad de Bojayá

  • En rueda de prensa realizada esta mañana, los directores del CNMH y la UARIV y un representante de víctimas de Bojayá trataron la actualidad del proceso de reparación integral de la comunidad.
  • Durante la conmemoración de la masacre cometida hace 18 años, el CNMH presentó el documental Renacientes, producto del que participaron habitantes y gestores locales junto con el equipo de Enfoque Étnico de la entidad.

El compromiso del Centro Nacional de Memoria Histórica con la comunidad de Bojayá no se acaba. Durante la conmemoración de los 18 años de la masacre cometida por la guerrilla de las Farc en su territorio, el director de la entidad, Darío Acevedo Carmona, anunció la creación de un espacio virtual para fortalecer la presencia de las víctimas en el proceso de reparación. Además, se refirió al vínculo del Equipo de Enfoque Étnico de la entidad con la población, que ha generado acciones de acompañamiento, memoria y preservación de sus tradiciones.

“Estamos trabajando en la creación de un sitio web que les permitirá a las organizaciones, en especial al Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá, fortalecerse y mantener viva la memoria”, anunció el profesor Acevedo, acompañado por el director de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, Ramón Rodríguez Andrade, y José de la Cruz Valencia, integrante del Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá, en una rueda de prensa que se transmitió este 2 de mayo por la plataforma Facebook Live.

No obstante, el director del CNMH reconoció que la presión por parte de grupos armados ilegales sigue siendo una preocupación para los habitantes de Bojayá. “En estos momentos hay presiones del denominado clan del Golfo y del Eln. La comunidad está solicitando negociaciones. Conozco la buena voluntad del Gobierno Nacional de hacer acercamientos, pero sobre la base de ciertas condiciones”, advirtió.

El CNMH presentó este sábado el documental Renacientes, producción audiovisual en la que participaron gestores locales y habitantes de Bojayá durante el proceso de reparación simbólica, que cuenta el encuentro de varias generaciones como ejercicio de memoria, resistencia y construcción de paz en su territorio.

La directora del Equipo de Enfoque Étnico del CNMH, Tania Helena Gómez, destacó el acompañamiento de la entidad, desde 2017, en las diligencias de identificación e individualización de las víctimas de la masacre, a cargo de la Fiscalía General de la Nación y el Instituto de Medicina Legal, que fueron parte de los acuerdos de La Habana, luego de que la guerrilla de las Farc reconociera su responsabilidad en los hechos. El CNMH aportó para consolidar la metodología de encuentros familiares a través de un grupo de memoria local, junto al Comité por los Derechos de las Víctimas, gestores de memoria y el equipo local de Comunicaciones, para la elaboración de 40 álbumes que reconstruyen la vida de las personas fallecidas para sus familias y que fueron entregados en noviembre de 2019 durante la ceremonia de despedida colectiva Bojayá honra a los sagrados espíritus.

Así mismo, respondiendo a las solicitudes de la comunidad y a los compromisos asumidos durante el proceso de acompañamiento, se realizó un mural en homenaje a los niños y niñas fallecidos en la masacre y se reconstruyó otro mural de memoria muy significativo para la población, elaborado en 2004 en la escuela del antiguo Bellavista. Ambas obras fueron realizadas en un intercambio de saberes del que participaron niños y niñas, gestores locales, alabadoras y sabedoras de Bellavista y el corregimiento de Pogue.

“Este año es una conmemoración muy especial, porque después de 18 años es la primera vez que podemos dirigirnos particularmente a personas plenamente identificadas, dirigir una oración específica a la persona que estamos orando”, resaltó José de la Cruz Valencia. En su condición de integrante del Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá, agregó que para la comunidad “el proceso de exhumación, identificación y entrega de los restos tuvo un éxito de un 90 por ciento, porque hoy Bojayá sigue esperando por algunos de sus familiares que están en condición de desaparecidos”.

El director de la UARIV, Ramón Rodríguez, explicó que el Plan de Reparación de la comunidad de Bojayá contiene 35 acciones que han sido concertadas con la comunidad.

“La Unidad para las Víctimas ha invertido más de 1000 millones de pesos entre el proceso de ruta y de implementación del Plan Integral de Reparación Colectiva del sujeto Comunidad Afro de Bellavista y este año seguiremos con estos procesos, con el pago de la atención humanitaria y de la indemnización individual, proyectamos el pago de 874 indemnizaciones, manteniendo los criterios de priorización establecidos”, aseguró.

Se refirió también al compromiso de la entidad con las medidas atención y prevención de emergencias. En los próximos días llevarán ayuda humanitaria a la comunidad embera del río Chicué, en Bojayá, que sufrió desplazamiento por los enfrentamientos entre grupos armados ilegales. “El 11 de este mes estaremos acompañando a estas familias afectadas de siete comunidades del resguardo del río Chicué, unas 156 familias, aproximadamente 730 personas que se desplazaron”, anunció.


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Bojayá, CNHM, Darío Acevedo Carmona, Documental, Ramón Rodríguez, Renacientes, Tania Helena Gómez

Memorias del escritorio de una periodista

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CNMH

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CNMH

Publicado

28 Abr 2015


Memorias del escritorio de una periodista

Gina Morello es la presidenta de Consejo de Redacción, una organización que promueve el periodismo de investigación en Colombia. Es editora de la Unidad de Datos del diario El Tiempo y escritora del libro ‘La ruta del despojo’. En medio de su carrera periodística ha sido una gran usuaria y productora de archivos de derechos humanos, por eso nos acompañará hoy a las 6:00 p.m. en el conversatorio ‘Archivos periodísticos, archivos para la paz’, que se llevará a cabo en la Filbo 2015 (Segundo piso del pabellón 6).


 En esta entrevista nos adelantó de lo que hablará esta tarde.

En medio de su carrera periodística ¿alguna víctima la ha buscado porque necesita una de las notas que usted escribió o de los archivos con los que las sustentó?

“Sí, muchas veces, tanto que en El Meridiano de Córdoba, donde trabajé por más de 16 años, me llamaban ‘la periodista que habla con las víctimas’.

Es que más de una vez me pasó que yo veía que a las víctimas les faltaba algún papel y yo se los ayudaba a conseguir. Una vez me encontré con el caso de un hombre que fue asesinado y que dejó 14 hijos. Ellos me decían que eran dueños de unas tierras pero que los papeles estaban en Turbo y que ellos no se podían aparecer por allá. Entonces fui hasta Turbo y se los conseguí y les expliqué qué tenían que hacer para lograr la restitución de sus tierras. Armé con ellos unas pequeñas fichas para que ellos comprendieran y me fui para mi casa. Al día siguiente me di cuenta, “¡miércoles!, necesito esos documentos porque esa es la historia.

También han buscado mis archivos los profesores y estudiantes que se constituyeron como víctimas en la Universidad de Córdoba, y unas comunidades en Valencia, que buscaban toda la relación de propiedad de la hacienda Las Tangas (base paramilitar de los hermanos Castaño Gil en Córdoba), yo tenía ese documento entre mis archivos”.

¿Y cómo es su archivo?

“Antes eran varias cajas de cartón sin ningún orden, pero del 2004 para acá, que empecé a investigar para mi libro, decidí ponerles orden. Tengo mis archivos en carpetas ordenadas por temas y guardados en varios muebles en Montería. Allí hay información de algunos casos de despojo de tierras en Córdoba, sentencias, contratos, el historial de los registros de propiedad de algunas tierras, casetes con entrevistas, etc.

Alguna parte ya la tengo escaneada y en la nube. Allí tengo unas fichas descriptivas que me permiten buscar fácilmente información. Por eso, a veces todavía me llaman de El Meridiano a preguntarme por documentos”.

Pero muy pocos periodistas son tan ordenados con sus archivos…

“Sí, es una obsesión que tengo. Muchas veces mis compañeros me miraban y me decían ‘¡estás loca!’, y yo les respondía: ‘esto me facilita la vida’. Es que son muchos años de reportería que no se pueden perder. Y como yo, hay muchos otros periodistas que tienen mucha información guardada en sus escritorios…”

¿Y qué tan factible ve que los periodistas compartan sus archivos?

“Es una tarea dura en Colombia. Es que a nosotros los egos nos matan, es necesaria una labor de convencimiento. Una buena forma sería ofreciéndoles ayuda para organizar sus archivos”.

El tema es complicado, fíjese que entidades como la Biblioteca Nacional no se atreven a digitalizar los archivos de la prensa reciente porque está protegida por Derechos de Autor y es una lástima porque víctimas de todo el país podrían beneficiarse de que esta información fuera de acceso masivo… ¿qué piensa usted de eso?

“Pienso que si uno decide ser periodista es porque uno desea acercarse a las personas de una manera transparente y trabajar con un bien público. El periodismo es un bien público y tiene una responsabilidad con la sociedad y con la historia, eso no puede irse a un lugar con candado al que acceder tenga un precio”.

¿Cree que los medios se podrían beneficiar si abrieran sus archivos para la consulta masiva?

“Yo creo que sí, y si pensáramos un proyecto, así como una gran hemeroteca digital de Colombia, sería maravilloso y podría estar integrado a la Ley de acceso a la información. Cuando una persona quiere contextualizar un hecho, ¿qué es lo primero que hace?: Va a los archivos de los medios de comunicación, pero a veces acceder a estos es complicadísimo.

Los medios no pueden olvidar que se deben al público que los consume.  Yo tengo la teoría de que para sobrevivir a este mercado tan cambiante, los medios tienen que pensar cómo le ayudan a los ciudadanos. En mi opinión la forma de ayudarles es haciendo un periodismo que les explique cosas, y un periodismo al cual puedan tener acceso”.

Los otros ponentes del conversatorio serán:

Carolina Botero. Experta en acceso a la información. Dirige el grupo de trabajo en Derecho, Internet y Sociedad de la Fundación Karisma y es co-líder de Creative Commons en Colombia. Abogada con maestrías en Derecho Internacional y de la cooperación y en Derecho de comercio y la contratación.

Luis Rodolfo Escobedo. Asesor del Observatorio Nacional de Memoria y Conflicto del CNMH. Licenciado en ciencia política con diploma de estudios avanzados en sociología. Ha sido consultor del entonces Observatorio del Programa Presidencial de derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario (hoy Consejería Presidencial), consultor de la Subdirección de Prevención y Atención de Emergencias de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas  y del Centro de Estudios y Análisis en convivencia y seguridad ciudadana de la Alcaldía de Bogotá. También ha sido consultor externo en la Fundación Ideas para la Paz.

Gloria Castrillón. Periodista con estudios de maestría en asuntos internacionales y resolución de conflictos. Es editora de investigaciones de la revista Cromos, con 20 años de experiencia en medios escritos y online. Se ha dedicado en los últimos años al cubrimiento del conflicto armado y las negociaciones de paz con las Farc, el Eln y las Auc.

La moderación estará a cargo de Álvaro Sierra, periodista, profesor y conferencista en temas de medios, paz, conflicto y drogas ilícitas. Tiene cerca de 30 años de experiencia en cubrimiento y análisis de conflictos armados.

 


CNHM, Memoria, periodista

A una semana de conocer el diseño ganador, hablan los jurados

Noticia

Autor

Juan Carlos Vargas
Periodista del CNMH

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CNMH

Publicado

04 Ago 2015


A una semana de conocer el diseño ganador, hablan los jurados

En diálogo con el CNMH los jurados del concurso dan a conocer sus opiniones y expectativas acerca de cómo el Museo Nacional de la Memoria aportará a la construcción de memoria y paz.


El pasado 29 de julio de 2015, dos meses después de que se publicaran las bases finales del Concurso Público Internacional de Anteproyecto Arquitectónico para el diseño del Museo Nacional de la Memoria, cerró el plazo para la entrega de propuestas. En total, y según la Sociedad Colombiana de Arquitectos, se recibieron 72 diseños que competirán por ser el proyecto ganador para el museo.

Como antesala a la exposición pública de anteproyectos entre el 10 y el 21 de agosto, y al anuncio de los ganadores el próximo 13 de agosto (eventos a realizarse en el Archivo Distrital de Bogotá) el CNMH preguntó al equipo de jurados sobre el concurso, sus expectativas y cómo la arquitectura aporta a la construcción de memoria y paz.

La exposición pública de anteproyectos contará con visita comentada, del 10 al 21 de Agosto a las 3:00 pm.

 


Arquitectura, CNHM, Ganadores

La arquitectura de la resistencia en Colombia

Noticia

Autor

Fernando Viviescas M

Fotografía

CNMH

Publicado

14 Ago 2015


La arquitectura de la resistencia en Colombia

Arquitecto Urbanista, Coordinador, por parte del Centro Nacional de Memoria Histórica, del Concurso Internacional para el anteproyecto del Museo Nacional de la Memoria, en compañía del Arquitecto Sergio Trujillo, Coordinador por parte de la Sociedad Colombiana de Arquitectos.


En un importante documento, producido a principios del año pasado, el Jefe de la delegación del Gobierno en las conversaciones de Paz que se llevan a cabo en La Habana, el Dr. Humberto de la Calle, se refirió al papel que tiene “El arte en la búsqueda de la paz”. En dicho escrito no solo no se incluye a la Arquitectura dentro de las manifestaciones artísticas sino que, en las proyecciones o en las funciones que se les atribuyen a estas expresiones creativas en el “llamado postconflicto”, tampoco se percibe claramente que las disciplinas del espacio tengan algún protagonismo “en la implantación de una paz firme.”

Como es lógico pensar en una sociedad como la colombiana que —a lo largo de casi ochenta años de buscar erráticamente un lugar en el mundo contemporáneo— fue naturalizando la violencia (de todo tipo) como un componente fatal de su entidad como Nación, todas las actividades constitutivas de su cotidianidad y de su perspectiva estratégica, de una forma u otra, tienden a ignorar el enorme peso que los efectos de esa violencia ejerce en la definición tanto de su identidad estructural como de su funcionamiento y de su proyección.

Sin embargo, en ningún ámbito pueden ser más apreciables las consecuencias de asumir la construcción de la sociedad en medio de la violencia que en la materialización tangible que asume esa misma sociedad, esto es, en su espacialidad y, para el caso nuestro, fundamentalmente en la CIUDAD COLOMBIANA, la cual no sólo es el producto más genuino de ese trasegar en el medio de la barbarie sino el sitio que ha servido de albergue para la gran mayoría de los hombres y mujeres que al sobrevivir han edificado esta sociedad y la seguirán erigiendo hacia el futuro.

Por ello, ahora que con las conversaciones de Paz se dan las circunstancias para abocar una construcción consciente de nuestra sociedad, es indispensable que las disciplinas del espacio se asuman como referentes para emprender esa tarea de reconstitución: que puedan contribuir “en la fase de aclimatación de la paz (,) donde —al decir de de la Calle— la expresión artística despliega su mayor potencial.”

Se abre una oportunidad, muy posiblemente irrepetible, para que estas disciplinas se instituyan como partes constitutivas en la configuración del país como sociedad civilizada en el concierto de las naciones en el siglo XXI.

Como lo plantea el Señor Comisionado: “Terminado el conflicto, se abre… el momento de las transformaciones de la sociedad.” De la formulación de un proyecto de nación que efectivamente apueste por una sociedad en la cual no sólo se busque sistemática e inteligentemente dignificar la existencia individual y colectiva (inicial y especialmente de las víctimas directas) sino restablecer críticamente, esto es, en forma crecientemente consciente, las relaciones entre los hombres y mujeres y de ellos con los demás elementos de la Naturaleza y con las expresiones materiales (particularmente con el territorio y, dentro de él, con las CIUDAD) e imaginarias que, mediante la cultura, hemos creado en el desarrollo de nuestra historia.

Tanto para formular ese horizonte de futuro como para realizarlo, es en el postconflicto donde tienen su lugar, ya ineludible e irremplazable, las disciplinas de la “proyectación” —el diseño, la arquitectura y el urbanismo— y donde pueden desplegar su inmenso poder imaginativo y constructivo para que, junto a “la palabra, el trazo, la nota y el símbolo” puedan contribuir “en la implantación de una paz firme” que apuntale la formulación y construcción de una sociedad realmente moderna: democrática, equitativa y sustentable.

Ya ubicadas en ese terreno por el Museo, necesariamente, entrarán en colaboración con las demás disciplinas, incluidas las artes y las ciencias sociales y económicas para darle consistencia, viabilidad y expresión tangible (el efecto de demostración) a la dignificación de la existencia, que es el primer arco que se abre una vez abocados a superar la barbarie que ha signado nuestra historia reciente de los últimos ochenta años.

Ese es el horizonte que ha abierto este Concurso Internacional para el Anteproyecto del Museo Nacional de la Memoria.

Las artes de la proyectación han sido consultadas y han respondido con creces no sólo en términos de cantidad, vale decir, de sensibilidad. Setenta y dos 72 anteproyectos, en el marco de más de cien inscripciones, muestran la capacidad de reacción de nuestros arquitectos, urbanistas y diseñadores, que se movilizaron masivamente, para tratar de configurar  un ámbito de expresión de solidaridad con las víctimas de la tragedia y crear una espacialidad que no sólo contribuya a resarcirlas en su identidad y en su recuerdo sino en crear condiciones objetivas para que el conocimiento y la reflexión  se erijan en los baluartes de la no repetición.

Pero respondieron también, y sobre todo, en términos de calidad —expresa profusamente en todos y cada uno de las propuestas— para buscar señalar cómo el Museo se convertirá en el símbolo de la enorme tarea que tenemos los colombianos y las colombianas en la perspectiva de re-crearnos como una sociedad solvente en el ámbito internacional de la civilización contemporánea.

Una vez convocadas de manera comprometida las disciplinas del espacio han demostrado que propenden por la formulación de paradigmas sociales que están por encima de los parámetros tradicionales de “las necesidades básicas insatisfechas” y de las “líneas de pobreza” en las cuales nos han anclado por décadas la violencia y el conflicto armado, como referentes de formulación de proyectos y programas sociales y de todo tipo.

La solvencia formal y funcional que muestran todos los proponentes da cuenta de la capacidad para formularles salidas a la complejidad que encierra esa perspectiva ciudadana e ilustrada, que implica no sólo salir de la barbarie sino introducirnos conscientemente en la construcción colectiva de una Nación donde la dignidad sea la característica fundamental de la existencia individual y colectiva.

Esa profusión de imaginación y de creatividad fue lo que hizo ardua la tarea del Jurado al cual hay que reconocerle por su idoneidad pues estuvo a la altura del reto que implicaba responder a la gran altura que habían señalado los concursantes.

En esa combinación de sensibilidad, capacidad, seriedad y responsabilidad de exponentes y de jueces estriba la fortuna del Concurso que brinda, como resultado, un Museo Nacional de la Memoria (MNM) que con solvencia ética y estética puede mostrarse -al lado de todos los demás lugares de memoria que con el liderazgo de las víctimas se han levantado en todas las regiones del país-, en el inicio del Eje de la Paz y la Memoria de Bogotá, como el símbolo del valor y la resistencia del pueblo colombiano a la barbarie, que son los principales atributos de la esperanza de una sociedad que se apresta a aprovechar creativa y solidariamente, como diría García Márquez, su “segunda oportunidad sobre la tierra.”

Bogotá, Agosto 13 de 2015.

 


Arquitectura, CNHM, Colombia, Resistencia

ABC sobre el diseño ganador del Museo Nacional de la Memoria

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

15 Ago 2015




ABC sobre el diseño ganador del Museo Nacional de la Memoria

Así como los recuerdos de las víctimas del conflicto se van revelando poco a poco en el transcurrir de la cotidianidad del país, “Entre el cielo y la tierra” se alzará como una construcción que hará que estas voces emerjan de todos los rincones del territorio nacional y se eleven hacia la luz del día.


El Museo Nacional de la Memoria se plantea no como una construcción inerte de cemento, sino como un ícono y referente para recordar a los colombianos su pasado, con miras a la construcción de un futuro más brillante.

Sobre el diseño ganador surgen varias preguntas que a continuación las resolvemos.

¿Por qué el jurado eligió como diseño ganador el proyecto “Entre el cielo y la tierra”?

Porque fue la mejor propuesta que integró eficazmente el programa arquitectónico que se planteó en las bases del concurso, lineamientos que se construyeron a partir del uso que las víctimas quieren darle a este espacio.

El jurado consideró por unanimidad que el ganador debía ser el edifico más funcional y sólido por las relaciones espaciales al interior, por las diferentes escalas de altura y las condiciones lumínicas necesarias para un museo.

Así mismo, el proyecto ganador contempla espacios de salida y descanso que para los visitantes serán necesarios una vez inicien los recorridos por los temas alrededor de la violencia y el conflicto.

¿Por qué el edificio tiene esa forma?

Según los arquitectos ganadores la forma del edificio es icónica y plantea un recorrido ascendente, secuencial y emotivo, entre el suelo y el cielo urbano. Fue construido a partir de cuadros sencillos y un conjunto de 24 picos que tocan levemente el suelo y el cielo. La construcción transporta al espectador a través de sus seis salas hasta el “Jardín de la Nostalgia”, un espacio verde con el cual finaliza el recorrido.

¿Qué significado tiene la forma del edificio?

El edificio se propone también como la representación y el acuerdo entre los valores nacionales divergentes. Los tres bloques de la construcción representan la multiplicidad de puntos de opinión, la diferencia, a través de la cual se eleva una construcción fuerte que lleva a la reflexión de que es a través de la diversidad que se logra la unidad y la fuerza.

¿Cómo se relaciona la propuesta con el espacio público?

La propuesta debe leerse como un “paraguas” que ofrece un alto potencial en el uso del espacio bajo el edificio lo cual permite dotar de sombra al plano público. Además genera una relación directa con espacios verdes ajardinados que recorren el lateral de la Calle 26 desde la Carrera 30 hasta la Plaza del Concejo, abrazando el “Ala Solar” a su paso y permitiendo visiones sucesivas de la ciudad.

¿Cómo fue la participación de las víctimas en el diseño del edificio?

El programa arquitectónico es resultado de dos años de construcción social, lo que hizo que este museo tomara un carácter de centro cultural en el cual convergen los espacios de creación, reflexión, duelo y exhibición. Por esta razón el diseño cuenta con un auditorio con un aforo de 500 personas, aulas, talleres, ludoteca, centro de documentación, espacios para la edición de medios de comunicación entre otros.

¿Quién es la firma ganadora del diseño?

MGP Arquitectura y Urbanismo (http://www.mgp.com.co/) es una firma colombiana de arquitectura ganadora de varios premios, con sede en Bogotá. Fundada por el arquitecto Felipe González-Pacheco en 1991, la firma ha desarrollado un portafolio significativo que incluye edificios residenciales y de oficinas, proyectos educativos e institucionales así como diseños urbanos.

Estudio Entresitio (http://entresitio.com/) es una reconocida firma española fundada en 2003 por los arquitectos María Hurtado de Mendoza, César Jiménez de Tejada y José María Hurtado de Mendoza, quienes habían trabajo previamente con el mundialmente conocido arquitecto Rafael Moneo. Sus diseños han sido publicados ampliamente en Europa, Asia y América. 

 

CNHM, Museo Nacional de la Memoria

Encuentro Memorias Vivas

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

06 Oct 2015


Encuentro Memorias Vivas

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) tiene el placer de invitarlo (a) al encuentro de Memorias Vivas que se llevará a cabo del 5 al 9 de octubre en el marco de la VIII Semana por la Memoria. Esta es una oportunidad para reflexionar sobre el rol de las memorias vivas en la reconstrucción de la memoria del conflicto armado y su papel en la configuración de una sociedad en paz.

Esta semana será un escenario para reflexionar y conmemorar el valor de la memoria como un elemento vivo y cambiante que recorre los territorios y se enriquece de las tradiciones y costumbres, así como de las prácticas artísticas y culturales, para denunciar, hacer procesos de duelo e, inclusive, resistir a las adversidades de la guerra. 

De igual manera, esperamos que la VIII Semana por la Memoria sea el punto de encuentro y reflexión que llene de insumos los diálogos que se tejerán alrededor de una de las misiones del CNMH: el Museo Nacional de la Memoria (MNM), espacio que se construye como una oportunidad para el impulso de iniciativas, acciones y lugares de memoria en diferentes lugares del país, así como para el desarrollo de diálogos sociales acerca de sus lineamientos a partir de actividades culturales y artísticas que ayuden a aliviar los impactos del conflicto armado interno.


Miércoles 7 de octubre, 4:00 p.m.

Los museos comunitarios de memoria le hablan al país.
Identidad, incidencia y denuncia.

Panelistas: Soraya Bayuelo, James Yarlynson, Elizabeth Mueces.

Moderadora: Lorena Luengas.

Lugar: Auditorio Rogelio Salmona, Centro Cultural Gabriel García Márquez (Calle 11 No. 5 – 60)

Hora: 4:00 – 6:00  pm

Entrada Libre.

Desde la experiencia de tres de museos comunitarios regionales, se abordarán las dinámicas, retos y aportes de este tipo de iniciativas a la identidad regional y comunitaria, indagando especialmente en su relación con el panorama sociopolítico nacional y con escenarios de construcción de paz.


Jueves 8 de octubre

Aprendizajes de la acción colaborativa.
Laboratorios de creación artística y memoria.

Panelistas: Paolo Vignolio, participantes de Laboratorios de creación artística.

Moderador: Edwin Cubillos.

Lugar: Auditorio Rogelio Salmona, Centro Cultural Gabriel García Márquez (Calle 11 No. 5 – 60)

Hora: 4:00 – 6:00  pm

Entrada Libre

Este panel se presenta como una oportunidad para conocer los aprendizajes, intercambios y logros de los participantes de los laboratorios de creación realizados en el marco de la Semana por la Memoria, y se expondrán algunas conclusiones sobre la experiencia y las nuevas perspectivas de su trabajo. 


Viernes 9 de octubre

Memoria viva en las calles.
Muestra artística de los Laboratorios de creación artística.

Lugar: Plazoleta del Centro Cultural Gabriel García Márquez (Calle 11 No. 5 – 60)

Hora: 2:00 – 4:00  pm

Espacio abierto.

La memoria viva se toma Bogotá de la mano de los resultados  de los laboratorios de creación artística y memoria. Incluye muestras en vivo de danza, música, arte y teatro.

Posturas disidentes.
Pensar-superar los lugares comunes de las artes y de la memoria.

Lugar: Auditorio Rogelio Salmona, Centro Cultural Gabriel García Márquez (Calle 11 No. 5 – 60)

Hora: 4:00 – 6:00  pm

Entrada Libre.

Frente a la pregunta: “¿estamos transitando lugares comunes en las artes y en la memoria?”, los invitados exploran las diversas formas de representatividad de las artes. Asimismo, reflexionarán sobre lo que implica reírse de la tragedia, el uso de la metáfora para aludir a la violencia, el lugar que deben ocupar las voces de los excombatientes y desmovilizados.

 
 


CNHM, Memoria, Museo

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