Etiqueta: Paz

Cátedra de la paz en la Universidad Javeriana

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Autor

Maria de los Ángeles Reyes

Fotografía

CNMH

Publicado

10 Ago 2015


Cátedra de la paz en la Universidad Javeriana

“Creemos que la memoria es una plataforma de construcción de paz” Profesor Jefferson Jaramillo, Coordinador del Centro de Estudios Sociales y Culturales de la Memoria de la Universidad Javeriana.


La Universidad Javeriana dará inicio este semestre a dos proyectos que buscan contribuir a la construcción de memoria histórica en el país. Por un lado se lanzará oficialmente el Centro de Estudios Sociales y Culturales de la Memoria (CESYCME), y, por otro lado, se implementará la Cátedra de Paz que empezará el próximo 14 de agosto.

El centro de estudios de la memoria, adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales de la universidad, tuvo su lanzamiento oficial el pasado 6 de agosto. Según el profesor Jefferson Jaramillo, director del departamento de sociología, esta iniciativa surgió hace un año y medio a raíz de la inquietud de varios profesores e investigadores de la facultad por agrupar y organizar el trabajo que, de manera independiente, se venía realizando alrededor del tema de la memoria histórica.

Con apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica se está trabajando bajo la figura de un “convenio-marco” que abarcará varias formas de apoyo institucional y metodológico. Particularmente, el centro de estudios estará vinculado al proyecto de los Grupos Regionales de Memoria. A pesar de estar basado en la sede de Bogotá de la Javeriana, se realizará un informe con base en un caso de estudio en el departamento del Guaviare. El centro de estudios aprovechará la cercanía ya existente entre algunos de sus miembros y la comunidad afrodescendiente del corregimiento de Puerto Gaviotas, en Calamar, que fue víctima de varias formas de violencia paramilitar.

Johanna Torres Pedraza hace parte del centro de estudios sobre la memoria y está trabajando en su tesis de grado para que sea publicada allí. Para ella, la importancia de que la memoria histórica sea abordada también desde la academia radica principalmente en el hecho de que en un contexto como el colombiano, en el que se busca construir memoria en medio del conflicto, la voz de las víctimas corre el peligro de ser influenciada por la institucionalidad. Los contextos académicos, sin embargo, abren el espacio para “discutir temas políticamente álgidos sobre nuestro pasado y presente violento y vincula a la reflexión a otros sectores de la sociedad aparte de las víctimas y los sectores políticos interesados”, dice Johanna.

La Cátedra de Paz

Bajo este mismo convenio también se dará inicio a la Cátedra de la Paz. Según el profesor Jaramillo, es una adaptación de la cátedra ¡Basta ya! que por motivos logísticos no pudo implementarse como un curso en el pensum de los programas de la universidad.

La Cátedra de Paz se dictará, entonces, como una serie de conferencias abiertas al público y gratuitas que se realizarán todos los viernes, a partir del 14 de agosto y hasta el 30 de octubre, en las instalaciones de la Universidad Javeriana. Las clases serán dictadas por varios investigadores que han tratado muy de cerca los temas dentro del CNMH, como Martha Nubia Bello, Rodrigo Uprimny y Andrés Suárez.  

Quienes estén interesados en participar deberán realizar su inscripción en link (http://cienciassociales.javeriana.edu.co/departamentos/historia/catedra-paz) y al final se otorgarán certificados de asistencia. Además, todos los contenidos de la cátedra se subirán al blog del curso que también está abierto al público (https://catedrapaz.wordpress.com/).

 


Cátedra, Paz, Universidad Javeriana

Religiones hablan sobre su papel en la paz

Noticia

Autor

Maria de los Ángeles Reyes
Periodista del CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

11 Ago 2015


Religiones hablan sobre su papel en la paz

Líderes de distintas religiones se reúnen en el encuentro de Iglesia, voces y memoria para hablar sobre su papel en el fin del conflicto y en la paz.


La Revista Optantes, de los frailes dominicos de la Universidad Santo Tomás, realizará, este jueves 13 de agosto y hasta el sábado 15, su décimo segundo congreso en las instalaciones de la universidad.

En esta ocasión, el evento  tiene como título Iglesia, voces y memoria y abrirá la discusión sobre el papel de las religiones en la construcción de paz. El encuentro, que buscará incluir en el debate a distintos sectores de la sociedad, contará con invitados de diferentes religiones y otras orillas políticas.

Según fray Fabio Alexis Sánchez, que hace parte de la Revista Optantes, la idea es darle una mirada amplia e incluyente al papel histórico que han tenido todas las iglesias y todas las denominaciones religiosas en el conflicto y así mismo reflexionar sobre su papel en el posconflicto. “La idea no es solo que hable la Iglesia Católica sino que hablen todas las iglesias. La idea no es que solo hablen las iglesias sino también las víctimas, los victimarios y los políticos”, dice el religioso.

En el congreso participarán obispos católicos y anglicanos, teólogos musulmanes, rabinos y pastores. Además se realizará un panel de víctimas de varias regiones y excombatientes como Yezid Arteta Dávila, excomandante de las Farc, y  Carlos Arturo Velandia, exintegrante del Eln. También varios miembros de la política nacional hablarán del tema, como la excandidata presidencial por el partido Conservador, Martha Lucía Ramírez, el gobernador del Meta, Alan Jara, y la exsenadora Piedad Córdoba.

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) participará en el congreso con un estand informativo y, además, el filósofo investigador Alberto Verón, será panelista principal en el evento. Verón hará una reflexión académica respecto al papel de lo rural como un espacio comúnmente olvidado en la filosofía: “la vereda, el campo, no han sido pensados por el filósofo cuando se pregunta por las víctimas y por la memoria”, afirma.

Los interesados en participar en el congreso deberán realizar su inscripción en la página de la Revista Optantes http://www.revistaoptantes.org.co/

La inversión para participar es de 120 mil pesos para el público general, cien mil para estudiantes y docentes universitarios y ochenta mil para religiosos. 

 


Líderes religiosos, Paz, Religión, Víctimas

Acuerdos de la Verdad en más regiones del país

Acuerdos de la Verdad en más regiones del país

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado


Acuerdos de la Verdad en más regiones del país

Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica extiende su atención a personas desmovilizadas y víctimas ubicadas en Barrancabermeja, Sincelejo, Necoclí, Yopal y Cartagena.


Con el fin de agilizar en diferentes regiones del país el proceso de recolección por medio de los aportes efectivos de contribución a la verdad por parte de personas desmovilizadas, así como las contribuciones voluntarias, la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV) del Centro Nacional de Memoria Histórica, abrió a partir de este año nuevas sedes en Barrancabermeja y Sincelejo al igual que satélites en Cartagena, Yopal y Necoclí.

Se trata de nuevos escenarios en donde más de 1.500 personas desmovilizadas de las AUC, cobijadas por la Ley 1424 de 2010, podrán participar para cumplir con su compromiso de contribuir a la construcción de verdad no judicial en el país, para garantizar el derecho de las víctimas y la sociedad civil a saber los hechos del conflicto.

La sede regional Barrancabermeja es el resultado del traslado de la sede de Bucaramanga, donde se espera que acudan las personas desmovilizadas especialmente del Bloque Central Bolívar (BCB) y de otras estructuras del Magdalena Medio. En Bucaramanga funcionará una oficina del Instituto de Estudios Políticos de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB).

En Sincelejo la DAV llega a atender a las personas desmovilizadas principalmente de los bloques Héroes de Montes de María, Mineros, Catatumbo y BCB; mientras que en Necoclí se atenderán especialmente personas que alguna vez estuvieron vinculadas con el Bloque Elmer Cárdenas. En Arauca se espera conocer verdades de quienes estuvieron vinculados a los bloques Centauros y Arauca.

A la fecha, la DAV ha certificado 3.000 firmantes de Acuerdos de la Verdad y recibido 5.800 relatos de personas desmovilizadas cobijadas por la Ley 1424 de 2010. Alrededor de 14 mil personas desmovilizadas, que firmaron Acuerdos de la Verdad con el gobierno, se consideran aptas para la realización de aportes efectivos para garantizar la verdad histórica del conflicto armado en temas como la conformación de los grupos paramilitares y su participación en ellos; así como los hechos y actuaciones que conozcan por haber pertenecido a esas organizaciones. Se trata de personas desmovilizadas que no están cubiertas por la Ley de Justicia y Paz y que están pendientes de resolver su situación jurídica.

Este mecanismo no judicial de contribución a la verdad permitirá a las personas desmovilizadas obtener una certificación por aportes al esclarecimiento de graves violaciones a los Derechos Humanos siempre y cuando hagan aportes efectivos a la memoria histórica, completar su proceso de reintegración a la sociedad colombiana y gozar de la libertad. Estos hallazgos se complementan con las Contribuciones Voluntarias que hagan distintos sectores de la sociedad, en especial de las víctimas.  

 


Acuerdos de la Verdad, Colombia, desmovilizados, Paz

Bojayá quiere ser un referente de paz

Bojayá quiere ser un referente de paz

Autor

Maria de los Ángeles Reyes
Periodista del CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

19 Feb 2016


Bojayá quiere ser un referente de paz

El domingo 21 de febrero se llevará a cabo en la Iglesia de Bellavista, en Bojayá, el primero de varios lanzamientos de la nueva publicación del periodista español Paco Gómez titulada La guerra no es un relámpago. El libro, de la editorial Icono, es un entramado de historias que relata la realidad actual del Medio Atrato, Pacífico colombiano, y las percepciones que tienen diversos actores acerca de la inminente paz que llegará al país.


Este es el segundo libro que Paco Gómez publica acerca de la comunidad del Medio Atrato. En agosto de 2002, cuando trabajaba como periodista en Bucaramanga publicó Los muertos  no hablan que trata de la resistencia civil en el Medio Atrato apenas tres meses después de uno de los episodios más dolorosos y cruentos de la historia de la región: la masacre de Bojayá. Ahora, con La guerra no es un relámpago, los protagonistas de estas historias son quienes dan continuidad a esos relatos de resistencia para construir la memoria colectiva de un pueblo cuya esencia es, precisamente, el valor de resistir en medio de la guerra.

La historia empieza con el acto público de perdón que hicieron las Farc el 6 de diciembre de 2015 en Bojayá, y se va entrelazando con el relato de uno de los líderes más importantes de la comunidad: Leyner Palacios, hoy postulado, junto con otras cuatro víctimas, Santos y “Timochenko”, al Premio Nobel de Paz.

Leyner Palacios, sobreviviente de la masacre, ha trabajado toda su vida por la defensa de los derechos de su comunidad. Para él, ese 2 de mayo fue el detonante para que los ojos del país y del mundo se pusieran sobre un lugar que ha sufrido una crisis humanitaria desde la década de los 90.  “La masacre puso en evidencia que había un total abandono del Estado, que no nos protegió, que nunca brindó salud y educación, y que aún después del 2002, hasta el 2006 y aún ahora, sigue permitiendo que se violen muchos de nuestros derechos”.

Precisamente por eso el nuevo libro de Paco Gómez apenas menciona el día de la masacre. Su objetivo es mostrar que Bojayá no es más un referente de guerra, sino que la misma comunidad trazó un nuevo capítulo y quiere hablar de paz. Para Leyner Palacios, a partir del 6 de diciembre empezó un proceso, que será largo y difícil pero que conducirá, no tiene la menor duda, a la reconciliación y a la paz de Colombia. “Nosotros, como bojayaseños, tenemos toda la esperanza y voluntad de trabajarle a eso. No queremos que la historia que nosotros vivimos se repita en ninguna parte del mundo. Y nuestra experiencia de paz tiene mucho que enseñar”.

El libro, además de Bojayá, será presentado en Bogotá, Quibdó, Cali y Medellín. Los lanzamientos cuentan con el apoyo de la Fundación Universitaria Claretiana, la Diócesis de Quibdó, el Comité por los derechos de las víctimas de Bojayá y el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) [Descragr informe Bojayá: la guerra sin límites].

El evento en Bogotá tendrá lugar en el auditorio del CINEP y contará con la participación del director del CNMH, Gonzalo Sánchez Gómez, Paco Gómez, y uno de los protagonistas del relato, el líder regional Leyner Palacios.

Bojayá:

Domingo 21 de febrero / 11 a.m.
Iglesia de Bellavista viejo (Bojayá) 

Quibdó:

Lunes 22 de febrero / 4 p.m. 
Sede Unicalretiana
Calle 20 No. 5-66B La Yesquita. Quibdó

Bogotá:

Miércoles 24 de febrero / 4 p.m. 
Auditorio del CINEP 
Cra 5 No. 33B-02. Bogotá

Cali:

Jueves 25 de febrero / 4 p.m. 
Centro Cultural Comfandi

Medellín:

Miércoles 2 de marzo / 6:30 p.m. 
Biblioteca Piloto
Auditorio Manuel Mejía Vallejo
Cra 64 No. 50-32. Medellín

 


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Colombia: un paso más cerca de la paz

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Autor

CNMH

Fotografía

Fotografía AFP.

Publicado

24 Sep 2015


Colombia: un paso más cerca de la paz

El 23 de marzo de 2016 es la fecha definida para la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc


“Una Colombia en paz brillará como una estrella fulgurante en el concierto internacional”. La frase del presidente Juan Manuel Santos durante una intervención posterior a la firma del acuerdo sobre justicia con las Farc destacó la importancia de un nuevo paso en el proceso de construcción de paz y reconciliación del país.

“He venido a La Habana también para hablar con Timoleón Jiménez, jefe del secretariado de las Farc. Tan importante como satisfacer los derechos de las víctimas es asegurar que no haya nuevas víctimas: que se acabe definitivamente el conflicto armado en Colombia”, dijo a los asistentes al histórico acto.

Se trata de los anuncios hechos por el Primer Mandatario luego de la lectura del comunicado número 60 sobre la creación de la Jurisdicción Especial para la Paz que incluye penas alternativas de hasta 8 años, construcción de verdad y memoria histórica, trabajo social, entre otras herramientas de justicia transicional.

Esto con el fin de garantizar los derechos de las víctimas a la verdad y la reparación integral, así como la no repetición de los hechos de violencia y contribuir a la construcción de una paz duradera.

Se trata de un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición que se suma a los puntos ya acordados en la mesa de negociación de La Habana que incluyen “Hacia un Nuevo Campo Colombiano: Reforma Rural Integral”, “Participación política: Apertura democrática para construir la paz” y “Solución al Problema de las Drogas Ilícitas”.

De acuerdo con el comunicado conjunto ratificado en La Habana por el presidente Juan Manuel Santos y el jefe del secretariado de las Farc, ‘Timochenko’, el sistema especial contará con Salas de Justicia y con un Tribunal para la Paz que “estarán integrados principalmente por magistrados colombianos y contarán con una participación minoritaria de extranjeros que cumplan los más altos requisitos”.

Un sistema contra la impunidad

También incluye el otorgamiento de amnistías para quienes sólo estén vinculados a delitos políticos y conexos definidos por el Derecho Internacional Humanitario. Las personas vinculadas con delitos de lesa humanidad, genocidio y graves crímenes de guerra, además de toma de rehenes, privación grave de la libertad, tortura, desplazamiento o desaparición forzados, ejecuciones extrajudiciales y violencia sexual tendrán un proceso de investigación y juzgamiento por parte de la Jurisdicción Especial para La Paz que tendrá competencia en actores que hayan participado directa o indirectamente en el conflicto armado interno como miembros las Farc y los agentes del Estado.

Las acciones que se contemplan como parte de este proceso de justicia transicional buscan impedir la impunidad, propiciar la obtención de la verdad, contribuir a la reparación de las víctimas y juzgar y sancionar a los responsables de los graves delitos cometidos en el marco del conflicto armado. Para ello se diferenciará el tratamiento para quienes reconocen verdad y responsabilidad, de quienes no lo hacen o lo hacen tardíamente.

“A los primeros se les impondrá una sentencia, fundada en las conductas reconocidas después de haber sido contrastadas las investigaciones de la Fiscalía General de la Nación, las sanciones impuestas por otros órganos del Estado, las sentencias judiciales existentes, así como la información que provean las organizaciones de víctimas y de derechos humanos. Los segundos enfrentarán un juicio contradictorio ante el Tribunal”, sostiene el comunicado.

Las penas alternativas para quienes reconozcan delitos muy graves serán de cinco a ocho años de prisión, lo cual se deberá complementar con los compromisos de resocialización a través de trabajo, estudio o capacitación y medidas restauradoras de servicio social. Quienes  no reconozcan responsabilidades y sean condenados por el sistema especial tendrán penas de hasta 20 años de prisión en condiciones ordinarias.

Además de ratificar el apoyo de la transformación de las Farc en un partido político, se definió que para participar en este sistema especial de justicia transicional los participantes se podrán integrar luego de la delación de armas, cuyo inicio está previsto a más tardar a los 60 días luego de la firma del Acuerdo Final.

Un significativo avance

Para el presidente de Cuba Raúl Castro “las conversaciones marchan por buen camino”,  gracias a un significativo avance con los acuerdos en materia de justicia.

Timoleón Jiménez, jefe del secretariado de las Farc, detalló que la jurisdicción acordada ha sido diseñada para todos los involucrados en el conflicto con el fin de abrir la posibilidad de tener una reparación plena que no va en contravía de las obligaciones de Colombia y de lineamientos internacionales, lo que pone el proceso colombiano como ejemplo para otros procesos de paz.

“Las partes deben multiplicar los esfuerzos para la construcción de consensos que nos aproximen a la construcción de la paz”, dijo.

 Descargar comunicado oficial de La Habana >>

 


Colombia, Farc, Gobierno Nacional, Habana, Paz

Una caja de herramientas para aprender la paz

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

24 Sep 2015


Una caja de herramientas para aprender la paz

Enseñar a dar muerte y desmembrar el cuerpo de una persona, es un acto escalofriante y frío. Saber que en Colombia existieron, o existen, “Escuelas de la muerte”, creadas por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) para formar a sus integrantes en el exterminio al enemigo, produce tristeza y repulsión. Ir a Buenaventura y descubrir las “Casas de pique”, donde se forjan jóvenes expertos en la desaparición del “enemigo”; encontrar en las minas antipersonal la respuesta directa por parte de las Farc a la inmovilización del “adversario”, sin importar las consecuencias; o ver en Soacha la mirada de unas madres que no entienden quién les “enseñó” a los soldaos y comandantes hacer pasar a sus hijos como falsos guerrilleros, matarlos y luego cobrar una recompensa.

El pasado miércoles 23 de septiembre, en una charla sobre “Educando desde-para-sobre la paz”María Emma Wills, asesora del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), apasionada, hablaba sobre el silencio que nos ha carcomido como sociedad, de la falta de crítica ante los hechos que nos han acosado durante varias décadas de conflicto armado. “Nos dejamos arrastrar hacia los infiernos de la guerra y actuamos como seres pasivos e indiferentes. Nos dejamos llevar por las memorias falsificadoras que son absolutamente perversas, esas que dicen que no, que acá no ha pasado nada, que acá no fue tan grave, que 50 años de conflicto y 220 mil muertos no es tan grave. Esas memorias desconocen la capacidad de sevicia, de deshumanización que produjo la guerra”.

Según la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas del Conflicto Armado, más de siete millones de colombianos han sido afectados por el conflicto armado, casi la totalidad de la población que habita en Bogotá. “Tenemos que humanizarnos, humanizar al otro, a los combatientes, a quienes participaron oculta o abiertamente de la guerra. La mayoría de los colombianos indirecta o directamente, por indiferencia o por acción, hemos participado y hemos colaborado a que esta guerra se prolongue. Todos estamos de alguna manera involucrados. Humanizar al excombatiente de las Farc, a los combatientes, humanizar a nuestra Fuerza Pública,  a los afectados por minas antipersonal”, dijo Maria Emma Wills.

“Ella habló sobre la “Caja de herramientas: Un viaje por la memoria histórica. Aprender la paz y desaprender la guerra”, un instrumento pedagógico creado y consolidado entre el Centro Nacional de Memoria Histórica y el Ministerio de Educación Nacional y apoyada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM),  buscareconocer al sector educativo como un vehículo fundamental en la construcción de ciudadanía y consciente de las afectaciones del conflicto armado”.

La escuela, vista en todas sus facetas, puede alimentar el conflicto armado al apostarle al silencio sobre los hechos que han ocurrido, ocultando diferentes verdades e imponiendo una sola.

“Hay dos memorias que son engranajes de la guerra, las memorias vengativas, esas tienen que ver básicamente con vernos entre buenos y malos, que la violencia está inscrita en el ADN de los colombianos. Esas memorias vengativas estigmatizan, están basadas en estereotipos, en grandes esquemas mentales. Para unos el Estado es malísimo y para los otros básicamente hay unos combatientes salvajes que no han aportado nada al desarrollo del país. Y están las memorias falsificadoras que niegan y desconocen todo lo que ha pasado”, explicó María Emma.

Justamente a todo lo contrario es a lo que le apunta la Caja de Herramientas: habla sobre la memoria que va en contravía de esos estereotipos, busca matices y el reconocimiento del otro y genera reflexión y debate público en las diferentes prácticas pedagógicas.

Pero, cómo contribuir a generar esa ciudadanía democrática en el aula escolar si en Colombia, según el Ministerio de Educación, a la fecha el país tiene una tasa de cobertura en el nivel educativo de bachillerato cercano al 47%. Actualmente, cerca de un 70% de los municipios cuenta con oferta de educación superior. Entonces qué pasa con el 30% restante, con eso jóvenes que están en peligro de hacer parte de un grupo armado.

Y aquí surgen también otras preguntas: ¿Cantidad es igual a calidad?, si la deserción educativa es elevada; según el Ministerio de Educación a 2013, del 100% de estudiantes que iniciaban su actividad educativa en zonas rurales, solo el 48% las culminaba.

Y es que la educación en Colombia debe reconocer que los estudiantes llegan con proyectos de vida, con dilemas, con preguntas, con saberes, y que finalmente el modelo educativo se tiene que transformar. Los maestros deben dejar a un lado el modelo de enseñanza donde solo ellos tienen la verdad y el estudiante es una caja vacía que debe absorber conocimiento, porque eso pasa con la guerra y  “la gran pelea en este momento alrededor de la memoria histórica es que los actores del conflicto, todos, están convencidos que cada uno tiene su verdad verdadera y que ese actor se la va imponer a la sociedad. Mi verdad verdadera es la verdad del país”, afirmó María Emma Wills, al referirse a la transformación de la escuela, que se debe dotar de crítica, solidaridad y comprensión a los jóvenes.

Una persona que está llena de dilemas —por ejemplo en Buenaventura— que vive una cotidianidad llena de complejidades [Ver informe: Buenaventura, un puerto sin comunidad], sin encontrar un espacio dónde reflexionar sobre lo conveniente o inconveniente de armarse, ¿dónde pueden medir los efectos de sus decisiones?, ¿con el que recluta?, ¿con el que expende droga? No hay una reflexión crítica que les posibilite medir las consecuencias sobre su proyecto de vida, sobre el proyecto de vida de sus familiares y comunidades. “Hay dilemas morales que debemos discutir, esa es la entrada a la cotidianidad y sus dilemas morales deben estar en el aula escolar. Tienen que estar en la universidad, las clases de política colombiana deberían empezar por los dilemas y por las subjetividades de los estudiantes. La historia de por allá es mi historia también. Tengo que hacer el vínculo entre mi historia y nuestra historia, porque si no estamos condenados a repetir las consecuencias de la guerra”, comentó María Emma.

Es toda una restructuración educativa, que de la subjetividad debe pasar hacia el encuentro con el otro, con el distinto, el opositor. Un encuentro que debe darse desde lo democrático y no desde el arrasamiento, desde la no aceptación, para dejar de tener “escuelas de la muerte”, “casas de pique”, “mutilados por minas antipersonal” o “falsos positivos”. El país se construye desde diferentes orillas y el mejor antídoto de la guerra es la convivencia con el otro.

El pasado 29 de septiembre María Emma Wills habló sobre estos temas en Arauca, y este primero de octubre, en el Centro de Alto Rendimiento de Bogotá (Av. 63 # 47-06), participará en el Encuentro Nacional de Educación para La Paz en el que presentará la “Caja de herramientas: Un viaje por la memoria histórica. Aprender la paz y desaprender la guerra”. Al evento asisten delegados deuniversidades, secretarías de educación y otras organizaciones de la sociedad civil. Este será un evento que busca incidir en la implementación de una política pública de educación para la paz. El lanzamiento oficial de la Caja será en Noviembre. 

 


Caja de Herramientas, Paz

Convesatorio sobre Barú: los conflictos de la paz

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CNMH

Publicado

21 Oct 2015


Convesatorio sobre Barú: los conflictos de la paz

¿Cómo resolver los conflictos sociales, ambientales y territoriales en zonas donde confluyen intereses de grupos económicos y políticas públicas de desarrollo o de conservación ambiental?, ¿Cómo garantizar el respeto de los derechos colectivos de las comunidades étnicas que no tienen tierras tituladas? Estos son algunos interrogantes de los cuales se hablará en el conversatorio Barú: los conflictos de la paz que se realizará el próximo miércoles 28 de octubre desde las 9:00 a.m. en el auditorio 209 del Edificio Fernando Barón en la Universidad Javeriana de Bogotá (Entrada libre hasta completar aforo).

El equipo de enfoque étnico del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) ha apoyado procesos de reconstrucción de memoria que sobrepasan la victimización en el conflicto armado colombiano. Uno de esos procesos fue la investigación realizada por miembros de las comunidades de Barú, Ararca, Santa Ana y Pasacaballos, ubicadas en Cartagena (Bolívar), un territorio donde no hay un conflicto armado pero que sufre un conflicto social y territorial latente, en el que se cruzan modelos de desarrollo de varias industrias -incluyendo la hotelera-, políticas públicas de conservación, ordenamiento territorial y reclamos por la pérdida de territorio.

“Estas problemáticas no están asociadas al conflicto armado, pero sí a un modelo económico que ha traído un desarrollo que no ha sido consultado con las comunidades, expresado en proyectos turísticos e industriales. Es una problemática que visibilizamos en Barú, pero que se repite en otras zonas del país por cuenta de esos modelos económicos que van a afectar la pervivencia y la paz de estas comunidades” expresa Patrick Morales Thomas, coordinador del enfoque étnico del CNMH.

Durante el 2013 y hasta mediados del 2014, el Observatorio de Territorios Étnicos y Campesinos de la Universidad Javeriana, con el apoyo del Programa para Afrodescendientes e Indígenas de Acdi/Voca, realizó el proceso de acompañamiento e investigación en torno a las problemáticas y aprendizajes alrededor de la titulación colectiva, el ordenamiento territorial y el manejo de los recursos naturales en el  Caribe.

En Cartagena fueron ocho consejos comunitarios insulares los que participaron de procesos formativos y espacios de encuentro para diagnosticar y analizar la situación territorial, histórica, ambiental y jurídica de estas comunidades. Como resultado, los consejos comunitarios y el Observatorio, produjeron  una serie de cartografías de la península de Barú y de la isla de Tierra Bomba que pone en perspectiva los lugares de importancia cultural y ecológica, en contraste con  los conflictos socio-ambientales que obstaculizan la legitima reclamación de los afrodescendientes por la titulación colectiva.

Barú: los conflictos de la paz busca entonces generar un diálogo con la participación de actores sociales, institucionales y académicos en torno a los retos que implican los conflictos sociales, ambientales y territoriales en zonas donde confluyen diferentes intereses económicos, políticos y propuestas de conservación para las poblaciones negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras.

Consulte aquí la agenda completa y los invitados al conversatorio

 


Barú, conflictos, Conversatorio, Paz

Museos para la paz

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CNMH

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CNMH

Publicado

16 May 2016


Museos para la paz

En el Día Internacional de los Museos (18 de mayo), el Museo Nacional de la Memoria (MNM), proyecto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), organizó una serie de actividades con el propósito de unirse a la celebración anual mas importante de la instituciones museales del mundo.


Esta fecha fue establecida desde 1977 por la Organización Internacional Council of Museums (ICOM), y su objetivo es sensibilizar al público sobre el rol de los museos como institución al servicio de la sociedad e interlocutores para el intercambio cultural, la cooperación, la conciencia social, el fomento del respeto, la solidaridad y la paz entre los pueblos.

Como parte de las actividades durante la semana, del 16 al 20 de Mayo, se llevará acabo el encuentro “El papel de los Museos en el contexto de superación del conflicto armado y la construcción de paz”, espacio cerrado de conversación entre directores y equipos de trabajo de diferentes museos sobre los retos que afrontan estas instituciones culturales en la coyuntura de negociaciones políticas, reconocimiento de las víctimas y superación del conflicto armado.

Debate esencial por el momento histórico de transiciones y transformaciones sociales en el país, que interpela a las instituciones museales en su rol como actores relevantes que propician escenarios para la representación, la comprensión crítica del pasado y la deliberación pública sobre el presente y el futuro. (leer 7 museos de memoria para no olvidar las guerras del mundo).

Complementario a este encuentro se realizará el 19 de mayo, a las 6:30 p.m., la proyección de cortos documentales del Centro Nacional de Memoria Histórica en Cine en la Fachada, ciclo audiovisual al aire libre del Centro Cultural Espacio Odeón que en esta ocasión también cuenta con la selección de trabajos del Festival Internacional de los Derechos Humanos.

Entre las instituciones invitadas están:

–       Museo de Antioquia
–       Casa Museo de la Memoria de Medellín
–       Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá
–       Museo Comunitario de San Jacinto, Bolívar
–       Museo de Arte Moderno de Bogotá
–       Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá
–       Maestría en Museología de la Universidad Nacional de Colombia
–       Museo Nacional de Colombia
–       Museo de la Tertulia – Cali

 


Museos, Museos de Memoria, Paz

Reflexiones de los museos para la construcción de paz

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CNMH

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CNMH

Publicado

23 May 2016


Reflexiones de los museos para la construcción de paz

La larga violencia que ha afrontado el país, así como la histórica coyuntura que atravesamos en aras de poner fin a la confrontación armada y avanzar en la construcción de la democracia y de la paz, pone de presente la necesidad de que los museos se planteen retos y tomen decisiones que los pongan en sintonía con una contribución efectiva a la construcción de democracia y paz en el país.


Para hablar de esos retos y a propósito del Día Internacional de los Museos, el Museo Nacional de la Memoria (MNM) del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) convocó a directores de distintos museos, y centros del país, a realizar un primer diálogo en torno al “El papel de los museos en el contexto de la superación del conflicto armado y la construcción de paz en Colombia”.

La discusión giró alrededor de tres preguntas: ¿Cuál debe ser la contribución de los museos en la construcción de paz?, ¿cuáles son los retos de los museos para tratar los temas de la atrocidad, el horror y la violación de los derechos humanos? y ¿cómo construir relaciones colaborativas entre museos y otras instituciones de la cultura? La conversación permitió compartir experiencias y reflexiones, identificar situaciones, especialmente institucionales y de política que dificultan el cumplimiento de la labor de estas instituciones, precisar retos y proyectar  posibles acciones de articulación que permitan fortalecer la contribución de los museos a una sociedad de respeto por los derechos humanos.

A continuación algunas de esas reflexiones

Los museos enfrentan un reto importante en el propósito de construir contextos históricos, memoria colectiva y en promocionar una cultura del respeto por los derechos humanos; en este sentido urge una mirada crítica de la función que han cumplido los museos y en general las instituciones culturales, las cuales han sido, de cierta manera y con algunas excepciones, funcionales a las violencias, exclusiones y autoritarismos. 

Los museos deben propiciar espacios incluyentes y plurales, que propongan dinámicas pedagógicas que favorezcan lecturas complejas de la realidad, develen los negacionismos, controviertan verdades oficiales y prevengan mayores polarizaciones, a la vez que promuevan apropiación, compromiso ciudadano y esperanza.

Se debe fortalecer el diálogo entre los museos, propiciar intercambios, realizar programaciones conjuntas, facilitar itinerancias y aprovechar las distintas experticias tanto en lo local con en lo nacional para que se pueda hacer más eficiente su labor.

Los museos de los municipios y regiones tienen importantes lecciones y experiencias que deben ser recogidas y potencializadas por los museos regionales y nacionales, al tiempo que los museos que cuentan con mayor trayectoria y apoyo institucional deben ponerse al servicio de quienes así lo demanden.

Temas complejos como el manejo ético del horror y la manipulación emocional, la sostenibilidad y autonomía que deben gozar los museos, la especificidad de los museos de memoria y DDHH y su relación con otras instituciones, la inclusión de nuevos lenguajes,  entre otros, ameritan que se mantenga y se amplié la discusión.

Es de vital importancia la política pública y la ley de museos que promueven actualmente el Centro de Pensamiento Artes, patrimonio cultural y acuerdo social (CREA) de la Universidad Nacional de Colombia, pues resulta imperioso que desde el proceso de construcción de una nueva institucionalidad para la paz, se conciba una ley que garantice las condiciones para que los museos puedan contar con las condiciones económicas  e institucionales requeridas para  su trabajo.

 


Museos, Paz, Reflexiones

Un Nobel de Paz por la memoria

Un Nobel de Paz por la memoria

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

22 Feb 2016


Un Nobel de Paz por la memoria

Cuatro de las cinco víctimas postuladas al premio Nobel de Paz junto al presidente Juan Manuel Santos y el líder de las Farc, alias ‘Timochenko’, le contaron al CNMH la importancia para ellas de ser nominadas a este galardón.


La nominación la realizó el parlamentario noruego, Heikki Holmas, y sorprende por la diversidad de representantes que la componen: empezando por el presidente Juan Manuel Santos y alias ‘Timochenko’, jefe máximo de las Farc. De igual manera fueron postulados José Antequera, hijo del líder asesinado de la UP, José Antequera; Luz Marina Bernal del Colectivo Madres de Soacha que lucha en contra de las ejecuciones extrajudiciales; Jineth Bedoya, periodista víctima de violencia sexual por parte de las AUC; Leyner Palacios, líder de Bojayá, y Constanza Turbay, única sobreviviente de la familia Turbay, exterminada por las Farc, quienes eran líderes y políticos en Caquetá. El CNMH insistió hablar con Constanza Turbay pero no pudo contactarla.

“Hacer la paz es de valientes”: Palacios

Cuando tenía 26 años, en 2002, Leyner Palacios sobrevivió a uno de los hechos más fatídicos en la historia del conflicto armado en Colombia: la masacre de Bojayá. Este hecho puso al Chocó en la esfera pública, y Leyner Palacios empezó a ser reconocido como uno de los más importantes defensores de derechos humanos en Colombia. Sin embargo, la violencia y las injusticias que aquejaban la región no empezaron el 2 de mayo de ese año. Por eso, la lucha de Leyner va más allá de la reivindicación de las víctimas de la masacre. Su pugna gira en torno a todas las personas que se han visto afectadas por la violencia en el Medio Atrato, no solo por causa del accionar de los actores armados, también debido al abandono y la constante negligencia del Estado.

Frente a la postulación al Premio Nobel indicó: “Un reconocimiento al trabajo de construcción de paz que ha venido haciendo mucha gente en el país; gente que nunca ha tomado el camino de la guerra sino que ha buscado siempre resistir de forma pacífica”. Respecto al hecho de que estén juntos víctimas y victimarios en este grupo postulado al Nobel, Leyner Palacios se muestra receptivo. Dice que a pesar de que han sido generadores de violencia ahora “han tenido la valentía se sentarse a hablar  como enemigos, para hacer las cosas diferentes” y cree que es un esfuerzo que se debe reconocer y que es válido.

Denunciar el paramilitarismo: Antequera

José Antequera Guzmán tenía cinco años cuando su papá, José Antequera, fue asesinado el 3 de marzo de 1989 en el aeropuerto el Dorado de Bogotá. A José Antequera lo mataron por denunciar el paramilitarismo que reinaba a finales de los años 80. Para ese entonces, Antequera padre desplegaba una gran carrera política y prometía un enorme futuro como dirigente de la Unión Patriótica, UP. A partir del momento de la muerte de su padre, José Antequera hijo se ha dedicado a trabajar por la memoria histórica y por el esclarecimiento de los procesos de exterminio y despojo en Colombia.

En cuanto a la expectativa que le genera esta postulación opinó: “Esto nos sirve a nosotros para elevar nuestra voz, no solo frente al tema de los derechos de las víctimas, sino frente a muchos otros temas con los cuales estamos involucrados, con la paz en primer lugar y también con una perspectiva de pos acuerdo que tenga justicia social, una perspectiva de acuerdo verdaderamente democrática. La principal expectativa es que esto sea para que nuestra voz adquiera mayor peso, para que podamos influir e incidir mucho más en este país frente a muchos de los retos que tenemos. Creo que eso es un poco lo que ha venido pasando y para mí es ya una gran ganancia que la gente a partir de reconocer, a partir de valorar esa nominación, nos escuche más atentamente y valore lo que venimos haciendo”.

“Las víctimas somos aportantes para este proceso de paz”: Bernal

Ella no buscaba figurar en los medios de comunicación, foros sobre víctimas o recorrer el mundo contando su historia; ella era una madre, como muchas, pero un día su hijo fue desaparecido y fue presentado como guerrillero muerto en combate. Luz Marina Bernal es líder del Colectivo Madres de Soacha, madre de Fair Leonardo Porras de 26 años, desaparecido y asesinado en Ocaña, Norte de Santander, por integrantes de Ejército. Es una de las más representativas figuras nacionales para hablar sobre ejecuciones extrajudiciales y el caso de su hijo fue declarado crimen de lesa humanidad.

Con la humildad y sencillez que la caracterizan, dice que le “agradece al señor que los postuló —Heikki Holmas— porque “realmente para todos los que fuimos elegidos es un momento coyuntural, un momento importante, y digo coyuntural sencillamente porque se está trabajando un proceso de paz que realmente el país lo necesita, ya que estamos en conflicto hace más de 50 años y hemos aportado nosotros las víctimas una cuota muy alta para que ese proceso se dé ahora, ya que han existido otros procesos, pero han sido fallidos y esperamos que este proceso se lleve a un feliz término”.

La lucha y dignidad de Jineth Bedoya

El 25 de mayo de 2000, la periodista Jineth Bedoya se dirigía a la cárcel Modelo de Bogotá para una entrevista con el exjefe paramilitar, Mario Jaimes Mejía, alias el ‘Panadero’. Sin embargo, cuando intentaba ingresar al penal fue abordada por varios hombres que la drogaron y la agredieron física y sexualmente. Ese día inició su incansable trabajo por los derechos y la dignidad de las mujeres víctimas de la  violencia sexual.

“El 25 de mayo, hace 15 años, me robaron la vida —recuerda la actual Subeditora del periódico El Tiempo— sin embargo cuando me inscribí a la lista del Registro Único de Víctimas y empezó el proceso de reparación, inicié una lucha para que en esa misma fecha se reconociera y dignificara a miles de mujeres que como yo, fueron víctimas de violencia sexual en Colombia, y así entre todas recuperar lo que nos robaron”. Un sueño que se materializó en 2014 cuando el presidente Juan Manuel Santos, mediante el decreto 1480 de 2014, ordenó que cada 25 de mayo se conmemorara el Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de Violencia Sexual.

La ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz será el 10 de diciembre (fecha en que murió Alfred Nobel) en Oslo Noruega.

 


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