Las comparaciones son muy odiosas pero es la mejor manera de entender la dimensión de este impacto del conflicto armado. Un estadio lleno con el total de personas que están desparecidas, “45 mil almas”, podría vociferar en un solo coro un gol de Colombia. Aclaramos, claro está, que respetamos el dolor de todas las víctimas del conflicto armado y nos solidarizamos con su dolor, lucha y resistencia. Hacemos este ejercicio para evocar en la mente de los indiferentes la importancia de este tema.
El próximo 30 y 31 de agostos miles de madres, padres, hermanos, hermanas, esposos e hijos, saldrán a las calles, en el día Internacional del Detenido Desaparecido, para exigir la búsqueda de sus seres queridos, y no son sólo de ellos, de nuestros desaparecidos. Porque esas 45 mil personas que no han vuelto a sus hogares, al igual que los 49.612 que llenan el estadio Metropolitano de Barranquilla, también son colombianos.
Volvamos a las comparaciones. Continuemos con el fútbol. En Colombia el promedio de asistencia a los estadios es de 20 mil hinchas por partido en el torneo local profesional, digamos, un Millonarios versus Huila en el estadio Nemesio Camacho El Campin de Bogotá, o Atlético Nacional versus Tolima en el Atanasio Girardot de Medellín. Según Isabel Ortigosa del Colectivo Orlando Fals Borda, “en el país hay registrados 20.443 casos de personas inhumadas como no identificadas en cementerios municipales, de acuerdo con información suministrada a la Fiscalía General de la Nación por 861 alcaldías locales”. Es decir, más de 20 mil N.N.
A ese dato del Colectivo Orlando Fals Borda súmele los cementerios clandestinos de los diferentes grupos armados del conflicto armado de Colombia. Entonces usted debe agregar lugares como la Escombrera en Medellín, las casas de pique en Buenaventura, las escuelas de la muerte en Caquetá, el cementerio clandestino de la Macarena, Meta, los hornos crematorios del Norte de Santander, y los que puedan llegar a revelarse con una eventual Comisión de la Verdad.
En sólo CINCO -con negrilla y mayúsculas- cementerios del Meta donde trabaja el Colectivo Orlando Fals Borda se registran 2.292 cuerpos de personas no identificadas. De esos, se han exhumado alrededor de mil y se ha logrado identificar más de 800, según la Fiscalía General de la Nación. De esos cuerpos “se han logrado entregar 77 a sus familiares en casi cinco años. A este ritmo, harían falta 144 años para entregar el resto de los cuerpos inhumados en estos cinco cementerios”, expone Isabel Ortigosa. Entonces, ¿Cuántos años faltan para entregar las 45 mil personas que hacen falta?
A esto hay que sumarle la falta de garantías de las víctimas en las regiones para buscar sus familiares. Súmele la falta de recursos para contratar personal que realice la búsqueda y sobre todo “hace mucha falta de voluntad política”, dice Janeth Bautista, directora de la Fundación Nidya Érika Bautista.
Para el asesor de la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Guillermo Fernández Maldonado, la desaparición forzada es un tema obligatorio para el Estado, “no estamos hablando de algo que sucedió en el pasado, es algo que sigue sucediendo y tiene un espectro mucho más amplio. Es algo sobre lo que siempre debe estar pendiente en cuanto a prevención, investigación y sanción”, explica.
Entonces, ahora que empiezan las eliminatorias de la selección Colombia, recuerde que ese estadio podría estar desocupado, ya que es casi el mismo número de los desaparecidos a causa del conflicto armado. Pero sobre todo recuerde este 30 y 31 de agosto cuando vea a una madre con la fotografía en el pecho de su hijo o esposo, que ese desaparecido también es suyo, es un colombiano más.