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Publicado

1 mayo 2020

Tras 18 años de la masacre de Bojayá, nuestro compromiso no acaba

  • El Centro Nacional de Memoria Histórica acompañará este sábado 2 de mayo los actos programados por la comunidad de Bojayá en conmemoración de la masacre ocurrida hace 18 años en la iglesia de Bellavista.
  • Líderes de víctimas de la comunidad y del CNMH participarán del conversatorio y presentación del documental “Renacientes”, elaborado durante el proceso de reparación simbólica.

El Centro Nacional de Memoria Histórica —CNMH— reafirma su compromiso con el fortalecimiento del espíritu resiliente de la comunidad de Bojayá mediante el recuerdo del daño provocado por el conflicto armado. Cuando se cumplen 18 años de la masacre cometida por la guerrilla de las Farc, que acabó la vida de por lo menos un centenar de sus habitantes, el pueblo persiste en el renacer de la vida y los reclamos de paz, dignidad y no repetición.

Este sábado 2 de mayo, tendremos el conversatorio Acompañando el renacer de Bojayá, que se realizará a las 2:00 p.m. a través del Facebook del CNMH. El proceso de reparación simbólica, la afectación de la violencia, la resiliencia y la vida en la región del Medio Atrato son temas para este diálogo en el que participarán líderes de la comunidad y nuestro equipo de Enfoque Diferencial Étnico. En este espacio virtual se presentará el documental Renacientes, una producción audiovisual que recoge imágenes y testimonios del proceso de reparación en que se han vinculado la entidad y los habitantes de Bojayá, y narra el encuentro de varias generaciones para hacer memoria, resistir y construir paz defendiendo el territorio.

A las 9:00 a.m., a través nuestra cuenta de Facebook, habrá una rueda de prensa que ofrecerán el director de la Unidad de Víctimas, Ramón Rodríguez; el director del CNMH, Darío Acevedo, y un representante del Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá sobre las acciones del Gobierno Nacional para garantizar la reparación integral de la comunidad.

Igualmente, acompañaremos los actos conmemorativos programados por la comunidad. En medio de la emergencia sanitaria por el covid-19, Bojayá llevará al mausoleo de las víctimas una oración, sus tradicionales alabaos y una ofrenda. También se celebrará una eucaristía desde el antiguo Bellavista. El CNMH se enlazará con la transmisión en vivo de estos momentos de la conmemoración, que el Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá compartirá a través de la cuenta de Facebook de la emisora local Bojayá Estéreo, a las 8:00 a.m. y 10:00 a.m.

Colombia no puede olvidar el 2 de mayo de 2002: a las 10:15 a.m., guerrilleros de las Farc dispararon un cilindro bomba contra la iglesia San Pablo Apóstol, en el antiguo Bellavista, cabecera de Bojayá, donde se refugiaban alrededor de 300 personas por los enfrentamientos que libraban desde el 20 de abril el Frente José María Córdova de la guerrilla y el comando paramilitar del Bloque Élmer Cárdenas. La presión de la guerrilla por deshacerse de los cadáveres antes de la llegada de medios de comunicación y autoridades y la violencia continuada en el territorio no permitieron la despedida y el duelo de acuerdo a sus tradiciones religiosas.

“Si se piensa en la magnitud de los eventos en términos de muertos, heridos y desplazados, frente al tamaño de la población, se puede decir que los daños ocasionados por la masacre fueron catastróficos. Toda familia quedó de alguna manera en duelo, todas las familias tuvieron que participar en la búsqueda y el conteo de sus víctimas”, señala el informe Bojayá. La guerra sin límites, publicado en 2010 por el Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación.

El CNMH acompañó desde 2017 las diligencias de identificación e individualización de las víctimas, a cargo de la Fiscalía General de la Nación y el Instituto de Medicina Legal, que fueron parte de los acuerdos de La Habana, luego de que la guerrilla de las Farc reconociera su responsabilidad en la masacre. Nuestro equipo de Enfoque Étnico aportó para consolidar la metodología de encuentros familiares a través de un grupo de memoria local, junto al Comité por los Derechos de las Víctimas, gestores de memoria y el equipo local de Comunicaciones.

El trabajo permitió reconstruir con relatos los roles de vida y el árbol de cada familia, buscando dignificar y hacer homenaje a las víctimas. Se elaboraron 40 álbumes familiares que fueron entregados en el acto de despedida espiritual e inhumación Bojayá honra a los sagrados espíritus, que se cumplió el 17 de noviembre de 2019, y se convirtieron en un modo para sanar el dolor y un tesoro íntimo y privado que representa el recuerdo de sus familiares muertos en la masacre.

Así mismo, respondiendo a las solicitudes de la comunidad y a los compromisos asumidos durante el proceso de acompañamiento, se realizó un mural en homenaje a los niños y niñas fallecidos en la masacre y se reconstruyó otro mural de memoria muy significativo para la población, elaborado en 2004 en la escuela del antiguo Bellavista. Ambos murales fueron realizados en un intercambio de saberes del que participaron niños y niñas, gestores locales, alabadoras y sabedoras de Bellavista y el corregimiento de Pogue.

El acompañamiento para la reparación simbólica en Bojayá inició en 2009, cuando el Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (que pasó a ser parte del CNMH con la Ley 1448 de 2011 —ley de víctimas—), produjo el informe Bojayá. La guerra sin límites, que precisó la magnitud de los daños que el conflicto ha provocado a las comunidades afro e indígenas del Medio Atrato.

El Enfoque Diferencial Étnico del CNMH ha promovido el fortalecimiento del grupo de cantadoras del Consejo Comunitario de Pogue, proceso que derivó en la producción, publicación y divulgación de la cartilla Pogue: un pueblo, una familia, un río, del cancionero El oficio de cantar memoria y el documental Las musas de Pogue, en alianzas con la Corporación Pasolini de Medellín, la Universidad de Columbia y la Organización Internacional para las Migraciones. El trabajo con la comunidad ha servido además para comprender el significado de los procesos mortuorios, afectados por la violencia y la mala muerte que representa para ellos el crimen del 2 de mayo de 2002.

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