Un reconocimiento que tocó corazones

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CNMH

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Publicado

18 Dic 2015

Un reconocimiento que tocó corazones


Pocos colombianos saben que un día después de que Fabiola Lalinde fuera notificada de la inclusión de su archivo en el Registro de Memoria del Mundo de la Unesco, tuvo que ser hospitalizada por una falla cardiaca. Fabiola, de 79 años, pasó más de una semana en una clínica en Bogotá,  lejos de su Medellín, digiriendo la noticia, tratando de procesar la emoción de que uno los máximos organismos de la educación en el mundo haya decidido proteger el archivo de la madre de un desaparecido por el Estado colombiano.

Apenas hasta el pasado 16 de diciembre, cuando se hizo la entrega oficial del certificado de reconocimiento, Saadia Sánchez Vegas, directora de la oficina de la Unesco para Colombia, supo del incidente, y frente a esto no pudo dejar de opinar: “es de las pocas veces que escucho que un corazón no haya resistido una emoción positiva, cómo será lo que esto habrá puesto de vida en ella”.

Y es que como lo expresó Gonzalo Sánchez Gómez, director general del CNMH, el recibir el certificado, “este no solo tiene un sentido muy político, sino que también toca vidas, toca familias, toca corazones”.

La entrega del certificado al CNMH, entidad que tiene en custodia el archivo de Fabiola y que lo postuló ante la Unesco, se dio dos días después de que la mesa de negociaciones de La Habana diera a conocer el acuerdo parcial alcanzado sobre el tema de las víctimas. Allí se reconoció particularmente a las víctimas de desaparición forzada con la creación de una comisión de búsqueda.

Fabiola Lalinde es una de las víctimas más emblemáticas de este atroz crimen, no solo porque Luis Fernando Lalinde Lalinde, su hijo, fue el primer desaparecido reconocido por la Comisión Interamericana de Justicia, sino porque ella y su familia han dedicado más de treinta años de su vida a la recuperación de la memoria de su hijo. Para el momento en que ella inició su búsqueda, la desaparición forzada no estaba tipificada como delito en Colombia, así que ella abrió camino en un país que no tenía especialistas forenses que pudieran ayudarla a encontrar los restos de su hijo, en el que las víctimas no recibían atención psicosocial y donde no existía lo que ahora llamamos memoria histórica.

Con su lucha consiguió obtener verdad, el Ejército tuvo que reconocer su responsabilidad en la desaparición de Luis Fernando, aunque todavía no ha conseguido justicia, ninguna persona ha sido aprehendida por esta desaparición y ella todavía, 31 años después, no ha recibido la indemnización por los perjuicios económicos que este crimen le trajo a su familia. Para Fabiola esto implicó ser víctima de múltiples persecuciones, que la llevaron incluso a estar injustamente encarcelada acusada de narcotráfico. Tuvo que dejar de trabajar, perdió la casa en la que vivía y en este momento atraviesa serias dificultades económicas.  

De allí que la directora de la Unesco destacara la necesidad de reconocer su experiencia. “Con el registro en el programa de Memoria del Mundo, la memoria de doña Fabiola no solo será más  perdurable, sino que saldrá de su intimidad para ser memoria de la humanidad, nunca más será olvido”.   

De la misma manera, Gonzalo Sánchez destacó que “es muy importante que se reconozca un trabajo construido desde el corazón por una víctima en la coyuntura presente, aquí hay un mensaje muy grande de respaldo a las víctimas. Ellas van a tener que seguir enfrentando muchas dificultades en lo que se viene del proceso de paz, y este reconocimiento es poner una estrellita más a su lucha. Porque este proceso necesita y va a necesitar de mucha ayuda”.

Descargar el certificado del Programa Memoria del Mundo de la Unesco.

Vea aquí el video de Saadia Sánchez Vegas, directora de la Oficina de UNESCO en Quito y Representante para Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela, hablando sobre la importancia de que este archivo esté registrado el programa de Memoria del Mundo.

Publicado en Noticias CNMH

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