El pasado 31 de julio se conmemoraron 16 años de esta primera incursión de los paramilitares en La Morelia -que sus pobladores se niegan a olvidar- donde recordaron sus muertos, desaparecidos y desplazados. “Ni impunidad ni olvido”, gritaban mientras leían uno a uno el nombre de sus familiares asesinados. Una iniciativa propia de la comunidad que realizan desde hace tres años.
Murales, placas con los nombres de sus muertos, velas, rosas y mensajes hacen parte de los homenajes a los caídos en la absurda guerra que no eligieron. “Las víctimas siempre asisten, nosotros los llevamos en la mente y el corazón, este es un conflicto en el que nada tenemos que ver. Debemos entender el por qué de lo que está sucediendo, nosotros no generamos enemigos, nos los han creado”, explicó José Alonso Valencia, presidente de la Junta de Acción Comunal del corregimiento La Moralia y promotor de esta iniciativa.
En la memoria de los habitantes de este pequeño corregimientos del Valle del Cauca se prolonga la necesidad de no olvidar; de recordar que el propósito de expansión nacional de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) tocó a sus puertas. “Ese período está entre el 98 al 2004 más o menos. El período fuerte del paramilitarismo fue entre el 98, 99 y como por un período de tres años matando gente en el centro del Valle (…).”, reseña el Centro Nacional de Memoria Histórica en su informe: ““Patrones” y campesinos: tierra, poder y violencia en el Valle del Cauca (1960 – 2012)”.
“Lo que sucedió en La Moralia nos muestra cuál es la importancia que tiene la memoria para la comunidad y las víctimas directas, eventos en los que participa toda la comunidad en un acto de solidaridad con quienes han sufrido pero también de reivindicación social de quienes fueron asesinados. Lo que vivimos en La Moralia fue un acto de amor y dignidad”, indicó María José Pizarro, coordinadora de la Estrategia de Participación con Víctimas del Centro Nacional de Memoria Histórica, quien estuvo acompañando la conmemoración.