‘Voces de la Selva’, imágenes con sonido propio en el Bajo Putumayo

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Publicado

11 noviembre 2022

‘Voces de la Selva’, imágenes con sonido propio en el Bajo Putumayo

  • Niños, niñas y adolescentes de La Tagua, en Puerto Leguízamo, buscan darle voz a imágenes a través de una exposición transformadora que estará abierta al público de manera permanente.
  • La Estrategia de Iniciativas de Memoria del CNMH acompañó el proceso y estuvo en la apertura del museo escolar de memoria histórica Voces de la Selva, que se llevó a cabo la semana pasada.

El corregimiento de La Tagua, en Puerto Leguízamo, de ahora en adelante tiene el orgullo de decir que cuenta con el primer museo escolar de la memoria histórica del departamento del Putumayo. Se trata de una iniciativa de memoria histórica que se venía trabajando desde el 2019 y que contó con el apoyo de la Estrategia de Iniciativas de Memoria del Centro Nacional de Memoria Histórica desde el año 2020, para materializar lo que en un principio era solo un sueño de jóvenes que buscaban entender y darle otra mirada al conflicto armado.

El museo escolar Voces de la Selva es el nombre del proceso que lidera Andrés Angarita, un joven docente de la Institución Educativa Rural Leonidas Norzagaray, quien recuerda que el proyecto surgió después de lograr identificar que muchos de sus alumnos no contaban con herramientas que les permitieran conocer la historia: su propia historia. La reformulación de un proyecto pedagógico transversal en la institución educativa fue fundamental para que se pudiera generar una serie de iniciativas y estrategias y lograr que la memoria histórica se trabajara desde el aula y con los estudiantes. Así nació el Comité de Memoria Histórica Voces de la Selva en el año 2019, el cual impulsó el desarrollo de actividades que darían como fruto la propuesta de construir un museo de memoria histórica que ayudará en la transformación de todo aquello que sienten y piensan los niños, niñas y adolescentes sobre el conflicto armado en su territorio.

Leidy Durán, integrante del comité, resalta el impacto de estos procesos: “La memoria histórica es un vehículo para el esclarecimiento de los hechos violentos, la dignificación de las voces de las víctimas y la construcción de la paz sostenible en los territorios. La memoria es importante para preservar nuestra identidad, nos permite recordar de dónde venimos, quiénes somos y cómo ha ido evolucionando nuestro pueblo”.

La importancia de desarrollar estos procesos en la escuela quizá no ha sido lo suficientemente tenida en cuenta, según Angarita: “La formulación del Acuerdo de Paz, que es la política pública macro sobre la cual se generan este tipo de iniciativas, no consideró a las escuelas, y esto ha generado que estos espacios, de alguna u otra manera, se sientan aislados del proceso, y creo que los estudiantes, por su misma naturaleza, pueden aportar muchísimo en todo este escenario de posconflicto y de postacuerdo. Entonces valida la escuela, valida a los estudiantes como protagonistas, como sujetos activos en la reconstrucción de paz y en el rescate de las memorias individuales y colectivas”.

Sobre el nombre del museo, el profesor comenta que “quisiera que entendieran que el proceso, en el cual cumplen un rol importantísimo los estudiantes, se da a través de mesas de diálogo, de deliberación, y en este sentido fue que logramos construir el nombre. Yo les decía a los chicos cuando empezábamos las reuniones que pensaran en algo significativo de la región, y ¿qué más significativo que la selva que nos rodea? Voces porque es una alegoría al rol que cumplen los estudiantes durante todo el proceso, durante las estrategias que nosotros continuamente íbamos generando”.

Este museo contará con una exposición permanente que se divide en cuatro capítulos, en los cuales se hace un recuento por la historia misma del comité, sus comienzos y avances, la relevancia del medio ambiente en el conflicto y un repaso histórico sobre el departamento del Putumayo y los grandes daños de la guerra con el fin de conocer la historia y jamás repetirla.

“Para construir reconciliación y paz, para consolidar la tolerancia y la solidaridad y para avanzar por caminos de convivencia, se deben posibilitar espacios de sensibilización ciudadana orientados a la construcción de memoria histórica y solidaridad colectiva”, asegura Leidy Durán, recalcando que, sin duda, Voces de la Selva marcará un antes y un después para una comunidad que busca mirar con otros ojos el pasado.

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