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CNMH La Semana por la Memoria 2024 empezó con la inauguración de la exposición «6402», en la que participaron las Madres de los Falsos Positivos de Colombia (Mafapo).

Publicado

30 de noviembre de 2024

Semana por la Memoria 2024: a través de la palabra, el arte y el fogón se han escuchado las memorias diversas del conflicto armado

 

Desde el 28 de noviembre, el Centro Nacional de Memoria Histórica abrió un espacio para escuchar las memorias de resistencia en Colombia. Acá te dejamos un vistazo de las reflexiones y diálogos construidos con las voces del territorio.

 

Con el lema «Unidad en la diversidad», el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) dio inicio a la Semana por la Memoria 2024: un evento en el que las diversas memorias del territorio han sido protagonistas en el parque El Renacimiento, en Bogotá. A través del arte, la literatura y la música, las víctimas y sobrevivientes del conflicto armado han contado no solo lo que les ha pasado por más de 75 años, sino también cómo han resistido a ello. 

El 28 de noviembre, en la apertura de la Semana por la Memoria, se escucharon las voces de las Madres de los Falsos Positivos de Colombia (Mafapo). La asociación instaló la exposición «6402», en la que presentaron 70 botas intervenidas artísticamente en memoria de las personas asesinadas por miembros de la fuerza pública y presentadas como bajas en combate.  

«No ha sido un invento de nosotras para sacarle dinero al Estado», aseguró Jacqueline Castillo, lideresa de Mafapo, frente al trabajo que han realizado no solo para encontrar los restos de sus hijos, sino también en búsqueda de justicia y verdad. «Nosotras seguimos en pie dando esta lucha, dando a conocer esta verdad que ha sido tan cuestionada —señaló la representante legal del colectivo—. Lo que debemos estar pidiendo como sociedad es la lista de todos los militares que asesinaron a nuestros hijos». 

 

 
 
 
 
 
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En la Semana por la Memoria 2024, la exposición de Mafapo está disponible de manera permanente con una muestra del CNMH que se titula «De dónde salió la cifra de 6402 víctimas de los crímenes conocidos como “falsos positivos”». Asimismo, hay otros espacios permanentes y más de 25 actividades que invitan a la ciudadanía a hacer parte de la «Unidad en la diversidad». 

«Seguimos siendo un país centralista. Desde Bogotá se siguen tomando las decisiones», explicó María Gaitán Valencia, directora del Centro Nacional de Memoria Histórica, durante el evento de apertura. «Por ello, a final de cada año, invitamos a Bogotá para que escuche a los territorios, escuche a las víctimas y escuche a quienes construyen memoria y levantan la voz», agregó. 

 

Conversatorios para acercar(nos) a la verdad y la memoria

 

En la imagen, la Sala de Escucha donde se presentan los diálogos y conversatorios programados durante la Semana por la Memoria 2024

 

«En este clima tan frío nos convoca el calor de la palabra», dijo Nartyjulieth Vásquez Quijano, contratista del CNMH, en uno de los conversatorios de la Semana por la Memoria. Lo cierto es que esas juntanzas han sido protagonistas en la Sala de Escucha: se ha hablado sobre el rol de la literatura para transitar los dolores del conflicto armado, las consecuencias psicosociales del accionar paramilitar y la voluntad de construir memoria desde los territorios. 

El 29 de noviembre, más de 30 personas escucharon las voces de tres mujeres que han escrito e investigado sobre el conflicto armado en Colombia. «Desde la Biblioteca Especializada del CNMH se nos ocurrió juntarlas y hacer esto que conocemos como juntanza desde la oralidad», precisó Nartyjulieth tras presentar a Gloria Duarte, autora del libro Léxico de la violencia en Colombia 1948-1970; Pilar Lozano, periodista y escritora de literatura infantil, y Laura Escobar, investigadora de la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV) del CNMH. 

Sus palabras llevaron a los y las asistentes a reconocer los retos de narrar a la Colombia que ha sufrido, llorado y resistido a la guerra. Mientras Duarte leyó fragmentos que demuestran cómo «el léxico de la violencia tiene un significado específico» y ha cambiado los imaginarios de la sociedad, Lozano hizo un llamado a escuchar a los niños y niñas que han vivido la guerra y que terminan cargados de culpas. «No hemos hecho nada. Ese dolor que tienen es un dolor silenciado, un dolor ignorado —reflexionó la escritora—. Ya lo dijo la Comisión de la Verdad: “no es un mal menor”».

Por su parte, Laura Escobar destacó el reto que supone esclarecer la verdad de lo que pasó —y sigue pasando— en el conflicto armado. «Uno de los objetivos más importantes que tenemos como Centro Nacional de Memoria Histórica es el compromiso de traducir lo que hemos vivido como país en distintas maneras para que la mayor cantidad de personas lo pueda escuchar», señaló la contratista de la DAV. 

 

De hecho, la Dirección de Acuerdos de la Verdad ha liderado más de una actividad en la Sala de Escucha para dar a conocer los hallazgos encontrados tras investigar la violencia paramilitar en el país. Durante 12 años, esta dirección técnica ha escuchado y recopilado más de 14 000 testimonios de personas que estuvieron vinculadas a 39 estructuras paramilitares y que se acogieron al Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad. 

Es por eso que las investigadoras de la DAV presentaron los hallazgos del informe ¿Qué le digo yo? Ya no se sabía qué dolía más. Daños, afectaciones psicosociales y recursos de afrontamiento en víctimas y sobrevivientes de violencia paramilitar en Colombia. Durante el conversatorio del 28 de noviembre, se expuso cómo las mujeres y los niños, niñas y adolescentes sufrieron de manera diferenciada el accionar paramilitar.

«El cuerpo de las mujeres es un territorio de resistencia», dijo una de las investigadoras sobre cómo la violencia contra las mujeres en los conflictos armados no solo busca herirlas, sino también desgarrar el tejido colectivo. Lo que hicieron los paramilitares erosionó su autonomía y sus proyectos de vida, transformando la economía y los rasgos culturales en los territorios, también fragmentando familias y comunidades enteras. 

 

SaNaciones y el Fogón del Ubuntu

 

Juntanza alrededor del Fogón del Ubuntu durante la Semana por la Memoria 2024.

 

En la Semana por la Memoria también han resonado las voces de las luchas de los pueblos indígenas y las resistencias de las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras. Es así como, en la tarima del CNMH, se abrió un diálogo con esas voces de la Colombia que hace falta conocer, y, sobre todo, escuchar.

Ocho pueblos indígenas se reunieron en Bogotá para hablar sobre el informe Tiempos de vida y muerte: memorias y luchas de los pueblos indígenas en Colombia y la cartilla pedagógica Espirales de la vida y la muerte. Durante ese espacio, Jeremías Tibalú, líder del pueblo misak, destacó que su lucha «no es solo por el territorio físico, también por preservar nuestra forma de pensar, nuestro tiempo y nuestra cosmovisión».

Por su parte, Dayana Hibiscus, del pueblo awá, recordó que el conflicto armado y las victimizaciones a los pueblos indígenas «no es una historia del pasado, es una realidad que vivimos en el presente». Sus palabras honraron la memoria de su compañero Lorenzo Pascal, quien fue asesinado el 28 de noviembre de 2024 ante una violencia que no es de ellos, pero que ha condicionado sus vidas. «Ya no podemos vivir tranquilos, no porque los espíritus puedan enfermarnos por no respetar los tiempos sagrados, sino porque la violencia amenaza directamente nuestra existencia», añadió. 

Esos testimonios no se quedaron en ese conversatorio, tienen ahora un espacio permanente en la Semana por la Memoria 2024. En la exposición SaNaciones, los y las asistentes han conocido la estrategia de construcción de paz —promovida desde el CNMH y protagonizada por los 115 pueblos originarios en Colombia— que reconoce y dialoga con las memorias, orígenes y cosmovisiones de los pueblos indígenas para sanar los daños causados por el conflicto armado. 

Por otra parte, el Centro Nacional de Memoria Histórica también le ha apostado a reconocer la resistencia de las comunidades negras, raizales y palenqueras. Con ese objetivo, lanzó la estrategia del Fogón del Ubuntu, el cual ha estado encendido durante la Semana por la Memoria, representando lo que es: un escenario de sostenibilidad que promueve la siembra, la autonomía alimentaria y la protección de los territorios. 

En el primer encuentro, alrededor de 20 personas bailaron y escucharon el sonido tradicional de la música del Pacífico con la interpretación musical del grupo Marimbea. Tras media hora de canto y baile, Lina Córdoba, contratista del CNMH, explicó cómo «el fogón ha sido históricamente un escenario de resistencia», que en muchas ocasiones ha apagado su llama por el conflicto armado, pero que las comunidades han encontrado otras formas de volverlo a encender. 

 

La memoria que construye futuro

 

Conversatorio «La construcción de memoria histórica desde un enfoque territorial: Plan Territorial de Memoria en Caquetá»

En el primer día de la Semana por la Memoria, se realizó la presentación del Plan Territorial de Memoria para el Caquetá. Durante el espacio de diálogo, el CNMH aseguró que en 2025 se realizará la Caravana por la Memoria por este departamento, la cual pretende fortalecer los lazos con los territorios y acercar las diversas expresiones de memoria histórica a las comunidades. «Sigamos caminando juntos, recordando que la memoria no solo construye el pasado, sino también el futuro que soñamos», propuso María Gaitán, directora del CNMH.

La Semana por la Memoria «Unidad en la diversidad» sigue vigente en el parque El Renacimiento hasta el domingo 1 de diciembre de 2024. Aún se puede hacer parte de la «Unidad en la diversidad» en este encuentro lleno de exposiciones, espacios de lectura, laboratorios de creación, diálogos, presentaciones artísticas y encuentros en torno a la construcción de memoria histórica y al esclarecimiento de la verdad. 

Conoce aquí la programación completa.

 
 
 
 
 
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*La Semana por la Memoria es posible gracias al esfuerzo del CNMH y el apoyo de la Agencia de Cooperación Española AECID, la Embajada de Francia, el Instituto Francés y la Fundación AQUA. 

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