Exilio: la memoria, un regreso a casa.

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Publicado

23 julio 2020

Comunidad de La Chinita hace memoria y clama por la paz

  • El próximo domingo 26 de julio se lanzará: “En La Chinita cantamos por la memoria y la paz”.
  • En esta iniciativa de memoria, familiares y amigos de algunas de las 35 víctimas de la masacre de La Chinita, así como sobrevivientes del hecho, perpetrado por integrantes del V Frente de las Farc-ep en esa comunidad de Apartadó, Urabá antioqueño, en 1994, rescatan a través de la música de su región los momentos festivos de la comunidad, que fueron frustrados por la acción violenta.
  • El lanzamiento incluirá el estreno de un videoclip y una canción con la que quieren dignificar el nombre de sus seres queridos y hacer un llamado a la paz; el bullerengue sentao “En La Chinita cantamos por la memoria y la paz”.

Luego de 26 años, la comunidad de La Chinita podrá concluir la celebración que guerrilleros del V Frente de las Farc interrumpieron cuando entraron al poblado, en el municipio de Apartadó, Urabá antioqueño, para asesinar a 35 personas y dejar otras 17 heridas. La fiesta continuará, y así quedó registrado en una Iniciativa de Memoria de la que hace parte una canción y un videoclip realizado en un trabajo conjunto entre funcionarios y contratistas del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Colectivo La Chinita.

Este producto de memoria, que será presentado a la opinión pública en el Facebook del CNMH este domingo 26 de julio desde las 2:00 p.m., en un conversatorio que tendrá como protagonistas a sobrevivientes de la masacre, así como amigos y familiares de las víctimas, empezó a ser construido en 2019, con la interacción del Colectivo La Chinita, en el barrio Obrero y la Estrategia de Apoyo a Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH, para fortalecer sus ejercicios de memoria y explorar los lenguajes con los que se querían representar y narrar sus recuerdos y su proceso de recuperación.

Durante las actividades, las integrantes del Colectivo se pusieron de acuerdo en volver al pasado y representarlo en una canción, el bullerengue sentao, “En La Chinita cantamos por la memoria y la paz” acompañado de un videoclip y un librillo en el que la letra y la música hacen referencia a los hechos dolorosos, pero también, a la esperanza y la solidaridad.

“La canción fue pensada por nosotros, la letra es nuestra. Para mí, la importancia de estas iniciativas de memoria es que uno ve el avance que va teniendo como persona, como colectivo. Esa memoria es recordar, vemos el avance que hemos tenido. Recordar el pasado mirando siempre el futuro”, cuenta Silvia Berrocal, integrante del Colectivo La Chinita.

Valga destacar que el video fue rodado en La Calle de la Esperanza, espacio que ha sido resignificado y que hoy día es sinónimo de resiliencia y construcción de paz para la comunidad.

Les invitamos a una jornada en la que nos acompañarán Silvia Irene Berrocal García, Claribel Cuello Banda y Luz Marina Mosquera Arroyo, integrantes del Colectivo La Chinita, y el grupo de bullerengue Alma Negra, quienes nos contarán cómo surgió el Colectivo y la iniciativa de memoria y nos interpretarán algunas canciones del folclor colombiano, especialmente de la región de Urabá.

La transmisión podrá verse a través de Facebook live en el perfil del Centro Nacional de Memoria Histórica el domingo 26 de julio a las 2:00 p.m,Podrán seguir toda la campaña de lanzamiento por medio de los hashtags #TerritoriosyMemorias y #LaChinita ¡Les esperamos!

Antecedentes históricos de violencia

Urabá ha sido uno de los escenarios del conflicto armado interno que ha azotado a Colombia en las últimas seis décadas. La agroindustria bananera, la ganadería y su ubicación estratégica cercanas al mar Caribe y bañadas por las aguas del río Atrato, son las razones que explican la presencia de diversos grupos armados y sus enfrentamientos por el control de este territorio. Según la publicación del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) Una nación desplazada: informe nacional del desplazamiento forzado en Colombia, entre 1989 y 1996, se registró en Urabá la más alta tasa de población desplazada con 167.178 personas: “los municipios que registraron mayores niveles de expulsión fueron Turbo (38.136), Necoclí (17.787), Tierralta (9.998), Apartadó (9.890) y Arboletes (9.761)”.

A partir de 1994 la violencia en el territorio asumió un carácter más aterrador. Datos del informe ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad afirman que en menos de cinco años se presentaron 52 masacres, entre estas la de La Chinita, la madrugada del 23 de enero de 1994, donde murieron 35 personas, entre los cuales se encontraban tres menores de edad, mientras departían en un evento masivo y festivo organizado por la comunidad. Esto provocó desplazamientos forzados y homicidios selectivos en toda la región.

Durante varios años la justicia no pudo determinar el autor intelectual y material de la masacre, pero poco a poco se estableció que miembros del V frente de las Farc fueron los directos responsables del ataque a la población civil que se encontraba en dicho poblado.

Solo en el año 2016, durante la firma del Acuerdo de Paz, algunos integrantes de la cúpula de las Farc hicieron presencia en el Barrio Obrero-La Chinita para pedir perdón por este hecho a los familiares y sobrevivientes de la masacre. Esto animó al Colectivo La Chinita en el propósito de recuperar y divulgar las memorias sobre su proceso comunitario, sus familias, la construcción de paz territorial y el diálogo intergeneracional con los niños, niñas y adolescentes de sus comunidades.

En el contexto de confrontaciones bélicas, negociaciones de paz y reconciliación, el CNMH, desde sus diferentes estrategias y equipos, ha acompañado diferentes acciones e iniciativas de memoria de los grupos y organizaciones de víctimas, de los cuales resaltamos a Urabá como un territorio de memorias. Desde el 2014 la Estrategia de Apoyo a Iniciativas de Memoria Histórica ha identificado, registrado y acompañado diferentes procesos  en once comunidades usando lenguajes expresivos que van desde prácticas artísticas y culturales hasta procesos pedagógicos de memoria.

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