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“Antes la paz era un tema innombrable en las aulas”: Yennided Castiblanco

“Antes la paz era un tema innombrable en las aulas”: Yennided Castiblanco

“El maestro es un líder social”: Ménderson Mosquera

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CNMH

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CNMH

Publicado

15 mayo 2020


“Antes la paz era un tema innombrable en las aulas”: Yennided Castiblanco

En este Día del Maestro queremos reconocer las diversas formas de hacer pedagogía de la memoria histórica. Yennided Castiblanco, licenciada en Lengua Castellana y Literatura, y especialista en Innovación Educativa, nos cuenta en esta entrevista cómo ha cambiado la educación para la paz en una región afectada por el conflicto armado como Caquetá. También nos habla sobre la iniciativa Hechos de paz, con la que reconstruye memoria histórica en las aulas.

Si quieren conocer más historias de maestros y maestras que trabajan por la memoria, los invitamos a visitar nuestras redes sociales.

¿Cómo es ser maestra en una región golpeada por el conflicto armado?

“Es ser una joven que, al hacer memoria, regresa a su pasado, despierta su sensibilidad y se reconoce como parte de la historia de su territorio. Es abrir el corazón para que los estudiantes vean en su docente un reflejo de sí, y creen un vínculo afectivo que motive a buscar estrategias que trasciendan de los salones de clase a la sociedad”.

¿Qué imaginarios se pueden cambiar desde la pedagogía de la memoria histórica?

“Por años, el conflicto silenció a los docentes que le apostaban a transformar la educación desde sus comunidades, haciendo de la paz un tema innombrable en las aulas. Así crecimos muchos, creyendo que la paz era un tema prohibido y normalizando lo que sucedía a nuestro alrededor. Hoy, gracias al esfuerzo de los estudiantes y los docentes, la pedagogía de la memoria se ha convertido en un camino para lograr la desnaturalización de la violencia, buscando siempre la identidad y, sobre todo, dándole valor a la educación y a la vida”.

¿Por qué es importante que la memoria se haga con niños, niñas y adolescentes?

“Partimos por reconocer que los niños no solo son el futuro, sino el presente. Aunque algunos no han presenciado los horrores del pasado, todos llevan en su sangre la historia de sus padres y abuelos. Gran parte de la vida de niños y jóvenes se da en un contexto educativo, junto a los docentes que acompañan el proceso de formación. La memoria es importante con todo tipo de persona, pero iniciar con ellos es una gran posibilidad para romper con las desigualdades existentes entre historia, escuela y política social”.

Cuéntenos sobre Hechos de paz, historias para construir.

“Como respuesta a la necesidad de transformar la educación, nace en el 2017, en un salón de clases de San José del Fragua, en Caquetá, una experiencia pedagógica llamada Hechos de paz, historias para construir. Se propone una estrategia didáctica para reconstruir la memoria desde las bases de la identidad, a partir de la cultura, la educación y la cátedra de paz.

Para la época, debido a las condiciones del territorio, era muy poco lo que se sabía de pedagogía de la memoria, pero esa motivación por lo poco conocido impulsó la búsqueda de información y el apoyo para dar respuesta a sus interrogantes”.

¿Qué otras herramientas pedagógicas ha usado para incluir a niños y niñas en la construcción de memoria?

“Usamos la radio como difusión de una cultura de paz, la transversalización con otras áreas de aprendizaje y el tejido para expresar emociones, identidad y memorias corporales”.

¿Cuáles han sido sus mayores aprendizajes como maestra?

“Vivir y ser docente en un país tan afectado por el conflicto da temor a veces, pero mi mayor aprendizaje, gracias a la memoria, fue ir a mi pasado, reconocerme como parte de la historia de mi territorio, lograr despertar esa sensibilidad que me hizo reflexionar desde mi disciplina. No ha sido un camino fácil, Hechos de paz es un niño que llevo de la mano, me ha secado las lágrimas y me ha enseñado a convertir cada dificultad en un impulso para continuar”.


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“El maestro es un líder social”: Ménderson Mosquera

“El maestro es un líder social”: Ménderson Mosquera

“El maestro es un líder social”: Ménderson Mosquera

Autor

CNMH

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Publicado

15 mayo 2020


“El maestro es un líder social”: Ménderson Mosquera

En este Día del Maestro queremos reconocer las diversas formas de hacer pedagogía de la memoria histórica. En esta entrevista, Ménderson Mosquera, un profesor de Bolombolo, corregimiento de Venecia, Antioquia, nos habla sobre lo que tienen en común los maestros y los líderes sociales, y de cómo ese compromiso con la comunidad evita que los niños, niñas y adolescentes repitan ciclos de violencia.

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¿Cómo es ser maestro en una región golpeada por el conflicto armado?

“Es tener esperanzas de contribuir en la transformación de la sociedad, donde los niños, niñas y adolescentes fortalezcan su autoestima para en encauzarse en sus proyectos de vida. Es trazarse muchos desafíos como persona, para que, desde el ejemplo, la vocación, el espíritu colaborador y el trabajo comunitario, podamos generar conciencia, construir memoria y fomentar valores ciudadanos.

También es vivir con miedo de que debiliten a la sociedad, apagando la voz del maestro que busca sacar lo mejor de los estudiantes para crear conocimiento desde el contexto y vivir las experiencias”.

¿Cómo se combina el oficio de maestro con el de líder social?

“Desde la experiencia personal, el maestro es un líder social, porque tiene la osadía de traspasar los saberes impartidos en las cuatro paredes del aula a lo externo de la institución educativa. Un maestro líder social asume los problemas de la comunidad como suyos, quiere dejar una huella que permanezca en el tiempo y sea referente para los demás.

El maestro líder social no tiene horario determinado, porque está dispuesto a entregar su esencia para ayudar a resolver los distintos aspectos de la sociedad. Prioriza entre todas sus responsabilidades la solidaridad, servir a los demás desde las orientaciones, charlas, talleres y seminarios para multiplicar el conocimiento, pero aplicándolo constantemente en la defensa de derechos humanos”.

¿Cuáles han sido los mayores obstáculos para ejercer su labor y cómo los ha enfrentado?

“Cuando un maestro pone su profesión al servicio de la comunidad, fomentando que los habitantes del territorio participen en las decisiones administrativas, políticas, económicas, sociales y culturales, lo que genera es que se limite el autoritarismo en lo público, la corrupción y las distintas formas de rayar con los postulados constitucionales y legales de nuestro ordenamiento jurídico.

Es ahí donde ya no se es apetecido para los amigos de lo indebido. Por ejemplo, en la vigencia anterior de la administración municipal de Venecia, en Antioquia, desde la Mesa Municipal de Víctimas, hicimos varias recomendaciones y propuestas para incidir en la política pública de víctimas y la administración brillaba por su ausencia. En 2018, por denunciar acciones criminales de estructuras organizadas que les gusta lo ilícito, recibí varias amenazas contra mi vida”.

¿Por qué es importante que la memoria histórica incluya a niños, niñas y adolescentes?

“Los niños, niñas y adolescentes deben conocer la historia de su país y su territorio, porque con ello se genera conciencia colectiva, se trazan valores y principios en la formación humana para evitar que se encaminen por acciones indebidas. Deben comprender que el conflicto ocasionó que otros niños fueran víctimas de reclutamiento forzado, secuestro, asesinatos, desplazamiento forzado.

Desafortunadamente, en algunos territorios continúan operando grupos o estructuras ilícitas. Pero desde la escuela, las mesas de participación y las organizaciones sociales estamos dispuestos a enseñar la memoria histórica como una herencia de las vivencias de nuestros antepasados y de nosotros mismos para que no se repita la violencia, pero revestidos de la protección del Estado”.

¿Cómo ha sido su trabajo con ellos y ellas desde las prácticas artísticas y culturales?

“La música es una competencia que desarrollé y me ha servido para impartirla a niños, niñas y adolescentes del corregimiento de Bolombolo, Antioquia. Con el grupo de estudiantes montamos varios temas musicales y con ello animamos las actividades culturales de la institución educativa, las fiestas patronales del corregimiento y del municipio, y también nos invitaban a otros municipios.

Este tipo de acciones culturales y artísticas se convirtieron en oportunidades para los estudiantes, porque aumentó la concentración en la academia, la disciplina personal y el interés de proyectarse en ser músicos. Contribuimos a alejarlos de actividades como el consumo, las ofertas inescrupulosas que incitan a la delincuencia o a pertenecer a grupos criminales”.

¿Qué ha aprendido de niños y niñas?

“El aprendizaje para mí es continuo, y de la experiencia con los chicos me quedaron varias cosas. Primero, que el maestro debe dejar huellas transformadoras en los estudiantes que le asignan. Segundo, que el maestro, como líder social, debe entregar lo mejor de sí y sacar lo mejor de sus estudiantes. Tercero, que prima el servicio a la comunidad.

La experiencia más significativa para el maestro líder es vivir cada instante contribuyendo en la construcción del tejido social; esto es, aprender y enseñar a vivir juntos desde nuestras diferencias, haciendo memoria de la enseñanza que nos dejó la historia”.


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Jorge Sánchez: “La memoria hay que trabajarla con niños, jóvenes y adultos”

“La memoria hay que trabajarla con niños, jóvenes y adultos”: Jorge Sánchez

“La memoria hay que trabajarla con niños, jóvenes y adultos”: Jorge Sánchez

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CNMH

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Publicado

15 mayo 2020


“La memoria hay que trabajarla con niños, jóvenes y adultos”: Jorge Sánchez

En este Día del Maestro queremos reconocer las diversas formas de hacer pedagogía de la memoria histórica. Jorge Sánchez es un profesor de español que llegó a Caicedo, Antioquia, en 2013. Como les contamos en el especial dedicado a este municipio, su comunidad ha tenido que vivir en medio de la disputa de actores armados, y por eso se identifican con la no violencia. En esta entrevista, Jorge nos habló de la importancia de la memoria con niños y niñas, los retos de la educación rural y las posibilidades de la lectura y la escritura.

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¿Por qué es importante que la memoria histórica incluya a niños, niñas y adolescentes?

“Es importante la pedagogía para fortalecer la memoria histórica porque los jóvenes de estas nuevas generaciones corren el riesgo de olvidar y volver a repetir una historia tan dolorosa que sumió a este municipio durante años en el atraso y en el olvido por parte del Estado.

La memoria histórica hay que trabajarla obligatoriamente con niños, con jóvenes, con adultos, porque un pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo y no nos podemos dar el lujo de volver a caer en los errores del pasado, que han devastado no solamente este municipio, sino todo el país”.

Usted es maestro de español. ¿Cuál es la importancia de fortalecer la lectoescritura en los jóvenes?

“Los ayuda a pensar otras ideas, a compartir más, a recrear lo que se ha aprendido y a proponer nuevas formas. Yo estoy completamente convencido de que eso no solamente pasa con la lectoescritura, sino con el arte en general”.

¿Creé que a través de la escritura se puede hacer catarsis sobre los hechos violentos en su territorio?

“Es una de las mejores formas que existen para que un pueblo haga catarsis, pues Colombia, desafortunadamente, ha demostrado que tiene muy mala memoria. Inclusive, hechos como la masacre de las bananeras: a pesar de que García Márquez lo saca a relucir en Cien años de soledad, hoy en día hay muchas personas que dicen que no pasó, que eso es sencillamente algo macondiano, como quien dice, no existe”.

¿Cuáles cree que son los retos más grandes que tiene la educación rural?

“Los retos de la educación rural son bastantes. A los docentes nos toca ingeniárnoslas todo el tiempo, porque hay muchos aspectos que no son fácilmente superables. La infraestructura, el tiempo de los chicos —porque Caicedo es un pueblo cafetero y a muchos les toca ausentarse durante la temporada de cosecha—, lo lejos que quedan las mismas escuelas o que muchos de ellos tienen que sostener a sus padres, en fin… Si nos ponemos enumerar la cantidad de retos, creo que no acabamos”.

¿Y qué oportunidades ve en la educación rural?

“También tiene sus ventajas, sobre todo que son jóvenes que no están contaminados todavía, como los jóvenes de las grandes ciudades, por el estrés y el afán acumulativo que prácticamente nos ha llevado al país entero a la debacle”.


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Diana Yucuma: “Biblioteca y memoria casi son sinónimos”

“Biblioteca y memoria casi son sinónimos”: Diana Yucumá

Diana Yucuma: “Biblioteca y memoria casi son sinónimos”

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Publicado

15 mayo 2020


Maestros y maestras: historias del territorio que inspiran

En el Día del Maestro queremos reconocer las diversas formas de hacer pedagogía de la memoria histórica. En esta entrevista, Diana Yucumá, quien ha sido profesora en la Universidad Javeriana y hoy está al frente de la Red de Bibliotecas de Colsubsidio, nos habló sobre el papel de las bibliotecas como lugares de construcción de memorias colectivas.

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¿Por qué es importante la pedagogía para fortalecer la memoria histórica?

“Nos permite aplicar metodologías para lograr que las personas puedan conversar sobre sí mismas, generando espacios de confianza en donde se sientan reconocidas y valoradas, y así conocer su historia personal, sus alegrías, tristezas, miedos, recuerdos.

También nos ayuda a sistematizar la información, extraer los asuntos relevantes, organizarlos, registrarlos y dar paso a la construcción de las memorias colectivas. También nos permite, proponer procesos de socialización de esta memoria histórica, como la creación de productos culturales: libros, videos, podcasts, exposiciones, entre otros, que quedan como legado para las actuales y futuras generaciones”.

¿Qué estrategias de apropiación de la memoria histórica ha usado en su labor?

“Cada ejercicio parte de generar espacios de diálogo con la comunidad. Consultamos documentos para conocer problemáticas e intereses, y ahí afloran temas como el desplazamiento, las migraciones, las violencias de género, los conflictos entre vecinos, una infinidad de situaciones. Hacemos mesas de trabajo, entrevistas, visitas, identificación de personas, registro audiovisual, entre otros, para tener suficiente información que nos permita pasar a procesos de construcción de y sistematización de memoria.

Allí iniciamos con la sistematización y análisis de esa información: qué queremos decir, cómo lo vamos a presentar, cómo queremos que quede este legado. Y, finalmente, pasamos a un proceso de producción, que en algunos casos ha terminado generando libros, exposiciones, mapas, conversatorios, en fin, son variadas y diversas las formas para hacer esta producción”.

¿Por qué debemos promover que las bibliotecas sean espacios para la memoria histórica?

“Biblioteca y memoria casi se pueden considerar sinónimos. Las bibliotecas, desde que se crearon, conservan la memoria y el conocimiento. Nuestras bibliotecas están llenas de valiosísimos y fundamentales documentos de ciencia, matemáticas, historia, geografía, literatura de carácter universal que, por supuesto, deben estar, pero también han hecho un esfuerzo muy necesario por registrar la memoria local, que hace parte de esas pequeñas comunidades y que va a perderse si no se registra.

La biblioteca tiene una gran ventaja y es que acoge a todos sin excepción: escolarizados, no escolarizados, adultos y niños, personas que quieren ir a la biblioteca, personas a las que no les interesa ir a la biblioteca, y en esa medida puede tener tantas voces como públicos o personas que viven en una comunidad y construir y registrar historias y memorias diversas”.

¿Cómo incluir a todas esas personas desde sus tradiciones, necesidades y capacidades?

“Los procesos de construcción de memoria no son válidos si no participan las comunidades. Las bibliotecas proponen herramientas, pero quienes hacen el proceso son ellos. Por supuesto, no siempre las personas están dispuestas a participar, entonces nosotros buscamos que entiendan la relevancia de registrar y participar en este tipo de asuntos. Así identifican de qué quieren hablar, qué memoria es la que quieren construir, qué saberes quieren poner sobre la mesa.

Nada de esto se puede imponer desde la biblioteca. Para motivar la participación tiene que haber una posición muy humilde de parte del equipo que hace la mediación, muy respetuosa de esos saberes locales, que realmente tenga la posibilidad de establecer cuáles son esos hitos, esos asuntos clave que pueden abrir un camino hacia la memoria colectiva”.

¿Qué ha aprendido usted de sus estudiantes?

“Quien más ha aprendido en estas posibilidades de compartir el aula soy yo. Para establecer conversación con mis estudiantes necesito estar actualizada, conocer sus inquietudes, sus intereses, de tal forma que la clase no responda simplemente a un currículo, sino que esa información que yo traigo, desde la perspectiva de esas inquietudes y expectativas, empiece a cobrar sentido. No hay una posición de ‘yo enseño y tú aprendes’, sino que hay una posición de construcción de conocimiento colectivo.

Lo otro que aprendo es que ellos, al igual que todos nosotros, tienen unas luchas diarias. Muchas de las estudiantes son madres cabeza de hogar o ya tienen sus familias y además trabajan; entonces, enseñar también me permite reconocer estas situaciones propias del día a día y cómo cada uno se esfuerza por hacer de su vida algo más gratificante. Aprendo de ellos la disciplina, las ganas de seguir siempre adelante, de buscar un mejor futuro, de aportar a una sociedad”.

¿Alguna enseñanza o anécdota que nos quiera compartir?

“La que más contenta me pone es cuando me contactan estudiantes, luego de mucho tiempo de haberles dictado clase, y me hacen consultas, a través de un mensaje de WhatsApp, una llamada, un correo electrónico, y me piden que les ayude con una asesoría o que sea su evaluadora en algún proceso. Eso implica que algo pasó en esa relación de seres humanos. Se generó confianza y un reconocimiento con esa persona”


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