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Quinchía, epicentro de la Memoria en Risaralda

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

20 Nov 2014


Quinchía, epicentro de la Memoria en Risaralda

El CNMH participará en el foro “Memoria y política pública local” el próximo sábado, 22 de noviembre a partir de la una de la tarde.


El teatro de la Casa de la Cultura de Quinchía, Risaralda, será la sede de este evento, el cual se realiza como parte del proyecto “Quinchía: una memoria de resistencia oculta entre montañas” que viene adelantando en ese municipio el grupo de investigación Filosofía y Memoria, perteneciente a la Escuela de Ciencias Sociales de la Facultad de Educación de la Universidad Tecnológica de Pereira con el apoyo de la Corporación cívica “Quinchía Unida”, así como las organizaciones de víctimas del municipio.

El evento busca generar nuevas sinergias locales alrededor de los procesos comunitarios de memoria en el que vienen participando de modo activo las asociaciones de víctimas surgidas tras violentos episodios protagonizados por grupos armados que una década atrás cegaron la vida de decenas de campesinos e indígenas, así como las detenciones arbitrarias por parte de organismos del Estado de las que fueron objeto hasta funcionarios públicos como muestra la captura masiva realizada en el municipio en el año 2003.

En el Foro intervendrán el delegado del Centro Nacional de Memoria Histórica, Luís Colorado, el cual acompaña el proceso de investigación que adelanta “Filosofía y Memoria” de la UTP, bajo la dirección del doctor en Historia de América Latina, Alberto Verón Ospina. El proyecto resultó elegido por Colciencias a finales del año 2013 dentro de una convocatoria en la que participaron diversas universidades y organizaciones de la sociedad civil y en las que el grupo de investigación fue favorecido debido a un trabajo anterior de reflexión sobre el tema de la memoria. También participarán en el foro el historiador, Alfredo Cardona Tobón, y se escucharán las voces de algunas de los  allegados a personas que fueron victimizadas en ese tiempo.

“Quinchía: una memoria de resistencia oculta entre montañas”, ha sido la oportunidad para que las voces de las víctimas de este municipio al norte del departamento de Risaralda expresen su verdad a través de talleres y múltiples espacios de participación desde los cuales se busca reconstruir y esclarecer la verdad histórica, tantas veces silenciada y estigmatizada por distintos actores, en particular entre el 2002 al 2004, trienio en el que se registraron el mayor número de víctimas letales y desplazamiento forzado.

Este foro público será el preámbulo a otras actividades:

Viernes 5 de diciembre

– “Luces de la Memoria”, desde las 6:00 pm en el parque de Bolívar de Quinchía.

Sábado 6 de diciembre

-“Caravana por la Vida”, la cual  se iniciará desde las  8am, realizando un recorrido por las veredas: La Cumbre, Miraflores, Buenavista Juantapao y El Retiro, terminando en el casco urbano, en las horas de la tarde. Durante el recorrido se sembrarán árboles en los lugares donde fueron sacrificadas las víctimas.

-Instalación de “Placas Conmemorativas” a las víctimas en y en las veredas: La Cumbre, Miraflores, Buenavista Juantapao y El Retiro.

-Performance por la memoria.

 


Foro, Memoria, Quinchía, Risaralda

Un solo desaparecido debería bastar para conmover

Noticia

Autor

Diana Gamba

Fotografía

Diana Gamba

Publicado

05 Sep 2019


Un solo desaparecido debería bastar para conmover

Con una asistencia de más de 50 personas en la vereda Beltrán, de Marsella (Risaralda), tuvo lugar, el pasado 30 de agosto, la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.


A dos horas de Pereira se encuentra la vereda Beltrán en Marsella. Este lugar fue durante años el reflejo del dolor de la violencia al ser el portador de centenares de cuerpos que bajaban por las aguas del río Cauca, a causa del conflicto en el Norte del Valle.

En este municipio, con uno de los cementerios de personas no identificadas más grande de Colombia, se realizó un evento conmemorativo  del Día Internacional de Desapariciones Forzadas, al que asistieron organizaciones de víctimas y representantes de la Unidad de Víctimas, la Fiscalía, Medicina Legal, Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas e integrantes del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).

Compartimos estas palabras de Sebastián Londoño, Asesor técnico de la Dirección General del Centro Nacional de Memoria Histórica, pronunciadas ese día en la conmemoración.

“Gran parte de lo que motiva este encuentro remite a la desolación y no permite escapar, sin inmensos esfuerzos, a la devastación que han imprimido las violencias. Hoy, en la rivera del Cauca, nos enfrentamos a las reflexiones que obligan un conflicto armado de larga duración, cuya complejidad se explica, entre otros, por los vínculos con fenómenos ligados a la delincuencia organizada y las economías criminales.

Por esta vía, se presenta entonces ante nosotros un repertorio de violencias que se mezclan y se funden en una complejidad que no pocas veces abruma y desalienta. Con todo y lo importante que son, no es este el momento, y mucho menos el lugar, para hablar de cifras y enunciar la dimensión cuantitativa del fenómeno. Por lo que significa para sus familias, para todo aquel que los piensa, que los busca, que no ha podido hacer el duelo, por las formas en que impacta sus entornos, y por la intención de invisibilización y desconocimiento que representa y constituye la Desaparición Forzada, un solo desaparecido debería bastar para conmover y, sobre todo, movilizar a la humanidad.

Como si la gravedad de la práctica y sus efectos sobre las víctimas –directas e indirectas-, comunidades y su entorno no bastara, y como si la naturaleza misma de la Desaparición Forzada, con sus intencionalidades de castigo, producción de terror y ocultamiento no fuera suficiente, vale la pena entonces recordar e insistir en que se trata también de un crimen de lesa humanidad.

En términos de caracterización, aproximarse al fenómeno de la Desaparición Forzada de Personas implica verse abocado también al esfuerzo por identificar a los ejecutores. Superando su origen histórico –en principio ligado a prácticas de actores estatales-, la Desaparición Forzada, muy infortunadamente, se ha hecho parte del repertorio de actores armados ilegales muy diversos.

Esto hace que la labor de esclarecimiento se torne aún más difícil en un contexto particularmente complejo como el nuestro, y del cual el caso que hoy nos convoca es fiel reflejo, donde hay fronteras difusas por medio de las cuales se verifican tránsitos entre el conflicto armado y la criminalidad organizada y el narcotráfico.

Pero es justo allí, ante lo desolador que se nos presenta el panorama, que sin pensarlo y contra los pronósticos más probables, nos sobrecogen las iniciativas humanitarias de gentes como las de las poblaciones rivereñas del Cauca, habitantes como los de Beltrán y Municipios como Marsella. Y es en este sentido que también la otra gran parte de lo que motiva este encuentro no es desoladora.

Como en el fragmento del cuento “El ahogado más hermoso del mundo” de García Márquez (que retoma la Universidad Santo Tomás en el documental Ríos de vida, santuarios de la memoria, pero en plural, pues no se trató de uno, sino de muchos, casi incontables para la memoria de quienes los acogieron: “No tuvieron que limpiarles las caras para saber que eran unos muertos ajenos”. Y así, en semejante dimensión, es que esta grandeza debe ser exaltada, y reivindicado el papel de estos hombres, mujeres, niñas y niños magníficos, que se reconocen en la humanidad de quienes buscan a sus seres queridos y que, aun sabiendo que venían de río arriba, no por ello renunciaron a lo que asumieron como un mandato ordenado por la más irresistible humanidad porque, como también se lee en el cuento, en algún sentido “a última hora les dolió devolverlo huérfano a las aguas, […] así que a través de él todos los habitantes del pueblo terminaron por ser parientes entre sí”.

Con los costos personales y emocionales que no son  posible evitar frente a esta atroz, aunque silenciosa práctica, o, mejor, atroz justamente por el silencio y ocultamiento que la envuelve, asumieron la labor de visibilización, como un contra hecho a la invisibilización que subyace y es connatural a la desaparición forzada.

Por esto, y por haber cargado y cargar aún con un peso que corresponde también y en parte a la sociedad, aprovecho por medio de estas líneas para nombrar su gesta, para tratar de poner en palabras lo que a las palabras les es difícil reflejar, y para decirles, en nombre de muchos, de muchos que no están acá y de muchos más que ni siquiera conocen ni podrán ustedes conocer, porque espero que sean gentes de todo el mundo que yo tampoco conozco, y no necesito conocer: gracias, millones y millones de gracias”.

 


Conmemoración, Desaparición Forzada, Marsella, Risaralda

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