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En 2016, para la paz, la educación

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

29 Feb 2016


En 2016, para la paz, la educación

Humberto de la Calle, jefe de la delegación de paz del Gobierno, contaba en alguna ocasión que había quedado impresionado cuando, al pedir a algunos niños en el Chocó que dibujaran a Colombia, los resultados fueron macabros: sangre, guerra, destrucción. Tras más de cinco décadas de conflicto armado, la guerra, la violencia y las armas hacen parte del imaginario de nuestra sociedad. Lo normal para nosotros, incluso para los más pequeños, no es la paz.


Por eso, cuando parece inminente que va a llegar el fin de uno de los conflictos más largos en la historia del mundo, es necesario “aprender la paz y desaprender la guerra”.

El Centro Nacional  de Memoria Histórica (CNMH), junto con otras 22 instituciones, se ha sumado a lo que será el año de la educación para la paz.  El programa de pedagogía de la Presidencia de la República impulsó, para tal fin, la iniciativa “La paz es una nota” que vincula a todas las instituciones interesadas en la educación para promover, en diferentes espacios, la idea de enseñar y aprender la paz.

Los eventos cercanos:

Jornada Nacional: La paz es una nota

El pasado 25 de febrero se realizó en Santander, Córdoba, Cauca, Antioquia, Nariño, Chocó, Boyacá y Cundinamarca la primera jornada nacional  de “La paz es una nota”. La idea era que instituciones educativas y organizaciones promovieran entre sus estudiantes actividades sobre el aprendizaje de una cultura de paz. (Los invitamos a consultar en las redes sociales el minuto a minuto de la campaña con el #LaPazEsUnaNota)

Conferencia internacional: Cómo construir la paz en los territorios

La oficina del Alto Comisionado para la Paz, con el apoyo de la Revista Semana, El Heraldo y Vanguardia liberal, realizó el 29 de febrero, en el Hotel Tequendama de Bogotá, esta conferencia con la participación de panelistas internacionales, figuras de la política pública nacional y líderes regionales, tanto del sector oficial como de organizaciones de víctimas.

Actividades del Centro Nacional de Memoria Histórica

Por su parte, este año, el Centro Nacional de Memoria Histórica hará el lanzamiento en Bogotá (en la Feria Internacional del Libro) de la “Caja de herramientas: Un viaje por la memoria histórica. Aprender la paz y desaprender la guerra”, un instrumento pedagógico creado y consolidado entre el CNMH y el Ministerio de Educación Nacional, apoyada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Cátedra de paz

Dentro del proyecto de la Cátedra de Paz, de la Universidad Javeriana, se inició el ciclo de charlas el pasado viernes 26 de febrero, donde el CNMH seguirá aportando en la construcción y consolidación de este espacio a través de tres investigadores que hablarán sobre: Dimensiones y modalidades de violencia, Orígenes y dinámicas del conflicto armado y Daños e impactos del conflicto, que se llevarán a cabo en el mes de abril.

En 2015 la Cátedra de paz empezó hacer parte del equipo de pedagogía del CNMH. Se trabajó de nuevo con la Universidad San Buenaventura, con el Rosario, la Javeriana y la Cooperativa de Cali, enfocados en la idea de ser un espacio de debate y de profundización en las herramientas metodológicas que se utilizaron para la realización del informe ¡Basta ya! Memorias de guerra y dignidad

Para este año la idea es que cambie el enfoque hacia la realización de cátedras de memorias y paz, y que no sea solamente el ¡Basta ya! [Descargar informe ¡Basta ya!] como debate central. Este proyecto está bajo la coordinación de María Emma Wills, asesora de la Dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica, y se espera poder realizarlo el segundo semestre de 2016. Con este nuevo enfoque de la cátedra se busca llegar a más universidades y públicos diversos, pensando también en un acompañamiento variado y abierto a los temas de paz, teniendo en cuenta la coyuntura y el momento que atraviesa el país: la eventual firma del fin del conflicto armado con las Farc. 

Publicado en Noticias CNMH


paz


Paz

Historia de un oso no es un cuento de hadas

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

02 Mar 2016


Historia de un oso no es un cuento de hadas

En la entrega número 88 de la estatuilla del Oscar, Chile estuvo de celebración por el reconocimiento que recibió el corto animado “Historia de un oso”, una metáfora del exilio.


La producción gira alrededor del relato de un oso solitario, que vive de mostrar la historia de su pasado dentro de un pequeño diorama que él mismo fabrica. Allí, dentro del diorama, es cuando emerge la tragedia. La historia del oso no es un cuento de hadas. Fue obligado hacer parte de un circo y separado a la fuerza de su esposa y su pequeño hijo.

Aunque dentro de la historia que el viejo oso fabrica el final es feliz y vuelve a encontrarse con su familia, el cortometraje deja abierta la puerta de la duda. El aire de nostalgia que inunda toda la puesta en escena hace pensar que el buen desenlace dentro del diorama es un anhelo que no se hizo realidad.

Ese mismo anhelo, el de volver a su hogar, es el que tenía el abuelo del director del cortometraje, Gabriel Osorio, uno de los 200.000 exiliados chilenos, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Ese es el mismo anhelo de cientos de exiliados de Suramérica que salieron por causa de las dictaduras militares de los 70. Es el anhelo de más de doscientos mil colombianos que han tenido que refugiarse de las diferentes formas de violencia que padece Colombia desde hace más 50 años. 

La historia de un oso, según su director, buscaba contar una de las realidades más crudas de su país, de una forma no literal y lo más original posible. El aire tranquilo y apacible con el que se narra la historia es un reflejo muy vivo de lo que significa estar exiliado. A pesar de que muchos ven la oportunidad de salir del país como algo positivo, las personas que han sufrido esta situación dicen que la realidad es muy diferente: “la vida cambia radicalmente; dejamos todo, familia extensa, amistades, vivienda y todo lo que teníamos, mi vida deportiva se terminó” dice Gustavo Guzmán, una persona que compartió su testimonio con el Centro Nacional de Memoria Histórica.

Historia de un oso, sin ser el favorito, le ganó la batalla a cortos de productoras tan grandes como Estudios Pixar y deja muy en alto el nombre de las producciones latinoamericanas. Sobre todo pone en la esfera pública temas de interés para Latinoamérica y que apenas están empezando a ser visibles en escenarios internacionales como La Academia. Esto mismo lo resaltó Gabriel Osorio en una entrevista para para BBC Mundo: “aunque para nosotros las historias que tenemos para contar pueden no ser nuevas, a ellos les parecen refrescantes. Y eso nos abre las puertas”.

Los invitamos a conocer es especial multimedia:
Las Voces del Exilio.

Testimonios de exiliados, infografías, mapa, artículos, calendario, documentos de interés, etc.

Historia de un Oso (Bear Story). TRAILER

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Historia


Historia

El fin del conflicto, una fiesta en Bogotá

Noticia

Autor

María de los Ángeles Reyes

Fotografía

Laura Cerón

Publicado

29 Jun 2016


El fin del conflicto, una fiesta en Bogotá

Durante la firma del punto del fin del conflicto armado con las Farc, el pasado 23 de junio, una frase rondaba por las redes sociales: “la paz se escucha en el campo; los fusiles se han silenciado”.  El 23 de junio la paz se escuchó también en la ciudad más grande de Colombia, ¡y de qué manera!


La previa

Varias calles de la capital estaban preparadas para la ocasión. En los locales comerciales había banderas de Colombia colgando de las ventanas. Incluso algunos carros tenían los espejos y el capot recubiertos con el amarillo, azul y rojo.  Cualquiera hubiera pensado que las banderas tenían que ver con el anuncio de que el Gobierno y las FARC habían conseguido, por fin, ponerse de acuerdo en el cese el fuego bilateral y definitivo.

La realidad es que las banderas estaban en la calle desde el inicio de la Copa América Centenario, organizada con el fin de celebrar 100 años del torneo de fútbol más antiguo del mundo. Más de la mitad de esos años, Colombia los ha vivido en medio de la guerra. A pesar de vivir en un país lleno de tristeza por las más de 200.000 personas que han muerto en medio del conflicto, los colombianos siempre tuvimos razones para alegrarnos y llenarnos de esperanza. El deporte es una de esas alegrías. Nuestra selección masculina de fútbol, por ejemplo, nos ha llenado de orgullo, nos ha hecho olvidar nuestras diferencias y, por momentos, unirnos por una sola causa.

El 22 de junio la Selección cayó dos a cero ante Chile y perdió su oportunidad para disputar la final contra Argentina. Entonces, el 23 Colombia amanecía con guayabo futbolístico. Sin embargo, esa una derrota, ese desasosiego, no se comparaba con lo que estábamos a punto de ganar en Cuba.

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    Foto por María Durán para el CNMH.

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    Foto por César Romero para el CNMH.

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    Foto por Laura Cerón para el CNMH.

Un día para recordar

El clima, ese día, parecía querer representar los sentimientos encontrados de Colombia. Salía el sol y se sentía un ambiente alegre porque el Gobierno y las Farc iban a firmar el último punto de la agenda, fin del conflicto armado. Pero, a los cinco minutos, se oscurecía el cielo, caía lluvia, y se sentía miedo, incertidumbre y un poco de escepticismo frente a lo que pudiera pasar después de 50 años de guerra ¿Y si ya no podemos vivir en paz? ¿Y si lo que viene con el acuerdo resulta peor que lo que hemos vivido?

La gente sentía de verdad que el anuncio era importante y que era necesario convocar un evento para recibir la noticia. Así, de forma muy simbólica, varios movimientos sociales se pusieron cita en la carrera Séptima con avenida Jiménez. Allí, hace 68 años fue asesinado Jorge Eliecer Gaitán dando inicio a uno de los capítulos más violentos de nuestra historia: La Violencia bipartidista que desembocó en un conflicto armado interno que, hasta agosto de 2012, no parecía que pudiera terminar.

Hoy, ese importante lugar solo tiene unas cuantas placas y pasa desapercibido para la mayoría de transeúntes, los que suben y bajan en el Transmilenio, o quienes buscan calmar su hambre en el Mc Donalds sobre cuya fachada reposan las placas conmemorativas de Gaitán.

En ese punto, en 1948, el país se desmoronó, la capital quedó destruida y, a partir de ese momento, quedó enferma de indiferencia. Sin embargo el 23 de junio de 2016 Bogotá no volteó la mirada. Las armas, gritos y llantos que llenaron esa esquina hace casi siete décadas, se querían cambiar por colores, flores, camisetas blancas y abrazos. 

Toda una fiesta

La cita era a las 11:30. A esa hora había unas cuantas personas reunidas alrededor de una pantalla que trataba de conectarse a la transmisión que TeleSur hacía desde La Habana. Se repartían flores blancas, se pintaban las caras con banderas de Colombia, y se inflaban bombas de colores. Lo que se estaba preparando era toda una fiesta.

A las 12 del mediodía la gente empezaba a llegar y el ambiente se calentaba con el sol que brillaba a todo dar. Como los colombianos todo lo celebramos bailando, la música no se hizo esperar, y agitando de bombas amarillas, azules, rojas y blancas, las personas que llegaban se iban uniendo al “Meneaito” y “La Bomba”.

Poco a poco toda clase de personajes se fueron aglomerando para escuchar las noticias. Muchos colectivos y movimientos llevaban pancartas reclamando que no se olvidara la lucha que, por años, habían llevado: las mujeres, los sindicalistas, los funcionarios y víctimas de un pésimo sistema de salud, los de sectores sociales LGBT, las nuevas generaciones, las antiguas, todos.

En medio de la espera se escuchaban, también, toda la clase de comentarios. Algunos estaban llenos de esperanza, otros demostraban su miedo, y algunos no tenían reparo en mostrar su desacuerdo:

– “Señor, guía nuestro destino, que se acabe esto, que sea para bien”.

– “En Colombia nunca va a haber paz”.

– “No vamos a parir un hijo más para esta guerra”.

A las 12:20 empezó el anuncio. Entraron uno por uno los delegados del Gobierno y las Farc, y líderes del mundo que llegaron a Cuba para respaldar lo que iba ocurrir. Todos eran recibidos en medio de aplausos de la multitud, que ya concentraba a cerca de 300 personas. Entre los líderes estaban Ban Ki moon, secretario General de las Naciones Unidas, Raúl Castro, presidente de Cuba, Enrique Peña Nieto, presidente de México, Michelle Bachelet, presidenta de Chile, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. A su vez estaban el canciller de Noruega Borge Brende, el presidente de República Dominicana, el presidente de El Salvador, y los enviados especiales para el proceso de paz de los Estados Unidos y de la Unión Europea.

Cuando entró el presidente Juan Manuel Santos fue recibido con un gran aplauso. “Timochenko”, jefe de las Farc, también recibió una ovación, saludó a los asistentes, ocupó su lugar y empezaron a entonarse las notas del himno nacional en Cuba; en la carrera Séptima cantaron a todo pulmón.

“En surcos de dolores, el bien germina ya”

El delegado de Cuba empezó leyendo lo acordado. Habló de la entrega de armas, de cuánto tiempo iba a tomar, advirtió que no sería un proceso fácil. El delegado de Noruega habló de la reintegración, de las zonas de concentración y del desminado que deberá hacerse en muchas regiones del país. La gente aplaudía con cada punto.

Y así, cuando se dieron todos los detalles de lo que iba a pasar, llegó el momento crucial. Sonaban redoblantes y los micrófonos animaban a la gente a abrazarse y celebrar. “Este día, que creíamos que no iba a llegar, llegó”, decían los organizadores, “bésense, abracen al que está al lado”, continuaban. Santos y “Timochenko” firmaron el acuerdo con lapiceros hechos con lo que en otro tiempo fueron municiones: “Las balas escribieron nuestro pasado. La educación, nuestro futuro”, se lee en la inscripción del esfero.

En ese momento sonaron cañones. Eran cañones de confeti. Volvió a sonar la música y los abrazos no cesaron hasta que la gente pidió que se volviera a conectar la transmisión para escuchar las palabras del secretario de las Naciones Unidas, el señor Ban Ki moon. Mientras hablaba, la gente se tomaba fotos con sus pancartas, con recuadros hechos de cartón, en forma de nuevas libretas militares que decían: “Servicio social para la paz”.

Luego hablaron “Timochenko” y Santos. Se dieron la mano una vez más y la transmisión continuó dando paso a analistas internacionales. La gente, por su parte, no paró de tomarse fotos, de bailar y de cantar.

“¡Sí se pudo!, ¡sí se pudo!”

“El último día de la guerra de Colombia” —como fue catalogada la firma del punto del fin del conflicto— fue una gran fiesta. Esta fiesta marcó un final, y, como cualquier final, también dio paso a un nuevo comienzo. El 23 de junio de 2016 sí se pudo acordar el punto más duro, el del fin del conflicto, el del cese el fuego bilateral y definitivo. Colombia dio un paso histórico.

A pocas cuadras de esa multitud, en la Plaza de Bolívar, también hubo otro punto de concentración. La Alcaldía de Bogotá transmitió el anuncio y hubo fiesta y música.

Lo que vino después fue volver a la realidad. Ya había pasado la hora de almuerzo, los ejecutivos debían volver a trabajar, los habitantes de la calle a recorrer la ciudad, las madres volvían con sus hijos, las víctimas continuaban con la lucha que llevan desde hace años; cada quién volvía, a su manera, a sobrevivir pero con una nueva esperanza.

Algunos, antes de regresar a su rutina, se tomaron un momento para escribir en una tela sobre cómo construir la paz.

-“Soy profesora”.

-“Que las armas ahora sean guitarras y hagamos guerras de canciones”.

-“Gracias por entregarle el país a las FARC”.

-“Somos la generación de la paz”.

-“No hay paz con hambre, no hay paz sin salud. En este momento no hay paz”.

Está bien, no tenemos que estar de acuerdo. La tela y el papel lo aguantan todo. Lo importante es no tachar lo escrito por el otro. Eso fue lo que aprendimos el 23 de junio de 2016, después de medio siglo de violencia. Ojalá, esta vez, no se nos olvide.

 


Bogotá, Conflicto, fin

Rechazo por homicidio de lideresa en Cauca

Noticia

Autor

Maricela Tombe

Fotografía

Maricela Tombe

Publicado

02 Mar 2016


Rechazo por homicidio de lideresa en Cauca

El Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, manifiesta su preocupación por el homicidio de Maricela Tombe ocurrido el pasado 28 de febrero en el casco urbano de Playa Rica – El Tambo (Cauca).


A las 9:30 p.m. de ese domingo Maricela, de 36 años y madre de dos hijos, salía de un establecimiento cuando un sujeto atentó contra su vida.

Maricela fue líder en su comunidad. No solo fue secretaria y luego presidenta de la Junta de Acción Comunal de la Vereda Brisas, sino que llegó a ser presidenta de la Asociación Campesina Ambiental de Playa Rica (ASCAP) en 2011. En 2014 renunció a este cargo por su delicado estado de salud.

A través de un comunicado, la Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca le pidió a las autoridades “esclarecer los hechos presentados. La Red llama además, al Estado colombiano a cumplir con su responsabilidad de velar por la protección y garantía de la vida y la integridad de todos y todas las colombianas.”

Hasta ahora no se tiene noticias ni indicios sobre los autores de este hecho.

“Esta tarde tenemos una reunión para hablar sobre la situación que vive el departamento. Lo que se ha evidenciado es que en varios municipios del sur del Cauca se han distribuido panfletos firmados por paramilitares anunciando una ‘limpieza social’. También hay denuncias sobre la presencia de hombres armados no identificados en diferentes zonas. Sabemos además de una situación complicada que se está viviendo en Patía, pues se han presentado homicidios”, afirmó Mabel Andrade de la Red de Derechos Humanos del Cauca – CIMA.

Actualmente el CNMH adelanta un proyecto en los departamentos de Cauca y Nariño con el Comité de Integración del Macizo Colombiano (CIMA). El objetivo es visibilizar el proceso histórico de exigibilidad de derechos, resistencia y  victimización de los campesinos pertenecientes a esta organización, con el fin de aportar al reconocimiento y dignificación de sus integrantes y de su proceso organizativo, y contribuir al derecho de memoria de la población para la no repetición.

El CNMH rechaza públicamente estas acciones violentas contra líderes de las comunidades y se solidariza con los familiares de Maricela Tombe.

Publicado en Noticias CNMH


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homicidio

A un mes de conocer los ganadores de la Convocatoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

30 Jun 2016


A un mes de conocer los ganadores de la Convocatoria

 

Son 136 los proyectos recibidos en la III Convocatoria Nacional de Propuestas Artísticas y Culturales de Memoria del CNMH realizada en el marco del Programa Nacional de Estímulos 2016 del MinCultura, propuestas que aportan desde diferentes sectores de la sociedad a la construcción de una narrativa diversa y plural del conflicto armado y constituyen una apuesta de la memoria hacia la paz.

Las iniciativas artísticas de memoria inscritas representan a más de 20 departamentos y cuatro países. Se recibieron proyectos de puntos tan distantes de la geografía como El Oasis, Magdalena, Puerto Gaviotas, en Guaviare, Mocoa en Putumayo y de fuera del país como Argentina, Chile y Francia. 

Los trabajos fueron propuestos por resguardos y cabildos indígenas, comunidades afrodescendientes, colectivos y asociaciones de víctimas, alcaldías y juntas de acción comunal, instituciones académicas, grupos de investigación, centros de memoria, museos, artistas, entre otros; voces que dan cuenta de la diversidad de perspectivas alrededor de la memoria, de la apertura de la sociedad a hacer parte del debate público sobre las compresiones del conflicto armado y de la iniciativa de las mismas a contribuir a la narrativa del Museo Nacional de la Memoria. 

En cifras la Convocatoria recibió 136 propuestas en sus dos líneas de estímulos; de las cuales 121 fueron viabilizadas para su evaluación; 46 corresponden a inscritos para las cinco Becas de investigación y producción de proyectos museográficos sobre memoria histórica y conflicto armado:  comprensiones sociales del conflicto armado y 75  corresponden a las cinco Becas de creación y producción de proyectos museográficos sobre memoria histórica y conflicto armado: Memorias de guerra, resistencia y dignidad.

Todo el material recibido da muetra de cómo desde diferentes sectores de la sociedad se puede contribuir a la formulación de escenarios de paz y de reparación simbólica por medio del arte, que propenden al reconocimiento y dignificación de las víctimas, al esclarecimiento y al análisis crítico de la violencia contemporánea en Colombia. 

Muestra de estas posibilidades son los proyectos ganadores en la línea de prácticas museológicas de la Convocatoria 2014, casos como el de Museos Escolares de la Memoria (MEMO) que interpela a estudiantes escolares a investigar e identificar en su entorno objetos de memoria de las víctimas del conflicto, con el propósito de reconocerlas y reconstruir sus historias de vida. O el Museo Comunitario Jomau De del Pueblo Emberá Katío del Alto Sinú, que propone la dignificación de sus derechos a partir de la recuperación de sus  tradiciones y saberes ancestrales; evidencian el potencial que tienen este tipo de experiencias para enriquecer, sensibilizar y apropiar al visitante de la narrativa del conflicto armado. 

Los jurados

La decisión sobre los diez proyectos ganadores estará a cargo de seis jurados con reconocida experiencia en temas de memoria histórica, conflicto armado, arte y museología. La elección de las cinco propuestas ganadoras de la Beca de Investigación y Producción le corresponde a Yolanda Sierra, abogada y coordinadora de la línea de investigación en Derecho, Arte y Cultura de la U. Externado de Colombia; Lucas Ospina, artista plástico y profesor del Departamento de Arte de la U. de los Andes y Conrado Uribe magister en Historia del Arte de la U. de Antioquia. 

Para la Beca de Creación y Producción de proyectos museográficos la terna de jurados está conformada por Marta Combariza, maestra en Artes Plásticas y directora de la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio de la U. Nacional de Colombia, Lucía González, ex directora de la Casa Museo de Memoria de Medellín y del Museo de Antioquia; y David Gutiérrez, investigador, gestor y curador, con estudios en performatividad, museología y memoria en América Latina.

Según David Gutiérrez hacer parte de los jurados le permite contribuir al debate sobre la relación entre prácticas artísticas y procesos de memoria “son complejas pero productivas en términos de discusión por la representación y la movilización de los afectos y emociones que ejercen tanto en organizaciones y comunidades como para la sociedad civil. En Colombia aún tenemos que discutir sobre los mecanismos y construcciones por los cuales se ha asumido que ´el arte cura´, y sobre las formalizaciones y relatos que construyen las artes acerca del pasado. Generar procesos en lo que lo sensible toma lugar importante para la política de memoria, colabora con la cartografía de enunciaciones y puntos de vista acerca del sentido de la reparación de las víctimas”.

La deliberación

El pronunciamiento oficial se dará a conocer a finales del mes de julio de 2016 con la publicación de los diez proyectos ganadores a través de la página web del Ministerio de Cultura y/o del Programa Fortalecimiento de Museos del Museo Nacional de Colombia y de la Página web de CNMH.

Los participantes podrán consultar en qué estado del proceso se encuentra su solicitud, ingresando a la página web www.mincultura.gov.co opción Programa Nacional de Estímulos o en el siguiente vínculo http://convocatorias.mincultura.gov.co/resultados

Por último el CNMH quiere agradecer a los diferentes inscritos por participar de la Convocatoria de Estímulos 2016 que ofrece a través del Programa Nacional de Convocatorias de la Dirección Museo Nacional de la Memoria y El Programa Fortalecimiento de Museos del Museo Nacional de Colombia- Ministerio de Cultura.

 


Convocatoria, Ganadores

Primer Plano: La fotografía más que un instante de memoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

01 Jul 2016


Primer Plano: La fotografía más que un instante de memoria

El próximo jueves 7 de Julio, a las 5:30 p.m. en el Espacio Cultural Odeón de Bogotá, llega el segundo encuentro de Primer Plano, un dialogo para profundizar desde diversas voces artísticas, su relación con la memoria histórica en el contexto del conflicto armado en Colombia y el proceso de construcción de paz con miras al proyecto del Museo Nacional de la Memoria del CNMH. 


La fotografía, un instante de la realidad, abre ventanas para relacionarnos e interactuar con el mundo. Su papel como testigo de los relatos del país le ha permitido escribir y reescribir la resistencia, la dignidad y la memoria histórica del conflicto armado.

Testigos de esa realidad son los miles de registros fotográficos que conservan víctimas, organizaciones, colectivos, familias, medios, fotógrafos y el Archivo Nacional de derechos humanos, entre otros. Estas imágenes no solo atestiguan, exponen y salvaguardan un instante de memoria, sino también obsequian emociones, sensibilizan e inspiran procesos de cambio.

Esta realidad será el punto de partida desde el cual Santiago Rivas, conductor de Primer Plano, profundizará sobre los usos de la fotografía y su relación con la memoria, los museos y la paz con miras al proyecto del Museo Nacional de la Memoria del CNMH. Los invitados a este diálogo serán Juan Carlos Sierra, autor de “Marcas de Vida” serie de 12 retratos de ciudadanos colombianos que llevan en sus cuerpos las cicatrices visibles del conflicto; Alex Fattal, investigador sobre el papel que juegan los medios en el conflicto armado y Santiago Harker, profesor de la Especialización de Fotografía de la Universidad Nacional.

De igual manera CONMEMORA radio hablará sobre este tema en su próximo programa del 6 de julio a las 3:00 p.m. en Radio Nacional de Colombia.

Lugar: Espacio Cultural Odeón
Carrera 5 #12C  – 73 (Avenida Jiménez con 5ta)
Recomendaciones para llegar
Fecha: 7 de Julio
Hora: 5:30 p.m.

Publicado en Noticias CNMH



Fotografía, Memoria

Premios India Catalina, una mirada al conflicto armado

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

02 Mar 2016


Premios India Catalina, una mirada al conflicto armado

El próximo sábado 5 de marzo, seis días después de los premios Oscar, se llevarán a cabo en Colombia los tradicionales Premios India Catalina, que reconocen lo mejor de la industria de la televisión nacional. Un acto comercial, sin duda, que este año cuenta con la nominación de varias producciones que relatan la memoria del conflicto armado del país como Carta a una Sombra, Pizarro, Relatos del Exilio y Nueva Venecia.


En 1954, hace 62 años, el General Rojas Pinilla trajo la televisión a Colombia y de inmediato se convirtió en el mayor medio de entretenimiento de los colombianos. Telenovelas, noticieros, series, documentales y animaciones acompañan a diario la vida de millones de colombianos. Es por ello que desde 1984 se viene premiando anualmente “la calidad y el talento de las producciones de la televisión nacional” a través del Premio India Catalina; un certamen deseado por muchos y odiado por otros.

“Desde su creación -dicen los organizadores- y hasta la actualidad, las categorías premiadas han ido aumentando y evolucionando a la par de la industria televisiva, en la primera edición de los Premios se entregaron 19 estatuillas y en la actualidad se premian más de 30 categorías que incluyen a los diferentes sectores de la industria y que abarcan desde los canales nacionales, hasta los regionales y locales, tanto públicos como privados; así mismo, son un reconocimiento a los formatos de dramatizado, los géneros periodísticos, de opinión, de entretenimiento y a los contenidos especializados”, toda una diversidad de temas, que este año se ven fuertemente influenciados por la memoria del conflicto armado en dos de sus categorías más recientes.

Mejor Documental para Televisión

De las cinco nominaciones en esta categoría, cuatro están relacionadas con el tema de construcción de memoria en medio de la guerra. Primero, Carta a una Sombra, de Daniela Abad, un documental inspirado en el libro “El olvido que seremos” de Héctor Abad Faciolince, el cual hace un recorrido por la vida del médico, ensayista y político Héctor Abad Gómez, quien fue asesinado el 25 de agosto de 1987. Un relato a través de los testimonios de su familia y amigos cercanos. “De mi papá aprendí algo que los asesinos no saben hacer. A poner en palabras la verdad para que esta dure más que su mentira” recuerda en el documental Héctor Abad.

Carta a una sombra

 

Una segunda producción es Pizarro, de Simón Hernández, un documental en el cual María José Pizarro reconstruye los pasos de su padre e intenta descubrir –así a veces parezca imposible- la verdad sobre su asesinato. La película deja ver un Carlos Pizarro carismático, abierto al diálogo, amoroso y esperanzado por la paz. Muestra una hija, que sufrió el exilio y la pérdida de su héroe, una caminante, una luchadora, una mujer que también cuestiona las consecuencias de la guerra.

Pizarro es la expresión del proceso de dolor por la pérdida más cercana; padre e hija se recuerdan a través de cartas de amor y fotografías, siendo las imágenes y las letras la única forma de reconstruir el pasado. Esta es la historia de María José, que está atada a la memoria de su padre, a los vagos recuerdos que le quedan de él y a los relatos que reconstruye de los demás.

Pizarro

 

En tercer lugar tenemos a Relatos del Exilio del Canal Capital, 11 documentales de una hora sobre las historias de los colombianos que fueron obligados a cambiar su vida mientras huían del conflicto. Relatos de colombianos exiliados en Canadá, Francia, Alemania, Holanda, Italia, España, Bélgica, Suecia, Estados Unidos, México y Ecuador.

Relatos del Exilio

 

Y por último, está Nueva Venecia del cineasta uruguayo Emiliano Mazza De Luca, que muestra cómo un pueblo rodeado de agua se las ingenia para construir una cancha de futbol. ¿Y esto que tiene que ver con el conflicto armado?, resulta que a Nueva Venecia, en la Ciénaga Grande del Magdalena, el 22 de noviembre del 2000 sufrió una de las masacres más aterradoras de la guerra interna, y esta película sirvió como “una herramienta de reparación colectiva para la comunidad”, cuentan los realizadores.

Nueva Venecia

 

Estas cuatro producciones que giran alrededor de la memoria del conflicto armado competirán contra Gabo – La Magia de lo Real, de Caracol Televisión, que de igual manera es una profunda reconstrucción de memoria alrededor del mayor exponente de la literatura colombiana, Gabriel García Márquez. Un competidor fuerte y gran favorito a llevarse el premio, pero que de cinco nominaciones cuatro tengan que ver con el tema del conflicto armado, con el relato de las víctimas, es un logro importante que muestra a través de la televisión lo que nos ha pasado, un espaldarazo para ir construyendo la paz, porque como dice Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, “con la palabra de las víctimas tejemos memoria, tejemos país y tejemos futuro.”

Mejor programa de animación para televisión

Esta es una categoría joven, que muestra los actuales avances audiovisuales acompañados de novedosos formatos narrativos. Un espacio abierto a la creatividad, donde los realizadores son artistas que desean acercar de la mejor manera a todos los interesados, empezando por los niños. Por eso, en esta categoría se rescatan los relatos que no han sido contados, y no se han podido contar.

Aquí veremos a Cuentos de Viejos III, de Señal Colombia, donde personas mayores de varias partes de Colombia y del mundo, cuentan sus experiencias de infancia en contextos difíciles como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil Española o La Violencia bipartidista en Colombia. Un trabajo de memoria que acerca a los jóvenes con estas temáticas.

Cuentos de Viejos

 

Una gran favorita para llevarse este premio es Las Niñas de la Guerra, también de Señal Colombia, que “relata las penurias y andanzas de millares de niños reclutados ‒muchas veces a la fuerza‒ por grupos armados en Colombia y hoy buscan oportunidades para reconciliarse con la vida, dirigida por Cesar Espinosa y Yoleiza Tor.

Las niñas de la guerra

 

También está de Canal Capital, Sabogal, una animación que aborda el tema de los derechos humanos, el conflicto colombiano y la historia reciente de nuestro país, para apostarle a la construcción de memoria histórica. Una idea original que mezcla la tecnología de animación tridimensional, la estética del comic animado y la novela negra, y se adentra en los archivos periodísticos que han documentado los terribles hechos violentos que ha sufrido el país en los últimos años, para rescatar las memorias de ese pasado y al mismo tiempo sorprender al público con su propuesta estética y documental.

Sabogal

 

El resto de nominados en esta categoría son: Butiman, de Telecaribe y Puerto Papel de Señal Colombia.

La gala de premiación se realizará en el marco del Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICCI) y  tendrá como mayor invitada, la presencia de la memoria. 

Publicado en Noticias CNMH


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Conflicto Armado

Expertos internacionales en memoria de cara a la paz

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

03 Mar 2016


Expertos internacionales en memoria de cara a la paz

Entre el 3 y 5 de marzo se realiza la II sesión del Comité Asesor Internacional del Centro Nacional de Memoria Histórica


La memoria histórica de un país es un asunto local, podría pensarse fácilmente. Pero en realidad es un trabajo complejo, lleno de aristas y casi laberíntico, por todos los caminos y rastros que hay que seguir en la búsqueda de su reconstrucción. Por eso un Comité Asesor Internacional (CAI) es vital y forma parte integral del trabajo del Centro Nacional de Memoria Histórica. Este se constituyó en marzo del 2015 y del 3 al 5 de marzo del 2016, tres de sus integrantes, están de nuevo en el país para participar en el segundo encuentro.

El CAI es un órgano colegiado que constantemente acompaña la labor del CNMH y que orienta la asesoría estratégica y técnica en temas que son cruciales para la institución. Lo integran el Director General de la entidad, Gonzalo Sánchez Gómez, y un grupo internacional de expertos en temas de paz, historia, archivos de derechos humanos, museos y lugares de memoria, comisiones de la verdad, investigaciones para el esclarecimiento histórico, entre otros; son en resumen cinco especialistas en materia de reconstrucción de memoria histórica que aportan sus miradas y experiencia  como protagonistas y/o estudiosos de procesos similares que han tenido lugar en Europa y en Latinoamérica en la segunda mitad del siglo XX.

En la jornada del 2016, los miembros del CAI estarán reunidos con el Director y los Asesores del CNMH para discutir sus apreciaciones sobre cuál es el papel de la institución de cara a la paz. Entre los temas se tratará el rol del esclarecimiento histórico y su contribución a la paz,  la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la paz en el marco de los borradores del Acuerdo, el Museo Nacional de la Memoria, el relacionamiento con empresarios,  Fuerza Pública, entre otros. Todas conversaciones imprescindibles en el escenario actual y las perspectivas de la memoria como una aliada en la construcción de paz y reconciliación que tiene el país.

Cinco puntos para entender el trabajo del CAI en la reconstrucción de memoria histórica:

1.  Todos sus miembros participan ad honorem y de manera voluntaria.  En una carta escrita a la entidad manifiestan que “Quienes formamos parte de este Comité Asesor reconocemos que la creación de este espacio consultivo implica un gran honor a la vez que supone una gran responsabilidad”.

2. Se reúnen al menos una vez por año para trazar rutas y lineamientos en los temas misionales del CNMH, aunque pueden convocarse sesiones extraordinarias si la agenda lo demanda.

3. Realiza recomendaciones en torno a las temáticas de las áreas de archivos de derechos humanos, investigaciones para el esclarecimiento histórico, museos, iniciativas y lugares de memoria y pedagogía, y en torno a su papel en un escenario de construcción de paz.

4. Impulsa intercambios técnicos con experiencias internacionales, al mismo tiempo que tiene en cuenta aprendizajes y lecciones de otros casos en el mundo.

5. Procura que sus diversas procedencias nacionales puedan ser consideradas como un aporte, ayudando a hacer visible, fuera de las fronteras colombianas, el desafío que supone alcanzar el fin del conflicto armado. Es decir, contribuye al posicionamiento de la experiencia colombiana en memoria histórica en el exterior (visibilizar, hacer alianzas con otras organizaciones y hacer eco del trabajo adelantado en el país).

Conozca a los expertos que conforman el Comité Asesor Internacional 

• Mô Bleeker, Presidente de la Comisión de Reconciliación y Justicia Transicional de Filipinas y Jefe del Equipo de tareas sobre tratamiento del pasado y prevención de atrocidades del Departamento de asuntos exteriores de la Confederación Suiza.

• Elizabeth Lira, Exmiembro de la Comisión Nacional sobre Prisión, Política y Tortura de Chile.

• Ramón Alberch, Director General de la Escuela superior de archivística y gestión de documentos de la Universidad Autónoma de Barcelona.

• Daniel Pécaut, Miembro de la Comisión de esclarecimiento histórico de Colombia.

• Rubén Chababo, Director del Museo de la memoria de Rosario, Argentina. 

CONOCE LOS PERFILES COMPLETOS DEL COMITÉ ASESOR INTERNACIONAL

Publicado en Noticias CNMH


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Archivo de la Casa Campesina sobrevive en Sincelejo

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Autor

Diana Zerda

Fotografía

Juan Roberto Martínez

Publicado

07 Jul 2016


Archivo de la Casa Campesina sobrevive en Sincelejo

Tras el estallido de una granada en la Casa Campesina de Sincelejo, el 29 de agosto de 1999,  todos los documentos del archivo quedaron esparcidos. Los pocos que se salvaron de la explosión tuvieron que ser arrumados sin ningún orden en las mismas bolsas donde se empacaba la yuca. Ahí permanecieron por casi veinte años, hasta que los líderes campesinos y campesinas quisieron recuperar su historia en la región.


Desde 2013, el Centro Nacional de Memoria Histórica comenzó a trabajar con organizaciones campesinas del Caribe en un proceso de reconstrucción de la memoria histórica (conozca Memorias, Territorio, y Luchas campesinas). Se realizó un trabajo de recopilación e identificación de los documentos que daban testimonio de las graves violaciones a los derechos humanos y contribuían a la memoria histórica de la comunidad. Así, fueron descubriéndose documentos, que creían que ya no existían, en los que se cuenta la historia de la organización de los campesinos para defender su tierra.

“La idea es organizar, limpiar y digitalizar nuestro archivo. Así será más fácil para nosotros poder mirar nuestra historia y mostrárselo a los campesinos que no vivieron esto, a nuestros hijos” dice Ramiro Chamorro, líder comunitario de Sincelejo. Además, el trabajo de archivo contribuyó por medio de sus documentos a la caracterización e identificación de daños individuales y colectivos que habían impactado a la comunidad.

La lucha campesina en esta región del país surgió a finales de los años 60 con la necesidad de defender el derecho a la tierra y a la vida. Inició con comités veredales, que luego fueron creciendo con fuerza. Recuerda Chamorro que el poder de convocatoria logró movilizaciones políticas importantes, sin embargo, la persecución a sus líderes por parte de los actores armados trajo el miedo y la desconfianza.

La época de 1971 a 1986 significó la pérdida de líderes importantes vinculados a la lucha de la tierra, que fueron asesinados por distintos actores armados de la región. Las denuncias de las muertes de los líderes, y los reclamos por la defensa a la vida y al territorio son documentos que se conservan en el archivo de la Casa Campesina.

Sin embargo, en el archivo no solo está la historia del horror. Dice Chamorro que en él se encuentra lo positivo y lo negativo que vivieron las organizaciones campesinas. También se encuentran allí las actas de reunión de cuando se entregaba una tierra, los proyectos que se elaboraban para la comunidad, además de textos de la Asociación de Trabajadores el Indio, la Mesa Campesina Regional de los Montes de María, Asodemucampos, y la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC).

“Yo creo que vale la pena que la gente conozca esta información. Yo no creo que una cosa escondida sirva para nada. Hay que sacarla. Eso hay que sacarlo y hay que decirlo. Y eso se hace con responsabilidad”, afirma Chamorro.

Esta voluntad la han manifestado otros líderes campesinos de la Costa Caribe que han sumado sus archivos personales al trabajo que se viene realizando en la región. En el Archivo Virtual de Derechos Humanos y Memoria Histórica (www.archivodelosddhh.gov.co) ya se encuentran para el acceso del público los fondos documentales de José Rivera y Jesús María Pérez, dos dirigentes que participaron en la ANUC-Sincelejo. Sus documentos ayudan a complementar y enriquecer la memoria histórica de la lucha campesina de la Costa Caribe a través de manuscritos, ponencias sobre la reforma agraria, archivo fotográfico de reuniones de los campesinos, entre otros. 

El informe que se adelanta como resultado de esta investigación, se espera que una vez el archivo termine su proceso de recuperación, pueda ser consultado en físico por la comunidad de la zona y en digital en el Archivo Virtual de Derechos Humanos y Memoria Histórica del CNMH. De la misma manera, como medida de reparación simbólica, se espera que se dicte una cátedra sobre los movimientos campesinos a las generaciones más jóvenes para que puedan conocer esta historia que dejó huella en el territorio y en la comunidad.

 


Archivos, Casa Campesina, Sincelejo

José Antequera, un legado que no muere

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

03 Mar 2016


José Antequera, un legado que no muere

El 3 de marzo de 1989 cinco hombres armados asesinaron en el aeropuerto El Dorado, de Bogotá, a uno de los líderes más prominentes de la Unión Patriótica. Tenía 34 años, una esposa, dos hijos pequeños, y el anhelo de una Colombia justa y en paz.


El exterminio de la Unión Patriótica (UP) siempre ha sido recordado como un símbolo del fracaso de Colombia para alcanzar la paz. El partido, que nació como fruto de los acuerdos de La Uribe entre el gobierno nacional y las Farc, en 1984, fue atacado sistemáticamente durante casi una década dejando un saldo de dos candidatos presidenciales, ocho congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 alcaldes y 5.000 militantes asesinados.

Antequera no fue el primero ni el último muerto en la larga lista de asesinatos de miembros de la UP. De hecho, ese mismo año ya se habían denunciado 43 muertes de personas adscritas al partido. Él y su familia sabían el riesgo constante al que estaban expuestos y vivían asegurados por una escolta, investigada hoy por la Fiscalía, que reabrió el caso en octubre de 2015.

Ese 3 de marzo, justamente, José Antequera estaba buscando descansar de la incansable lucha que sostenía denunciando el paramilitarismo y los graves delitos que se estaban cometiendo contra el partido y la sociedad civil. Quería viajar para pasar unos días en su casa materna, en Barranquilla, pero la guerra no dio tregua.

Tras su muerte, las reacciones no se hicieron esperar. La dirigencia de la UP dijo en un comunicado que “era una muerte anunciada. Lo sabía el Gobierno y su presidente, el señor Virgilio Barco. Lo sabían todos aquellos que financian, protegen, arman y sostienen a los grupos paramilitares”. En Bogotá una persona murió y varias quedaron heridas en las manifestaciones y protestas que suscitó el asesinato de Antequera. Fue un líder que dejó huella: “se trata de una vida donde uno puede reconocer un legado que al final tendrá que ser reconocido como uno de los aportes más importantes para que en este país haya paz con justicia social, con derechos y con garantías” dice su hijo, José Antequera Guzmán.

Hoy, cuando nos encontramos en un nuevo proceso de paz, otra vez, con las Farc, conmemorar este hecho tiene más relevancia que nunca. El asesinato de José Antequera y los miles de otros miembros de la UP puso en evidencia la gran debilidad del Estado para garantizar la participación política tras un acuerdo de paz. Sobre todo cuando debieron pasar casi tres décadas para que la Fiscalía volviera a poner sus ojos sobre un caso que se ha mantenido en la impunidad, y cuando aún el caso colectivo del exterminio contra el partido está en la Corte Interamericana de Derechos Humanos a la espera de una respuesta.

Para Antequera, hijo, que hoy tiene casi la misma edad que tenía su papá al morir, el aprendizaje que debe dejar este hecho tiene que ser mirar hacia el futuro. “La sociedad tiene que entender que lo que estamos alcanzando y se puede llegar a alcanzar, es decir una paz estable, duradera y con justicia social, es un anhelo que no ha sido gratuito. Nos ha costado mucho, que hubo personas en el país que fueron asesinadas luchando por ese sueño”.

José Antequera, así como muchos otros hombres y mujeres, han sido pilares que hoy recordamos para entender que la guerra, como dice Antequera Guzmán, ha sido muy costosa y que, además, la paz es muy frágil. Justamente para eso sirve la memoria para que la lucha de esos hombres y mujeres no muera con ellos, sino que perdure en el tiempo y el sueño de un país y un mundo diferente, algún día se pueda cumplir y se dejen de cobrar vidas en el intento.

Publicado en Noticias CNMH


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