Todas las memorias todas

VOCES DEL EXILIO

Hasta que no lo vives, no lo sientes

Octubre 2025

Susana Gómez relata en el episodio “Hasta que no lo vives, no lo sientes” su recorrido de exilio y reconstrucción, que comienza con múltiples desplazamientos internos en Colombia desde 1996 hasta que en 2019 decide salir del país con sus hijos por amenazas crecientes que hacían inviable su permanencia. Profesora y funcionaria pública en Colombia, recuerda cómo la vida que había sido estable y reconocida quedó atrás abruptamente, al enfrentar la burocracia migratoria, la pérdida de estatus profesional, de redes de apoyo, y el dolor emocional de desprenderse de todo lo conocido.

Ya en España, describe el exilio no como una liberación, sino como un proceso de resistencia cotidiana: tareas tan simples como abrir una cuenta bancaria o encontrar trabajo resultaron obstáculos al principio; enfrentó la incertidumbre mientras sus hijos lidiaban con identidades interrumpidas y rupturas. Sin embargo, también habla de la fortaleza que emergió de ese dolor: reconstruirse, aprender de los golpes, formar comunidad entre otros y otras exiliadas, reconocer el valor personal, protegerse, y encontrar la libertad interior. Su mensaje final es un llamado a visibilizar el sufrimiento del exilio, a reconocer que no se trata de un acto voluntario ni de privilegio, sino de supervivencia, resistencia y dignidad.

“En nuestras manos está el destino”

Octubre 2025

El testimonio “En nuestras manos está el destino” de Frank Pier Caicedo, presentado en Voces del Exilio, narra la historia de un arquitecto del Valle del Cauca que, tras sufrir amenazas por parte de grupos armados, se vio obligado a desplazarse de manera forzada a Ecuador en 2009. Allí enfrentó discriminación por su lugar de procedencia, desconocimiento institucional sobre está situación y dificultades para ejercer su profesión, lo que lo llevó posteriormente a emigrar a España, donde también encontró obstáculos para validar sus estudios y obtener reconocimiento laboral.

A pesar de las adversidades del exilio, Caicedo destaca su resiliencia y los logros alcanzados, como continuar su formación académica y mantener el vínculo con su familia. Desde su experiencia, hace un llamado al Estado colombiano a reconocer el abandono que viven quienes fueron forzados a salir del país y a garantizar sus derechos. Su mensaje final invita a mantener la esperanza, aprender de la adversidad y recordar que el destino del país está en las manos de sus ciudadanos.

“Como el payaso”

Octubre 2025

John Jairo Romero Munévar, narrador del episodio “Como el payaso” en Voces del Exilio, comparte su historia como líder de víctimas en el exterior, activista LGTBIQ+, defensor de derechos humanos, y fundador de la Asociación Revivir. Desde joven estuvo involucrado también en las luchas políticas a través de lo religioso y militante del movimiento 19 de abril; en 2004 fue el primer activista colombiano de su comunidad en obtener asilo político en España por su liderazgo LGTBIQ+. Jhon Jairo habla del dolor del exilio, de la invisibilidad que enfrentan quienes han tenido que huir del país y del deseo profundo de regresar bajo condiciones dignas.

Romero denuncia que, aunque existen avances, la violencia persiste con formas nuevas, y que el Estado no reconoce adecuadamente a quienes están en el exterior como víctimas del conflicto armado. A través de la organización Revivir, ha logrado visibilizar esta problemática, asesorar cientos de familias en el exilio, impulsar procesos culturales y de memoria histórica, y buscar reconocimiento internacional. Su metáfora del payaso (“reír por fuera, llorar por dentro”) simboliza cómo muchos exiliados ocultan su sufrimiento ante una sociedad que no quiere oír, pero también resalta la resistencia. Finalmente, Romero hace un llamado a las autoridades para que fortalezcan mecanismos de atención, inclusión y garantías reales a quienes vivieron el destierro, y anima a conservar la esperanza, la dignidad y la voz, pues “en nuestras manos está el destino.”

Capaces de caer y volvernos a levantar

Octubre 2025

Luis Carlos Acero Novoa, protagonista del episodio “Capaces de caer y volvernos a levantar”, narra su vida como dirigente campesino originario de Subachoque, Cundinamarca, relata la lucha social que ha vivido desde los años setenta hasta su exilio en España. Hijo de campesinos, militante de sindicatos agrícolas como SINTRAINAGRO y FENSUAGRO, denunció torturas en 1981 a manos del F-2, la desaparición forzada, amenazas crecientes y persecución que lo obligaron a salir del país en 2003. En el exilio, ha seguido ejerciendo su liderazgo con organizaciones de inmigrantes colombianos, trabajando por el reconocimiento de sus derechos, los de otros exiliados, y buscando condiciones para el retorno.

Acero destaca los logros alcanzados colectivamente: la visibilidad internacional de la diáspora colombiana, la participación en los espacios de paz con representación de colombianos en el exterior, su aporte social y cultural en los países de acogida, así como la aspiración de un retorno digno para las familias campesinas desplazadas. Aunque reconoce las dificultades de vivir en el destierro —desarraigo, trámite de documentos, reconocimiento profesional— enfatiza su gratitud y la importancia de seguir adelante, “capaces de caer y volvernos a levantar”.

Aquí estamos, no nos olviden

Octubre 2025

Luz Elena Sandoval, lideresa social y víctima del conflicto armado colombiano, comparte en “Aquí estamos, no nos olviden” su historia de dolor, exilio y resistencia. Desde muy joven participó activamente en el liderazgo social y político en Cali, heredando el activismo de su padre. A partir de 2003 su familia fue perseguida por grupos armados: su primo fue asesinado por negarse a colaborar, su hermano fue también asesinado, y varios miembros de su familia fueron declarados objetivos militares, lo que les obligó a desplazarse repetidamente hasta que Luz Elena decidió huir del país para proteger su vida y la de los suyos.

El exilio la llevó primero a Buenaventura, luego a Panamá, Costa Rica, y finalmente a España. Durante ese proceso vivió múltiples formas de violencia: desaparición, amenazas, hostigamiento, pérdida de seres queridos. En el extranjero enfrentó dificultades como la falta de atención consular, trámites de refugio, de residencia, condiciones precarias de vida —especialmente psicológicas y emocionales— y discriminación. A pesar de eso, ella continúa luchando por visibilizar a las víctimas en el exilio, exige al Estado colombiano responsabilidad por su deber de reparación, promete no permitirse el olvido y recuerda: “Aquí estamos, no nos olviden.”

Pajaritos de barro

Octubre 2025

María Nubia Salazar, en el episodio “Pajaritos de barro” de Voces del Exilio, narra la historia de una familia campesina que vivió en Santander (Colombia) con diecisiete hermanos, una finca grande, festividades y unidad hasta que empezaron las amenazas de los grupos armados en 1987. En un solo ataque perdieron las fincas, miembros de la familia y trabajadores fueron asesinados, y la violencia persistente los empujó al exilio: primero los más jóvenes huyeron a España para salvar sus vidas. Salazar describe el sufrimiento por la pérdida de lo material, el arraigo, la seguridad, pero también la necesidad imperiosa de continuar viviendo.

Ya en España, hace más de veinte años, María Nubia ha hecho de su vida una dedicación a trabajar con exiliados y refugiados, especialmente a través de la organización ASILA, apoyando a quienes tuvieron que abandonar su país. Afrontó pérdidas profundas —el secuestro y muerte de su pareja, el dolor familiar, la enfermedad— pero esos retos se convirtieron en motores para su activismo. Su historia es también una metáfora: los “pajaritos de barro” que guardaba como recuerdo navideño son los símbolos de lo que fue arrebatado, pero que ella rescata, compra y conserva como vínculo con la vida, la memoria y la esperanza, pues está convencida de que sanar pasa por hablar, resistir y no olvidar.

“El olor de mi tierra”

Octubre 2025

Elías Cohen, en su relato “El olor de mi tierra”, evoca una infancia de aromas felices — café recién hecho, frutas tropicales, tierra húmeda— que contrasta drásticamente con el olor del dolor y la pérdida que hoy identifica con su tierra natal. Desde los ocho años sufrió secuestro, desaparición forzada de sus padres, reclutamiento infantil, tortura y desplazamiento, experiencias que lejos de silenciarlo lo convirtieron en defensor de derechos humanos. A través de la escritura, el teatro y la poesía, Cohen reconstruye su memoria y denuncia las secuelas del conflicto armado, especialmente sobre quienes fueron forzados a participar siendo niños. En el exilio —vivido en dos ocasiones— enfrenta no sólo la nostalgia y el desarraigo, sino también el silencio social frente a la violencia. Su testimonio es un llamado a visibilizar el sufrimiento de las víctimas y asegurar que lo vivido no vuelva a repetirse.

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