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Todorov, el pensador de la memoria

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Diario El País

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Diario El País

Publicado

08 Feb 2017


Todorov, el pensador de la memoria

El franco-búlgaro, premio Príncipe de Asturias en 2008, falleció a sus 77 años tras dedicar su vida a la investigación de las ciencias humanas.


Tzvetan Todorov, conocido por muchos por su obra representativa “El hombre desplazado”, falleció este 7 de febrero en París, lugar donde se encontraba radicado. Era lingüista, filósofo, historiador, crítico y teórico literario, sin duda, uno de los intelectuales más reconocidos del mundo. El autor de numerosas obras relacionadas con la literatura, la historia o la política, murió a la edad de 77 años, anunció su familia. “Acababa de terminar su último libro, ‘El Triunfo del artista’, que debe aparecer en marzo”, agregó su hija.

Este pensador, cuyos campos de disertación eran extensos y variables, escribió títulos como “Los abusos de la memoria”, “La teoría de la literatura de los formalistas rusos”; “La conquista de América”; “Frente al límite”, entre otros. En un principio, así lo reconocen sus seguidores, se hizo célebre por sus ensayos sobre literatura, como la clásica “Introducción a la literatura fantástica”.

En una entrevista concedida en 2010 a EL PAÍS de España, auguró que “este miedo a los inmigrantes, al otro, a los bárbaros, será nuestro gran primer conflicto en el siglo XXI”, algo que ya se vive de manera profunda en Europa y América durante los últimos tres años. De igual manera en su libro “Memoria del mal, tentación del bien”, Todorov “expuso el conflicto entre totalitarismo y democracia como el acontecimiento más decisivo del siglo XX”, explica Joan Tarrida en el diario EL PAÍS, al referirse sobre “El Triunfo del artista”, libro que ya tuvo la oportunidad de leer.

Joan Tarrida, director de la Editorial Galaxia Gutenberg, donde Todorov ha sido el autor que más libros ha publicado -una docena-, explica que la obra de este pensador “reflexiona sobre el lugar del individuo en la historia, así como sobre la contraposición del individualismo en el totalitarismo y la democracia”. Sus aportes a la memoria histórica, ubicaron la importancia del testimonio de las víctimas, a la hora de reflexionar sobre las consecuencias de los conflictos armados y la necesaria no repetición de los mismos.

Esta es su intervención en la entrega del premio Príncipe de Asturias

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Memoria

Transitions: una mirada a los caminos de la paz

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Daniel Sarmiento

Fotografía

Daniel Sarmiento

Publicado

10 Feb 2017


Transitions: una mirada a los caminos de la paz

Una exposición fotográfica sobre las transiciones de Colombia, Bosnia y Herzegovina, Congo y Estados Unidos hacia la justicia y la paz.


Entre los países que han sufrido o sufren conflictos armados hay características comunes, tanto a nivel de logros como de obstáculos. También hay diferencias a partir de los contextos. De una forma u otra, vale la pena dar una mirada a los caminos que se han recorrido en distintos lugares del mundo para intentar alcanzar la paz.

Ese es el tema de Transitions, la exposición que presentó el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) en la Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz que se celebró la primera semana de febrero en Bogotá. Se trata de una invitación que llegó al CNMH a través de la agencia Art Works Projects, becaria de una convocatoria en Estados Unidos. Su proyecto consistía en presentar la experiencia de cuatro países en su transición entre la guerra y la paz a través de la fotografía. Los elegidos fueron Estados Unidos, Bosnia y Herzegovina, la República Democrática del Congo y Colombia. La entidad invitada en nuestro país fue el CNMH.

 

En cada país se escogió un equipo compuesto por un curador y un fotógrafo. Por el Centro participaron Catalina Orozco, como curadora, y Juan Arredondo, como fotógrafo. La exposición, coordinada por la Dirección del Museo Nacional de la Memoria, recorre temas que van desde el racismo contemporáneo en Estados Unidos hasta los daños a las familias que sufren la desaparición forzada de alguno de sus miembros en Colombia, pasando por las dificultades de acceso al agua en Congo, y las formas de hacer memoria en Bosnia y Herzegovina.

“Transitions —dice Catalina Orozco, la curadora en Colombia— ofrece una mirada a la noción de transición en un sentido ampliado: tanto en el orden de la la justicia como en lo económico, lo político, lo social y lo cultural. También permite crear correlaciones entre esos cuatro contextos, analizando puntos de convergencia y de divergencia, y aprendizajes que puede tener un país del otro”.

Retratar los desafíos de la transición

Los temas que escogieron Juan Arredondo y Catalina Orozco son tres graves hechos violentos que se han presentado en el conflicto armado colombiano: el reclutamiento de niños y niñas, la desaparición forzada y el desplazamiento.

No es clara la cifra de niños reclutados por grupos armados en el país. Permanece la pregunta sobre cuántos menores de edad se van a desvincular de las filas de las FARC durante su proceso de dejación de armas y cuántos seguirán por ahora en las filas de otros grupos armados. Juan Arredondo, el fotógrafo, dice que es difícil ver en perspectiva las historias de vida de los niños reclutados: “uno a esa edad no estaba viviendo ese cuento sino haciendo otras cosas […] y es aún más complicado porque muchas veces ellos salen y no tienen quién los espere”.

La desaparición forzada, segundo tema de Transitions, tampoco ha sido del todo visible. Catalina Orozco y Juan Arrendo decidieron representarlo con un caso emblemático: Fabiola Lalinde y su hijo Luis Fernando Lalinde. A Luis lo desaparecieron en octubre de 1984. Su madre, pacífica pero insistente, no paró de buscarlo. Gracias a ella, hoy sabemos que a su hijo lo capturó un batallón del Ejército y que luego fue torturado, asesinado y desaparecido. En 2015, Fabiola recibió el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos y la Unesco declaró que el archivo que había construido sobre la desaparición de su hijo era tan valioso que hacía parte del patrimonio de la humanidad. Para la curadora, la desaparición forzada “es una modalidad de violencia que causa unos daños profundos y sostenidos por larguísimos períodos de tiempo en las familias”. En el caso de Luis Fernando, después de más de 30 años esperando justicia, la salud física y emocional de Fabiola se sigue deteriorando.

Si se miran los números, la cifra de desplazados en el país es cuando menos escandalosa. Siete millones de personas: como si a cada habitante de Uruguay le quitaran su casa dos veces. Eso convierte a Colombia en el segundo país del mundo con mayor índice de desplazamiento interno. Para Catalina, “esa es una realidad que a veces no consideramos”. Para Juan Arredondo “es triste ver una comunidad, como los embera chamí de la exposición, que se desplazaron de Pueblo Rico, Risaralda, a Pereira, luego a Bogotá y luego a Medellín”.

Miradas a Bosnia y Herzegovina, Congo y Estados Unidos

Más de dos décadas después de terminar el conflicto entre bosnios serbios, bosnios croatas y bosniaks (musulmanes), Mihad Poturovic quiso mostrar las transiciones en cuatro niveles: el recuerdo y la memoria, la justicia inconclusa, la justicia en progreso y la identidad étnica.

En la República Democrática de Congo, un país rico en recursos naturales y teóricamente liberado de invasores, Martin Lukongo escogió hablar, a través de sus fotos, de cómo las agendas de actores internos y externos, interesados en el caucho, los minerales y la mano de obra, entorpecen el desarrollo de esa nación en términos del acceso al agua y la educación.

Aunque la esclavitud, la posesión y el comercio de afroamericanos dejó de ser legal tras la Guerra Civil, en el siglo XIX, la fotógrafa Sophia Nahli Allison decidió mostrar cómo, más de cien años después, sigue existiendo racismo y segregación en aspectos tan básicos como el acceso a la educación, la propiedad y la justicia en Estados Unidos.

¿Qué transiciones cree que debe atravesar Colombia?

Que haya justicia para los familiares de desaparecidos, que los desplazados puedan recuperar sus tierras y que los niños no tengan que portar un arma de fuego son imperativos para pasar de la guerra a la paz. Al menos en el caso colombiano. En los demás casos: el acceso a servicios básicos, la educación de calidad, la construcción de memoria, el respeto por la diversidad y el derecho a la igualdad. Pero todos esos campos reunidos son apenas una fracción de lo que se necesita. Por eso, Transitions dedicó un espacio de la exposición para que los espectadores pudieran aportar lo que creyeran necesario para solucionar estos problemas.

Se le preguntó a la gente qué transiciones había que recorrer en Colombia para pasar de un estado de guerra a un estado de paz, y desde qué sectores se debían dar esas transiciones. Si el responsable era el Estado, los medios, la ciudadanía, la comunidad internacional u otro sector que quisieran proponer. La persona escogía quién debía hacer la transición y con hilos de diferentes colores fijaba en un tablero la trayectoria que se imaginaba: si era cíclica o lineal, si iba y venía o era en un solo sentido, si era corta o larga. Sobre un marco hilaba la trayectoria y en tarjetas escribía los conceptos y la idea básica de sus transiciones. Al final, los hilos y las tarjetas los recogió el CNMH y con ellos se hará un análisis de las respuestas del público.

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¡Conmemora celebra el Día Mundial de la Radio!

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

13 Feb 2017


¡Conmemora celebra el Día Mundial de la Radio!

 

Desde el Centro Nacional de Memoria Histórica nos unimos a la celebración del Día Mundial de la Radio, reiterando nuestro compromiso por visibilizar las voces y las memorias de las víctimas del conflicto armado, pero además, felicitando a todos aquellos que desde los territorios están trabajando por comunicar las realidades y situaciones a las que diariamente se enfrentan las comunidades.

Conmemora Radio, la apuesta sonora del CNMH, seguirá amplificando en este 2017 las memorias de quienes han perdido todo a causa de la guerra para aportar a la transformación social de un país que no puede olvidar más.

13 de Febrero – Día Mundial de la Radio

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Cine y memoria colombiana en Chile

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

14 Feb 2017


Cine y memoria colombiana en Chile

Más de una decena de productos audiovisuales del CNMH rodarán del 14 al 18 de febrero en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos


Entre el martes 14 y el sábado 18 de febrero se estará presentando el ciclo de cine colombiano Mirada al sur en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Chile. “Mirada al sur. Relatos audiovisuales de memoria” es un proyecto que, desde el Museo Nacional de la Memoria del Centro Nacional de Memoria Histórica, propone un intercambio de contenidos audiovisuales sobre memoria y derechos humanos en el sur del continente.

La primera fase del proyecto parte del material audiovisual producido por el Centro Nacional de Memoria Histórica. En Chile se presentarán siete productos y una serie de cortometrajes que narran tanto episodios de violencia e historia del conflicto como muestras de resistencia de las comunidades.

Para Francisco Estévez, director ejecutivo del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, la importancia de proyectar memoria audiovisual colombiana radica en que “tenemos una historia que compartimos, la historia de América Latina, y cómo los derechos humanos de sus pueblos han sido mancillados o reprimidos o violentados, y cómo la sociedad civil, los movimientos ciudadanos, el mundo del arte y la cultura, se han organizado para defender los derechos de las personas y construir una sociedad donde prime la no violencia”. Conocer las experiencias similares, dice, hace que nos apropiemos más de ellas y las comprendamos de manera más profunda.

Aunque el camino recorrido por Chile en términos de memoria ha sido más largo, Estévez cree que las enseñanzas son recíprocas. “Hemos aprendido mucho de lo que están haciendo en Colombia y nos sentimos muy comprometidos. Y en esta iniciativa, Mirada al sur, coincidimos. Siempre hemos sabido que en los sitios de memoria o en los museos, además del acercamiento formal y los procesos de capacitación y el trabajo político por la no violencia, el acercamiento estético permite que las personas entiendan una dimensión diferente respecto al valor de la humanidad, y cómo esta se defiende de los crímenes que violentan el espíritu humano”.

No hubo tiempo para la tristeza (14 de febrero)

¿Por qué Colombia ha sido escenario de un conflicto armado durante más de 50 años? ¿Cómo han sobrevivido a este largo periodo de violencia distintas comunidades? Este documental parte de los hallazgos que relata de manera exhaustiva el informe ¡Basta ya!, hecho por el Centro Nacional de Memoria Histórica. No hubo tiempo para la tristeza cuenta las historias de hombres y mujeres de La Chorrera, Bojayá, San Carlos, las orillas del río Carare, Valle Encantado y Medellín. Ellos narran con su propia voz las atrocidades que sufrieron y vieron, y reflexionan sobre por qué no se debería repetir.

 

Memoria latente (15 de febrero)

Han pasado 17 años desde que la comunidad de Las Brisas, en Bolívar, padeció a los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia quienes masacraron a doce de sus integrantes. Y han pasado 16 desde que campesinos de Tabaco, en La Guajira, tuvieron que abandonar su territorio por presiones del ESMAD y la empresa minera Cerrejón. Memoria latente recoge los testimonios de dos pueblos que han resistido y luchado por alcanzar verdad y justicia. Ambas experiencias son el resultado Impreso en la Memoria, liderado por la Coordinación de Prácticas Artísticas de la Dirección del Museo Nacional de la Memoria.

 

 

Pueblo sin tierra (16 de febrero)

“Abandone nuestras tierras, tiene 24 horas para recojer lo qe pueda y largarce”, dice una nota dejada por un hombre en moto junto a la puerta de una casa. Es ficción, hace parte del corto animado Pueblo sin tierra, pero es un escenario calcado de los incontables relatos de las víctimas del conflicto. Hay más de 7 millones de desplazados en Colombia. Una población cercana a la de Bogotá entera. Son millones de familias que por un comunicado, una llamada, un hostigamiento o una matanza no tuvieron más opción que salir huyendo de sus casas sin saber adónde ir.

 

 

Cuerpo 36 (16 de febrero)

Varios años después de que paramilitares del Frente Sur de los Andaquíes se tomaran una inspección llamada Puerto Torres, en Caquetá, investigadores del CNMH fueron a investigar sobre la exhumación de 36 cuerpos de víctimas de paramilitares que hizo la Fiscalía en 2002. El último de esos cuerpos, tras ser trasladado al igual que los demás al cementerio de Florencia, desapareció. Doce años más tarde sigue faltando. “Cuerpo 36” cuenta la historia de esa búsqueda, reflexiona sobre el drama de los familiares de los desaparecidos y explica el contexto de la violencia en Caquetá.

 

 

Los hijos del pueblo del agua (16 de febrero)

En noviembre de 2016 se cumplieron 16 años de una de las masacres más terribles que ha sufrido el país. Entre el 21 y el 22 de noviembre de 2000, 37 personas fueron asesinadas en el corregimiento de Nueva Venecia, en Sitio Nuevo, Magdalena. Este documental recorre los palafitos a los que, aún después de la masacre, los pobladores decidieron volver. “Los hijos del pueblo del agua” recorre los caminos de violencia y resistencia de la comunidad de Nueva Venecia.

 

 

Rostros de las memorias (17 de febrero)

Este documental presenta algunas de las iniciativas de memoria hechas por comunidades y organizaciones de víctimas en todo el país. Hace énfasis en las experiencias del Graffitour de la Comuna 13, en Medellín; los cantos de alabaos de Pogue, en Bojayá, Chocó; el Parque Monumento en Trujillo, Valle del Cauca, y el Salón del Nunca Más, en Granada, Antioquia. Rostros de las Memorias recoge una muestra de la creatividad de las víctimas a la hora de relatar sus historias de resistencia a través de las artes, la cultura y la transformación de espacios.

 

 

El Garzal, una comunidad que resiste desde la fe (17 de febrero)

La comunidad del corregimiento El Garzal, un corregimiento de Simití, Bolívar, sufrió la violencia de narcotraficantes y paramilitares. Ese pueblo se alineó en torno a la fe y a la no violencia para alejar la guerra de su territorio. Este documental muestra cómo la organización alrededor de un mismo objetivo los ayudó a sacar la violencia de su territorio y a consolidar una cultura de paz.

 

 

Serie de cortometrajes: Tocó Cantar (18 de febrero)

Tras una convocatoria que buscaba encontrar compositores en todo el país que escribieran letras relacionadas con el conflicto armado, el Centro Nacional de Memoria Histórica acompañó a 45 de ellos a producir su música. Sus canciones describen la cotidianidad de sus comunidades, recuerdan los episodios del horror y reflexionan sobre la resistencia pacífica. El proyecto, además de las canciones, incluye una serie de perfiles audiovisuales que cuentan las historias de algunos de los participantes, explican los contextos de violencia, desnudan el proceso de producción musical y dan voz a los personajes para que compartan su visión de paz.

 

 

Enlace a programación del Museo en Chilehttp://bit.ly/2lAtB3e

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Las memorias de la comunidad de Santa Bárbara

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César Romero

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César Romero

Publicado

15 Feb 2017


Las memorias de la comunidad de Santa Bárbara

Entre las montañas divididas por retazos de color verde, la comunidad de Santa Bárbara, corregimiento de Pasto, en Nariño, vio cómo llegó la guerra a sus fincas. Las balas, los cañones y fusiles que antes habían visto solo en televisión fueron apareciendo entre sus cultivos de papa con la presencia de la compañía Jacinto Matallana del frente 2 de las FARC; un tiempo de miedo, resistencia y arraigo de un pueblo que, a partir del confinamiento, no dejó de sembrar esperanza

Carolina Restrepo, Investigadora del CNMH

Lo que empezó con una sentencia de restitución de tierras (2013-0001), que le ordenaba al CNMH hacer una investigación sobre el conflicto armado y el desplazamiento masivo ocurrido en Santa Bárbara en abril de 2002, terminó siendo un viaje al interior de una comunidad campesina que durante años ha encontrado en la organización social la base de su desarrollo. El corregimiento de Santa Bárbara está ubicado a escasos 25 kilómetros de la capital nariñense, más de la mitad del recorrido se debe hacer por una vía sin pavimentar, la cual se mantiene en condiciones aceptables gracias al peaje comunitario de mil pesos que se le cobra a los vehículos que ingresan y salen del corregimiento. La altura e inclemente frío del corregimiento hacen de sus tierras el lugar propicio para el cultivo de papa, además de alojar maravillosas fuentes de agua natural.

 

Precisamente fue por la gestión de las Juntas de Acción Comunal, y el trabajo de cada habitante del corregimiento, que lograron construir un acueducto veredal para aprovechar el agua de la laguna del páramo que se encuentra en la última vereda del corregimiento a 3.200 metros de altura. Con la fuerza de hombres, mujeres y jóvenes se han levantado iglesias y escuelas, se han construido y afirmado caminos. Entre las gentes de Santa Bárbara nunca ha habido un proyecto o iniciativa que se no se realice, sin importar el limitado apoyo que obtienen, tras infinitas cartas y derechos de petición a las administraciones local y departamental.

El documental Santa Bárbara: el pueblo que no dejó de sembrar la esperanza es una imagen de la dignidad y buen humor con que los habitantes de Santa Bárbara enfrentaron los cruentos años de presencia las FARC en su territorio. En los relatos que con generosidad nos entregaron algunos de los pobladores del corregimiento se ve reflejada la experiencia y el sentir de toda la población: impotencia frente a la guerra.

Incluso durante los cinco años en que las FARC controlaron la vida social de las 12 veredas del corregimiento, su población no perdió la confianza, humildad, generosidad y dignidad que los caracteriza. Por el contrario fue en estas cualidades que encontraron la fuerza para resistir.

Catorce años después del desplazamiento y de la retirada de las FARC de Santa Bárbara, las cosas no han cambiado mucho. Aunque muchas familias decidieron no retornar al corregimiento, quienes se quedaron y los que regresaron continúan luchando hombro a hombro para autoabastecerse de los mínimos vitales.

Las Juntas de Acción Comunal siguen impulsando y gestionando los proyectos económicos y sociales que más necesita la comunidad, continúan los bazares que buscan recoger dinero para dotar las escuelas o para algún proyecto productivo comunitario, ningún vecino se niega a prestar su mano para ayudar a otro a recoger la cosecha de papa o arreglar su casa, y sin falta los líderes y lideresas siguen enviando cartas a la alcaldía de Pasto o la Gobernación de Nariño para que instalen una antena que les permita comunicarse vía teléfono celular o para apoyar un proyecto agropecuario de iniciativa comunitaria. Y más que nunca se sigue sembrando la papa que alimenta a muchos nariñenses y colombianos en el interior del país.

La comunidad de Santa Bárbara nunca renunció al cultivo de papa pese a las presiones y exigencias que las FARC les hicieron para reemplazarlo por amapola. En Santa Bárbara nunca se dejó de sembrar esperanza.

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Memorias

Familia de Jairo Calvo pide justicia

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CNMH

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CNMH

Publicado

17 Feb 2017


Familia de Jairo Calvo pide justicia

Al conmemorarse un nuevo aniversario de la muerte del exdirigente del EPL, firmante de acuerdos de paz y convocante para la Asamblea Nacional Constituyente, Jairo de Jesús Calvo Ocampo, conocido como “Comandante Ernesto Rojas”, sus familiares insistieron en la necesidad de investigar las verdaderas circunstancias de su muerte, ocurrida el 15 de febrero de febrero de 1987.

El pronunciamiento de la familia se realizó durante un homenaje a la memoria del líder guerrillero que se realizó en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá y en el cual participaron, entre otros, representantes de organizaciones sociales como Acracia, Fundación Cultura Democrática y Fundación Progresar.

Calvo Ocampo nació en Manizales en 1949 pero se crio en Cartago, Valle del Cauca. Desde muy joven se destacó por su sensibilidad social y disciplina, que lo llevó en 1966 a vincularse al Partido Comunista de Colombia (Marxista Leninista) y posteriormente ingresó a su estructura armada, el naciente Ejército Popular de Liberación, en el cual permaneció hasta su muerte.

Bajo el seudónimo de Ernesto Rojas, Calvo Ocampo firmó junto con su hermano Oscar William, en calidad de comandantes del EPL, los Acuerdos de Cese del fuego, Tregua Bilateral y Diálogo Nacional entre su organización, el Partido Comunista (ML) y el gobierno del presidente Belisario Betancur.

 

Jairo Calvo

La versión oficial sobre su muerte señala que fue abatido durante un operativo policial, aunque su familia y organizaciones de derechos humanos han manifestado que fue desaparecido y asesinado por agentes del Estado, hipótesis que nunca fue investigada. Por esta razón este caso ha sido considerado un caso emblemático de grave violación a los derechos humanos relacionada con los procesos de paz.

Álvaro Villarraga, director de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica, manifestó que el derecho a la verdad y a la reparación es una garantía para todas las víctimas del conflicto que han sufrido violación de sus derechos, sin importar a que grupo u organización hayan pertenecido.

Luego del homenaje se realizó un debate sobre los procesos de paz que se han realizado en el país y las expectativas frente a la desmovilización de las FARC y los diálogos con el ELN, en el que participaron miembros de las organizaciones insurgentes que ya se encuentran reincorporadas a la vida civil.

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Memoria de las víctimas, premiada en los CPB

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

20 Feb 2017


Memoria de las víctimas, premiada en los CPB

La serie audiovisual “No Más Violencia”, compuesta por más 50 testimonios de víctimas del conflicto armado colombiano, representados por actores del país, fue premiada por el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) como “Mejor Trabajo Sobre la Paz” en Colombia.

Este galardón, entregado el pasado 9 de febrero por el presidente Juan Manuel Santos, enaltece la resistencia, memoria y dignidad de las víctimas del conflicto armado; la serie fue elegida entre más de 48 trabajos presentados en esta categoría, en los finalistas a esta categoría se encontraban ‘El Magdalena Medio intenta cicatrizar sus heridas’ de verdadabierta.com y ‘Gobernantes & posconflicto’ de Revista Semana. Este año, 404 trabajos fueron recibidos en los Premios para participar en 14 categorías diferentes.

¿Cómo entender la violencia que ha sufrido el país por más de medio siglo? ¿Cómo acercarse a los dolientes de 220 mil muertos o acompañar a las familias de más de 60.630 desaparecidos? ¿Qué pasaría si consiguiéramos ponernos en los zapatos de, al menos, una de las siete millones de víctimas que ha dejado la guerra? 

 

La campaña #NoMásViolencia buscó dar respuesta a estos interrogantes. Cincuenta actores de amplia trayectoria a nivel nacional dieron su voz y su rostro para narrar los testimonios de cincuenta víctimas del conflicto armado, registrados en diferentes informes del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Bajo la dirección de Nicolás Montero, la dirección periodística de Germán Pérez, la producción del Canal Universitario Nacional ZOOM, la participación de la Asociación Colombiana de Actores (ACA), y el acompañamiento investigativo y financiero del CNMH, la serie evidenció las modalidades de violencia y el dolor, y la dignidad y resistencia de los afectados por la guerra.

La serie es un proyecto de reflexión y participación a todos los colombianos, no sólo de visualizar los testimonios, sino también es un proceso de invitación a la comunidad en general a interpretar sus testimonios, siendo partícipes de lo ocurrido en el país a través de la narración para que a partir de la misma haya una comprensión más profunda sobre Colombia y su historia. 

Se trató de un esfuerzo conjunto para sensibilizar a la sociedad colombiana, a través de la narración testimonial como ejercicio pedagógico, sobre los impactos del conflicto y la necesidad de avanzar hacia la paz. Gracias a ese trabajo, la campaña tiene a la fecha más de 935.843 reproducciones en Youtube, y en abril de 2016, durante su lanzamiento en Twitter, logró impactar a más de 3 millones de cuentas, llegando a convertirse en Trending Topic orgánico en Colombia.

Además, gracias a alianzas estratégicas con la red de canales iberoamericanos, No Más Violencia tuvo más de setenta millones de transmisiones en Hispanoamérica y ha sido reconocida en estos países como recurso pedagógico para reconocer a un país con altos índices de violencia en su historia, que en la actualidad se reconcilia y perdona a través del análisis de la misma.

Los testimonios incluidos en la serie fueron documentados por el Centro Nacional de Memoria Histórica, y su antecesor el Grupo de Memoria Histórica, entre 2008 y 2015, en el marco del ejercicio de esclarecimiento al que le obliga la Ley 975 de 2005 y la Ley 1448 de 2011. Algunos de estos testimonios fueron publicados en el Informe ¡Basta ya! Colombia memorias de guerra y dignidad, y otros corresponden a casos ilustrativos como son Bojayá, Bahía Portete, El Placer, El Salado, El Tigre, La Rochela, Trujillo, San Carlos, Segovia, Remedios, Puerto Torres y Buenaventura. 

El reconocimiento del CPB es un estímulo para seguir en la labor de la documentación y rescate de las voces de millones de personas que sufrieron la confrontación armada, y que en medio del dolor, trabajan por la verdad, la memoria, la justicia y la reparación.

Para Nicolás Montero “No Más Violencia es una necesidad en entender y comprender por qué ha pasado lo que ha pasado, en el que hay una parte metodológica sobre cómo hacerlo y se basa en una hipótesis de ‘el que narra es el que más entiende’. Es un incentivo para tener la sabiduría y la generosidad para hacerlo y escucharnos entre todos, es un proyecto que está uniendo tres piezas fundamentales, por un lado la academia del CNMH que realizó una investigación rigurosa; por otro lado un lenguaje artístico que llegó a la comprensión emocional por parte de la ACA, que permitió ver que los actores no estaban representando a las víctimas, estaban dignificando su voz, y para finalizar una difusión que se encuentra en la educación, por parte de Canal ZOOM que es el canal de las universidades.”


Durante el programa televisivo en vivo del Canal ZOOM ‘Modo Colombia’, en la noche del 14 de febrero se llevó a cabo un especial dedicado al reciente premio obtenido gracias a la serie audiovisual ‘No Más Violencia’.

Los invitados del especial fueron el director del proyecto Nicolás Montero y tres de los actores participantes en la serie, entre ellos la actriz Patricia Tamayo, los actores Jairo Camargo, Hernán Cabiativa y el gerente del Canal Universitario Nacional ZOOM, Germán Pérez. 

Quienes profundizaron a través del diálogo la importancia de la creación de este tipo de proyectos para la construcción de ciudadanía; la forma en que los actores realizaron el ejercicio de comprensión y de interpretación sobre las víctimas y la implementación de este proyecto como recurso pedagógico para la paz. Los televidentes, a través de vía telefónica y redes sociales, también fueron partícipes del programa, con preguntas a los invitados. Dentro de los cuestionamientos realizados se evidenciaron temas sobre el rol de los artistas en la televisión nacional, las víctimas de los testimonios, las manifestaciones sobre el reconocimiento obtenido, entre otros.

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Memoria


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El drama que viven los líderes sociales en Colombia

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Autor

Ricardo Robayo

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Ricardo Robayo

Publicado

20 Feb 2017


El drama que viven los líderes sociales en Colombia

Tras la firma del acuerdo de paz entre la guerrilla de las FARC y el Gobierno, no cesa la persecución y asesinato de líderes sociales y derechos humanos en el país.


Las cicatrices de la guerra no han sanado. Este fin de semana, 19 de febrero, fue asesinado Falver Cerón Gómez, líder comunitario del sur del Cauca. “No pasa un mes en el Cauca sin que aparezcan nuevos hechos de amenazas y atentados contra líderes, lideresas y organizaciones en el departamento”, dice un comunicado público realizado el pasado 11 de febrero a través de la Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca, integrada por diez organizaciones sociales del Cauca (CIMA, CRIC, MCC, Codesco, Ordeurca, Acader, Ruta Pacífica de las Mujeres, Coccauca, Ascap y Acaami).

La Red denunció públicamente la “sistematicidad y continuidad de violaciones de los derechos humanos contra comunidades, organizaciones y dirigentes”, alegando que en la noche del jueves 9 de febrero recibieron panfletos amenazantes provenientes de las Águilas Negras en donde “declaran objetivo militar a periodistas castrochavistas, Marcha Patriótica Cauca, Profesores de Unicauca, dirigentes de Aspu, Asoinca, CIMA, ACIN, Ruta Pacifica de las Mujeres, ACIT, Cococauca y Junta Patriótica”.

El Centro Nacional de Memoria Histórica rechaza estas amenazas y atentados contra líderes y organizaciones sociales y de derechos humanoscon quienes ha realizado trabajos de memoria y procesos en el Cauca, como el Comité de Integración del Macizo Colombiano (CIMA). Precisamente con este último, el CNMH ha trabajados gracias a sus documentos escritos y audiovisuales, en la exigibilidad de derechos de los campesinos del Macizo Colombiano, comprendido entre los departamentos de Cauca y Nariño. El proyecto busca reconstruir el proceso de victimización del que han sido objeto sus integrantes, sus consecuencias y las acciones de resistencia realizadas por los campesinos de esta subregión del país.

De igual manera, ese mismo 9 de febrero, la Mesa de Seguridad y Protección para Reclamantes de Tierra en Magdalena, informó que persistían las amenazas contra víctimas y reclamantes de tierra en el departamento del Magdalena. “La última amenaza se presentó en enero del presente año, en el que se envió un correo electrónico al Defensor del Pueblo de Magdalena firmado con el seudónimo de ‘El Cóndor’, para ‘advertir por segunda vez’ que 16 líderes y lideresas que participan en las Mesas de Víctimas de siete municipios del Magdalena no deben participar en las próximas elecciones o serían asesinados”, dice la Mesa de Seguridad.

La Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, monitoreó que a 30 de noviembre de 2016 se realizaron 35 atentados y 52 homicidios en contra de líderes y lideresas defensoras de Derechos Humanos.

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Líderes Sociales

25 iniciativas de memoria en las regiones

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Autor

Diana Cucalón

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Diana Cucalón

Publicado

21 Feb 2017


25 iniciativas de memoria en las regiones

En un evento propiciado por el CNMH, del 15 al 17 de febrero en Bogotá, 25 iniciativas de memoria provenientes de todo el país fueron convocadas para dar inicio a lo que será un año de trabajo conjunto, de fortalecimiento y acompañamiento.


Ojalá nos alcance la vida, Clown Payatría, Galería Viva y el Festival de carrozas y comparsas LGTB de Chaparral son algunas de las seleccionadas que, junto a las demás iniciativas, iniciaron un diálogo sobre lo que les tocó vivir en medio del conflicto armado en Colombia y las formas en las que decidieron resistir.

La reunión se llevó a cabo con dos objetivos principales: congregar en un mismo lugar a las diferentes iniciativas de memoria, de manera que empezaran a reconocerse en un marco de pluralidad, no como memorias aisladas, y generar un espacio para levantar los planes de trabajo, las líneas de acción y los productos específicos que van a resultar de todo este ejercicio de acompañamiento de sus memorias.

Según Camila Medina, coordinadora del grupo de iniciativas del CNMH, el conjunto de iniciativas fueron escogidas por su calidad de acciones colectivas, sus procesos adelantados de construcción de la memoria, y porque representan a diferentes territorios, enfoques diferenciales y expresiones con múltiples lenguajes.

Con las iniciativas seleccionadas este 2017 se abarcan proyectos presentes en 16 de los 32 departamentos de Colombia. En Antioquia, Arauca, Bogotá, Caldas, Cauca, Caquetá, Cesar, Chocó, Guajira, Huila, Nariño, Norte de Santander, Meta, Santander, Tolima y Valle del Cauca están los territorios donde distintas organizaciones impulsan las acciones de construcción de la memoria.

Así, a través de la asesoría técnica y metodológica del CNMH, se proyecta seguir potenciando los procesos organizativos y las expresiones concretas que estos grupos han venido adelantando, pero sobre todo se espera cumplir con la misión de ser la plataforma para que estas memorias lleguen a la esfera pública, aportar a la dignificación de las víctimas y a la construcción del debate democrático.

Este primer encuentro con las iniciativas de memoria, en 2017, se realizó gracias al apoyo del gobierno de Canadá, a través de OIM, y de ACDI/Voca (USAID)

Iniciativas de Construcción de la Memoria – 2017

  • 4 vidas, el documental – Nariño

  • Abracitos nasas resguardo indígena de huellas Caloto – Cauca

  • Aquí estamos ¡memoria de la discapacidad en el conflicto armado en Colombia – Antioquia, Arauca,  Bogotá, Caquetá,  Chocó, Cauca, Huila,  Meta, Santander, Norte de Santander, Valle del Cauca. Cesar, Tolima.

  • BOSMEVISAN – Meta

  • Casa de la memoria histórica de Samaná – Caldas

  • Comisión de la Verdad Ambiental – Antioquia, Santander

  • El vuelo del fénix – Antioquia

  • Etnohistorias de Cerro Tijeras – Cauca

  • Festival del Río Grande de la Magdalena – Bolívar

  • Fortalecimiento de la guardia escolar – Cauca

  • Galería Viva – Antioquia

  • Iniciativa interétnica de memoria desde las mujeres del norte del Cauca – Cauca

  • Intercambio de experiencias de memoria histórica de mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado – Meta

  • “Intervención con personas vinculadas al conflicto armado interno colombiano en proceso de reintegración: una mirada a través del clown” – Tolima

  • Memorias que renacen del municipio de Carepa – Antioquia

  • Ojalá nos alcance la vida – Antioquia, Cundinamarca

  • Piedras en nuestra memoria parque Las Cruces – Guajira

  • Proceso de abracitos de los niños Nasa – Cauca

  • Proyecto interactivo “Las víctimas del conflicto, sujetos protagónicos de un cambio para Colombia”. – Quindío

  • Reconstrucción de la memoria histórica del reinado del rio trans de chaparral – Tolima

  • Recuperación de la Memoria a través de la comunicación y el arte: Semillero de reporteros. – Cauca

  • Recuperación de la memoria y la dignidad de las víctimas de crímenes de Estado. – Caldas

  • Ruta turística de memoria histórica por el oriente de Caldas y Magdalena medio para conocer algunas realidades de las familias campesinas  y algunas causas del conflicto en sus territorio. – Quindío, Caldas y Caquetá.

  • Tejiendo la memoria de nuestro pueblo para no olvidarla – Nariño

  • Títeres con memoria – Cundinamarca

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El Salado: resistencia y aprendizaje

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CNMH

Publicado

02 Mar 2017


El Salado: resistencia y aprendizaje

La masacre de El Salado, un hecho cargado por el horror y la estigmatización, hoy se erige como un pilar para el aprendizaje en la escuela de la memoria y la historia reciente de Colombia.


Cada año, en febrero, se conmemora la masacre de El Salado, uno de los hechos más crueles que llevaron a cabo los paramilitares en Colombia. Entre el 16 y el 21 de febrero de 2000, diferentes corregimientos del municipio del Carmen de Bolívar, entre ellos El Salado, fueron blanco de asesinatos selectivos por parte de paramilitares liderados por Salvatore Mancuso, Carlos Castaño y alias Jorge 40, contra civiles, en estado de indefensión, que acusaban de ser parte de la guerrilla.

Diecisiete años después, los habitantes de El Salado, a pesar de las consecuencias del horror que tuvieron que soportar, han sido un ejemplo de resistencia y han estado dispuestos a tomar sus aprendizajes y transmitirlos, tanto a los indiferentes como a las nuevas generaciones que no han tenido que padecer tales desmanes por causa de la guerra.

Como se lee en el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), El Salado. Esta guerra no era nuestra, los saladeros hicieron la apuesta de “poner su memoria en la escena pública, construida desde la doble condición de víctimas y ciudadanos. (Ella) debe ser valorada entonces como una interpelación a la sociedad a reconocer y re-conocerse en lo sucedido, y a solidarizarse y movilizarse por las demandas de verdad, justicia y reparación de las victimas de esta masacre inenarrable”.

La caja de herramientas

En este mismo sentido, el Grupo de Pedagogía del CNMH, como parte de la estrategia de la Caja de Herramientas para maestros y maestras. Un viaje por la memoria histórica, desarrolló un material pedagógico para estudiantes de 10 y 11, basado en el caso de El Salado, para reflexionar sobre sus identidades y proyectos de vida en medio de contextos violentos y problemáticas como el acceso a la tierra, el desplazamiento forzado y la estigmatización.

En 2016 varios profesores pusieron en práctica este material en sus aulas, y los resultados han dejado grandes experiencias, tanto para los maestros como para los estudiantes. Lorena López, docente de ciencias sociales en el colegio Distrital en concesión Jaime Garzón, en Bogotá, dice que trabajar este caso cambió su vida y la de sus estudiantes:

“¿Por qué es importante hablar de la masacre de El Salado en el colegio Jaime Garzón?, puedo decir con seguridad que es importante porque convierte a las nuevas generaciones, en generaciones comprometidas con la paz de su país. Porque haberlo estudiado desde un pupitre en Bogotá, y sin conocer El Salado, generó en los estudiantes sentido de pertenencia por su país, porque no hay necesidad de ser víctimas directas o no haber sufrido el dolor que muchos colombianos han vivido a causa del conflicto, para hoy querer asumir un rol de un agente de cambio de su país, el rol que la promoción 2017 del colegio Jaime Garzón asumió”, dice López.

Algunos estudiantes, tanto de Bogotá como de otras regiones de Colombia, no conocían el caso de El Salado, pero habían vivido el conflicto a su manera. Conocer lo ocurrido en los Montes de María les permitió reconocerse en una historia, una memoria común a raíz del conflicto armado, que aunque diverso, los tocó a todos. Un estudiante de Giraldo, Nariño, dice: “no conocíamos cómo otras personas habían vivido el conflicto armado. Y no había oído sus voces ni cómo habían sido afectadas”.

En el colegio Jaime Garzón, en medio de un ejercicio de memoria, alguno de los estudiantes reflexionó lo siguiente: “No es por creerme la víctima, pero soy desplazado del Meta; cuando empezamos a ver los testimonios, a mi me afectó mucho porque muchas de esas cosas le pasaron a mi familia, me recordó en el momento que me sacaron, las amenazas, fue fuerte. Acordarme de todo eso, y saber que ahora estoy acá, y que nadie sabe lo que en realidad pasa cuando estuvimos en el Meta… me afectó, me pareció fuerte, me identifiqué”.

Incluso entre los estudiantes de otros lugares de los Montes de María, de San Juan Nepomuceno, los jóvenes pudieron tener un acercamiento distinto a la historia de su propia región y asumieron igualmente un compromiso con la no repetición: “Al principio no sabíamos, personalmente no le prestábamos mucha atención a lo del conflicto, como que lo escuchaba en la televisión, era interesante, pero el hecho de que ahora comenzamos a trabajarlo en las clases y saber dónde surgió, realmente sientes el dolor que sintieron esas personas y empiezas a tomar conciencia de que realmente fue horrible y que no quisiera volver a repetir eso, a vivirlo”.

La memoria en el aula

El ejercicio alrededor del caso de El Salado permitió que algunos profesores exploraran posibilidades de acercamiento mucho más intimas entre sus estudiantes y el caso. La profesora Ana María Durán, en el colegio Campo Alegre, en Bogotá, buscó acercar la experiencia de sus estudiantes más allá del estudio y comprensión del caso, llevándolos al Carmen de Bolívar, a El Salado, para que ellos mismos pudieran hacer ejercicios de memoria con los sobrevivientes y retornados. El resultado de este proceso fue una publicación con relatos cortos de los estudiantes, que reproducimos a continuación, en los que narraran, con su propia voz, la resistencia al conflicto armado.

Una de las estudiantes que fue a la salida de campo, Juana Durán, escribió lo siguiente: “El Salado carga una cicatriz indeleble, pero también unas manos que trabajan el campo y tocan instrumentos, pies que bailan los cantos de bocas que, a su vez, cuentan interminables historias. Historias, un plural que abre ojos, desvanece prejuicios y nos enseña que, aunque en El Salado hubo muerte, hoy, de diferentes maneras, decide vivir”.

Descargue aquí el libro “Memorias del retorno”

Cada testimonio de los estudiantes que se acercaron al caso de El Salado, es una muestra de la forma viva de resistencia que han construido sus habitantes. Ahora, para un grupo de jóvenes en el país, recordar y conmemorar esta tragedia cada mes de febrero ya no es sinónimo de horror. Ahora ellos ven, más allá del horror, la esperanza que pudieron conocer y aprehender de quienes hace tiempo vivieron esa tragedia, se sobrepusieron al dolor y ahora luchan para ser constructores de paz en sus regiones, y por medio de su ejemplo, de todo el país.

Tras diecisiete años hay que seguir recordando la masacre, reconociendo que El Salado es más que eso; después de todo, como se lee en el epígrafe del informe del CNMH de El Salado: “Cuando las sociedades, al igual que los individuos, contemplan sus heridas, sienten una vergüenza que prefieren no enfrentar. Pero el olvidar trae consecuencias importantes: significa ignorar los traumas, que de no ser resueltos permanecerán latentes en las generaciones futuras. Olvidar significa permitir que las voces de los ‘hundidos (Levi) se pierdan para siempre; significa rendirse a la historia de los vencedores’.

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