El carnaval de La Gigantona. Ritual, memoria y resistencia en el Nordeste antioqueño es un informe de investigación del Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, que visibiliza esta actividad inscrita dentro de las Fiestas de la Virgen del Carmen, el Oro y la Minería que se celebran en el mes de julio en el municipio de Segovia (Antioquia).
El Precarnaval y Carnaval de La Gigantona constituyen una muestra de la idiosincrasia e identidad de estas tierras mineras del Nordeste antioqueño, los cuales se celebran desde hace cuatro décadas y expresan las prácticas ancestrales del barequeo, el machuqueo y la explotación artesanal e industrial del oro, principal recurso dinamizador de la economía regional.
¿Qué es La Gigantona?
Es una especie de celebración que se hace todos los años, para recordar los muertos, con un recorrido y bailes. Vea, eso es una muñeca grandísima, de madera y varillas, se mete una persona por debajo que es quien la va manejando. Eso se hace en el marco de las fiestas patronales, de la Virgen del Carmen, pero ahí se echan moresco, y van bailando y cantando.
¿Y por qué La Gigantona tiene que ver con la memoria?
Porque ahí es como una forma de que la gente recuerde a sus muertos, porque cada año se la dedican a uno o varios muertos de allá.
¿En qué consiste?
Esa celebración está muy presente en las víctimas de la masacre de Segovia de 1988. De ahí en adelante como que cobró mayor importancia. Pero se celebra desde mucho antes. Es un recorrido. Desde el cementerio, incluso antes del cementerio, desde el parque La Madre, van por toda la Reina, hasta llegar al parque principal. (CNMH. Entrevista 1. Hombre y mujer adultos, desplazados. Medellín, 2021)
Para las comunidades de Remedios y Segovia, La Gigantona también es el medio y el pretexto para expresar a través de la cultura y la memoria sus agenciamientos y emprendimientos para rememorar a las víctimas del conflicto, para continuar luchando, resistiendo y viviendo en medio de un contexto hostil, para la transformación de las violencias y los conflictos persistentes y aún no resueltos.
Es un evento que recoge como toda esa euforia que durante el año no se manifiesta, no se dice, no se siente, cierto, porque igual durante el año aparecen varias cosas que son como muy tesas también… Es el único momento del año eufórico para hacerle un huequito a la tristeza, porque es que la verdad que estos municipios se mantienen tan golpeados, que incluso toda la gente se mete ahí… A recordar y pagar promesas… No solo se hace para recordar a los fallecidos del pueblo o muertos muy cercanos a la comunidad, también para recordar a las mujeres barequeras, al minero, a las mujeres luchadoras del cáncer de mama, también el tema de la niñez. Y eso es muy bonito porque viene gente de todas partes, es que yo me he quedado sorprendido cuando empiezo a escuchar acentos de Bogotá, de Cali, del eje, de la Costa, metidos en La Gigantona, ¿cierto?… Y que uno pueda decir que hubo una calle que es una de las más largas de aquí de Segovia, La Reina, que ha estado de punta a punta, ¡repleta de gente!, o sea, no son parches, ¿me entendés?, sino una columna completa de personas que uno tranquilamente podría decir: ahí hay más de diez mil personas, porque esa calle da para eso. ¿Usted se imagina lo que podría hacer algo más grande? Es decir, ¿qué sean más gigantonas? Eh, Ave María, se enloquece este pueblo… (CNMH. Entrevista 6. Hombre adulto. Segovia, 2022)
La Gigantona, en tanto muestra representativa del repertorio cultural ancestral y como iniciativa de la memoria social, es un mediador para continuar recuperando y transmitiendo la memoria, el debate y la deliberación colectiva y plural acerca del pasado traumático, para seguir resistiendo a los embates de las violencias y los conflictos, para confrontar y retar condiciones y marcos adversos para la emergencia de la memoria colectiva y plural, para mantener viva la memoria y la dignidad de sus víctimas, para emprender la anhelada construcción de paz en el territorio.
¿Qué aprendemos los colombianos de La Gigantona?
Pues, vea, ante todo, la alegría, sanar la tristeza. Porque esta es una forma extraordinaria de recordar, una memoria viva simbólica que se siente, que no tiene límites, que le hace un huequito a la tristeza, porque ella sana colectivamente todas esas heridas. Y también, un poder político, porque ella activa procesos de pedagogía, recupera la memoria oculta de Segovia, para que sea un libro abierto. (Diario de Campo, 2022)
La Gigantona permite transitar del conflicto y la guerra hacia la reparación, la reconciliación y la no repetición a través de la relación entre memoria, ritual, resistencia y territorio. Se trata de una práctica e iniciativa memorial de raíces ancestrales y en constante transformación que propugna por el reconocimiento y la dignificación de las comunidades del Nordeste antioqueño, como sujetos protagonistas de la restauración de los daños e impactos y los tejidos sociales de su región.