Semana por la Memoria 2024: relatos diversos en un mensaje contra el olvido
Acuerdo de Paz, Bogotá, Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, Guardia Indígena, Machuca, Norte del Cauca, Semana por la Memoria, Unidad en la diversidad
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CNMH
Fuente: Mary Torres. Directivas del CNMH presentaron la estrategia de difusión del legado, del Informe y de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad.
18 diciembre 2023
Los detalles se socializaron en un encuentro público organizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Comité de Seguimiento y Monitoreo a la Implementación de las Recomendaciones de la Comisión.
Además de aportar al esclarecimiento del conflicto armado colombiano, los volúmenes del Informe Final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV) contienen una serie de recomendaciones para que el Estado y la sociedad avancen en la consolidación de lo que la propia Comisión denominó «la paz grande».
Doce de esas recomendaciones se relacionan con la memoria y la verdad, según el análisis realizado por el Comité de Seguimiento y Monitoreo a la Implementación de las Recomendaciones de la Comisión (CSM), creado por el Acuerdo Final de Paz. Entre ellas se encuentran la formulación de una política pública de memoria y verdad, la realización de procesos de memoria sobre funcionarios judiciales victimizados, el esclarecimiento de las violencias sufridas por los pueblos étnicos, la difusión del legado de la CEV y la difusión de los testimonios de las personas LGBTIQ+ victimizadas.
Para conocer los avances de su implementación , el CNMH y la CMS realizaron este 11 de diciembre el encuentro «Estrategia de difusión del Informe Final y de las Recomendaciones de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad», cuya apertura estuvo a cargo de María Gaitán Valencia, directora del CNMH; Francisco de Roux, expresidente de la CEV; y Marina Gallego, presidenta del CSM.
Reviva el encuentro aquí:
En su intervención, Gaitán reafirmó el compromiso del CNMH con la implementación de las recomendaciones, pero reiteró la necesidad de continuar trabajando en torno a dos temas fundamentales.
Fuente: Mary Torres. La directora general del CNMH destacó la necesidad de garantizar la continuidad de la institución más allá de 2031.
El primero es el análisis de los volúmenes del Informe, con el objetivo de identificar aquellos procesos, hechos y discursos que no fueron recogidos en el trabajo final de la CEV. «Cuando analizamos, los diálogos sociales han sido muy importantes. Empezamos a aprender que hay voces que han sido olvidadas por distintas razones. Estamos, por ejemplo, entendiendo que el insilio también hace parte de este conflicto», señaló.
Consulte aquí el Informe Final de la Comisión de la Verdad
El segundo consiste en revaluar la recomendación de la CEV según la cual sería el Museo Nacional de la Memoria, y no el CNMH, la institución pública, de «carácter permanente, autónoma e independiente, encargada de construir, preservar, apropiar y difundir las memorias del conflicto y de los afrontamientos y resistencias desde una perspectiva plural».
Al respecto, Gaitán señaló que la eventual desaparición del CNMH implicaría la imposibilidad de continuar desarrollando una agenda investigativa propia que permita avanzar en el esclarecimiento del pasado: «Eso sería un gravísimo error, y el territorio lo comparte. Necesitamos continuar esclareciendo, involucrando las memorias que no fueron incluidas por alguna razón en el informe de la Comisión». Por esa razón, reiteró la necesidad de que la institución adquiera un carácter permanente.
Francisco de Roux, expresidente de la CEV, reconoció que «la verdad tiene que ser sometida a la crítica, a la confrontación de nuevos datos, de nuevas investigaciones, de nuevas víctimas […]. Ese es el dolor brutal del país, y nosotros tenemos que comprender esa situación y estar siempre abiertos a las víctimas, a nuevas críticas y reclamos para que la realidad de Colombia llegue toda y nos toque a todos».
Fuente: Mary Torres. El padre Francisco de Roux se desempeñó como presidente de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad.
En ese sentido, de Roux destacó que la eventual extensión del trabajo del CNMH debería cambiar los mecanismos de elección del director y la composición del consejo directivo para asegurar una mayor independencia: «Si ha de haber una ley sobre el CNMH, ese es también un debate democrático, debe ser una institución de Estado, que no dependa del presidente de la república. Esta búsqueda incansable de la verdad debe ser absolutamente libre; no debe estar al servicio de la Iglesia, los militares o guerrilleros, los partidos, nuestros amigos o nuestras familias. Es la verdad de las víctimas, de la dignidad humana».
Durante el evento, directivos del CNMH presentaron los avances que ha realizado la institución frente a la implementación de las recomendaciones del Informe Final de la CEV.
En relación con las investigaciones, Álvaro Villarraga, director de Construcción de Memoria, explicó que la agenda investigativa del Centro dialoga con los volúmenes del Informe, contribuyendo a su difusión y análisis. Así ocurre en las que indagan por actores armados específicos (ELN, disidencias de las FARC-EP, estructuras armadas delincuenciales de alto impacto), procesos regionales, origen del conflicto, la naturaleza y el territorio como víctimas, pueblos étnicos y el estallido social de 2021.
El CNMH recibió una copia del Informe Final de la Comisión de la Verdad
Villarraga expresó: «Estamos culminando 12 procesos de investigación; desarrollando 70 procesos regionales de acompañamiento a memorias que entregan elementos de esclarecimiento diversos; y 33 ejercicios de memoria histórica demandados por entes judiciales. Parte de los 120 procesos de memoria y esclarecimiento a cargo de esta área se cruzan de muchas maneras con la consulta, revisión y complementación de los informes [de la CEV]».
El CNMH también ha avanzado en la apropiación pedagógica del legado, relacionándose con actores educativos, comunidades y medios de comunicación para construir agendas de trabajo. Además, ha iniciado la incorporación de los documentos públicos del archivo de la Comisión al Archivo Virtual de los DD. HH., y de los datos sobre violaciones a derechos humanos recabados por la Comisión en las bases de datos del Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC), lo que ha facilitado su consulta.
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Bogotá, Comisión de la Verdad, Esclarecimiento de la Verdad, Informe Final CEV, Recomendaciones CEV
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CNMH
CNMH y ONIC lanzan un pódcast sobre memorias y resistencias de los pueblos indígenas de Colombia
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24 octubre 2023
Se trata de un tejido comunicativo inspirado en una rigurosa investigación que recoge historias, voces y testimonios de los 115 pueblos originarios del país. El lanzamiento tendrá lugar el 1.o de noviembre, en el Instituto Caro y Cuervo, en Bogotá.
En noviembre del 2019, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) lanzaron el libro Tiempos de vida y muerte: memorias y luchas de los pueblos indígenas en Colombia, una investigación que revela los impactos y las resistencias de los pueblos indígenas en el marco del conflicto armado interno.
Como un verdadero telar de memorias, este libro urde los testimonios y las experiencias de los 115 pueblos indígenas del país. En el prólogo se explica que el informe «está escrito a manera de chumbe, canasto, mochila que se teje en entramados para contar la historia de los pueblos indígenas, a partir de la memoria de quienes han sido excluidos como agentes activos de la narrativa histórica del país. Su mirada, su percepción, su oralidad, sus conceptualizaciones y sus narrativas se ponen de presente para acercarnos a otro relato de nación que analiza la complejidad de nuestra comunidad política».
Ese otro relato de nación nos habla sobre el lugar que han ocupado los pueblos indígenas en el conflicto armado que aún persiste; sobre la exclusión social, política y económica de la que han sido víctimas; sobre su exterminio físico y cultural, sustentado en paradigmas de discriminación racial que siguen vigentes. Pero también nos permite entender a los pueblos como agentes de cambio en la comunidad política y la historia del movimiento social indígena, su resistencia y capacidad organizativa y de participación política.
Conoce todos los pódcast del CNMH aquí
Esta urdimbre de memorias no concluyó con la publicación del libro. Cuatro años después de su lanzamiento, el CNMH y la ONIC le entregan al país el pódcast Recorrido por los caminos de vida y muerte. Memorias y luchas de los pueblos indígenas de Colombia, que recoge los hallazgos de la investigación y las perspectivas de numerosos(as) líderes y lideresas indígenas que, con sus voces, nos llevan a conocer sus mundos, sus cosmovisiones y las resistencias e historias de sus pueblos.
Seis capítulos —o tejidos— conforman este pódcast. El primero nos permite reflexionar sobre la manera en que la mal llamada «conquista de América» se prolongó en el tiempo a través de diferentes procesos de colonialidad, violencia y marginación social y racial. El segundo nos permite conocer el concepto de «red vital», que explica la relación entre los territorios y los seres que los habitan. Explorando este concepto desde distintas voces indígenas, comprendemos la profundidad de los vínculos de los pueblos originarios con la tierra y dimensionamos el impacto del desplazamiento forzado en sus vidas y culturas.
El tercer tejido o capítulo nos adentra en la noción de «mala muerte», que alude a todos los finales violentos, indiscriminados, desproporcionados y sistemáticos de la vida que han ocasionado los actores del conflicto. Entendemos, a partir de diversas reflexiones de indígenas, cómo la mala muerte ha implicado la desarmonía para la madre tierra. El cuarto capítulo habla de los principios del movimiento indígena en Colombia: territorio, unidad, cultura y autonomía. Asimismo, nos permite conocer el proceso de organización social y política que permitió recuperar parte de las tierras usurpadas desde la «Conquista» para hacerle frente a la sistematicidad de la mala muerte.
🎙️Te invitamos a participar en el lanzamiento del pódcast «Tiempos de vida y muerte», en el que la @ONIC_Colombia recapitula las memorias y luchas de los pueblos indígenas en Colombia. 🗓️La cita es el 1 de noviembre en el Instituto @CaroyCuervo de #Bogotá. pic.twitter.com/Zhm95KMckY
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) October 24, 2023
El quinto capítulo trata del genocidio o exterminio sistemático de los pueblos indígenas de Colombia y del ensañamiento, la sistematicidad y continuidad con los que actores armados, políticos y económicos han atacado las formas de existencia indígena. Los y las protagonistas del pódcast nos ayudan a entender por qué esta aniquilación ha resultado útil para los intereses económicos de quienes explotan y devastan la madre tierra.
Finalmente, el sexto capítulo vuelve al concepto de «red vital» para reflexionar sobre los territorios como redes sagradas e integrales de la vida, donde todo está profundamente conectado. Así, comprendemos por qué y de qué maneras el Estado y la sociedad deberían comprometerse con el cuidado de esas delicadas conexiones vitales tan estropeadas por la guerra, el expolio y el racismo.
Te invitamos a participar en el lanzamiento del pódcast el próximo 1.o de noviembre a las 9:00 a. m. en las instalaciones del Instituto Caro y Cuervo (Calle 10 n.o 4-69), en la localidad de La Candelaria (Bogotá).
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Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, ONIC, Organización Nacional Indígena de Colombia, Podcast, Pueblos Indígenas
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CNMH
Bibliotecarias se dieron cita en la Biblioteca Carlos E. Restrepo para participar del taller Centro de Interés ofrecido por el CNMH
5 octubre 2023
El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) acompaña una serie de talleres para bibliotecarias(os) con el propósito de promover la circulación y apropiación social de las memorias del conflicto en bibliotecas públicas de la capital.
La Política Pública de Lectura, Escritura y Oralidad (LEO) de Bogotá establece, según la Red Distrital de Bibliotecas Públicas, «los lineamientos y acciones del sector público para ampliar las oportunidades de acceso de la ciudadanía a los espacios y prácticas de la cultura escrita en la capital» y le apuesta a garantizar los derechos educativos y culturales de lectoras(os) y usuarias(os) de las bibliotecas para el «ejercicio de una ciudadanía plena y democrática».
Conoce también las iniciativas de memoria afro en la localidad de Bosa
En el marco de la implementación de la política de la LEO-Bogotá, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) acompaña una serie de talleres para bibliotecarias(os) con el propósito de promover la circulación y apropiación social de las memorias del conflicto en bibliotecas públicas de la ciudad. El primero de los talleres tuvo lugar en la Biblioteca Pública Carlos E. Restrepo, donde un grupo de doce bibliotecarias(os) se reunieron para reflexionar sobre las bibliotecas como potenciales espacios de escucha, intermediación social, diálogos ciudadanos y reparación simbólica de las víctimas.
Durante estos talleres, las y los bibliotecarios no solo conocen material bibliográfico y audiovisual del conflicto armado, sino que también reciben herramientas psicosociales para acompañar a las víctimas que llegan a las bibliotecas.
La política pública LEO-Bogotá parte de la idea de que las prácticas de lectura, escritura y oralidad pueden potenciar procesos de construcción del sentido en barrios y territorios. De ahí que una de sus principales apuestas sea hacer de las bibliotecas espacios para reflexionar sobre el conflicto armado y las memorias de la guerra y las resistencias sociales. «Las bibliotecas son, para muchos, sinónimo de refugio y son escenarios de encuentro en los que también podemos tramitar los dolores ―individuales y colectivos― que la guerra ha causado», dice Nartyjulieth Vásquez Quijano, integrante de la Dirección de Archivos del CNMH.
Andrea Velasco ―profesional de pedagogía, participación y apropiación de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte― explica que estos talleres se enmarcan en la estrategia contra la discriminación que se contempla en la política pública LEO-Bogotá, que tiene por objetivo propiciar procesos de inclusión y no discriminación con víctimas del conflicto armado y otras poblaciones vulnerables como habitantes de calle y migrantes.
Estas son las peticiones y resistencias de Mocao
«De ahí la importancia de estos talleres, en los que bibliotecarias(os) se sensibilizan respecto a las memorias de la guerra, conocen libros y otros materiales que contribuyen a su difusión, y se apropian de herramientas para brindar un acompañamiento adecuado tanto a víctimas como a usuarios de bibliotecas interesados(as) en aproximarse a las memorias del conflicto armado», señala Velasco.
La primera serie de talleres también se realizó en las bibliotecas públicas de Bosa y Sumapaz, en la Biblioteca FUGA (La Candelaria) y en La Marichuela (Usme), donde bibliotecarias(os) intercambiaron ideas sobre la necesidad de seguir promoviendo y democratizando el acceso a la memoria histórica del conflicto y de continuar formándose para ofrecer un acompañamiento informado y sensible a las víctimas que llegan a las bibliotecas públicas.
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CNMH
Representantes de la República Democrática del Congo en una visita a las iniciativas de memoria histórica que se impulsan en Bosa.
25 septiembre 2023
Una delegación de representantes del país africano visitó esta localidad del sur de Bogotá con el ánimo de intercambiar saberes y experiencias de búsqueda de la verdad con sobrevivientes del conflicto armado colombiano.
En el corazón de la localidad de Bosa está uno de los ocho Centros de Encuentro para la Paz y la Integración Local de Víctimas del Conflicto Armado que la Alcaldía Mayor de Bogotá ha dispuesto en la ciudad para atender, asistir y reparar integralmente a las víctimas. Es un espacio lleno de murales, huertas, jardines, instrumentos musicales y semilleros de hortalizas que sobrevivientes de la guerra han construido para juntarse y conservar algunas de las tradiciones artísticas y culturales que practicaban en los territorios que la guerra les obligó a abandonar.
El pasado 8 de septiembre, una delegación del gobierno de la República Democrática del Congo visitó este Centro de Encuentro con el propósito de conocer las iniciativas de memoria histórica que se impulsan en Bosa, una localidad en la que habitan cerca de cuarenta mil víctimas del conflicto armado y una población representativa de firmantes de la paz que, a través de proyectos artísticos y culturales, no solo reconstruyen sus memorias, sino que también involucran a la ciudadanía en la reflexión social y colectiva sobre la guerra, sus causas, impactos y posibles soluciones.
Una delegación del gobierno de la República Democrática del Congo visita el Centro de Encuentro para La Paz de la localidad de Bosa. Víctimas del conflicto les cuentan sobre las iniciativas de memoria histórica que están impulsando en la ciudad para mantener vivas sus tradiciones pic.twitter.com/Hv3LGjGSe6
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) September 7, 2023
Desde la década de 1990, la República Democrática del Congo (RDC) ha vivido permanentes guerras civiles y conflictos armados. Su pueblo —como el colombiano— ha padecido incontables sufrimientos y una compleja historia de violencias que, como lo explica Josep María Royo, investigador de la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad de Barcelona, tiene muchas raíces: la depredación de los recursos naturales, el expolio continuado, la injusticia social vivida desde la opresión colonial y poscolonial, la instrumentalización de las diferencias étnicas por parte del dictador militar Mobutu, la presión y competencia por la propiedad de la tierra, dinámicas geopolíticas de competencia por el dominio político de la región y sus recursos minerales, etc.
La delegación de la República Democrática también visitó la Alcaldía local de Bosa y celebró su compromiso con la población afro víctima que vive en la localidad.
Actualmente, explican Joseph Khasa Mabika —asesor responsable de la justicia transicional de la RDC— y Linda Lubamba Luemba —asesora de género y familia—, la República Democrática del Congo vive un proceso de justicia transicional para esclarecer la verdad de las causas de las guerras, conocer la memoria de las víctimas y garantizar sus derechos a la justicia y la reparación. «Por esa razón, hemos venido a Colombia: para nutrirnos de las experiencias de la sociedad civil, para conocer qué tipo de procesos adelantan las comunidades en la lucha por la memoria, para llevar todas estas historias y lecciones que escuchamos a nuestro país, al que le urge conocer referentes como estos», dijo Lubamba durante el encuentro con las víctimas, en Bosa.
Desde el 2021, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Fondo de Desarrollo Local de la Localidad de Bosa (FDLB) han desarrollado acciones de acompañamiento e intercambio de experiencias que buscan fortalecer las expresiones de reconstrucción de la memoria en la localidad. A través del proyecto «Bosa trae paz, verdad y reconciliación», el FDLB constituyó, con el apoyo del CNMH, el Banco de Acciones e Iniciativas de Memoria Histórica de la Localidad de Bosa, una estrategia para contribuir a la implementación del Acuerdo de Paz y la búsqueda de la verdad de la población víctima y de los excombatientes de la localidad. Durante este proceso, se han acompañado más de cuarenta acciones e iniciativas de memoria histórica gestadas y realizadas a través de diferentes narrativas y formas de resistencia como el muralismo, la creación audiovisual, los torneos deportivos y la medicina ancestral.
Marta Rentería, una de las grandes lideresas afro y curanderas tradicionales de la localidad de Bosa.
Marta Rentería, lideresa tumaqueña, desplazada y sobreviviente del conflicto, cuenta que muchas de estas iniciativas de memoria histórica son impulsadas por víctimas afro, una población que es bastante representativa en la localidad de Bosa. «Hemos hecho de este Centro de Encuentro para la Paz un verdadero quilombo. La palabra ‘quilombo’ proviene del idioma africano del kimbundu, y es sinónimo de ‘palenque’, ‘cumbe’ o ‘rochela’, palabras que hacen alusión a las juntanzas o procesos políticos organizativos con los que los cimarrones se emancipaban de la esclavitud», explica Rentería.
De acuerdo con la lideresa, la comunidad afro de la localidad espera seguir promoviendo iniciativas de memoria y hacer del Centro de Encuentro para la Paz un verdadero lugar para la juntanza y el intercambio de historias, tradiciones, medicinas, cantos y costumbres. Con estas iniciativas de memoria, concluye el gestor cultural Jonathan Ordóñez, «podremos mantener vivos los territorios y los ancestros en nuestros sentimientos; darle a conocer a la ciudad nuestras costumbres e historias y, lo más importante, combatir el racismo estructural en una ciudad donde las prácticas discriminatorias todavía se sienten como costumbre».
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Afros, Bogotá, Bosa, Centros de Encuentro, Comunidad afrocolombiana, Quilombo, República del Congo
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CNMH
Persona mayor escribe en su cometa un pedido de paz y memoria histórica.
24 agosto 2023
En el mes de las cometas, el equipo de la Dirección del Museo de Memoria de Colombia, del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), lideró una jornada especial de memoria con sesenta personas mayores de Centro Día Casa de la Sabiduría-Casa en el Árbol Usaquén.
El pasado martes 22 de agosto, el Museo de Memoria de Colombia del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) llevó a cabo un emotivo ejercicio en el Centro de Desarrollo Comunitario Simón Bolívar, ubicado en Bogotá. Sesenta personas mayores, provenientes del Centro Día Casa de la Sabiduría-Casa en el Árbol Usaquén, se reunieron para participar en esta enriquecedora experiencia.
La pregunta fundamental que guió la jornada fue «¿Qué debería ser una sociedad para que en su vejez un hombre siga siendo un hombre?». Este interrogante, formulado por la filósofa Simone de Beauvoir, sirvió como punto de partida para dialogar sobre la vejez y el respeto a los derechos de las personas mayores.
Las respuestas de los participantes se refirieron a la necesidad de ser escuchados y escuchadas, a la lucha contra la discriminación por la edad, a la importancia de la independencia económica y a la creación de oportunidades laborales inclusivas para quienes superan los 50 años.
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Además de las conversaciones enriquecedoras que se dieron, también se llevó a cabo una actividad memorable en la que las personas mayores crearon líneas de tiempo para recordar los momentos significativos de sus vidas. Uno de los recuerdos más impactantes compartidos durante la jornada fue el relato del traslado del edificio Cudecom, que tuvo que ser desplazado 29 metros en la calle 19 con Avenida Caracas el 6 de septiembre de 1974.
Como cierre de esta emotiva jornada se entregaron materiales para la elaboración de cometas. Algunos participantes plasmaron en ellas sus deseos, frases significativas o remembranzas que marcaron sus vidas, como símbolo de la importancia de mantener vivos los recuerdos y las aspiraciones a lo largo de la vida.
Este evento, enmarcado en el mes de las cometas, fue una oportunidad para honrar la memoria de nuestros mayores y reflexionar sobre la importancia de escuchar sus historias y garantizar un envejecimiento digno para todos y todas.
¡Nos encontramos con 60 personas mayores en Bogotá!
El equipo del Museo de Memoria de Colombia, del CNMH, lideró una acción de memoria con personas mayores del Centro Día Casa de Sabiduría – Casa en el Árbol Usaquén. Durante la jornada se invitó a las personas mayores a dibujar una línea de tiempo para recordar diferentes acontecimientos de su vida y, al final, plasmaron algunos de esos recuerdos en cometas blancas.
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El Diálogo Iberoamericano de Pares «Museos que Hacemos Memorias: Recoger, Acoger y Reconocer» se llevó a cabo el viernes 2 de junio, en el auditorio del Instituto Caro y Cuervo. Crédito: Andrés Correa para el CNMH.
6 junio 2023
Recoger, acoger y reconocer son tres verbos que comprenden bien los museos de memoria de América Latina y el Caribe. Esto quedó claro en la presentación de los procesos internacionales de memoria histórica sobre los cuales giró la primera parte del Diálogo Iberoamericano de Pares «Museos que Hacemos Memorias: Recoger, Acoger y Reconocer», que organizó la Dirección Técnica de Museo del Centro Nacional de Memoria Histórica (Museo de Memoria de Colombia), en el marco del Día Internacional de los Museos.
Fue el auditorio del Instituto Caro y Cuervo, en Bogotá, el lugar elegido para propiciar este intercambio de pares, experiencias, aciertos y obstáculos de estos espacios que reconstruyen memoria en el ámbito iberoamericano. Se espera que estas conversaciones, a su vez, «se conviertan en estímulo frente a lo que estamos adelantando» desde la Dirección de Museo, como lo subrayó Daniel Castro, asesor de la entidad.
«“¿Eres capaz?”, me preguntó Bachelet —en ese entonces presidenta de Chile—. Este museo también se construyó en un tiempo récord. Nosotros corrimos mucho porque no sabíamos qué venía después. Este museo fue presentado a la opinión pública días antes de que Bachelet dejara su cargo, luego venía Piñera. No podía rechazar una oportunidad como esa de incidir en una realidad que me atormentaba». Marcia Scantlebury Elizalde, presidenta del Directorio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (MMDH) de Chile, abrió la jornada contando las vicisitudes que vivió desde la propuesta de creación de este museo, uno de los más reconocidos a nivel regional y mundial en términos de memoria.
“El @MuseoMemoriaCL es un recordatorio de lo que pasa cuando se pierde la democracia, de lo difícil que es recuperarla y mantenerla. Desató un agitado debate. Hoy en día, en Chile la mayoría reconoce que se violaron los DD. HH.”: Marcia Scantlebury, presidenta del museo pic.twitter.com/kSgA70ro6V
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) June 2, 2023
Para Scantlebury, el museo es un recordatorio permanente de lo que pasa cuando se pierde la democracia, de lo difícil que es recuperarla y mantenerla:
Desató un agitado debate. Hoy en día, en Chile, la mayoría reconoce que se violaron los derechos humanos. En Chile, el eje de la dictadura fue la negación. Y la apoteosis de la negación fueron los detenidos desaparecidos; para ellos fue gente que nunca existió. Inevitablemente, la memoria se convierte en territorio de disputa cultural y política.
Después del reconocimiento general de la población chilena de lo que significó vivir en dictadura, vino una invitación por parte del museo: instar a sus visitantes a sacar sus propias conclusiones. «No quisimos editorializar, dar recetas. Ojalá salieran del museo con más preguntas que respuestas: esa era la idea».
Para lograrlo, utilizaron dispositivos museográficos como La nube, que dispone de varios vacíos o huecos, con el fin de que dos o tres veces al año el público contribuya llenándolos con sus propios documentos: aquellos de la gente que les falta. También está El memorial, como se le conoce, aunque su nombre real es Geometría de la conciencia, una obra de Alfredo Jaar hecha en hormigón, con cajas de luces que reflejan las siluetas «de gente común y corriente que no pasó por horrores, y otras de personas que fueron fusiladas». La obra está cargada de un concepto creativo que expresa el lema: «Todos hemos perdido algo».
Otro museo nacido para resguardar las memorias de una dictadura es el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, que lidera Luisa de Peña. Ubicado en la Ciudad Colonial, este espacio surge por la iniciativa de la familia de la actual directora del museo, quien narra lo sucedido como se cuentan todas las historias en el Caribe:
Un día llegamos a casa de mi abuela y ella estaba con su prima, que me aborda y me dice que quiere que les haga un museo para las víctimas de la dictadura, entre los que estaba el hijo de la prima de mi abuela. Ellas estaban preocupadas de qué iba a pasar. Uno no tenía ni idea de qué era un museo de memoria. Tampoco le puse mucha atención. Días después, mi mamá me llama y me dice: «Recuérdate la responsabilidad que tenemos los dominicanos libres con los que entregaron la vida».
Así que Luisa de Peña, una historiadora del arte con una vocación museística muy diferente, le dio un timonazo a su carrera para redireccionarla hacia otro rumbo, con una perspectiva más personal y familiar. «Empezamos a trabajar un pequeño museo de historia con la historia de ese grupo, pero un museo no puede ser sobre un hecho…». En el 2000, de Peña visitó el Yad Vashem, el museo oficial del Holocausto judío en Israel. «Era la primera vez que visitaba un museo de memoria, y ese museo me transformó. Transformó mi percepción del Holocausto. Había que aprender de esto. Había que repensar el museo».
Así comenzó el acercamiento con los familiares y sobrevivientes de la dictadura de Trujillo. «Fuimos acercándonos, visitando, se unieron muchos. Hubo peleas, desencuentros, separaciones, pero seguimos adelante». Hasta que, en 2008, el presidente de turno quiso tener un gesto con la resistencia y logró, luego de varias conversaciones, asignar recursos al museo. «De 2008 a 2011 se construye el museo con fondos gubernamentales, pero manejado por nosotros», aclara de Peña.
El Museo Memorial de la Resistencia Dominicana aplicó a fondos internacionales, así como al Registro de Memoria de la Unesco. «Eso nos dio relieve nacional e internacional. Nos dio un gran impulso». En 2011 abrieron las puertas y también comenzaron a trabajar como museo virtual, lo que les permitió ganarse la aprobación y solidaridad de los dominicanos, mientras compartían sus dos mensajes clave, la columna vertebral del espacio: conmemorar a las víctimas y educar en valores democráticos y derechos humanos.
Esa línea de educación se sostiene en el principal público del museo: los estudiantes. «Recibimos alrededor de 400 estudiantes diarios, pero somos un país de menos de 13 millones de personas. Tenemos un convenio con el Ministerio de Educación. Nos comprometemos a recibir ochenta mil visitantes al año en los talleres sobre derechos humanos y valores democráticos».
¿Cómo habilitar lugares de encuentro abiertos a la participación de cualquiera para la colaboración, experimentación y creación colectiva de proyectos que buscan mejorar la vida en un lugar? Esta es la pregunta recurrente de Marcos García, de la Asociación Espacios Comunes y Fundación Hebras de Paz Viva, de España.
Puede resultar un cuestionamiento abstracto si no se aterriza, pero todo cobra sentido cuando García expone las fotografías de lo que hace en los laboratorios ciudadanos y de memoria de paz viva que lidera. «No me siento del ámbito de los museos ni de la memoria, pero no son ámbitos que me sean ajenos totalmente». Y es que ni los museos ni la memoria están acabados totalmente. No están escritos en piedra, no se pueden entender como dados por sentado. Los museos y la memoria —las memorias— están vivos, y hacia eso transita García al promover lugares para la experimentación y la cooperación.
«Creo que si podemos aumentar las posibilidades de transformación de la ciudad, más justa, más libre, más sostenible, es necesario que haya un incremento de la exploración y la cooperación social». Ahora sí, ¿cómo lo aterriza? A partir de una idea de experimentación abierta, como el diseño de prótesis con forma de mano o muñón para jóvenes con discapacidad física, con alternativas tan precisas que permiten, desde los diferentes prototipos, tocar la guitarra o comerse un yogur. Esto ha permitido, por ejemplo, mejorar la calidad de vida de niños, niñas y adolescentes de Nariño, víctimas de las minas antipersona.
Un elemento importante de estos laboratorios ciudadanos es la documentación de los hallazgos y los errores porque permitirán aplicar y expandir lo que funciona, y desechar lo que no sirve.
En Colombia se está gestando la construcción física y social de un nuevo museo de memoria para Iberoamérica. Se trata del Museo de Memoria de Colombia, a cargo del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), donde se espera recoger, acoger y reconocer procesos como los de Chile y República Dominicana, o los laboratorios ciudadanos de España, para levantar «un colaboratorio de memorias vivas», como afirmó María Gaitán, directora del CNMH. Además, se espera mostrar una historia que merece ser contada de manera más extensa: «No solamente estamos abriendo un espacio que para nosotros es el lugar de memoria de Colombia, nacional, sino que, a la vez, estamos invitando a Latinoamérica a que construyamos una sala que debemos también tener, porque nuestra América tiene una historia común que todavía no la hemos hecho tan visible»
Para Gaitán también es clave compartir y entender conjuntamente que, si bien el edificio del Museo de Memoria de Colombia aún no está terminado, actualmente sí se está construyendo «desde lo que se hizo anteriormente y desde lo que este Gobierno del cambio busca con la memoria histórica». Esto es rendirle honores «a las resistencias de nuestros antepasados que hoy son víctimas», afianzar un lenguaje común «con el que podremos avanzar juntos por el mismo horizonte y el mismo camino», y esencialmente «poder mirarnos a los ojos, así tengamos diferencias».
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CNMH
Artistas plásticos se reunieron en el Parque Nacional, en Bogotá, para representar la relación entre el arte y la memoria en una actividad liderada por el Museo de Memoria de Colombia
2 junio 2023
El arte y la memoria se volvieron a encontrar en un espacio ideado por el Museo de Memoria de Colombia. El 30 de mayo al menos 15 artistas plásticos se reunieron en el Parque Nacional, en el Salón Luis Caballero, para desarrollar una pieza gráfica que llevó la consigna «Respiramos memorias».
La iniciativa estuvo enmarcada en el Día Internacional de los Museos, que se conmemora el 18 de mayo. Mauricio López, líder de apropiación social y comunicación del Museo de Memoria de Colombia del CNMH, explicó que el espacio se planteó para avanzar en la construcción colectiva de este lugar de memoria.
Con ese norte, desde las 11:00 a.m. la pintura se tomó el lugar. En siete biombos pintados de rojo se comenzaron a trazar, por una cara, letras amarillas con el mensaje «respiramos memorias» y por la otra, los artistas plasmaron su mensaje personal sobre la memoria histórica, el bienestar y la sostenibilidad.
«Pensamos en ese respirar consciente y en encontrar las memorias que estamos construyendo del cuerpo, de nosotros, como comunidad y como individuos», precisó López. Esa idea la reafirmó Elkin Torres, un artista plástico que participó en el evento y es conocido como Fike: «este es un espacio en el que los mayores y los más jóvenes se juntan sin egos y superioridades».
Fike fue el encargado de pintar el rostro que aparece en el volante del encuentro. «Muestra esa cosmogonía de que la memoria trasciende más allá y viene de más atrás», manifestó el artista quien, además, reconoció que esa construcción colectiva se sentía en el ambiente.
Esa noción también la compartió Joshua Álvarez, estudiante de diseño gráfico de la Universidad Nacional: «Esa es una de las razones por las que estoy acá: aprender todo lo que pueda desde el diálogo y desde un ambiente de bienestar». Con esto los artistas resaltaron que, si bien el arte es una herramienta de construcción de memoria, esta debe ser el resultado de un colectivo que involucre a todos los sectores de la sociedad.
Al Parque Nacional llegaron estudiantes de once del Colegio IED Francisco de Paula Santander, que participaron en conversatorios que los acercaron al territorio y al concepto de memoria. En simultáneo, el colectivo Cocer, de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), preparaba un arroz con pollo para todos los presentes.
—Es muy rico sentir el humo que te llega a la cara, te hace toser —expuso Fike— y luego probar el saborcito de ese almuerzo hecho con amor.
No es casualidad que el evento se realizara en el Parque Nacional. Edgar Lara, quien hace parte de la dirección del Museo de Memoria de Colombia, indicó la importancia de reconocer lo que nos rodea. «Estamos aquí para reconocer la memoria a través de la naturaleza».
A la actividad asistieron los estudiantes del colegio distrital y aprendieron sobre la agricultura urbana. «Les explicaba que diferentes víctimas del conflicto armado utilizan esta práctica como una reparación simbólica al volver a cultivar desde espacios urbanos», detalló Lara y reflexionó acerca del impacto de la guerra sobre el territorio. «La naturaleza también es víctima, muchas veces silenciosa, y a veces no nos percatamos de eso», añadió.
Reconocer el tipo de plantas y especies que habitan en el Parque Nacional fue otro ejercicio del taller. «Uno conoce las calles y las carreteras de la ciudad, pero vemos todas las plantas como un gran ente verde», comentó el experto, que les enseñó a los jóvenes de ese colegio sobre ejemplares como el roble, el mano de oso, el jazmín del cabo, el yaruma, la palma de cera y la eugenia.
Para Edgar Lara el componente ambiental es impredecible y a veces no se tiene en cuenta. Por eso no solo hubo una charla con los estudiantes, sino con los mismos artistas y «esa inspiración llegó a la pieza gráfica». Tanto así que algunos de los alumnos tomaron los pinceles para apoyar la iniciativa y compartir esos otros saberes desde el arte como resistencia.
Los alumnos tomaron los pinceles junto con los artistas y, además, asistieron a un taller ambiental para saber sobre las plantas que hacen parte del Parque Nacional. El proceso les permitió reconocer que el conflicto armado ha afectado también al territorio. pic.twitter.com/Pru3jPQdpR
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) May 30, 2023
Ese 30 de mayo de 2023 no solo el arte y la memoria se reencontraron en el Parque Nacional, sino que la naturaleza se unió a la conmemoración basada en el trabajo colectivo.
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21 Oct 2014
Por todos nuestros hermanos y hermanas que cayeron,
por los desaparecidos que buscan,
por la dignidad del pueblo quebrantada,
por el hambre y la abundancia de nuestras riquezas que se juntan,
por el territorio profanado por esta guerra injusta,
por aquellos que no conocieron el Katsa su
por nuestros espíritus protectores que nos acompañan en este largo camino de resistencia.
(Fragmento del proyecto expositivo ¡Ñambi y Telembí viven! Tejiendo Memoria y Resistencia Awá.)
El 23 de octubre llega por primera vez a Bogotá la exposición “¡Ñambi y Telembí viven! Tejiendo Memoria y Resistencia Awá”, proyecto museológico ganador de la Convocatoria de Estímulos a Iniciativas de Memoria del 2013 realizada por la Dirección del Museo Nacional de la Memoria del Centro Nacional de Memoria Histórica en alianza con el Ministerio de Cultura.
Como un acto de conmemoración y lucha, la comunidad diseñó la exposición “¡Ñambi y Telembí viven! Tejiendo Memoria y Resistencia Awá”,un proyecto itinerante en conmemoración y armonización de los hermanos caídos en el conflicto armado, recordando la masacre del 4 de febrero del 2009, como parte esencial del reconocimiento como víctimas.
“La exposición busca visibilizar el hecho atroz ocurrido en el Resguardo para generar conciencia sobre el valor de la vida y respeto al derecho propio de la comunidad Awá, los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario”, señaló Juan Edgardo Pai, indígena Awá y coordinador del proyecto.
La inauguración oficial de la exposición se realizó en la Casa Taminango, Pasto – Nariño, el 23 de diciembre de 2013, con el apoyo de la Dirección de Museo Nacional de la Memoria del CNMH y el apoyo técnico brindado por las Convocatorias Nacionales a Propuestas Artísticas y Culturales de Memoria.
Ahora, en el 2014 llega a Bogotá para hacer visible los daños que ha ocasionado el conflicto armado en el territorio indígena “en la capital permitirá entrever y exponer al gobierno central y las instituciones lo ocurrido, pero también aproximarnos en un regreso simbólico de nuestros hermanos caídos a otras comunidades igualmente afectados por el conflicto actual”, finalizó Pai.
La inauguración de esta exposición se realizará el próximo jueves 23 de octubre en el Centro De Memoria Paz y Reconciliación (Carrera 19b # 24 – 82, Bogotá) donde la comunidad Awá, realizará un acto simbólico representativo de sus costumbres; ellos serán los encargados de efectuar las primeras visitas guiadas, que narrarán la exposición expuesta hasta finales de noviembre de 2014.
Fecha: Jueves 23 de octubre.
Hora: 5:30 – 7:00 p.m.
Lugar: Centro De Memoria Paz y Reconciliación (Carrera 19b # 24 – 82, Bogotá)
Entrada libre hasta completar aforo.
La Dirección de Museo del Centro Nacional de Memoria Histórica, formuló en el año 2013 la 1ra. Convocatoria de Estímulos a Iniciativas de Memoria, con miras a fortalecer, potenciar y apoyar iniciativas de memoria histórica de carácter local y regional, abriendo escenarios de participación democrática dirigidas especialmente a los sectores sociales cobijados por la Ley de Reparación a Víctimas.
Gracias al impulso artístico y búsqueda Ñambi y Telembi viven! Tejiendo Memoria y Resistencia Awá fue uno de los proyectos ganadores de las 4 becas ofrecidas para proyectos museológicos con énfasis en memoria histórica asociada al conflicto armado.
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Andrés Rincón
07 Nov 2014
El 6 de noviembre de 1985 el sonido de las armas era la banda sonora de las calles del centro de Bogotá. Metralla y bombazos era lo único que se escuchaba y veía en la Plaza de Bolívar. 29 años después, el ambiente cambió. Hoy son consignas, súplicas, reclamos de justicia y de verdad: “Dónde están nuestros desaparecidos del palacio de justicia”.
“¿Qué me robaron? la figura paterna, un hermano, un ser maravilloso” eso lo dice Miriam Suspez, cuando recuerda a su hermano David, uno de los once desaparecidos que trabajaba como chef de la cafetería del Palacio. Pero los Suspez, los Rodríguez, los Esguerra, los Beltrán Hernández, los Beltrán Fuentes, los Portoles, los Franco, los Anzola, lo Lizarazo, los Guarín y los Oviedo, crearon una sola familia para nunca olvidar.
Esta vez, un grupo de universitarios los acompañaron en sus consignas con un perfomance que mostraba, a través de fotografías tamaño real, cómo algunos militares se llevaban a sus once familiares. Fueron 3 horas en las que trataron de demostrar que frente a los hechos del Palacio no hay olvido, frente al dolor no hay resignación y frente a la injusticia no hay silencio.
Rosalbina, madre de Luz Mary Portela León –una de las desaparecidas-, cuenta cómo en algunas noches de insomnio ve la figura de su hija regresando a casa y diciendo: “Nos liberaron”. Pero es un sueño… o una pesadilla porque es mentira. Una ficción. Lo único cierto para Rosalbina es ese encuentro anual con “su familia” en la Plaza de Bolívar. Aún tiene la esperanza de encontrar verdad y justicia.
Centro Nacional de Memoria Histórica
Sede principal
Dirección: Carrera 7 No 32-42 Pisos 30 y 31