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«En Urabá no hay resistencia, hay berraquera»

«En Urabá no hay resistencia, hay berraquera»

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Integrante de la Corporación Camaleón de Apartadó durante la presentación de la obra de teatro Érase una vez un Pueblo Bello, en el cuarto encuentro subregional de la estrategia de territorialización del CNMH.

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29 noviembre 2023


«En Urabá no hay resistencia, hay berraquera»

Entre el 16 y el 18 de noviembre, alrededor de 100 personas se congregaron en Apartadó (Antioquia) para conocer y construir en conjunto la propuesta de territorialización del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) «El territorio habla, el centro escucha».

 

«Esta es una tierra donde las madres enterramos a los hijos, porque estamos maldecidos», dijo una de las voces que interpretó la obra de teatro Érase una vez un Pueblo Bello. La pieza cuenta la historia de un corregimiento de Turbo (Antioquia) que afrontó uno de los episodios más violentos del conflicto armado tras vivir una incursión guerrillera y luego una paramilitar. De acuerdo con María Victoria Suaza, directora de la Corporación Camaleón de Apartadó (Antioquia), la obra narra el momento en que Los Castaño llegaron al territorio y amenazaron a la comunidad: «Pidieron 42 cabezas de ganado y, si no aparecían, entonces se llevarían, por cada res, la cabeza de un hombre».

 

Conoce las cinco reflexiones sobre la estrategia de territorialización del Centro Nacional de Memoria Histórica 

 

A pesar de que eran 42 cabezas de ganado, la historia se refiere a 43 asesinatos cometidos por los paramilitares en la zona. Según Suaza, la última víctima es un mito: distintos relatos —recopilados por la corporación— detallan que el último homicidio correspondió al de un señor que le extendió la mano a un camión… nunca más se volvió a saber de él. «Cuando se subió, uno de los paramilitares dijo: ‘Entonces serán 43’», puntualizó María Victoria.

El 17 de noviembre, el grupo teatral representó la masacre ocurrida entre el 13 y el 14 enero de 1990 y las lágrimas de los espectadores corrieron por sus rostros. Para la directora, ese es el poder del arte: «Mirar de frente el pasado para encontrar herramientas para el presente y no perder la esperanza de futuro». Así, la subregión de Urabá ha encontrado la manera de afrontar y renacer en medio del dolor. «Este territorio no es solo banano y masacres, Urabá es resistencia y mucha fuerza». 

 

 

La obra de teatro se presentó durante el cuarto encuentro subregional del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), realizado entre el 16 y 18 de noviembre en Apartadó. En esas fechas, el municipio les dio la bienvenida a casi cien personas víctimas del conflicto armado para presentar y construir en conjunto la propuesta de territorialización «El territorio habla, el centro escucha». El encuentro reunió tres departamentos: Antioquia, Chocó y Córdoba. «Pudieron escuchar tres departamentos de Colombia que han sido golpeados por la violencia —manifestó Birleyda Ballesteros, integrante de la Mesa de Víctimas de Apartadó—. Yo lo llamo las tres Urabá».

Hablar y ser escuchado

  • Imagen de las casi cien personas que asistieron al cuarto encuentro subregional de la estrategia de territorialización del CNMH.

  • Imagen de las casi cien personas que asistieron al cuarto encuentro subregional de la estrategia de territorialización del CNMH.

  • Imagen de las casi cien personas que asistieron al cuarto encuentro subregional de la estrategia de territorialización del CNMH.

  • Imagen de las casi cien personas que asistieron al cuarto encuentro subregional de la estrategia de territorialización del CNMH.

  • Imagen de las casi cien personas que asistieron al cuarto encuentro subregional de la estrategia de territorialización del CNMH.

 

Las muestras artísticas, los liderazgos desde las mesas municipales de víctimas y la lucha por espacios de memoria han sido algunas de las formas de afrontar el conflicto armado en la subregión. Bien lo dijo Ariel Moreno Rovira, invitado del encuentro: «Aquí no hay resistencia, hay berraquera con lo que hicieron con este territorio».

Los profesionales del CNMH reconocieron la necesidad de escuchar las iniciativas de memoria y resistencia que se han adelantado en Urabá. Según Óscar Cárdenas, coordinador del equipo regional pionero, el propósito del encuentro no solo fue tejer lazos entre esas fronteras que tienen dinámicas similares, sino también «pensar unos planes territoriales de memoria para entender cuáles son las acciones que se han realizado en el territorio».

 

El CNMH presenta la estrategia de territorialización en el rincón de la memoria de Yarumal 

 

Durante las mesas de trabajo se efectuó un ejercicio de cartografía social en el que salieron a la luz algunas de las necesidades de las comunidades: presencia estatal en las comunidades, garantía de los derechos de los líderes sociales y capacitación de los habitantes. «Queremos que esto no sea cosa de un día, sino que haya unas bases consolidadas en los territorios», señaló uno de los invitados. Ese deseo corresponde a un compromiso del CNMH de regresar al territorio. «La apuesta es esa: que sean las víctimas las voces que trabajen de la mano del Estado», destacó Karen Valencia, integrante del equipo regional pionero.

 

 
 
 
 
 
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La llegada del CNMH al territorio ha empezado a cambiar la perspectiva de las víctimas. Así lo confirmó María Victoria Suaza, al afirmar que ver a los profesionales de la entidad le trajo mucha esperanza: «Hay que empezar a tejer tantos hilos sueltos que tenemos en este país. Uno a veces se imagina el Centro Nacional de Memoria Histórica como una estatua, pero aquí podemos sentirlo y percibirlo», precisó.


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21N: Lo que vino después de la noche del histórico «cacerolazo»

21N: Lo que vino después de la noche del histórico «cacerolazo»

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CNMH

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Manifestaciones en Medellín durante el paro nacional de 2019, el 22 de noviembre. Crédito: Rubén Torres @mrbencho.

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29 noviembre 2023


21N: Lo que vino después de la noche del histórico «cacerolazo»

A finales de 2019, hubo una ola de protestas en Colombia por cerca de tres semanas que representaron la primera fase del estallido social que causó una ola de cambio en el país.

 

El 21 de noviembre de 2019, desde muy temprano, las calles del país recibieron a miles de colombianos con sus arengas llenas de reclamos. «No eran ni las 8:00 de la mañana cuando ya habían reventado uno de los puntos que estábamos cubriendo», manifestó Eliana Rubio, defensora de derechos humanos de la fundación Lazos de Dignidad. Rubio estaba en Bogotá, sobre la avenida Primero de Mayo con Décima, cuando vio cómo una aturdidora le explotó muy cerca a la cara a un joven durante las manifestaciones. «Le desfiguró el rostro, pero, aun así, la jornada de movilización continuó todo el día», puntualizó. 

La noche empezó a caer en cada una de las ciudades principales y los manifestantes aún tenían energía para continuar. La voluntad de exigir un cambio llevó a los ciudadanos a sacar sus ollas y utensilios de cocina a las calles para hacerse escuchar. Allí nació el histórico «cacerolazo», una acción típica en América Latina, pero que nunca se había realizado en Colombia hasta ese día. Algunos salieron en pijama y se unieron a las olas de gente que hacían sonar sus cacerolas, mientras otros hicieron lo mismo desde las ventanas de sus casas. De acuerdo con Stephani Ortiz Muñoz, también integrante de la fundación Lazos de Dignidad, «se evidenció que esos sectores se movilizaban fundamentalmente por el tema de la defensa de los líderes sociales».

 

 

La protesta social del 21N, en su mayor parte pacífica, fue el resultado de una acumulación de inconformidades ante el Gobierno nacional por parte de la ciudadanía. «Por un lado, estaba la defensa del Acuerdo de Paz, y, por el otro, había un rechazo al “paquetazo” que [Iván] Duque nos quería imponer recién llegado a la Presidencia», precisó Ortiz. Los afiches que invitaban a la movilización señalaban diez puntos clave para marchar: en contra de la reforma laboral, la reforma pensional, el holding financiero, las privatizaciones, la restricción a la protesta social, la reforma tributaria, la corrupción y el aumento de las tarifas de energía, y a favor del cumplimiento de los acuerdos con los distintos sectores sociales y de un salario mínimo digno.

 

 
 
 
 
 
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¡Se van a meter a los conjuntos!

A pesar del cansancio en los pies, las marchas continuaron al día siguiente.  Con proclamas como «a parar para avanzar, viva el paro nacional», la ciudadanía siguió manifestándose y en la noche del 22 de noviembre las cacerolas volvieron a sonar, pero por una razón diferente. «¡Se están metiendo al conjunto del lado!», se escuchó decir a muchas personas, e incluso se empezó a difundir por medio de WhatsApp información sobre supuestas incursiones en unidades residenciales, lo que propagó el rumor e incentivó a que los residentes se armaran con palos de escoba. «Estaban indicando que la gente que se estaba movilizando, entre otras personas, iban a ingresar a las residencias —explicó Eliana Rubio—. Usaron unos rasgos bastante discriminatorios, con unos lenguajes y discursos de odio muy fuertes».

 

 

De acuerdo con la defensora de derechos humanos, el propósito del rumor era «eliminar por completo la solidaridad hacia los manifestantes, diciendo que eran vándalos y peligrosos, para entregarlos a las autoridades». Esa noche, «el “cacerolazo” apareció como respuesta de los vecinos, en los conjuntos y las casas, que no comieron cuento», comentó Stephani Ortiz. Si bien algunos salieron con palos y piedras para «protegerse», al descubrir que tales incursiones no eran ciertas, «la gente se sintió utilizada, humillada, como tratada de una mala manera, y eso también impulsó que volvieran a salir a las calles», agregó.

En memoria de Dilan Cruz

En la imagen, el joven Dilan Cruz, víctima mortal de la represión policial el 23 de noviembre de 2019.

Las manifestaciones de 2019 son recordadas no solo por el sonido de las cacerolas, sino también por el caso de Dilan Cruz. Según Fernanda Espinosa, investigadora del informe sobre el estallido social que adelanta el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), «el joven es un símbolo de la protesta de los últimos años, al ser víctima de la represión policial».

Hacia el 23 de noviembre, los colombianos estaban percibiendo cuál era el verdadero rol que estaba desempeñando la Policía durante las protestas. «No era una fuerza civil, no era una autoridad confiable, porque manipulaba, engañaba y porque estaba lastimando gente», afirmó Rubio. Esa percepción se agravó después del asesinato de Cruz. «Precisamente es una muerte causada por un agente del Esmad», indicó la investigadora Espinosa. La indignación fue inmediata tras conocerse los videos en los que se veía a un agente del Esmad direccionando su arma hacia el cuerpo del joven. «No lo hicieron de forma parabólica, como los protocolos indican —detalló Rubio—. La gente vio cómo el chico cayó, ya en un estado de inconsciencia».

Han pasado cuatro años tras el suceso y la memoria de Dilan Cruz sigue viva. Mientras su familia sigue luchando para que haya justicia —la impunidad persiste—, la ciudadanía sigue conmemorando a esta víctima de represión policial. «Los jóvenes se sienten parte de una generación fuertemente impactada por lo ocurrido», dijo Espinosa.

 

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Desde la investigación que está adelantando el CNMH, lo que sucedió en 2019 se reconoce como la primera fase del fenómeno conocido como «estallido social». De hecho, el «cacerolazo» y el caso de Dilan Cruz fueron dos símbolos que perduraron en las protestas de 2021, por lo que el paro nacional de 2019 se convirtió en uno de los antecedentes más relevantes para la ola de cambio que exigió el país.

*Las voces de Eliana Rubio y Stephanie Ortiz fueron recogidas en el marco de la investigación que está construyendo el CNMH sobre el estallido social de 2021 y 2021. Fernanda Espinosa, quien también dio su voz para este reportaje, es la coordinadora de ese informe.


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El CNMH firma convenio con firmantes de paz para aportar a la memoria y al esclarecimiento de la verdad

Laboratorio colaborativo: «Naturaleza y territorio en el marco  del conflicto armado»

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CNMH

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• La directora general del CNMH y la representante legal de Cepdipo firmaron un memorando de entendimiento que tendrá una vigencia inicial de tres años. Foto: Camila Galindo

Publicado

22 noviembre 2023


El CNMH firma convenio con firmantes de paz para aportar a la memoria y al esclarecimiento de la verdad

Tras varios meses de intercambio, el CNMH y el Centro de Pensamiento y Diálogo Político acordaron trabajar conjuntamente en el desarrollo de acciones y procesos de pedagogía, investigación y construcción de archivos de derechos humanos.

 

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Centro de Pensamiento y Diálogo Político (Cepdipo) —organización creada por el Acuerdo Final de Paz— firmaron en Bogotá un memorando de entendimiento para «llevar a cabo acciones conjuntas a nivel nacional que propendan por la reconstrucción de memoria histórica y el esclarecimiento de la verdad en torno a los orígenes, el desarrollo, el fin y la transición del conflicto armado interno».

En virtud del convenio, que tendrá una vigencia inicial de tres años, el CNMH propiciará espacios de pedagogía y asistencia técnica con Cepdipo en aspectos relacionados con el esclarecimiento de la verdad, la construcción de archivos de derechos humanos, la recopilación de testimonios, la aplicación de enfoques diferenciales y el fortalecimiento de los lugares de memoria.

Asimismo, recibirá, registrará y dispondrá para su consulta los archivos que ha recopilado Cepdipo sobre casos de graves violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario.

 

Puedes leer también: ¿Por qué se debe buscar el origen del conflicto armado colombiano antes de 1958? 

 

La directora general del CNMH, María Gaitán Valencia, señaló: «Este es realmente un día muy importante. Como firmantes del acuerdo de 2016, el aporte de Cepdipo a la memoria histórica y al esclarecimiento de la verdad es fundamental, a sabiendas de que estamos absolutamente comprometidos con la paz de Colombia. Un parte de confianza a la ciudadanía es este memorando de entendimiento que estamos firmando hoy».

La directora agregó que, como resultado del convenio, se realizarán procesos conjuntos de investigación, cuyos resultados se entregarán a la ciudadanía: «La idea es que no se conviertan solamente en documentos que engrosen anaqueles de bibliotecas, sino que se inicien en procesos que nos lleven a entender por qué estamos donde estamos y qué debemos hacer para esa transformación que nos permita la no repetición».

 

Durante la firma del memorando, la directora general del CNMH reconoció la necesidad de vincular a los firmantes de paz a los procesos de construcción de memoria. Foto: Camila Galindo

 

Cepdipo, por su parte, facilitará espacios de discusión «en torno al conflicto armado interno, sus hechos y aspectos relativos a graves violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario», tanto en Colombia como en el exterior, con personas exiliadas. Además, propiciará escenarios de diálogo sobre investigaciones o temas relevantes que permitan profundizar en el conocimiento sobre los «orígenes, la evolución, el cierre y las transiciones del conflicto».

Julián Gallo, senador por el partido Comunes y quien ha venido acompañando el proceso, declaró tras la suscripción del memorando: «Es una posibilidad enorme la que tenemos con la firma de este convenio, en la medida en que quienes protagonizamos partes del conflicto podamos aportar nuestra propia versión de los hechos».

 

 
 
 
 
 
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En ello coincidió Olga Lucía Quintero, representante legal de Cepdipo: «Hay una versión que no se ha contado al país, que debemos recoger desde diferentes sectores, visiones, para poder hacerla integral y que pueda servir de base para esta historia de Colombia. Empezamos a hacer esta reconciliación en el marco de la firma de un acuerdo de paz tan importante como el de 2016, pero también esperamos que la paz total avance y a futuro podamos estar acá sentados todos los sectores hablando de esa reconstrucción de la memoria histórica del país».

Los procesos de memoria histórica que se formulen como resultado del memorando buscarán aportar al esclarecimiento de los hechos y al reconocimiento de responsabilidades. Las partes también realizarán acciones conmemorativas para «resarcir la dignidad de las víctimas del conflicto armado colombiano».


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Cepdipo, CNMH, construcción de paz, Memorando, Memoria

Firmantes del Acuerdo de Paz aportarán a la construcción de la memoria histórica

Laboratorio colaborativo: «Naturaleza y territorio en el marco  del conflicto armado»

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CNMH

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• El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Centro de Pensamiento y Diálogo Político (Cepdipo), creado por firmantes de la paz de las FARC, oficializarán una alianza para la construcción de la memoria histórica en torno a los orígenes, desarrollo, fin y transición del conflicto armado interno en Colombia.

Publicado

20 noviembre 2023


Firmantes del Acuerdo de Paz aportarán a la construcción de la memoria histórica

  • El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Centro de Pensamiento y Diálogo Político (Cepdipo), creado por firmantes de la paz de las FARC, oficializarán una alianza para la construcción de la memoria histórica en torno a los orígenes, desarrollo, fin y transición del conflicto armado interno en Colombia.
  • Se trata de la garantía de no repetición contemplada en el Acuerdo Final de Paz de La Habana (Cuba).
  • El compromiso se hará oficial este lunes 20 de noviembre a las 4:00 p. m en las instalaciones del CNMH, Carrera 7 N.° 32-42, piso 31, Edificio San Martín – Torre Norte.

Bogotá, noviembre 20 de 2023. Los aportes que conduzcan a la construcción de la memoria histórica en torno a los orígenes, desarrollo, fin y transición del conflicto armado interno en Colombia y el esclarecimiento de la verdad es una tarea en la que trabajarán en equipo el Centro Nacional de Memoria y el Centro de Pensamiento y Diálogo Político (Cepdipo), creado por firmantes de la paz de las FARC.

Se trata de una iniciativa de esclarecimiento de la verdad para avanzar en la transformación cultural que nos lleve a la no repetición, como parte de la reparación simbólica e integral a las víctimas que extenderá la aplicación del Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad a firmantes de los Acuerdos de Paz entre las FARC y el Gobierno de Colombia.

El convenio firmado entre la directora general del CNMH, María Gaitán Valencia, y la representante legal del Cepdipo, Olga Lucía Quintero Sierra, dará vía libre a tareas conjuntas para la reconstrucción de la memoria histórica y el esclarecimiento de la verdad, abordando aspectos relacionados con el conflicto armado colombiano, contribuyendo así a la garantía de no repetición y a la transformación cultural que nos lleve a la no repetición, en el marco de la implementación del Acuerdo Final de Paz de La Habana (Cuba).

Para ello, se generarán espacios de articulación y visibilización con cooperantes internacionales o aliados estratégicos, así como la consecución de apoyos para propiciar el esclarecimiento de la verdad y la reparación integral a las víctimas.

Como parte del acuerdo se estableció la conmemoración de fechas claves en honor a las víctimas del conflicto armado colombiano y la definición de mecanismos e instrumentos para el intercambio seguro de información. Los aportes y el proceso de construcción de memoria histórica se harán por medio de la asistencia técnica en esclarecimiento, de contribuciones voluntarias a la verdad y de la construcción de archivos y colecciones documentales de DD. HH. El proceso incorporará testimonios de personas desmovilizadas, víctimas y académicos con enfoques diferenciales, además de lugares de memoria.

Cepdipo aportará sus archivos y colecciones documentales, testimonios y diversas fuentes de información. También posibilitará espacios de encuentro y discusión en todo el territorio nacional y con población en exilio.

Más información:
Comunicaciones CNMH
Ayda Ma. Martínez 3142434334

 


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Acuerdo del Viernes Santo, Bronagh Hinds, CNMH, Colombia, Conmemoración, Irlanda del Norte, María Gaitán Valencia, Memoria, Paz

El CNMH participa en la conmemoración de los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo

Laboratorio colaborativo: «Naturaleza y territorio en el marco  del conflicto armado»

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CNMH

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María Gaitán Valencia y Bronagh Hinds durante la conmemoración de los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo.

Publicado

14 noviembre 2023


El CNMH participa en la conmemoración de los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo

El 9 de noviembre, la directora del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), María Gaitán Valencia, conversó con Bronagh Hinds, cofundadora de NI Women’s Coalition, sobre el impacto de las mujeres en la construcción de paz de ambos países. 

 

«Las mujeres sostienen la paz en Colombia y por eso entiendo lo que sucedió en Irlanda», manifestó la directora del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) en el Centro Cultural Gabriel García Márquez (Bogotá). Su declaración señaló cómo el poder de las mujeres ha trazado la historia de dos países que, aunque muy distintos, le apostaron a acabar con la guerra. 

El 9 de noviembre, alrededor de 60 personas asistieron a la conmemoración de los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo, un pacto político que puso fin a 30 años de conflicto en Irlanda del Norte. La Embajada de Reino Unido y la Embajada de Irlanda organizaron el evento que destacó el papel de las mujeres en aquel proceso que buscó una nueva ruta encaminada hacia la paz. 

 

 

«Este año se cumplen 25 años de este acuerdo, que es la piedra angular de la paz en Irlanda del Norte y el corazón de cómo vemos las relaciones con nuestras islas», dijo la embajadora de Irlanda en Colombia, Fiona Nic Dhonnacha. «Alcanzar la paz es un proceso largo», indicó la vocera y, por eso destacó los aprendizajes que han tenido al apoyar la implementación del Acuerdo Final de Paz de Colombia. 

El Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, también envió un mensaje en el que le agradeció a Irlanda y Reino Unido por las lecciones que dejó el Acuerdo de Viernes Santo. «Aprendimos de la importancia del rol de las mujeres en la construcción de paz», puntualizó el funcionario y recordó que en el Gobierno del Cambio se están desarrollando políticas públicas que vinculen el poder de las mujeres negras, indígenas y campesinas del país.

Una conversación entre María Gaitán y Bronagh Hinds

En el auditorio Rogelio Salmona, los asistentes escucharon las reflexiones de dos mujeres que le han apostado a encaminar sus vidas hacia la paz: Bronagh Hinds, cofundadora de NI Women’s Coalition, y María Gaitán Valencia. Durante la conversación, ambas reconocieron que existen grandes diferencias entre los conflictos de los dos países, pero también encontraron similitudes. 

  • En el Centro Cultural Gabriel García Márquez se conmemoraron los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo

    En el Centro Cultural Gabriel García Márquez se conmemoraron los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo

  • Embajadora de Irlanda en Colombia, Fiona Nic Dhonnacha, durante la conmemoración de los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo

    Embajadora de Irlanda en Colombia, Fiona Nic Dhonnacha, durante la conmemoración de los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo

  • María Gaitán Valencia y Bronagh Hinds durante la conmemoración de los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo

    María Gaitán Valencia y Bronagh Hinds durante la conmemoración de los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo

  • Bronagh Hinds, cofundadora de NI Women’s Coalition, durante la conmemoración de los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo

    Bronagh Hinds, cofundadora de NI Women’s Coalition, durante la conmemoración de los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo

  • Proyección del documental Adiós a los dinosaurios, que narra la historia de las mujeres que influyeron en el Acuerdo de Viernes Santo

    Proyección del documental Adiós a los dinosaurios, que narra la historia de las mujeres que influyeron en el Acuerdo de Viernes Santo

 

«Creo que hay una cercanía entre Colombia e Irlanda, en nuestros corazones y almas», comentó Bronagh Hinds. De acuerdo con la lideresa que hizo parte de la historia del Acuerdo del Viernes Santo, una de las cosas que tienen en común ambas naciones «es la profunda historia de resistencia de las organizaciones en nuestros países».

 

 

Gaitán Valencia estuvo de acuerdo con esa perspectiva y señaló que, de hecho, los colectivos en Colombia se han compuesto históricamente por mujeres. «Nosotras nos comprometemos con nuestros legados con gran amor —resaltó la directora del CNMH—. Aunque en el país todavía no entendemos del todo que la fuerza de la memoria histórica está en las mujeres». 

Hinds resaltó que, en la historia de Irlanda del Norte, las mujeres que integraban la NI Women’s Coalition tomaron una decisión que fue crucial:  «Debíamos apoyar esta coalición más allá de las diferencias que nos separaban». De hecho, esa idea fue explicada con la proyección del documental Adiós a los dinosaurios, que narra cómo fueron ellas las que hicieron posible el diálogo entre los demás partidos políticos durante el proceso de paz. 

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A pesar de que han pasado 25 años, la cofundadora de NI Women’s Coalition afirmó que aún quedan desafíos por resolver en Irlanda del Norte. «Sí, dejamos las armas, pero no hemos podido resolver el legado del pasado», precisó Hinds y reconoció que esa tarea está mucho más adelantada en Colombia. 

—No le hemos dedicado tiempo suficiente a las víctimas y eso es algo de lo que podemos aprender de ustedes.


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El poder de encontrarse en el Quindío

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CNMH

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En la Casa de la Cultura de Pijao (Quindío), alrededor de 35 víctimas del conflicto armado se congregaron para el tercer encuentro regional de la estrategia de territorialización del CNMH.

Publicado

14 noviembre 2023


El poder de encontrarse en el Quindío

Entre  los días 2 y 4 de noviembre, alrededor de 35 personas se congregaron en la Casa de la Cultura de Pijao (Quindío) para conocer y construir en conjunto la propuesta del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) «El territorio habla, el centro escucha». 

 

«Siempre nos muestran al Quindío como un remanso de paz y dicen que aquí no pasa nada», dijo Doralba Mabel Cardona, coordinadora de la Mesa Municipal de Víctimas de Génova. Desde la perspectiva de una mirada lejana, la guerra ha pasado por «los laditos» en el territorio, pero las voces de las víctimas contrarrestan esa postura. «No digan que no pasa nada porque aquí pasó mucho», añadió. 

Las palabras de Cardona se sustentan no solo en lo que se ha comentado en medio del conflicto armado, sino también en lo que ha vivido desde niña. «A mí me tocó ver las amenazas, cómo mi abuelo tenía que pagar vacunas, cómo mataron a mi suegro y cómo desaparecieron a mi primo», señaló la lideresa y destacó la capacidad que han tenido los quindianos de resistir. 

—Lo más lindo del Quindío es su gente —precisó Doralba—. Somos resilientes y sobrevivientes.

A pesar de que esas historias de resistencia se tejen entre sí, no todas las víctimas conocen los rostros detrás de esas experiencias. Por eso fue tan poderoso el encuentro que se hizo en la Casa de la Cultura de Pijao, donde alrededor de 35 personas que han sufrido los distintos flagelos de la guerra conversaron sobre los dolores vividos y la esperanza de trabajar por la paz.

 

 

El poder de encontrarse fue posible gracias al tercer encuentro subregional de la estrategia de territorialización del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), realizado entre los días 2 y 4 de noviembre en Pijao. «La guerra no ha respetado fronteras y por eso es tan significativo que nos juntemos», manifestó Felipe Marín, integrante del equipo regional pionero del CNMH.

El territorio habla, el centro escucha

Asistentes al tercer encuentro subregional de la estrategia de territorialización trabajan en unas cartografías sociales propuestas por el CNMH.

«Somos un equipo de personas que pertenece a una institución que está por allá en Bogotá y que tiene el propósito de llegar a los territorios», precisó Marín respecto a la estrategia de territorialización del CNMH. Bajo la premisa «El territorio habla, el centro escucha», la entidad pretende tejer, fortalecer y, en algunos casos, restablecer el relacionamiento con las víctimas. 

Camila Orjuela, profesional del equipo de la estrategia de territorialización y transversalización del CNMH, señaló que la iniciativa de la administración de María Gaitán Valencia nace de una demanda que se ha venido haciendo desde los territorios, que se circunscribe a «cómo la entidad despliega su capacidad humana, técnica, y administrativa más allá de la ciudad de Bogotá».

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Ese despliegue ya comenzó en territorios antioqueños y del Eje Cafetero. El equipo regional pionero ha realizado estos encuentros en Yarumal (Antioquia), Samaná (Caldas) y, en esta ocasión, Pijao (Quindío). «Queremos atender sus inquietudes, pero sobre todo que nos ayuden a pensar cómo hacer que el CNMH llegue al territorio», puntualizó Felipe. 

De ese modo, los oídos que estaban acostumbrados a escuchar desde la centralidad llegaron hasta el Quindío, «para recoger todas nuestras vivencias», indicó Doralba Cardona. Durante dos días, los líderes y lideresas conocieron cuál es la labor del Centro Nacional de Memoria Histórica y aportaron sus conocimientos para la construcción de la estrategia de territorialización. 

La memoria como ejercicio colectivo

El primer ejercicio que se efectuó fue una cartografía social con tres objetivos: identificar los procesos de memoria que se han iniciado en los territorios; hacer una radiografía de cuáles fueron las huellas que dejó la guerra en los distintos municipios y veredas; e identificar las propuestas de iniciativas de memoria en el Quindío. 

Durante el proceso de diálogo aparecieron las primeras luces de los deseos, inquietudes y peticiones de las víctimas. «Necesitamos más material en libros y pódcast para mostrarle a la gente», afirmó Doralba en representación de Génova, mientras que desde Pijao y Calarcá solicitaron «capacitaciones para empoderarnos, sensibilizarnos y fomentar liderazgos».

 

 

Sin planearlo, el trabajo plasmado en aquellos mapas del Quindío dejó los primeros cimientos para construir los planes territoriales de memoria que ha proyectado el CNMH. «Estas cartografías no se van a quedar empolvadas en la institución, sino que vamos a regresar para hacerlo una realidad», indicó Felipe Marín.

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Esa promesa quedó en la memoria de los asistentes y así lo confirmó Camilo Pinzón Camacho, habitante de Pijao: «Nos van a escuchar a todas las víctimas a nivel nacional, no solo a una persona, sino a un grupo para favorecernos todos». Esa misma idea la replicó Luz Mila Vasco, integrante de la Mesa de Víctimas de ese municipio, al manifestar su deseo de que los encuentros se repitan. 

—Aprendimos de los dolores que hemos sentido por la violencia de este país. 


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La memoria, la resistencia y la verdad: tres infaltables en la Feria Internacional del Libro de Cali

La memoria, la resistencia y la verdad: tres infaltables en la Feria Internacional del Libro de Cali

Laura Escobar, integrante de la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV) del Centro Nacional de Memoria Histórica, en el taller «¿La verdad para qué?», durante la Feria Internacional del Libro de Cali.

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Laura Escobar, integrante de la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV) del Centro Nacional de Memoria Histórica, en el taller «¿La verdad para qué?», durante la Feria Internacional del Libro de Cali.

Publicado

25 octubre 2023


La memoria, la resistencia y la verdad: tres infaltables en la Feria Internacional del Libro de Cali

Del 12 al 22 de octubre el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) participó en el evento literario a partir de talleres, lecturas y muestras artísticas que destacaron las labores de memoria y de esclarecimiento de la verdad en el contexto del conflicto armado en Colombia

 

En 1970, Germán Barrios, un joven de 15 años, llegó a un puerto de Cartagena y se metió como polizón a un barco que tenía como destino Londres. Su costumbre de inmiscuirse donde no debía para viajar y recorrer el mundo, lo llevaría, tiempo después, a cantar en una tarima al lado de Mick Jagger, el conocido vocalista de los Rolling Stones.

La voz del oriundo de Armero (Tolima) se volvió icónica y, con el tiempo, aprendió a tocar distintos instrumentos, convirtiéndose en una estrella de rock. En la década de los 70, el joven acompañó a distintas bandas como Creedence Clearwater Revival, Black Sabbath, Led Zeppelin y Pink Floyd. «Mi papá fue muy conocido en ese medio, pero en Colombia pasó desapercibido», señaló su hijo Paul Barrios.

La historia de Germán por las tarimas del mundo acabó en la década de los 2000, cuando regresó a Colombia para dedicarse a la siembra de café. «En 2008, mientras trabajaba en eso, lo raptaron y lo desaparecieron», precisó Paul, durante una charla del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) en la Feria Internacional del Libro de Cali (FILCali).

 

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Los asistentes al conversatorio quedaron sorprendidos cuando supieron que la historia de Germán Barrios en el mundo del rock no era real. «Lo primero que les conté es ficción porque en Colombia estamos llenos de relatos de víctimas y de personas desaparecidas que se quedan en las estadísticas», explicó Paul, frente a su propósito de volver a humanizar el nombre de su padre.

—Esta ficción es un relato sobre quién fue él y quién pudo ser— manifestó el artista frente a su obra Cuerpo, espíritu y burocracia, disponible en la Casa de las Memorias del Conflicto, en Cali.

 

 

El proyecto artístico de Paul Barrios representa una de las maneras en que las víctimas han logrado resignificar sus historias de dolor e impunidad. Entre el 12 y 22 de octubre este tipo de relatos fueron los protagonistas durante la FILCali, en el stand del CNMH. Por medio de talleres, lecturas, conversatorios y muestras artísticas se destacaron los esfuerzos por trabajar en la memoria, el esclarecimiento de la verdad y la resistencia con ocasión del conflicto armado.

«¿La verdad para qué?»

La memoria, la resistencia y la verdad: tres infaltables en la Feria Internacional del Libro de CaliEn la imagen, uno de los asistentes al taller «¿La verdad para qué?», liderado por la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV) del CNMH en la Feria Internacional del Libro de Cali.

 

En el stand del CNMH hubo una actividad rompehielos que le recordó a los asistentes momentos de su infancia. Eran alrededor de doce personas que formaron tres equipos: las luciérnagas, las salamandras y los osos, y cada uno competía para ganar un stop. No obstante, no jugaban con las tradicionales categorías de «nombre, color, fruta, ciudad», sino que debían escribir diez palabras en las que pensaran cuando escucharan los términos paz, justicia, acuerdo y verdad. 

 

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La actividad «¿La verdad para qué?», organizada por la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV) del CNMH, tenía como propósito acercar a las personas a esos conceptos de una manera dinámica. Después de terminar el juego, cada uno de los integrantes de los equipos reflexionó sobre lo que consideraba qué era la verdad y por qué era importante en sus vidas.

El ejercicio sirvió para reconocer que cada persona tiene una percepción diferente de la verdad, pues «es necesario entender en el fondo qué creemos», puntualizó Saraya Bonilla, profesional de la DAV. También los asistentes conocieron por qué esas perspectivas son fundamentales para la construcción de la memoria individual, la memoria colectiva y la memoria histórica.

Durante la presencia del CNMH en la FILCali, la Dirección de Acuerdos de la Verdad realizó distintos conversatorios en los que habló de esas tres dimensiones de la memoria y por qué eran necesarias a la hora de construir sus investigaciones e informes. «Cuando se habla de esclarecimiento de la verdad es crucial tener un rigor metodológico», precisó Maritza Villarreal, vocera de la DAV.

 

 

Las palabras de Saraya y de Maritza fueron escuchadas en el conversatorio «Voces y metodologías del esclarecimiento de la verdad sobre el origen y la actuación de los grupos armados ilegales». En ese espacio, los caleños conocieron la labor que efectúa la DAV al recibir y contrastar los testimonios de las personas desmovilizadas de estructuras paramilitares que se acogieron al Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad. 

 

«Resistir en la memoria e incidir para la búsqueda»

En la imagen, los panelistas Yenith Marcela Giraldo y Marvin Castro, en el conversatorio «Resistir en la memoria e incidir para la búsqueda. El caso del estero San Antonio, una lucha por la dignidad humana».

 

La Dirección de Construcción de Memoria Histórica del CNMH también tuvo varios espacios durante la FILCali y uno de ellos fue el conversatorio «Resistir en la memoria e incidir para la búsqueda. El caso del estero San Antonio, una lucha por la dignidad humana». La charla estuvo enfocada en la historia de desaparición forzada en este paraje de trece kilómetros, ubicado en Buenaventura. 

El estero San Antonio era un lugar utilizado para pianguar, pescar y sembrar coco. «Como allí no habita gente, los grupos armados lo empezaron a usar para desaparecer cuerpos», indicó Yenith Marcela Giraldo, integrante de la Corporación Centro de Pastoral Afrocolombiana (Cepac). Las estructuras ilegales llevaron a las víctimas en bolsas plásticas, e incluso algunas personas estaban vivas «y fueron amarradas a los manglares», agregó.

Con este tipo de violencias los habitantes de Buenaventura han tenido un duelo suspendido. «Para el pueblo afro, la vida une a la muerte y la muerte une a la vida —explicó Giraldo—. Quienes fallecen se vuelven nuestros ancestros y nos acompañan en el camino». Con la desaparición forzada, esos rituales y lazos entre la comunidad se rompen, pues ya no hay ni siquiera un velorio que puedan hacer. 

La comunidad ha buscado la manera de resistir ante este flagelo y reconoce como un logro la audiencia de medidas cautelares de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para iniciar las labores de búsqueda en el territorio. «Es la primera vez en el mundo en que se haría esta labor bajo un manglar», dijo Marvin Castro, integrante de Corporación Memoria y Paz (Cormepaz). 

 

 

Si bien los habitantes de Buenaventura siguen a la espera de encontrar los cuerpos de sus familiares, las voces de resistencia de líderes y lideresas como Yenith y Marvin han empezado a resonar. En esta ocasión tuvieron un espacio en el Centro Nacional de Memoria Histórica, en la Feria del Libro de Cali, donde durante doce días se abrió la escucha a «Todas las memorias, todas».


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Operación Orión: El Museo de Memoria del CNMH participó en la conmemoración de los 21 años

Operación Orión: El Museo de Memoria del CNMH participó en la conmemoración de los 21 años

Operación Orión: El Museo de Memoria del CNMH participó en la conmemoración de los 21 años

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CNMH

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Memorial de la ausencia, en honor a las víctimas de la Operación Orión ubicado en el Cementerio La América de la Comuna 13 de Medellín. Fotografía de Ángela María Muñoz, de la dimensión territorial del Museo de Memoria.
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Publicado

24 octubre 2023


Operación Orión: El Museo de Memoria del CNMH participó en la conmemoración de los 21 años

En un emotivo acto de recordación y reflexión, durante los días 16 y 17 de octubre se realizaron en Medellín los actos de conmemoración por los 21 años de la Operación Orión, aquel trascendental operativo militar que dejó una profunda huella en la comunidad que habita en la Comuna 13 de la capital antioqueña.

 

La dirección del Museo de Memoria de Colombia del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) acompañó las actividades de conmemoración realizadas durante el 16 y el 17 de octubre en los cementerios La América y El Universal. Su participación se debe a que el CNMH, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV) y la Corporación Jurídica Libertad han documentado los impactos de la Operación Orión, entre los que destacan el registro de 17 personas ejecutadas por la fuerza pública, 71 asesinadas por paramilitares, 12 que sufrieron torturas, 92 desaparecidas y más de 80 heridas. Estos datos reflejan las dimensiones del sufrimiento vivido por la comunidad durante aquel oscuro período de la historia de la ciudad.

Además, se ha conocido que Medellín cuenta con más de 740.000 víctimas del conflicto armado, según el Registro Único de Víctimas con datos actualizados hasta el 31 de agosto de 2023. 

¿Qué sucedió durante la conmemoración?

Operación Orión: El Museo de Memoria del CNMH participó en la conmemoración de los 21 añosTaller de escritura realizado en el marco de la conmemoración por los 21 años de la Operación Orión. Fotografía de Ángela María Muñoz, de la dimensión territorial del Museo de Memoria.

La conmemoración se inició el lunes 16 de octubre a las 9:00 a. m. en el Cementerio La América de la Comuna 13 con una emotiva eucaristía y la instalación del memorial de la ausencia, en honor a las víctimas de la Operación Orión. Además, en el transcurso del día, la comunidad compartió un sancocho comunitario que reunió a todos en un gesto de unidad. Y se realizaron talleres de escritura, con los que se brindó a los asistentes la oportunidad de expresar sus vivencias y reflexiones sobre el conflicto. Ese día la jornada culminó con presentaciones artísticas que transmitieron mensajes de esperanza y resiliencia.

Las actividades continuaron el martes 17 de octubre en el Jardín Cementerio Universal. Allí se llevó a cabo un ritual simbólico en memoria de las víctimas del conflicto en Medellín. Luego, se realizó un recorrido por ese lugar, que se ha convertido en un espacio fundamental de memoria, albergando las historias de muchas víctimas.

 

Conoce también nuestra estrategia «Naturaleza y territorio en el marco del conflicto armado» 

 

Finalmente, se desarrolló un conversatorio sobre la importancia de las memorias en la ciudad, en el que participaron el proceso «Hacemos Memoria», de la Universidad de Antioquia, la Subsecretaría de Derechos Humanos, la Mesa Distrital de Víctimas y el Museo Casa de la Memoria. 

Acerca de la fecha conmemorativa

Operación Orión: El Museo de Memoria del CNMH participó en la conmemoración de los 21 añosLas personas acuden al Cementerio La América de la Comuna 13 para iniciar los actos de conmemoración por los 21 años de la Operación Orión. Fotografía de Ángela María Muñoz, de la dimensión territorial del Museo de Memoria.

En Medellín, los antioqueños eligieron realizar el 16 y 17 de octubre de cada año,  actividades de memoria como consecuencia de la Operación Militar Orión ocurrida en el año 2002, una intervención militar que lamentablemente estuvo marcada por graves violaciones a los derechos humanos de los habitantes de la Comuna 13.

La conmemoración del Día de la Memoria y los 21 años de la Operación Orión son un recordatorio de la importancia de honrar a las víctimas del conflicto y trabajar juntos para construir un futuro más justo y pacífico en Medellín. La memoria es un pilar fundamental en el camino hacia la reconciliación y la paz.


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Machuca, el pueblo que lo soportó todo y aún vive para contarlo

Machuca, el pueblo que lo soportó todo y aún vive para contarlo

Laboratorio colaborativo: «Naturaleza y territorio en el marco  del conflicto armado»

Autor

CNMH

Foto

Ilustración del CNMH sobre los habitantes de Machuca.
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Publicado

19 octubre 2023


Machuca, el pueblo que lo soportó todo y aún vive para contarlo

Este 18 de octubre se cumplen 25 años de la masacre que sacudió a este corregimiento antioqueño, luego de que el ELN hiciera explotar un oleoducto y el fuego incinerara a 84 personas.

De sobrevivir sí que saben los habitantes de Machuca, el único corregimiento que tiene el municipio de Segovia, en el nordeste antioqueño. Aunque su nombre real es Fraguas —que tomó de una finca en los años cuarenta, cuando comenzó a llegar población afrodescendiente al territorio—, pasó a llamarse coloquialmente Machuca porque ese era el nombre de una mina que estaba cerca de la quebrada Machuquita.

En Colombia todos conocieron al corregimiento como Machuca por la misma razón por la que han sido conocidos tantos otros territorios de la geografía nacional: por la violencia. Fue el 18 de octubre de 1998. La explosión del oleoducto que pasaba por el corregimiento, propiedad del Oleoducto Central de Colombia (Ocensa), dejó 84 víctimas mortales —la mitad de ellas niños— y la certeza de dónde quedaba aquel lugar. La madrugada de ese día, el ELN dinamitó el tubo, lo que ocasionó que el petróleo se derramara sobre el río Pocuné. Luego, al dinamitar un puente, el río ardió.

Desde dos días antes, los habitantes del pueblo venían escuchando rumores que advertían sobre el hecho. Algunos lugareños, como Maribel Agualimpia, recuerdan el temor y la zozobra, el no saber qué hacer ante el no saber qué esperar. «La masacre nos impactó mucho porque este es un corregimiento muy pequeño, donde todos nos conocemos. Quizás no somos familia, pero nos duele todo lo que les pase a los demás», cuenta en su testimonio.

Pie de foto: Portada del pódcast Machuca: más allá de la violencia.

Pie de foto: Portada del pódcast Machuca: más allá de la violencia.

La voz de ella, como la de otros habitantes y sobrevivientes de Machuca, narra la historia de este pueblo colombiano antes, durante y después del conflicto armado. Particularmente, lo hacen los estudiantes de la Institución Educativa Rural Fray Martín de Porres que pertenecían al semillero de Radio y Memoria de Machuca, vinculado a la emisora escolar. Ellos y ellas crearon Machuca: más allá de la violencia, una iniciativa de memoria acompañada por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) que derivó en una serie radial. Se trata de un proceso de memoria que permitió un diálogo intergeneracional entre los habitantes del corregimiento de Fraguas.

A lo largo de cinco episodios, se escuchan las memorias de una comunidad pluriétnica comprometida con su corregimiento, que insiste en afirmar el carácter pacífico de su territorio. Es una invitación para los colombianos a conocer un territorio rodeado de vegetación, ríos, fiestas, sueños e historias.

Una historia única de resistencia

Cuatro fechas marcaron la vida de los machuqueños: 1998, 2001, 2002 y 2015. De la primera fecha han pasado ya dos décadas y media. Todo comenzó cerca de las 2 a. m.; así lo recuerdan quienes vivieron ese suceso que marcó un antes y un después en la historia del corregimiento.

Pie de foto: Ilustración del CNMH sobre el renacer de Machuca.

Pie de foto: Ilustración del CNMH sobre el renacer de Machuca.

Tras aquella madrugada de fuego, las incursiones de grupos armados no dieron tregua. Los enfrentamientos entre paramilitares, guerrillas y Ejército cesaron por temporadas y se acrecentaron en otras, como en 2015, probablemente el año más violento para Machuca, incluso más que 2001, cuando los paramilitares cometieron una masacre, o 2002, cuando el ELN retornó. En ambas ocasiones, los grupos armados se levantaron en asonada y señalaron a algunos de sus habitantes para luego masacrarlos.

Así que Machuca ha sabido caerse y levantarse. Sus habitantes saben de sobrevivir, de sobreponerse a los más grandes temores. Dos décadas y media después de ese 18 de octubre, cuando ardió el corregimiento, Machuca sigue contando su historia y creando sus memorias. Su resistencia es única


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¿Por qué hablar de archivos de derechos humanos en Colombia?

¿Por qué hablar de archivos de derechos humanos en Colombia?

¿Por qué hablar de archivos de derechos humanos en Colombia?

Autor

CNMH

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En la Universidad Distrital (sede Bosa Porvenir), se realizó el conversatorio «¿Por qué hablar de archivos de derechos humanos en Colombia?», en el marco de la conmemoración del Día Nacional de los Archivos y los Archivistas.

Publicado

17 octubre 2023


¿Por qué hablar de archivos de derechos humanos en Colombia?

Entre el 7 y el 14 de octubre, en el marco de la conmemoración del Día Nacional de los Archivos y los Archivistas, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) estuvo presente en tres ciudades para conversar y reconocer la importancia de esta labor en el conflicto armado colombiano.

 

«Hay tantas maneras de documentar como de hacer memoria; de transmitirla, apropiársela y hacerla nuestra», afirmó Gilberto Alejandro Villa, director del Archivo de los Derechos Humanos del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Desde su experiencia, el especialista ha reconocido la importancia de resignificar la labor de los archivistas no solo desde lo académico, sino también desde el territorio.

Al mencionar un archivo, generalmente se piensa en una serie de documentos o en un edificio que recopila información, construidos generalmente por la academia o por instituciones públicas; sin embargo, desde la sociedad civil también se han ideado formas empíricas de registrar lo que ha sucedido. «Las comunidades y organizaciones muchas veces han registrado diferentes procesos para la garantía de sus derechos», manifestó el director.

 

Explora el Archivo de Derechos Humanos aquí.

 

Las reflexiones de Gilberto Villa fueron escuchadas —junto a las de otros expertos— en el marco de la conmemoración del Día Nacional de los Archivos y los Archivistas. Del 7 al 14 de octubre, el CNMH estuvo presente en Ipiales (Nariño), Bogotá (Cundinamarca) y Cali (Valle del Cauca) con una serie de conversatorios encaminados a responder una pregunta: ¿Por qué hablar de archivos de derechos humanos en Colombia?

Feria del Libro de Ipiales: «Un archivo debe cumplir una función social»

«Ipiales es la ciudad de las nubes verdes y ahora también es la ciudad de la palabra y la memoria», dijo Ignacio Epinayú, profesional especializado en archivos, durante la apertura del conversatorio realizado el 7 de octubre en la Feria del Libro de Ipiales. Para el experto, ese tipo de espacios permiten evidenciar la relación estrecha que hay entre los archivos y la memoria.

Armando Villota, representante de la Corporación Ágora Club, reafirmó esa misma idea: «Nosotros también somos memoria histórica y nos convertimos en esos archivos para no olvidar lo que sucedió». De ese modo, desde las organizaciones han trabajado en recordar lo que pasó, a pesar de que sea doloroso. «Hemos hecho ese acto de documentar sin tener una plena conciencia de eso», agregó.

Con estas reflexiones, se concluyó que hay dos grandes maneras de documentar: desde la academia o las entidades públicas, y desde la misma sociedad civil. «El gran reto es cómo bajar la institucionalidad de ese lenguaje tan especializado y reconocer la existencia de los archivistas sociales», puntualizó Epinayú. 

La recopilación de fotografías, registros de desapariciones forzadas, museos, tejidos, cantos y otras expresiones puede convertirse en un archivo. «Entendimos que lo que hacemos es una construcción de paz y un archivo debe cumplir con una función social», manifestó Villota.

Universidad Distrital: «Los archivos los protegemos cuando los hacemos públicos»

 
 
 
 
 
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Las ideas mencionadas en Ipiales fueron replicadas también en el conversatorio del 9 de octubre en la Universidad Distrital (sede Bosa Porvenir). No obstante, los panelistas invitados también hablaron acerca de la importancia de proteger los archivos, en especial para no perder ese registro y la memoria de las luchas cívico-populares que se han gestado en el país.

 

Te invitamos a conocer más del documental «Unidos después de nuestro sufrimiento» 

 

«Nosotros consideramos que la política de proteger los archivos debe ser de Estado y no de Gobierno», señaló Liliana del Pilar Castillo, integrante de la organización Minga. Si la labor solo recae en el Ejecutivo, las documentaciones de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas e incluso violencia sexual que la sociedad civil ha hecho se pueden poner en riesgo. «Por eso, los archivos los protegemos cuando los hacemos públicos», puntualizó.

 

Por su parte, el sociólogo Jefferson Jaramillo Marín, del semillero Navegantes de la Memoria, destacó que la preservación no solo debe estar pensada en el documento físico o virtual, sino que «hay que proteger a quien produce el archivo y a quien lo utiliza». De ese modo, aquellos archivistas sociales que se mencionaron en Ipiales son una prioridad.

Feria del Libro de Cali: «¿De qué me sirve esta fuente si ni siquiera sé de su existencia?»

En la Feria del Libro de Cali, se realizó el conversatorio «¿Por qué hablar de archivos de derechos humanos en Colombia?», en el marco de la conmemoración del Día Nacional de los Archivos y los Archivistas.

«Creo que el archivo tiene que ver con una herramienta para reactivar la memoria», indicó Luisa Marulanda, docente e investigadora de la Universidad Tecnológica de Pereira; «la labor de documentar permite recordar y darle sentido al pasado desde el presente». Sus palabras fueron escuchadas durante los conversatorios del 13 y 14 octubre en la Feria del Libro de Cali, donde el uso de los archivos fue el eje central del encuentro. 

«¿De qué me sirve esta fuente si ni siquiera sé de su existencia?», se cuestionó Majali Pérez, directora de la Maestría en Archivística Histórica y Memoria de la Pontificia Universidad Javeriana. A partir de esa pregunta quedó en evidencia uno de los grandes retos que tiene Colombia: «empezar a concebir el archivo como una fuente de información, como una herramienta».

La profesional hizo una invitación abierta a la sociedad civil, desde las diferentes profesiones, a «construir un patrimonio social», entendiendo lo que implica crear memoria. «Se empieza desde la oralidad, el recuerdo e incluso el álbum fotográfico de nuestras mamás», precisó Pérez.

En el conversatorio  «Los archivos de los derechos humanos desde el Pacífico» también en el marco de la Feria de libro de Cali, se reflexiono sobre las características, la conformación, la protección, acceso y difusión de los archivos de derechos humanos. Maricel Izasa Camargo de la Colectiva MQ afirmo que “el reto es  pensar como recolectar las historias de vida y la memorias de la población LGTBI”. Por su parte Sebastian Giraldo del Movimiento Nacional de victimas de crimenes de estado manifesto que la “sistematización de un archivo de más de 15.000 folios del departamento del Valle del Cauca, para realizar un informe de ejecuciones extrajudiciales ha servido para dar cuenta de la verdad de las victimas, una verdad que tiene peso. Se concluyó entonces que el dialogo con otras personas que han pasado por las mismas situaciones de violencia hace que, de forma colectiva, se puedan desarrollar acciones, procesos y denuncias mas amplias.
 

Por su parte, Gilberto Alejandro Villa concluyó que el deber del Estado es garantizar que las organizaciones preserven sus archivos.  Por eso, los archivistas del CNMH «tienen la función de dialogar en los territorios con las personas que tienen diferentes formas de registrar la memoria» con el objetivo de proteger, recopilar y difundir para la garantía de los derechos de la verdad, la justicia y la reparación y la no repetición.

Actualmente, el Centro Nacional de Memoria Histórica cuenta con 95 fondos y colecciones documentales que tienen alrededor de 438.665 documentos disponibles en el Archivo Virtual de los Derechos Humanos. Con este acervo documental, «se pueden contrastar los diferentes momentos en que se han ejercido labores de construcción, memoria y verdad», precisó el director.


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