Etiqueta: Museo

Luis Carlos Sánchez Díaz, director encargado del CNMH

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

16 Ene 2019


Luis Carlos Sánchez Díaz, director encargado del CNMH

Sánchez, director del Museo de Memoria Histórica de Colombia, perteneciente al Centro Nacional de Memoria Histórica, asumió el cargo el 28 de diciembre del 2018 por directriz de Presidencia de la República.


El 28 de diciembre del 2018, a través del Decreto 2481, la Presidencia de la República nombró a Luis Carlos Sánchez Díaz, director del Museo de Memoria Histórica de Colombia, el cual pertenece al Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), como director encargado de esta última institución “sin separarse de las funciones propias de su cargo y hasta que se provea la vacante de manera definitiva”.

Luis Carlos Sánchez es politólogo e historiador de la Pontificia Universidad Javeriana y tiene una maestría en Filosofía de la misma universidad. Ha sido parte de esta institución desde sus orígenes en el año 2008, cuando la Ley de Justicia y Paz creó el Grupo de Memoria Histórica que tres años después pasaría a ser el CNMH por mandato de la Ley de Víctimas.

Luis Carlos comenzó como asistente del Grupo de Memoria Histórica y luego pasó a ser investigador. Entre 2014 y 2017 lideró el grupo de trabajó de Reparaciones en el CNMH, y allí su trabajo estuvo centrado en una agenda de esclarecimiento: en responder qué fue lo que pasó durante el conflicto armado colombiano, y trabajar por explicarlo y comprenderlo dándoles a las víctimas una visibilidad particular.

En el 2017 Luis Carlos Sánchez fue nombrado director del Museo de Memoria Histórica de Colombia. Desde el allá ha trabajo por responder “cómo un pasado lleno de barbaridades, de cosas inconexas, de azares e intencionalidades, se va convirtiendo en un relato público de un modo muy distinto a como uno lo comprende cuando es investigador”. Dice, además, que el Museo es una plataforma para las víctimas y para los nuevos lenguajes que pueden narrar la historia.

En su camino profesional Luis Carlos Sánchez también pasó por el Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto, por el Instituto Pensar y por la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana.

Publicado en Noticias CNMH



Dirección, Memoria, Museo, Presidencia de la República

El tesoro escondido, una oportunidad para la paz

Noticia

Autor

Laura Cerón

Fotografía

Laura Cerón

Publicado

30 Jun 2019


El tesoro escondido, una oportunidad para la paz

Durante junio, niños y niñas de Bogotá se adentraron en la búsqueda de un tesoro escondido que permite crear caminos para la construcción de paz.


Para encontrar este tesoro es necesario escuchar las voces del Pueblo indígena Wiwa, de los 16.879 niños, niñas y adolescentes reclutados por ilegales entre los años de 1960 y 2016, así como de los habitantes de las ciénagas de nuestro país, quienes le han contado al Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) lo que les ha ocurrido a causa del conflicto armado y lo que han hecho para resistir a este.  

José Colibrí es el personaje que acompaña a los niños y niñas en la búsqueda del tesoro. José comparte con ellos las historias de su territorio, el Resguardo Indígena de Jambaló, y las historias demuchos habitantes del territorio nacional víctimas del conflicto armado, los cuales hanhecho frente a la violencia para construir paz. Estos diálogos orientados por José Colibrí tienen como propósito hacer que los niños y las niñas puedan aportarle sus lecturas sobre el conflicto al Museo de Memoria Histórica de Colombia, así como sus ideas sobre cómo podemos construir la paz.

Cada recorrido tiene una duración de dos horas. Se espera que la maleta vaya a otras ciudades este año. – Fotografía: Laura Cerón/CNMH

Estos recorridos por la búsqueda del tesoro escondido surgieron con la primera itinerancia de la exposición Voces para Transformar a Colombia en el año 2018. Desde entonces, la maleta El tesoro escondido, una oportunidad para la paz ha viajado por Medellín, San Vicente del Caguán, Tumaco y Bogotá, y ha recogido los aprendizajes y reflexiones que los niños y niñas le aportan a la sociedad colombiana.

Los niños y niñas que se adentran en el recorrido de El tesoro escondido, una oportunidad para la paz, deben agudizar sus sentidos para encontrar pistas, armar rompecabezas, mantener el equilibrio y enseñarnos a los adultos cómo podemos vivir sin el uso de la violencia. 

Cada recorrido tiene una duración de dos horas, en las que 15 niños y niñas entre los 8 y los 12 años de edad exploran la riqueza de la diversidad poblacional y crean nuevas formas de relacionarnos, que parten desde la solidaridad y la empatía. Actualmente, el Enfoque diferencial de niños, niñas y adolescentes y el equipo de Educación de la Dirección del Museo Nacional de Memoria del CNMH están desarrollando los recorridos gracias a la articulación con la Estrategia Atrapasueños de la Secretaria Distrital de Integración Social y el área de Comunicación educativa de la Casa Museo Quinta de Bolívar. 

 


Infancia, Museo, Niñez, Tesoro escondido

¿Cómo los museos ayudan a la reparación simbólica?

Noticia

Autor

Juan Pablo Esterilla

Fotografía

Juan Pablo Esterilla

Publicado

15 Ago 2019


¿Cómo los museos ayudan a la reparación simbólica?

El Museo de Memoria Histórica de Colombia, el equipo de iniciativas regionales y los enfoques diferenciales del Centro Nacional de Memoria Histórica estuvieron presentes durante la segunda versión de la Feria del Libro Estudiantil de Barrancabermeja.


Bajo el eslogan “Déjame leer en paz”, la feria se consolida como uno de los espacios culturales y educativos más importantes de la región del Magdalena Medio.

La segunda Feria del Libro Estudiantil “Déjame leer en paz, por favor”, culminó con éxito tras tres días de talleres, conferencias, presentaciones musicales, cine foros y conversatorios. “Tuvimos actividades hasta con 3.000 niños y niñas de instituciones educativas privadas y oficiales. Gracias a todos por venir a Barrancabermeja y hacer parte de la II gran feria estudiantil”, aseguró Darwin Olivero, educador y organizador de la misma.

Así mismo, los educadores presentes manifestaron que la feria, como esfuerza promovido por los colegios El Castillo, la Escuela Normal Superior Cristo Rey y el Colegio El Rosario, está brindando un espacio para la cultura y la paz en el que los jóvenes pueden interactuar y conocer escritores.

  • Auditorio del Sena de Barrancabermeja. – Fotografía: Juan Pablo Esterilla/CNMH

  • “Los museos pueden ayudar a dignificar la memoria de las víctimas”, dijo Luis Manjarrés. – Fotografía: Juan Pablo Esterilla/CNMH

  • “Barrancabermeja tiene el lugar de memoria con enfoque de género más importante del país, la Casa Museo de las Mujeres de la Organización Femenina Popular”, Mónica Iza. – Fotografía: Juan Pablo Esterilla/CNMH

Los asistentes a la versión de este año pudieron participar en dos espacios que desarrolló el Museo de Memoria Histórica de Colombia del CNMH: “Reparación simbólica en museos” y “El museo en los territorios: prácticas educativas y culturales de memoria histórica”. En ellos, el público se aproximó a conceptos, experiencias y procesos de los que han hecho parte los ponentes de la entidad que viajaron hasta Barrancabermeja.

Inquietudes como el qué es reparar y cuál es el rol de los museos y el arte en la búsqueda de ese objetivo, fueron algunos de los puntos de partida de las charlas. Para Mónica Iza, enlace de reparaciones del MMHC, “la reparación simbólica es un modelo de justicia. Y en ese sentido, las placas, conmemoraciones y los museos, pueden ayudar a que las víctimas trasciendan más allá del dolor”, recalcó.

Al respecto, Luis Carlos Manjarrés, miembro del equipo de museología, mencionó que los museos no sólo narran, sino que también representan y resignifican. Dichos logros, permiten configurar reparaciones de carácter simbólico.

Entre tanto, Helga Bermúdez, miembro del equipo de iniciativas del CNMH, reiteró que el arte posibilita contar de diferentes formas lo que ha sucedido en el país. “Los museos se están creando en las comunidades y para las comunidades. Hay expresiones que van desde el graffiti hasta la música y el teatro”, sostuvo.

Los conversatorios sirvieron también para dialogar sobre los por qué de las violencias de las que históricamente han sido víctimas los barranqueños y en general la sociedad civil de toda la región del Magdalena Medio. “Si uno entiende las dinámicas del por qué pasaron las cosas que han pasado en el Magdalena Medio, podemos entender casi que todas las dinámicas del conflicto a nivel nacional”, sostuvo Luis Manjarrés.

Y es que, según datos del Registro Único de Víctimas, en Barrancabermeja hay registradas 58.000 víctimas. Dentro de esa cifra se encuentran colectivos y organizaciones que por años han realizado resistencia colectiva y reivindicación política. Ejemplo de ello es la Organización Femenina Popular (OFP), una organización con más de 47 años de historia, que aglomera a las mujeres populares y que en la actualidad es sujeto de reparación colectiva.

Laura Serrano, representante de la OFP que estuvo presente durante el conversatorio “El museo en los territorios: prácticas educativas y culturales de memoria histórica”, expuso el cómo la estigmatización de la que fueron víctimas las mujeres de la organización se empieza a revertir con la concreción de espacios como la Casa Museo de las Mujeres (Ver nota “La Organización Femenina Popular inauguró su Casa Museo de la Memoria“).

Las charlas realizadas por el Museo de Memoria Histórica de Colombia terminaron con el compromiso de seguir buscando anclarse a los esfuerzos desarrollados por las organizaciones de víctimas, que desde hace décadas trabajan por reconstruir y visibilizar sus historias de resistencia.

 


Arte, Barrancabermeja, Memoria, Museo, Paz, Reparación, Víctimas

Recetas para hacerle frente a la guerra

Noticia

Autor

Mauricio Ramírez Vásquez

Fotografía

Mauricio Ramírez Vásquez

Publicado

29 Oct 2019


Recetas para hacerle frente a la guerra

La gastronomía, como gran parte de la cultura en el país, también ha sido víctima dentro del conflicto armado, pero al mismo tiempo es uno de los motores de unión y fortaleza en las zonas afectadas por la violencia. En Cúcuta, a través del Museo de Memoria de Colombia, se reunieron varias historias alrededor de la comida y la identidad para dialogar sobre su importancia en el fortalecimiento de las regiones.


Cúcuta, en Norte de Santander, es la ciudad más grande de Colombia en los límites con la frontera venezolana. En la actualidad, la Perla del Norte, como es conocida, es una de las mayores receptoras de inmigrantes provenientes de la crisis de Venezuela. Según datos de Migración Colombia, en el país hay 1.408.055 venezolanos, de los cuales 185.433 están en Norte de Santander. Este panorama, sumado a las violencias internas que se viven en la zona por parte de los grupos armados ilegales con enfrentamientos, asesinatos y amenazas a las comunidades, ha provocado el desplazamiento de cientos de personas de las zonas rurales a diferentes partes del país y fuera de él.

Al ser la frontera más dinámica de América Latina y ante la crisis migratoria vista con mayor intensidad en los últimos años, se hizo necesario que sea un lugar priorizado para compartir las historias de violencia y dolor, pero ante todo de dignidad y fortaleza que ha dejado el conflicto armado. La exposición Voces para Transformar a Colombia, desde el 28 de septiembre, hasta el 16 de noviembre, se encuentra en las instalaciones de la biblioteca pública Julio Pérez Ferrero. Allí, decenas de personas han plasmado en dibujos y palabras sus experiencias para recordar las memorias detrás de un plato de comida, cómo se preparan y resaltar aquellos alimentos que los hacían sentir como en casa. Un espacio de encuentro y reflexión.

 

 

La exposición también se ha convertido en un espacio para escuchar y conocer estas historias. El conversatorio “Vivir en la frontera: arte y gastronomía”, sobre qué memorias guarda la comida y qué pasa con esas memorias cuando se abandona el territorio, llevado a cabo el 2 de octubre, contó con la presencia de Manuela Ochoa (del Museo de Memoria de Colombia), Jacob Sharon, Laura Rangel y Laura Sierra. Los panelistas hablaron sobre las memorias que guardan los alimentos en sus territorios.

“Yo estoy compartiendo un dulce de cacao, como una especie de chocolate artesanal, con el típico dulce de plátano y yuca que se elaboraba en el Catatumbo recurrentemente en las fiestas como aperitivo. Hubo un tiempo que se dejó de preparar a causa de la violencia porque estos productos empezaron a escasear, la gente dejó de cultivar, se desplazaron, las mujeres que lo preparaban se fueron, llegaron las petroleras a los territorios y las empresas de palma, y nuestra cultura cambió drásticamente”, explicó Jacob Sharon joven líder de Tibú, Norte de Santander.

Le puede interesar Catatumbo: Memorias de vida y dignidad.

 

En cuanto a la unión que se produce gracias a la comida, Laura Nataly Sierra, quien se desplazó a Venezuela y retornó, destacó que la cocina fortalece los lazos entre las comunidades y las familias en los territorios. “La gastronomía es universal, une fronteras, une familias, compartiendo y dando aportes de lo que nosotros conocemos y sobre lo que nosotros queremos conocer de otras personas. Compartir las recetas de casa, de nuestra cultura”, complementó Laura Nataly.

Recetas que recuerdan el hogar. Les dejamos un hilo con algunas: https://twitter.com/CentroMemoriaH/status/1181559378677309440

 

Con respecto a la comida como vehículo de integración, el Museo de Memoria de Colombia se planteó un espacio vivo y participativo para las víctimas y la sociedad en general. “No queríamos traer un único relato, sino más bien escuchar a la gente de la región, reconociendo la pluralidad de las memorias del conflicto armado. Pensar en Norte de Santander y no pensar en la problemática de la frontera es imposible. Por esta razón, más que pensar en las líneas imaginarias que nos dividen, quisimos proponer un tema que nos une a todos y a todas”, dijo Manuela Ochoa. 

Este encuentro de relatos y sabores estuvo acompañado por la presentación artística de 5ta con 5ta Crew, un colectivo cultural y social de construcción de paz a través del hip hop con el breakdance y el graffiti. Al final, los asistentes tuvieron la oportunidad de probar una muestra de los alimentos que llevaron los participantes del conversatorio.

 

Publicado en Noticias CNMH

 



Catatumbo, Cúcuta, Gastronomía, Museo, Norte de Santander

Volver arriba