NN: Rastros silenciosos del conflicto
Noticia
Autor
Daniel Valencia
Fotografía
equipo de investigación CNMH
Publicado
19 May 2015
NN: Rastros silenciosos del conflicto
Un osario, otro, otro más; una cruz, dos, diez, cuarenta; filas y filas de lápidas que no acaban en las que se lee un código, un número y nada más. En Colombia las tumbas de los restos de personas sin identificar, o NN, se cuentan por miles.
Recoger los cuerpos sin vida de personas desconocidas que bajaban flotando por el rio Cauca, el Magdalena, el Atrato y tantos otros ríos convertidos en tumbas, ha sido una ardua labor que ha recaído sobre los hombros de los sepultureros en cientos de municipios, pueblos y veredas de Colombia.
Y no solo hallados en ríos, sino otros tantos miles exhumados en campos, abandonados en las ciudades.
Una de las principales razones es que los actores armados despojan a los cuerpos de sus identificaciones y los niegan, sepultándolos en fosas comunes de cualquier manera, fraccionándolos, dejándolos expuestos a la intemperie y a los animales o moviendo los cuerpos de un lugar a otro.
A esto se suma, que aun siendo meritoria la labor de los sepultureros de recoger, pero además arreglar y sepultar los cadáveres sin identificar, lo normal es que no se realicen los procedimientos con la suficiente rigurosidad y el debido registro.
Es por eso que hoy en día existen en Colombia cerca de 10.756 NN (según el Siredc) que continúan sin identificar, pues es en algunos casos es imposible saber con precisión de dónde provenían los cuerpos, que características tenían en el momento de ser rescatados o cuándo se los recogió. Si existiera tal registro, sería posible, hasta cierto punto, trazar con fechas y las distancias, una ruta que coincidiera con una denuncia o un reporte. Pero con el paso de los años esa posibilidad se desvanece.
Restituir la voz que les fue arrebatada
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Fotografía: Santiago Mosquera.
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Fotografía: Santiago Mosquera.
“Nosotros disponíamos de un equipo forense que iba hasta el cementerio a hacer la exhumación y en la respectiva bóveda buscábamos a un hombre, pero lo que encontrábamos era el cuerpo de una mujer o una fosa vacía”, explicó Mercedes Palacio, coordinadora del Grupo de N.N. y Desaparecidos del CTI de la Fiscalía en un artículo de El Colombiano (Los N.N. deben protegerse).
A esta falta de registro se suman también casos en los que los occisos hallados simplemente se acumularon en fosas comunes donde los restos se mezclaron o quedaron incompletos.
Para la Fiscalía y Medicina Legal, el organismo encargado del manejo de estos casos y de la investigación, identificación y clasificación de los NN, además de establecer las causas de su muerte y reconstruir su historia, ese es el obstáculo y el reto más grande.
La cifra de 69.565 personas reportadas como desaparecidas en Colombia, (de las cuales 20.944 han sido calificadas como presuntas desapariciones forzadas) podría reducirse si en el futuro hubiera más organización y rigor en los procedimientos que se hacen en los cementerios cuando se sepulta un NN. Sin embargo, de los que ya se han hecho hasta ahora y no cumplen con las características apropiadas, poco se puede lograr.
Un problema que persiste en todo el territorio
De acuerdo con el Sistema de Información Red de Desaparecidos y Cadáveres (Sirdec) del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, actualmente el departamento con mayor número de cadáveres sin identificar es Meta con un registro de 1.990 NN, que representa el 17% del total del país, seguido de Bogotá con 1.510 (13%), Antioquia con 1.148 (10%), y Valle del Cauca con 900 (8%). La gran mayoría de cadáveres sin identificar pertenecen a hombres entre los 18 y los 35 años.
Y es que las cifras son en verdad escandalosas. En algunos municipios de Antioquia, por ejemplo, los cementerios tienen más tumbas NN que marcadas con nombres de personas. Son cientos de muertos llegados de otras partes, pero que nadie sabe de dónde ni sus familiares a dónde fueron a parar.
Son tantos los NN que ha dejado el conflicto en Colombia, que es posible encontrar casos como el del cementerio de Puerto Berrío, donde los habitantes adoptan a los cuerpos sin reconocer, les reza, les ponen nombres y los cuidan como suyos en medio de rituales para dignificarlos y pedirles milagros a sus almas.
Y es que luego de investigar en fosas comunes muchas familias no pudieron encontrar los cuerpos de sus seres queridos, la esperanza para encontrarlos estaba en los cementerios de N.N.
Cada doliente llega en busca de datos y pide pistas sobre cadáveres sin identificar con la esperanza de encontrarlos, pero el proceso pocas veces llega a buen término. Lo paradójico es que aunque muchos cadáveres fueron rescatados e inhumados, hoy continúan perdidos en los cementerios del país en donde no se cumplen con los procedimientosde señalización y registro de los cadáveres sin identificar. Miles de familias buscando a sus desaparecidos y miles de NN esperando ser identificado.
De ahí que el reto de la Fiscalía General de la Nación sea tan grande.