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Cuatro talleres dictó el CNMH durante el Arte Fest. En ellos participaron más de 60 niños, niñas y adolescentes de diferentes parte de Colombia.

Mirarse a los ojos y reescribir la historia, la propuesta de los talleres del Arte Fest

Mirarse a los ojos y reescribir la historia, la propuesta de los talleres del Arte Fest

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CNMH

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Cuatro talleres dictó el CNMH durante el Arte Fest. En ellos participaron más de 60 niños, niñas y adolescentes de diferentes parte de Colombia.

Publicado

26 junio 2023


Mirarse a los ojos y reescribir la historia, la propuesta de los talleres del Arte Fest

El Centro Nacional de Memoria Histórica, a través de sus estrategias de Pedagogía y Comunicaciones, llevó al festival de Barranquilla cuatro talleres de construcción de paz y memoria histórica. Así transcurrió la jornada.

Aunque era de día, las luces artificiales empezaron a aparecer. El mapa de Colombia, contorneado con extensiones de pequeñas lucecitas, comenzó a iluminarse con velas que destellaban en azul, fucsia, morado y amarillo. Cada uno, a su tiempo, contaba de dónde había llegado, qué le recordaba ese lugar, e intentaba ubicarlo con su vela en el mapa dibujado en el piso.

«Gracias por estar aquí, por el viaje que hicieron. Gracias por su presencia». Así, Paola Camargo, del equipo de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), le daba la bienvenida a los 20 chicos y chicas que, en el suelo, respiraban lentamente. De fondo, sonaba la guitarra y la voz de Martha Gómez desde un reproductor:

Para el viento, una cometa
Para el lienzo, un pincel
Para la siesta, una hamaca
Para el labio, un pastel
Para el silencio, una palabra
Para la oreja, un caracol
Un columpio para la infancia
Y al oído un acordeón
Para la guerra, ¡nada!

Lucho llegó de Momil, Córdoba; Pipe de Sabanalarga, Atlántico; Alejandro vino de Yacopí, Cundinamarca; Michelle desde El Bagre, Antioquia; Ivanna de Cereté, Córdoba; Karen de Caparrapí, Cundinamarca… Juntos pintaron un mapa de luz, escucharon —incluso por primera vez— acerca de los lugares de origen del otro y reconocieron su diversidad.

De eso se trató el taller de «Construcción de paz», uno de los tres que, simultáneamente, las estrategias de Pedagogía y Comunicaciones del CNMH dictaron en el marco del Arte Fest, a los niños, niñas y adolescentes participantes de este festival.

«La paz la construimos en diversidad», continuó Camargo, luego de la presentación de cada participante, después de conocerse. «Tener paz implica tener diálogos con imposibles», agregó la funcionaria, quien dejó varias preguntas en el aire para responderlas internamente: ¿a quiénes me cuesta escuchar?, ¿estoy dispuesta a tener un diálogo con un imposible?

Luego vinieron las miradas a los ojos. El ejercicio de caminar y soltarse, y luego detenerse cuando la facilitadora del taller lo pedía, cuando era tiempo de quedar como estatuas, también era tiempo de quedar de frente, sosteniendo la mirada, a un desconocido. «Las miradas nos permiten conectar con otras personas. La construcción de paz viene de reconocer al otro». 

 

Dos pisos abajo, los talleres de «Juventudes, artes y memorias» y «Criminalización y resistencias» también seguían su curso. En el primero, usaron el arte dramático para expresar sus ideas sobre la vida, la libertad y la felicidad. En el segundo, hablaron sobre las apuestas de los jóvenes y sus memorias a partir de los sonidos de las violencias y las movilizaciones sociales.

: Cuatro talleres dictó el CNMH durante el Arte Fest. En ellos participaron más de 60 niños, niñas y adolescentes de diferentes parte de Colombia. : Cuatro talleres dictó el CNMH durante el Arte Fest. En ellos participaron más de 60 niños, niñas y adolescentes de diferentes parte de Colombia.

Era una nueva piragua…

Esta no era la piragua de Guillermo Cubillos, al menos no como la conocemos. Era una piragua nueva, reescrita por casi 45 participantes de Arte Fest. «Me contaron los abuelos que hace tiempo…», dice la primera estrofa de la composición del mítico José Barros. La cosa era así: reescribir eso que los abuelos nos contaron, incluidos los barullos y dolores del conflicto armado. Cambiar la letra y el ritmo, incluso el baile. Transformarla de cumbia a bullerengue. Hacerla armonizar con la danza del son de negro de Santa Lucía, Atlántico. Hacer que funcionara, darle un nuevo sentido. Esa era la otra propuesta del CNMH, a través de su Estrategia de Pedagogía, que propuso la actividad en el día dedicado a los talleres.

Luego de más de cuatro horas de pruebas a ensayo y error, ajustes de acordes y melodías, ensamble en los movimientos, la nueva piragua empezó a remar. En el calor insoportable de la tarde de Barranquilla, sensación térmica de 45°, como si navegara sobre el mismo Magdalena, la reinterpretación fluyó. Aquí los compositores, allá los músicos, acá los bailarines. Agua para la tregua, sombra para las danzantes en pollera, y un repetir interminable para hacerlo perfecto.

Sobre las ocho de la noche, con una temperatura mucho más llevadera, la nueva piragua nació oficialmente. Más de 500 personas en el público escucharon la historia del reclutamiento forzado de menores, de los cuentos oscuros de las anteriores generaciones, de una guerra que no afloja.

Ahora se rema sobre la piragua para darle otro rumbo. Así como se reescribió su historia esa tarde caliente, se podrá seguir adaptando hasta que el final sea el que nos guste. Más de 600 niños, niñas y adolescentes, reunidos en un barrio remoto de Barranquilla, lo han descubierto.


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Arte Fest: 610 artistas colombianos cantan, bailan y actúan la «Paz total»

Arte Fest: 610 artistas colombianos cantan, bailan y actúan la «Paz total»

El Arte Fest se llevó a cabo del 16 al 19 de junio en el barrio Villas de San Pablo, en Barranquilla.

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CNMH

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El Arte Fest se llevó a cabo del 16 al 19 de junio en el barrio Villas de San Pablo, en Barranquilla.

Publicado

26 junio 2023


Arte Fest: 610 artistas colombianos cantan, bailan y actúan la «Paz total»

  • En la tercera edición de este festival, liderado por Asodesvisa, en Barranquilla, se reunieron centenares de artistas de Colombia para demostrar cómo sus puestas en escena siguen narrando la guerra y sus sombras, pero también la esperanza.

Llegaron de todas partes, de cerca y de muy lejos. Desde las costas del Pacífico, del Bajo Cauca, del altiplano cundiboyacense, de la sabana costeña, del Canal del Dique… A algunos les tomó 36 horas en bus, a otros apenas un parpadeo en un trayecto de no más de dos vueltas al reloj.

Llegaron a poblar un colegio gigante donde otros niños, niñas y adolescentes, como ellos y ellas, reciben clases. Lo convirtieron en una gran vecindad donde subían y bajaban, durante ese fin de semana, con toallas en la mano, cepillos de dientes y crema dental; con la pollera rosada colgada sobre el antebrazo y el sombrero de ala ancha cubierto con papel de colores.

Hicieron de los salones de clase sus habitaciones y patios de ensayo. Arrinconaron sillas y maletas, inflaron colchones e improvisaron un campamento impensado: un pelotón de bailarines, músicos, actores y actrices. Una legión de 610 artistas.

El Arte Fest es a todo o nada. Es un festival gestado y alojado en Villas de San Pablo, un barrio del suroccidente de Barranquilla mayoritariamente poblado por familias que debieron desplazarse forzosamente, y que hoy habitan viviendas de interés social. Con apenas tres ediciones, el festival, organizado por la Asociación para el Desarrollo Social Villas de San Pablo (Asodesvisa), está lejos de estar en el radar de los eventos culturales de la ciudad. Ni qué decir del fastuoso Carnaval de Barranquilla.

 
 
 
 
 
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El Arte Fest se aferra a los apoyos institucionales del sector de la inclusión social —como el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) o la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV)— y a programas de concertación, como los del Ministerio de Cultura, para echar a volar. Con el fin de dimensionar lo que se ha logrado, vale la pena considerar lo que falta: condiciones más dignas para el arte. Se espera que bailar en una tarima frente a 600 niños, niñas y jóvenes no sea un reto colosal, sino un disfrute total.

Los nuevos símbolos, las nuevas instituciones

Los nuevos símbolos, las nuevas instituciones

El primero de los conversatorios del Arte Fest giró en torno a la necesidad de apoyo y de acompañamiento constante. Al escenario del Polideportivo de Villas de San Pablo se subieron para hablar, en mecedoras, los invitados a la conversación. En primer lugar, dialogaron los representantes de las entidades estatales y otras instituciones: María Gaitán, directora del CNMH; Sonia Londoño, subdirectora de la Unidad para las Víctimas; Mauricio Sarmiento, del Ministerio del Interior; María Vicenta Moreno, directora de Fomento Regional del Ministerio de Cultura; Paola Eljaik, líder y gestora social, y Walter Hernández, artista y comunicador, cofundador de Vokaribe Radio y Systema Solar.

Gaitán fue la primera en intervenir en el panel «Paz total desde una perspectiva cultural».

Gaitán fue la primera en intervenir en el panel «Paz total desde una perspectiva cultural». La directora del CNMH dejó claro que la gran respuesta a la participación de la cultura en esta política de Estado «se da en esta mecedora […]. El gran poder que tenemos como colombianos es nuestra diversidad y las resistencias. Estas mecedoras arrullan los relatos de nuestros ancestros, que cuentan lo que estamos viendo hoy en expresiones fantásticas, dramáticas, que han permitido que el pueblo resista», porque, como también aseguró Gaitán, el territorio canta, baila, teje, conversa, reclama.

La directora del CNMH invitó al público a escucharse entre sí: «Hemos sido un país profundamente dividido, y en este escenario estamos sentados por agrupaciones, por los grupitos con los que vinimos. Cuando empecemos a mezclarnos, ahí es que estamos empezando a entendernos».

Esa riqueza que se junta, que se mezcla, es evidente desde la cabeza: en la diversidad de sombreros que tenemos en Colombia y que se alzan sobre uno y otro, provenientes de todas las regiones. Y es que en este Gobierno del cambio la diversidad se expresa en el vestir, no se homogeniza en un protocolo, como lo señaló Walter Hernández, moderador del conversatorio: «Ya no vienen acá con camisa blanca ni zapatos blancos», a lo que el público aplaudió con fuerza.

«Ese Ministerio de Cultura siempre estuvo ausente, no creíamos en nada de lo estatal», afirmó María Vicenta Moreno, funcionaria de dicha cartera. Ahora, el discurso da la vuelta, y ese misterio «se está enfrentando a unas estructuras sistemáticas que no permiten que avancemos». La tarea, entonces, es desaprender lo establecido y garantizar formas prácticas y reales de llegar a los territorios porque, como afirmó Sonia Londoño, de la UARIV, «ustedes nos han demostrado que hay otras formas de sanar desde la cultura».

El arte, ni precarizado ni romantizado: político

El arte, ni precarizado ni romantizado: político

Antes de finalizar el primer momento de diálogo e intervenciones, un gestor cultural y director de grupos folclóricos del corregimiento de La Paila, en el municipio de Zarzal, Valle del Cauca, subió a la tarima para agradecer la titánica labor de José Eduardo Arrieta, director del Arte Fest, e hizo un llamado a la necesidad de volver la vista sobre los grupos congregados en esa mañana; sobre los cientos de niños, niñas y adolescentes que sortean condiciones adversas de transporte y estadía para reunirse e intercambiar experiencias en torno a la danza, la música, las artes escénicas. «Estuvimos 36 horas viajando en un bus para llegar acá. Nos merecemos condiciones más dignas para la cultura», exclamó.

La segunda parte del conversatorio «Paz total desde una perspectiva cultural» trató justamente sobre esta idea: es necesario hacer un llamado colectivo desde el arte y la cultura, pero sobre todo es imperativo trabajar desde lo institucional y sistemático para cambiar estas nociones.

«La paz no puede ser el silencio de los oprimidos». Así de fuerte y así de alto habló Magdalena Moreno, lideresa, cantadora y activista de Santander. Para ella, su lucha transformadora como mujer trans y negra vale la pena en espacios como el Arte Fest, que resulta transgresor y disruptivo, amplio y diverso, y le responde a la pompa y al derroche que suele haber en otros escenarios culturales de mayor bagaje y alcance. «Ya hay transformación con venir acá, algunos 24 horas, otros 36 viajando», expuso Moreno.

Escenarios como el Arte Fest le dan un sentido político al arte, que no puede ser romantizado desde la precariedad con la que suelen trabajar las iniciativas culturales. «Las artes también tenemos dignidad, y esa dignidad la tenemos que buscar, no romantizando la pobreza, sino reclamando el lugar que nos merecemos», agregó la cantadora, antes de entonar con fuerza una de sus composiciones.

Arte Fest: 610 artistas colombianos cantan, bailan y actúan la «Paz total»

Una vez finalizó el conversatorio, las presentaciones volvieron a la tarima para que el arte siguiera haciendo lo que sabe hacer. Desde Lorica y Cereté, en Córdoba, llegó un bullerengue que contó sus dolores: los desplazamientos, el reclutamiento, la desaparición forzada. Desde Necoclí resonó una canción, entonada por el grupo El Totumo Encantado, sobre los días oscuros de la guerra. Si hacer del sufrimiento una canción no resulta transformador, acaso ¿qué lo podrá ser? Esa tiene que ser la «Paz total»: hacer posible lo imposible. 


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El CNMH rinde cuentas y plantea un 2023 de cambio

El CNMH rinde cuentas y plantea un 2023 de cambio

De izquierda a derecha: Patricia Tobón, directora de la UARIV; María Gaitán, directora del CNMH; Cielo Rusinque, directora de Prosperidad Social, y Astrid Cáceres, directora del ICBF.

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CNMH

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De izquierda a derecha: Patricia Tobón, directora de la UARIV; María Gaitán, directora del CNMH; Cielo Rusinque, directora de Prosperidad Social, y Astrid Cáceres, directora del ICBF.

Publicado

20 junio 2023


El CNMH rinde cuentas y plantea un 2023 de cambio

  • Durante la Rendición de Cuentas del Sector de la Inclusión Social y la Reconciliación, María Gaitán Valencia, directora del Centro Nacional de Memoria Histórica, explicó cuáles son las acciones que esta entidad realizó en 2022 y cuáles son los retos y transformaciones que avanzan en 2023.

El pasado 15 de junio se llevó a cabo la Audiencia Pública Sectorial de Rendición de Cuentas del Sector de la Inclusión Social y la Reconciliación, liderada por el Departamento Administrativo para la Prosperidad Social, entidad del Gobierno Nacional, que tiene como propósito el posicionamiento de políticas para la superación de la pobreza, la inclusión social, la reconciliación, la asistencia y reparación integral a las víctimas de la guerra, la atención a grupos vulnerables, la protección integral a la niñez y la adolescencia, el bienestar de las familias colombianas, así como la definición de políticas para la construcción de la memoria histórica del conflicto armado.

Durante esta rendición de cuentas, Cielo Rusinque, directora de Prosperidad Social, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Unidad para la Atención y la Reparación Integral a las Víctimas (UARIV) y el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) —entidades adscritas al sector de la Inclusión Social y la Reconciliación— presentaron los principales logros, progresos y resultados alcanzados en el 2022, así como el avance en la garantía de derechos, la implementación del acuerdo final de paz y el cumplimiento de las metas del sector, en el marco del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022.

Durante la rendición de cuentas, María Gaitán Valencia explicó que uno de los grandes desafíos del CNMH es recuperar la confianza con las comunidades y sus organizaciones.
Durante la rendición de cuentas, María Gaitán Valencia explicó que uno de los grandes desafíos del CNMH es recuperar la confianza con las comunidades y sus organizaciones.

Logros, avances y resultados del CNMH en 2022

María Gaitán Valencia, directora del CNMH, explicó que las actividades adelantadas durante el 2022 por esta entidad se enmarcan en seis grandes líneas de acción: 

1) El apoyo de iniciativas de memoria histórica de la sociedad civil.

2) El fortalecimiento a lugares de memoria en distintas regiones del país.

3) La implementación de medidas de reparación simbólica.

4) El fortalecimiento de archivos de derechos humanos.

5) La finalización de informes de memoria histórica. 

6) La promoción de los Acuerdos de la Verdad. 

Diecinueve iniciativas de memoria apoyadas

Gaitán señaló que en el 2022 se finalizó el apoyo a 19 iniciativas de memoria diseñadas y gestadas por organizaciones de la sociedad civil en diez departamentos de Colombia. Entre enero y agosto de ese año, se ejecutó una iniciativa de memoria; entre agosto y noviembre, se ejecutaron diez; y entre noviembre y diciembre, ocho. Se apoyaron iniciativas de memoria en territorios como Arauca, Valle del Cauca, Cauca, La Guajira, Nariño, Putumayo, Tolima, Bogotá y Cesar. 

Seis lugares de memoria asistidos 

Por otro lado, en el 2022, el CNMH realizó seis asistencias técnicas para el fortalecimiento de lugares de memoria en cinco departamentos, estos son: el lugar de Memoria Bojayá (Chocó); el  Salón del Nunca Más (Granada, Antioquia), el Malecón de Las Américas de Necoclí  (Antioquia); el Centro de Memoria Histórica del Litoral Pacífico (Buenaventura, Valle del Cauca); Casa de la Memoria de Barranquilla (Atlántico); el Museo Comunitario La Ramada, y el Lugar de Historia en Fonseca (La Guajira)   

Catorce medidas de reparación simbólica fortalecidas 

El CNMH llevó a cabo 14 medidas de reparación simbólica el año pasado. Estas medidas están contempladas en sentencias judiciales de Justicia y Paz, de restitución de derechos territoriales y de la justicia ordinaria. 

Doce archivos de derechos humanos fortalecidos

Doce organizaciones de víctimas de diez municipios PDET de Colombia recibieron el acompañamiento del CNMH en la gestión de sus archivos de derechos humanos. La entidad acompañó en esta labor a organizaciones como el Cabildo Indígena Amoya La Virginia (Chaparral, Tolima); la Asociación de Desplazados y Agricultores del Guásimo (Tierralta, Córdoba); la Asociación de Trabajadores de la Educación del Caquetá; la Asociación de Desplazados Víctimas y Discapacitados de La Guajira; la Asociación de Mujeres Caficultoras de la Serranía del Perijá, entre otras. 

Investigaciones de memoria histórica sobre el conflicto armado

En 2022, se finalizaron los informes de investigación Crónicas sobre mujeres afrodescendientes víctimas de violencia sexual y ¡Basta ya! Montes de María. Durante la rendición de cuentas, la directora del CNMH explicó que, «a diciembre de 2022, no se contó con resultados de las investigaciones que se debieron adelantar en el marco de un convenio suscrito en el 2020 con Minciencias para la realización de 28 investigaciones que se debieron haber realizado en articulación con 21 universidades. La nueva administración ya adelantó gestiones ante Minciencias para dar cumplimiento a lo pactado en dicho convenio y en lo definido como resultado de la convocatoria de investigación», manifestó María Gaitán. 

La promoción de los Acuerdos de la Verdad

En el 2022, la Dirección de Acuerdos de la Verdad del CNMH publicó dos informes de esclarecimiento: uno relacionado con los impactos del accionar del Ejército Revolucionario Guevaristas en el municipio de Carmen del Darién (Chocó) y otro con los impactos del accionar del Bloque Córdoba de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). 

Adicionalmente, el año pasado, el CNMH impulsó seis herramientas para la difusión de hallazgos relacionados con el fenómeno paramilitar, que resultaron de la aplicación del Mecanismo no Judicial de Contribución a la Verdad. Entre otras herramientas, se impulsaron la Cátedra Abierta  «Justicia Transicional, Memoria Histórica y Paramilitarismo en Colombia», un banco de relatos, un catálogo que recoge material de diez años de aplicación del mecanismo no judicial, entre otras. 

De acuerdo con María Gaitán, en 2023 se avanzará en la concreción de la obra del Museo de la Memoria de Colombia y en su plan museológico.
De acuerdo con María Gaitán, en 2023 se avanzará en la concreción de la obra del Museo de la Memoria de Colombia y en su plan museológico.

Retos del CNMH en el 2023

María Gaitán, directora del CNMH, identifica siete grandes retos para esta entidad en el año 2023: 

  1. El primer gran reto será dinamizar el complejo de memoria histórica y cada uno de sus componentes, es decir, el Museo de Memoria de Colombia, los archivos de derechos humanos, el Mecanismo no Judicial de Contribución a la Verdad, y la divulgación, pedagogía y apropiación social de la memoria.  
  2. El segundo reto tiene que ver con «escuchar y territorializar todas las memorias, todas». Para esto, dice la directora del CNMH, se ha estructurado una estrategia de despliegue territorial que permitirá ampliar la escucha y visibilizar las memorias de víctimas, familiares, sobrevivientes, resistentes y comunidades.
  3. En tercer lugar, está el desafío de impulsar pedagogías que profundicen la transversalización de acciones de memoria histórica desde el enfoque diferencial, psicosocial e interseccional. 
  4. El cuarto reto tiene que ver con la adaptabilidad del Mecanismo no Judicial de Contribución a la Verdad y la Memoria Histórica a los escenarios relacionados con la institucionalidad de la justicia transicional, así como a los procesos y acuerdos de paz y de sometimiento a la justicia que se adelanten.
  5. El quinto reto está relacionado con la necesidad de retomar y concretar la obra del Museo de la Memoria de Colombia, así como definir su plan museológico. Todo esto en articulación con Agencia Nacional Inmobiliaria, entidad a la que se le adjudicó la construcción del Museo. 
  6. Un sexto desafío es el de avanzar en la materialización del plan de fortalecimiento de sitios y lugares de memoria en territorios con un enfoque de sostenibilidad.
  7. Y el séptimo, que es el más importante y transversal de los retos, es el de recuperar la confianza y fortalecer alianzas con territorios, comunidades y organizaciones sociales, así como con la cooperación internacional, desafío que está avanzando desde noviembre de 2022 con la llegada de la nueva administración del CNMH.

 

Les invitamos a seguir todo el trabajo del Centro Nacional de Memoria Histórica a través de nuestras redes sociales, página web y plataformas digitales. Lugares en los que encontrarán todos los avances en el cumplimiento de las metas antes mencionadas.


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Un poco de verdad para los Montes de María y La Mojana Sucreña

Un poco de verdad para los Montes de María y La Mojana Sucreña

Un poco de verdad para los Montes de María y La Mojana Sucreña

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CNMH

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Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.

Publicado

14 junio 2023


Un poco de verdad para los Montes de María y La Mojana Sucreña

  • El 8 de junio, a las 8:30 a.m., en la Casa de la Cultura de El Carmen de Bolívar, se llevó a cabo el lanzamiento regional del informe que describe el accionar de las estructuras paramilitares que operaron en los Montes de María, el Canal del Dique y La Mojana, subregiones ubicadas en los departamentos de Bolívar y Sucre. 

«La verdad pasa por los dolores de las víctimas. Un país que conoce su verdad busca no repetirla». Aura Camargo, delegada de la Red de Mujeres del Caribe, tiene claro que construir memoria histórica y esclarecer la verdad pasa por reconocer y conocer a las víctimas del conflicto armado, como ella. Pues quién mejor que la comunidad, que los colectivos que luchan en los Montes María y La Mojana, para narrar lo que pasó y sigue pasando en estas montañas que atraviesan los departamentos de Bolívar y Sucre.

Estos relatos llevan sus resistencias, conversas, juntanzas, dolores, bailes, risas y cantos, como los de Manuel de la Rosa o los de Rafael Posso, quienes han logrado plasmar en sus canciones el dolor, pero también la fuerza de resistir. De esto se trató el encuentro del pasado 8 de junio en la Casa de la Cultura de El Carmen de Bolívar, de juntarse para seguir sanando, pero también para conocer el informe «Un poco de verdad para poder respirar: trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana» que ellas y ellos construyeron.

En el evento se conversó acerca de las repercusiones de dicho informe, basado en los testimonios aportados al Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad (MNJCV) por personas desmovilizadas de las estructuras paramilitares Bloque Montes de María y Frente Mojana, así como las contribuciones voluntarias de víctimas y testigos en los territorios de los Montes de María, la región de La Mojana y la subregión del Canal del Dique.

Esta investigación, liderada por la Dirección de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica, no se limita exclusivamente a exponer los hechos victimizantes en los 15 municipios de los Montes de María, sino que aborda las subregiones del Canal del Dique y la Mojana Sucreña, lo que implica un estudio de aproximadamente 40 municipios de los departamentos de Bolívar y Sucre, incluidos los hechos ocurridos en Sincelejo y Cartagena, lugares de operación de dichas estructuras paramilitares.

Los hallazgos más relevantes

El informe expone cómo la estrategia paramilitar recurrió a la estigmatización de las comunidades campesinas, y luego el uso del terror, por medio de masacres, en años y lugares específicos, para generar desplazamientos masivos, despojos de tierras y cambios del uso y vocación de la tierra, lo que benefició a ciertos sectores políticos y económicos de la región.

La publicación también permite entender el accionar de las estructuras paramilitares, en particular, el uso de ríos y otros afluentes fluviales para desaparecer cuerpos por parte del Bloque Montes de María. Esto implicó el uso del río Magdalena y en particular del Canal del Dique para desaparecer personas, lo que permite dilucidar la vinculación que tiene la desaparición forzada de los Montes de María con el Canal del Dique, y cómo las estructuras paramilitares usaron esa fuente hídrica para la desaparición de cuerpos.

Otro de los temas relevantes que esta investigación aborda son las consecuencias sociales y culturales del uso de la violencia sexual como estrategia de guerra, particularmente en la zona del Canal del Dique y en el corregimiento de San Basilio de Palenque, Mahates. Este hecho representó violaciones sistemáticas a los derechos humanos, pero sobre todo de desarticulación del tejido social de las poblaciones afro, donde la mujer es el eje de las comunidades. Se configuró así una doble victimización de las mujeres, quienes además de ser víctimas de violencia eran rechazadas socialmente.

Así mismo, la investigación encuentra una línea histórica común de la relación entre grupos de seguridad privada surgidos en los años 70 y 80 en los Montes de María, que afectaron las tomas campesinas de territorios baldíos, con la incursión paramilitar de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá de 1997. Esto permite entender responsabilidades comunes, así como una evolución de los grupos que afectaron a las comunidades campesinas tanto en los 70 como en los 90.

Detrás del informe

Para la elaboración del informe se procesaron 295 entrevistas de antiguos paramilitares, así como voces de los protagonistas: víctimas y sobrevivientes que, con sus relatos, narran la incursión, acciones armadas y los momentos de terror y control territorial de estas estructuras.

En la FILBo 2023 hablamos sobre la realización de este informe

Esta información se obtuvo en talleres y grupos focales con comunidades de los municipios de Arjona (información sobre el impacto en la subregión del Canal del Dique); El Carmen de Bolívar (donde se entrevistó principalmente a población campesina); Toluviejo y Mahates (grupos focales con mujeres afrocolombianas e indígenas); así como de San Juan Nepomuceno, Zambrano y Córdoba, Bolívar (grupos focales con familiares de víctimas).

En los Montes de María, el Canal del Dique y La Mojana aún se encuentran muchos silencios y miedos, pero también muchas voces que resisten al olvido. Voces que cuentan y cantan; dibujan, esculpen y tejen sus memorias, que quedaron plasmadas en esta investigación.

  • Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.

  • Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.

  • Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.

  • Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.

  • Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.

  • Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.

  • Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.

  • Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.

  • Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.

  • Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.

  • Lanzamiento del informe ‘Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana’ en El Carmen de Bolívar.


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Chocó, CNMH, Corte IDH, Operación Génesis, Riosucio

Habitantes de este municipio del Urabá chocoano lanzaron un libro de postales en el que recogen las memorias del desplazamiento forzado ocasionado por el despliegue de la operación Génesis, del Ejército Nacional, y la simultánea incursión paramilitar en sus territorios, en 1997.

Memorial por las víctimas de Riosucio: una iniciativa para movilizar el cambio

Los y las gestoras de esta iniciativa de memoria histórica.

Autor

CNMH

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Los y las gestoras de esta iniciativa de memoria histórica.

Publicado

8 junio 2023


Memorial por las víctimas de Riosucio: una iniciativa para movilizar el cambio

Habitantes de este municipio del Urabá chocoano lanzaron un libro de postales en el que recogen las memorias del desplazamiento forzado ocasionado por el despliegue de la operación Génesis, del Ejército Nacional, y la simultánea incursión paramilitar en sus territorios, en 1997.

En abril de 1997, Jesusita Martínez tenía nueve meses de embarazo y estaba en Pavarandó, un corregimiento del municipio de Mutatá (Antioquia), a donde ella y cientos de pobladores de las cuencas de los ríos Cacarica, Jiguamiandó, Curbaradó, Domingodó, Truandó y Salaquí habían llegado desterrados tras el despliegue de la operación Génesis —adelantada por la Decimoséptima Brigada del Ejército Nacional— y la simultánea incursión de paramilitares de las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá (ACCU) en el norte de Chocó.

Huyendo de los bombardeos, los asesinatos, las desapariciones forzadas y las torturas,  Jesusita había caminado por las selvas chocoanas junto a su comunidad durante varios días y noches. En sus hombros llevaba cargado a su hijo menor. Con la mano derecha sujetaba a  la mayor de sus hijas y con la izquierda un morral con las pocas pertenencias que alcanzó a empacar antes de salir de su casa. En el vientre llevaba a Luz Mary Mosquera, su bebé, a la que dio a luz, como un verdadero milagro de la vida, en pleno destierro y en una situación de precariedad y vulnerabilidad exacerbadas por las violencias que, según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ejercieron mancomunadamente las Fuerzas Militares y los paramilitares en contra de civiles indefensos.

Jesusita Martínez, con sus hijas Luz Mary y Luz Marina Mosquera Martínez, todas sobrevivientes de la guerra.
Jesusita Martínez, con sus hijas Luz Mary y Luz Marina Mosquera Martínez, todas sobrevivientes de la guerra.

Una iniciativa de memoria para sanar viejos dolores comunitarios 

Veintiséis años después de su milagroso nacimiento, Luz Mary Mosquera le regaló a Jesusita, su madre, un libro de postales titulado Memorial por las víctimas de Riosucio, Chocó. Este libro es el resultado de una iniciativa de memoria histórica pensada y desarrollada por habitantes de Riosucio, un municipio ubicado en el norte del departamento de Chocó, en límites con el Urabá antioqueño, Panamá y Carmen del Darién, donde hoy vive buena parte de los y las sobrevivientes de la violencia de finales de la década de 1990.

La iniciativa de memoria de Riosucio empezó a gestarse en el 2019. Como lo explica Jenry Serna, líder social y comunitario, la intención de reconstruir las memorias de la guerra «respondía a una necesidad humana, política y emocional de tramitar dolores irresueltos y duelos estancados en el tiempo». «Queríamos observar el pasado para sanar juntos el presente y, con el corazón más liviano, pensar en el futuro que queremos», anota Serna.  

En el 2020, Jenry y Luis Octavio Martínez, quien también es líder social en Riosucio, le pidieron al Centro Nacional de Memoria Histórica que acompañara el desarrollo de esta iniciativa comunitaria. «En este proceso reflexionamos sobre lo que significa recordar y construir memoria histórica a través de espacios de diálogo para el intercambio de saberes y conocimientos», cuentan las participantes de esta iniciativa en la que —a través de herramientas como la cartografía social, la fotografía y el muralismo— exploraron cómo los eventos violentos han impactado su cotidianidad e identificaron afectaciones medioambientales y sociales sobre el territorio, sus ríos, ciénagas y parques naturales. 

Durante el lanzamiento del libro, se realizó la presentación de la nueva generación de alabaoras, mujeres que, con sus cantos, denuncian, resisten y mantienen viva la memoria ancestral de sus comunidades.
Durante el lanzamiento del libro, se realizó la presentación de la nueva generación de alabaoras, mujeres que, con sus cantos, denuncian, resisten y mantienen viva la memoria ancestral de sus comunidades.

Un libro para homenajear a los sobrevivientes y enseñarles a las nuevas generaciones

De las conversaciones y los intercambios de memorias y saberes surgió la inspiración para elaborar tres murales y el libro de postales Memorial por las víctimas de Riosucio, Chocó, cuyo lanzamiento tuvo lugar el pasado 31 de mayo en un encuentro cultural y espiritual celebrado en la parroquia del municipio. «Quiero entregarle este libro, mamá, para celebrar la valentía que tuvo al traerme a la vida en un momento donde la muerte prevalecía», le dijo Luz Mary a Jesusita durante el encuentro.

Jennyfer Martínez, María Eloísa Minota, Abel Ángel Quinto, Claribet Córdoba, Luis Octavio Martínez, José Gil Martínez y Jenry Serna —todos gestores de esta iniciativa— también les entregaron el libro a sus padres, hijos, nietos y sobrinos. Las personas que vivieron los hechos de 1997 cuando eran adultas quieren que, con este libro, las nuevas generaciones conozcan lo ocurrido y fortalezcan su compromiso con la transformación social del Urabá chocoano. Quienes, por su parte, eran niños cuando ocurrió el destierro de las comunidades, quieren homenajear —a través de las postales— a la generación que los salvaguardó en medio de la guerra e insistió en regresar y permanecer en sus territorios ancestrales.

El Centro Nacional de Memoria Histórica acompañó esta iniciativa de memoria histórica con el propósito de contribuir al fortalecimiento de las ideas y capacidades de la comunidad.
El Centro Nacional de Memoria Histórica acompañó esta iniciativa de memoria histórica con el propósito de contribuir al fortalecimiento de las ideas y capacidades de la comunidad.

Hacemos memoria para exigir nuestros derechos

Durante el lanzamiento del libro, sus autoras y autores señalaron que el propósito de reconstruir las memorias de la guerra y de la resistencia es, también, el de exigir que sus derechos humanos —históricamente negados— sean hoy garantizados. «Hacemos memoria para mostrarle al país que, además de las violencias vividas en el conflicto armado, seguimos viviendo la violencia del olvido y el desprecio estatal. Hoy, con nuestras memorias fortalecidas, tenemos más argumentos para exigir una intervención integral del Estado en Riosucio», dijo Jenry Serna. 

La comunidad también recordó que su municipio sigue siendo escenario del conflicto armado y que grupos violentos insisten en imponer sus órdenes sociales y en desterrar, nuevamente, a la población. «Es en este contexto cuando nuestros ejercicios de memoria cobran más sentido. A través de los murales y el libro recordamos los dolores de la guerra, pero también todos nuestros esfuerzos por no desarraigarnos del territorio», recordó Marcial Gamboa Valencia, hermano claretiano y defensor de los derechos humanos. 

Los niños y las niñas de Riosucio reciben esta iniciativa de memoria por parte de sus padres y abuelos. En ellos está la esperanza de un futuro diferente para Riosucio.
Los niños y las niñas de Riosucio reciben esta iniciativa de memoria por parte de sus padres y abuelos. En ellos está la esperanza de un futuro diferente para Riosucio.

La luz siempre prevalece

En adelante, la comunidad de Riosucio espera poner en marcha otros procesos de memoria que contribuyan a la reparación de los tejidos comunitarios, a la renovación de la confianza social y al fortalecimiento de organizaciones de base como la Asociación Rural de Desplazados de Riosucio (Asorude), la Asociación Campesina del Municipio de Riosucio (Acamuri), la Asociación de Memoria Canto a mis Ancestros del Darién Chocoano y la Escuela de Comunicaciones Ronca El Canalete, espacios desde los que la comunidad impulsa diariamente procesos de construcción de paz territorial y resistencia a la violencia.

«Seguiremos haciendo memoria para que todo el mundo sepa que esta tierra es nuestra y que estamos organizados para defenderla y para vivirla dignamente. Que todo el mundo sepa que este es un territorio de hombres y mujeres que aman la vida y que la luz de la comunidad siempre prevalece sobre las tinieblas de la guerra», concluyó Marcial.


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Chocó, CNMH, Corte IDH, Operación Génesis, Riosucio

Así transcurrió el encuentro de los museos que hacen memoria

Así transcurrió el encuentro de los museos que hacen memoria

Así transcurrió el encuentro de los museos que hacen memoria

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CNMH

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El Diálogo Iberoamericano de Pares «Museos que Hacemos Memorias: Recoger, Acoger y Reconocer» se llevó a cabo el viernes 2 de junio, en el auditorio del Instituto Caro y Cuervo. Crédito: Andrés Correa para el CNMH.

Publicado

6 junio 2023


Así transcurrió el encuentro de los museos que hacen memoria

  • El Diálogo Iberoamericano de Pares, organizado por la Dirección Técnica de Museo del Centro Nacional de Memoria Histórica, reunió a varias iniciativas del continente para intercambiar saberes, aciertos y obstáculos.

Recoger, acoger y reconocer son tres verbos que comprenden bien los museos de memoria de América Latina y el Caribe. Esto quedó claro en la presentación de los procesos internacionales de memoria histórica sobre los cuales giró la primera parte del Diálogo Iberoamericano de Pares «Museos que Hacemos Memorias: Recoger, Acoger y Reconocer», que organizó la Dirección Técnica de Museo del Centro Nacional de Memoria Histórica (Museo de Memoria de Colombia), en el marco del Día Internacional de los Museos.

Fue el auditorio del Instituto Caro y Cuervo, en Bogotá, el lugar elegido para propiciar este intercambio de pares, experiencias, aciertos y obstáculos de estos espacios que reconstruyen memoria en el ámbito iberoamericano. Se espera que estas conversaciones, a su vez, «se conviertan en estímulo frente a lo que estamos adelantando» desde la Dirección de Museo, como lo subrayó Daniel Castro, asesor de la entidad.

La experiencia tras la dictadura chilena

«“¿Eres capaz?”, me preguntó Bachelet —en ese entonces presidenta de Chile—. Este museo también se construyó en un tiempo récord. Nosotros corrimos mucho porque no sabíamos qué venía después. Este museo fue presentado a la opinión pública días antes de que Bachelet dejara su cargo, luego venía Piñera. No podía rechazar una oportunidad como esa de incidir en una realidad que me atormentaba». Marcia Scantlebury Elizalde, presidenta del Directorio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (MMDH) de Chile, abrió la jornada contando las vicisitudes que vivió desde la propuesta de creación de este museo, uno de los más reconocidos a nivel regional y mundial en términos de memoria.

 

Para Scantlebury, el museo es un recordatorio permanente de lo que pasa cuando se pierde la democracia, de lo difícil que es recuperarla y  mantenerla:

Desató un agitado debate. Hoy en día, en Chile, la mayoría reconoce que se violaron los derechos humanos. En Chile, el eje de la dictadura fue la negación. Y la apoteosis de la negación fueron los detenidos desaparecidos; para ellos fue gente que nunca existió. Inevitablemente, la memoria se convierte en territorio de disputa cultural y política.

Uno de los dispositivos museográficos del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, de Chile, que recuerda a las víctimas no sobrevivientes de la dictadura; sus rostros se encuentran en un gran mural fotográfico. Crédito: MMDH.
Uno de los dispositivos museográficos del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, de Chile, que recuerda a las víctimas no sobrevivientes de la dictadura; sus rostros se encuentran en un gran mural fotográfico. Crédito: MMDH.

Después del reconocimiento general de la población chilena de lo que significó vivir en dictadura, vino una invitación por parte del museo: instar a sus visitantes a sacar sus propias conclusiones. «No quisimos editorializar, dar recetas. Ojalá salieran del museo con más preguntas que respuestas: esa era la idea».

Para lograrlo, utilizaron dispositivos museográficos como La nube, que dispone de varios vacíos o huecos, con el fin de que dos o tres veces al año el público contribuya llenándolos con sus propios documentos: aquellos de la gente que les falta. También está El memorial, como se le conoce, aunque su nombre real es Geometría de la conciencia, una obra de Alfredo Jaar hecha en hormigón, con cajas de luces que reflejan las siluetas «de gente común y corriente que no pasó por horrores, y otras de personas que fueron fusiladas». La obra está cargada de un concepto creativo que expresa el lema: «Todos hemos perdido algo».

Una iniciativa familiar con impacto mundial

Otro museo nacido para resguardar las memorias de una dictadura es el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, que lidera Luisa de Peña. Ubicado en la Ciudad Colonial, este espacio surge por la iniciativa de la familia de la actual directora del museo, quien narra lo sucedido como se cuentan todas las historias en el Caribe:

Un día llegamos a casa de mi abuela y ella estaba con su prima, que me aborda y me dice que quiere que les haga un museo para las víctimas de la dictadura, entre los que estaba el hijo de la prima de mi abuela. Ellas estaban preocupadas de qué iba a pasar. Uno no tenía ni idea de qué era un museo de memoria. Tampoco le puse mucha atención. Días después, mi mamá me llama y me dice: «Recuérdate la responsabilidad que tenemos los dominicanos libres con los que entregaron la vida».

Fachada del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, en la Ciudad Colonial de Santo Domingo. Crédito: Museo Memorial de la Resistencia Dominicana.
Fachada del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, en la Ciudad Colonial de Santo Domingo. Crédito: Museo Memorial de la Resistencia Dominicana.

Así que Luisa de Peña, una historiadora del arte con una vocación museística muy diferente, le dio un timonazo a su carrera para redireccionarla hacia otro rumbo, con una perspectiva más personal y familiar. «Empezamos a trabajar un pequeño museo de historia con la historia de ese grupo, pero un museo no puede ser sobre un hecho…». En el 2000, de Peña visitó el Yad Vashem, el museo oficial del Holocausto judío en Israel. «Era la primera vez que visitaba un museo de memoria, y ese museo me transformó. Transformó mi percepción del Holocausto. Había que aprender de esto. Había que repensar el museo».

Así comenzó el acercamiento con los familiares y sobrevivientes de la dictadura de Trujillo. «Fuimos acercándonos, visitando, se unieron muchos. Hubo peleas, desencuentros, separaciones, pero seguimos adelante». Hasta que, en 2008, el presidente de turno quiso tener un gesto con la resistencia y logró, luego de varias conversaciones, asignar recursos al museo. «De 2008 a 2011 se construye el museo con fondos gubernamentales, pero manejado por nosotros», aclara de Peña.

El Museo Memorial de la Resistencia Dominicana aplicó a fondos internacionales, así como al Registro de Memoria de la Unesco. «Eso nos dio relieve nacional e internacional. Nos dio un gran impulso». En 2011 abrieron las puertas y también comenzaron a trabajar como museo virtual, lo que les permitió ganarse la aprobación y solidaridad de los dominicanos, mientras compartían sus dos mensajes clave, la columna vertebral del espacio: conmemorar a las víctimas y  educar en valores democráticos y derechos humanos.

Esa línea de educación se sostiene en el principal público del museo: los estudiantes. «Recibimos alrededor de 400 estudiantes diarios, pero somos un país de menos de 13 millones de personas. Tenemos un convenio con el Ministerio de Educación. Nos comprometemos a recibir ochenta mil visitantes al año en los talleres sobre derechos humanos y valores democráticos». 

Laboratorios ciudadanos y memoria de paz viva

¿Cómo habilitar lugares de encuentro abiertos a la participación de cualquiera para la colaboración, experimentación y creación colectiva de proyectos que buscan mejorar la vida en un lugar? Esta es la pregunta recurrente de Marcos García, de la Asociación Espacios Comunes y Fundación Hebras de Paz Viva, de España.

Marcos García, de la Asociación Espacios Comunes y Fundación Hebras de Paz Viva, de España. Crédito: Andrés Correa para el CNMH.
Marcos García, de la Asociación Espacios Comunes y Fundación Hebras de Paz Viva, de España. Crédito: Andrés Correa para el CNMH.

Puede resultar un cuestionamiento abstracto si no se aterriza, pero todo cobra sentido cuando García expone las fotografías de lo que hace en los laboratorios ciudadanos y de memoria de paz viva que lidera. «No me siento del ámbito de los museos ni de la memoria, pero no son ámbitos que me sean ajenos totalmente». Y es que ni los museos ni la memoria están acabados totalmente. No están escritos en piedra, no se pueden entender como dados por sentado. Los museos y la memoria —las memorias— están vivos, y hacia eso transita García al promover lugares para la experimentación y la cooperación.

«Creo que si podemos aumentar las posibilidades de transformación de la ciudad, más justa, más libre, más sostenible, es necesario que haya un incremento de la exploración y la cooperación social». Ahora sí, ¿cómo lo aterriza? A partir de una idea de experimentación abierta, como el diseño de prótesis con forma de mano o muñón para jóvenes con discapacidad física, con alternativas tan precisas que permiten, desde los diferentes prototipos, tocar la guitarra o comerse un yogur. Esto ha permitido, por ejemplo, mejorar la calidad de vida de niños, niñas y adolescentes de Nariño, víctimas de las minas antipersona.

Un elemento importante de estos laboratorios ciudadanos es la documentación de los hallazgos y los errores porque permitirán aplicar y expandir lo que funciona, y desechar lo que no sirve.

Un nuevo lugar para todas las memorias, ¡todas!

María Gaitán, Marcia Scantlebury, Luisa de Peña, Marcos García y Edwin Arias, ponentes del Diálogo Iberoamericano de Pares. Crédito: Andrés Correa para el CNMH.
María Gaitán, Marcia Scantlebury, Luisa de Peña, Marcos García y Edwin Arias, ponentes del Diálogo Iberoamericano de Pares. Crédito: Andrés Correa para el CNMH.

En Colombia se está gestando la construcción física y social de un nuevo museo de memoria para Iberoamérica. Se trata del Museo de Memoria de Colombia, a cargo del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), donde se espera recoger, acoger y reconocer procesos como los de Chile y República Dominicana, o los laboratorios ciudadanos de España, para levantar «un colaboratorio de memorias vivas», como afirmó María Gaitán, directora del CNMH. Además, se espera mostrar una historia que merece ser contada de manera más extensa: «No solamente estamos abriendo un espacio que para nosotros es el lugar de memoria de Colombia, nacional, sino que, a la vez, estamos invitando a Latinoamérica a que construyamos una sala que debemos también tener, porque nuestra América tiene una historia común que todavía no la hemos hecho tan visible»

Para Gaitán también es clave compartir y entender conjuntamente que, si bien el edificio del Museo de Memoria de Colombia aún no está terminado, actualmente sí se está construyendo «desde lo que se hizo anteriormente y desde lo que este Gobierno del cambio busca con la memoria histórica». Esto es rendirle honores «a las resistencias de nuestros antepasados que hoy son víctimas», afianzar un lenguaje común «con el que podremos avanzar juntos por el mismo horizonte y el mismo camino», y esencialmente «poder mirarnos a los ojos, así tengamos diferencias».


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Bogotá, CNMH, Diálgo Iberoamericano Pares, Instituto Caro y Cuervo, Museo de Memoria de Colombia

artistas plásticos se reunieron en el Parque Nacional, en Bogotá, para representar la relación entre el arte y la memoria en una actividad liderada por el Museo de Memoria de Colombia

«Respiramos memorias»: una conmemoración por el Día Internacional de los Museos

artistas plásticos se reunieron en el Parque Nacional, en Bogotá, para representar la relación entre el arte y la memoria en una actividad liderada por el Museo de Memoria de Colombia

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CNMH

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Artistas plásticos se reunieron en el Parque Nacional, en Bogotá, para representar la relación entre el arte y la memoria en una actividad liderada por el Museo de Memoria de Colombia

Publicado

2 junio 2023


«Respiramos memorias»: una conmemoración por el Día Internacional de los Museos

  • En el contexto del Día Internacional de los Museos, el 30 de mayo de 2023 desde el Parque Nacional, en Bogotá, artistas plásticos y estudiantes participaron en distintas actividades para reflexionar sobre memoria histórica, bienestar y sostenibilidad

El arte y la memoria se volvieron a encontrar en un espacio ideado por el Museo de Memoria de Colombia. El 30 de mayo al menos 15 artistas plásticos se reunieron en el Parque Nacional, en el Salón Luis Caballero, para desarrollar una pieza gráfica que llevó la consigna «Respiramos memorias». 

La iniciativa estuvo enmarcada en el Día Internacional de los Museos, que se conmemora el 18 de mayo. Mauricio López, líder de apropiación social y comunicación del Museo de Memoria de Colombia del CNMH, explicó que el espacio se planteó para avanzar en la construcción colectiva de este lugar de memoria.

Con ese norte, desde las 11:00 a.m. la pintura se tomó el lugar. En siete biombos pintados de rojo se comenzaron a trazar, por una cara, letras amarillas con el mensaje «respiramos memorias» y por la otra, los artistas plasmaron su mensaje personal sobre la memoria histórica, el bienestar y la sostenibilidad. 

«Pensamos en ese respirar consciente y en encontrar las memorias que estamos construyendo del cuerpo, de nosotros, como comunidad y como individuos», precisó López. Esa idea la reafirmó Elkin Torres, un artista plástico que participó en el evento y es conocido como Fike: «este es un espacio en el que los mayores y los más jóvenes se juntan sin egos y superioridades». 

en la imagen, el artista plástico Fike, quien a través del graffiti pintó el rostro representativo del evento «Respiramos memorias»
En la imagen, el artista plástico Fike, quien a través del graffiti pintó el rostro representativo del evento «Respiramos memorias»

Fike fue el encargado de pintar el rostro que aparece en el volante del encuentro. «Muestra esa cosmogonía de que la memoria trasciende más allá y viene de más atrás», manifestó el artista quien, además, reconoció que esa construcción colectiva se sentía en el ambiente. 

Esa noción también la compartió Joshua Álvarez, estudiante de diseño gráfico de la Universidad Nacional: «Esa es una de las razones por las que estoy acá: aprender todo lo que pueda desde el diálogo y desde un ambiente de bienestar». Con esto los artistas resaltaron que, si bien el arte es una herramienta de construcción de memoria, esta debe ser el resultado de un colectivo que involucre a todos los sectores de la sociedad. 

Al Parque Nacional llegaron estudiantes de once del Colegio IED Francisco de Paula Santander, que participaron en conversatorios que los acercaron al territorio y al concepto de memoria. En simultáneo, el colectivo Cocer, de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), preparaba un arroz con pollo para todos los presentes.  

—Es muy rico sentir el humo que te llega a la cara, te hace toser —expuso Fike— y luego probar el saborcito de ese almuerzo hecho con amor.

 

El Parque Nacional, un lugar para reconocer el territorio

a la 1:00 p.m. llegaron los estudiantes del  Colegio IED Francisco de Paula Santander para participar en un taller ambiental y encuentro de saberes
A la 1:00 p.m. llegaron los estudiantes del  Colegio IED Francisco de Paula Santander para participar en un taller ambiental y encuentro de saberes

No es casualidad que el evento se realizara en el Parque Nacional. Edgar Lara, quien hace parte de la dirección del Museo de Memoria de Colombia, indicó la importancia de reconocer lo que nos rodea. «Estamos aquí para reconocer la memoria a través de la naturaleza».

A la actividad asistieron los estudiantes del colegio distrital y aprendieron sobre la agricultura urbana. «Les explicaba que diferentes víctimas del conflicto armado utilizan esta práctica como una reparación simbólica al volver a cultivar desde espacios urbanos», detalló Lara y reflexionó acerca del impacto de la guerra sobre el territorio. «La naturaleza también es víctima, muchas veces silenciosa, y a veces no nos percatamos de eso», añadió.

Reconocer el tipo de plantas y especies que habitan en el Parque Nacional fue otro ejercicio del taller. «Uno conoce las calles y las carreteras de la ciudad, pero vemos todas las plantas como un gran ente verde», comentó el experto, que les enseñó a los jóvenes de ese colegio sobre ejemplares como el roble, el mano de oso, el jazmín del cabo, el yaruma, la palma de cera y la eugenia.

Para Edgar Lara el componente ambiental es impredecible y a veces no se tiene en cuenta. Por eso no solo hubo una charla con los estudiantes, sino con los mismos artistas y «esa inspiración llegó a la pieza gráfica». Tanto así que algunos de los alumnos tomaron los pinceles para apoyar la iniciativa y compartir esos otros saberes desde el arte como resistencia. 

Ese 30 de mayo de 2023 no solo el arte y la memoria se reencontraron en el Parque Nacional, sino que la naturaleza se unió a la conmemoración basada en el trabajo colectivo.  


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Emiratos Árabes Unidos afirma su apoyo hacia la paz sostenible en Colombia

Emiratos Árabes Unidos afirma su apoyo hacia la paz sostenible en Colombia

Emiratos Árabes Unidos afirma su apoyo hacia la paz sostenible en Colombia

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Publicado

26 mayo 2023


Emiratos Árabes Unidos afirma su apoyo hacia la paz sostenible en Colombia

En el marco de una reunión protocolaria sostenida entre la Directora General, María Gaitán Valencia, y el Embajador de los Emiratos Árabes Unidos, S.E. Salem Rashed Alowais, se abordaron temas sobre la paz, el contexto nacional y las oportunidades de trabajo bilateral en materia de construcción de memoria.

El miércoles 17 de mayo, en las instalaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), la Directora General, María Gaitán Valencia, en compañía del equipo Asesor en Cooperación Internacional (ECIA) de la entidad, recibieron la delegación de la Embajada de los Emiratos Árabes Unidos, dirigida por su Embajador para Colombia, S.E. Salem Rashed Alowais, el Analista de Políticas Hani Al Kantar y el equipo de relacionamiento internacional de la embajada.

Con ocasión de esta reunión, en nombre de su país, el Señor Embajador extendió su mensaje de apoyo para fortalecer los asuntos de paz en Colombia, reconociendo el devenir histórico del conflicto al interior del territorio y la importancia de impulsar modelos de trabajo que internacionalmente los Emiratos Árabes Unidos aplican con el objetivo de lograr la armonía y la tolerancia en las naciones más violentadas por estos hechos.

De igual manera resaltó que desde 2019 la Embajada de los Emiratos Árabes Unidos viene estrechando sus lazos de cooperación en materia de posconflicto, lo que conduce al apoyo de acciones de investigación y desarrollo de memoria histórica. Al respecto, el Embajador manifestó el interés de realizar un intercambio de experiencias con el Centro Hedayah, en la medida que se compartan modelos de trabajo alrededor de temas de conflicto y paz. En este sentido, la Directora General del CNMH expresó sus más altas consideraciones para lograr un acercamiento directo y materializar las visitas que estén contempladas en este propósito común.

Tras este valioso encuentro, la Directora María Gaitán Valencia aprovechó la oportunidad para presentar un panorama histórico del país, dejando claro el alto compromiso que tiene el CNMH para esclarecer la verdad y sostener la paz desde la integralidad social y los principios de la democracia.

 


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Arauca, CNMH, Documental, La zozobra del llano, Mesa Municipal de Víctimas, Puerto Rondón

Lanzamiento del documental «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban» en Puerto Rondón

Lanzamiento del documental «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban» en Puerto Rondón

El 17 de mayo el parque principal de Puerto Rondón se iluminó con el estreno de la pieza audiovisual «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban»

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El 17 de mayo el parque principal de Puerto Rondón se iluminó con el estreno de la pieza audiovisual «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban»

Publicado

24 mayo 2023


Lanzamiento del documental «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban» en Puerto Rondón

  • Los líderes y las lideresas de la Mesa Municipal de Víctimas de Puerto Rondón estuvieron detrás de la iniciativa de memoria, apoyada por el CNMH, para resignificar al municipio y desmentir la estigmatización a la que han sido sujetos.

En Puerto Rondón (Arauca), cerca del parque principal, hay un monumento que simboliza la resistencia de la población. En los años 80, organizaciones extranjeras construyeron un tanque de agua que con el tiempo se transformó en una infraestructura que cuenta la historia del pueblo. «Si usted lo mira fijamente, tiene muchas cicatrices de las tomas guerrilleras que ha soportado», dijo Sandra Sarmiento, coordinadora de la Mesa Municipal de Víctimas.

De acuerdo con la lideresa —que lleva más de doce años en ese oficio—, el que conoce la zona y sabe lo que es vivir un disparo reconoce en esas cicatrices las tomas guerrilleras del ELN o de las extintas FARC-EP. «Gracias a él, hoy no somos de ningún tipo de guerrilla, sino que el pueblo ha salido adelante», puntualizó Sarmiento.

La resistencia que representa el tanque no solo se queda en los huecos de las balas que le quedaron marcados, sino que la misma población ha trabajado por resignificar a Puerto Rondón.

La Mesa Municipal de Víctimas, con apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), impulsó el desarrollo de un documental que busca contar su historia, la que ni siquiera ha quedado consignada en libros.

La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban fue el resultado de la perseverancia de la población. En el audiovisual Norberto Álvarez, integrante de la Mesa Municipal de Víctimas, manifestó su deseo de que Puerto Rondón sea reconocido por algo más que la violencia: «quiero que sea recordado como el municipio que a pesar de las dificultades siempre ha persistido».

El lanzamiento del documental

Lanzamiento del documental «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban» en Puerto Rondón
Integrantes de la Mesa Municipal de Víctimas de Puerto Rondón participaron en un conversatorio sobre el desarrollo del documental.

El 17 de mayo Puerto Rondón se iluminó con el estreno del documental desde su parque principal. Alrededor de 90 personas se congregaron para ver la iniciativa de memoria que busca desmentir la estigmatización a la que han sido sujetos históricamente. «Para nadie es un secreto que nosotros por ser de Arauca nos dicen guerrilleros», precisó Sarmiento.

Por su parte, Rigoberto Galindo, integrante de la Mesa Municipal de Víctimas, mencionó que la realidad «no es como lo nombran en las redes sociales, que el departamento de Arauca es solo conflicto». Si bien en el territorio hay influencia de grupos armados ilegales, «acá hay más gente buena que gente mala», añadió.

Con ese objetivo presente, el documental está construido para contar la historia del municipio a partir de seis capítulos: la violencia bipartidista, el conflicto armado, la resistencia, el recrudecimiento del conflicto, las exigencias al Estado y la memoria de Puerto Rondón.

De acuerdo con Sandra, ese fue el norte para la construcción de la pieza narrativa. «La iniciativa nace porque no tenemos una historia escrita; es como si no hubiese pasado nada», destacó la lideresa y mencionó que este proceso permite una reparación histórica. «Necesitamos rescatar nuestra historia y que no se vuelva a repetir. Esa es la motivación más grande».

 

Sacar adelante la pieza audiovisual también fue un reto para sus participantes. En 2021, en medio  de la contingencia por la pandemia de la covid-19, «no contábamos con las herramientas tecnológicas», expuso Sarmiento y resaltó la dificultad al no tener una red de internet estable. A pesar de eso, el audiovisual se volvió una realidad gracias al compromiso de los rondoneños.

Elsy Torralba, exconcejal de Puerto Rondón, mencionó en el documental que la violencia los cambió y este proceso de memoria es prueba de ello. «Afortunadamente, a nosotros los llaneros nos cambió para bien —precisó la también lideresa—. Nos convertimos en mejores personas».

Este proceso demuestra que Sandra Sarmiento tenía razón cuando indicó que el tanque de agua era un monumento simbólico. Pese a las tomas guerrilleras no se ha caído, y si bien las cicatrices las conoce su pueblo, los integrantes de la Mesa Municipal de Víctimas se dieron a la tarea de poner en palabras esas marcas que no solo quedaron en la infraestructura, sino también en su población.

La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban está disponible en la página web del CNMH y en su canal de YouTube


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Yo sabia que cuando naciera el bebe, el castigo era el fusilamiento

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Así nos ven los medios

Yo sabia que cuando naciera el bebe, el castigo era el fusilamiento

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Los relatos del reclutamiento forzado y la violencia sexual de todo tipo hacen parte del libro que el Centro Nacional de Memoria Historica publicoé sobre las ninas victimas de las Farc. Este es uno delos testimonios recogidos por la Corporacion Rosa Blanca.

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Publicado en El Tiempo

Publicado el: 31 julio de 2022


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alcance del mundo, CNMH, Marcela Rodríguez, Pusimos los archivos de D.H.

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