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Toma de la obra de teatro "En el ojo de la aguja"

‘En el ojo de la aguja’, la obra de las memorias del desarraigo

Jornada virtual

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

11 de junio 2021


‘En el ojo de la aguja’, la obra de las memorias del desarraigo

‘En el ojo de la aguja’, obra teatral que contó con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica para poder ser vista por migrantes en diferentes partes del mundo y la comunidad en general, recibió dos Premios Telly, galardones americanos de la industria del video.

La producción obtuvo dos distinciones de bronce en las categorías de Mejor Dirección Artística y Mejor Producción Remota. Los Telly exaltan lo mejor de la industria de la televisión y el video, y se unen a otra serie de galardones del círculo de premios independientes latinoamericanos que ya ha recibido la obra del colectivo teatral Tabula RaSa de Nueva York.

A la obra, que protagonizan los personajes de la señorita Tik y el señor Tak y Toe, se le premió por lograr, entre otras, seguir utilizando un lenguaje teatral, pero acomodándose al lenguaje audiovisual y de video, y por conjugar de increíble forma el concepto visual, el vestuario, las máscaras, la lírica, el lenguaje poético y el lenguaje plástico.

‘En el ojo de la aguja’ es una iniciativa de memoria histórica que fue posible también gracias al Foro Internacional de Víctimas, organización que tiene representación en 23 países y que se creó en 2013 como una herramienta ciudadana de las personas migrantes y exiliadas que componen la diáspora colombiana para exigir ser voz y parte del Acuerdo de Paz que se llevó a cabo entre la guerrilla de las Farc y el gobierno nacional.

La iniciativa marca un precedente significativo en las maneras de contar el conflicto en medio de la pandemia. El Centro Nacional de Memoria Histórica, por medio de la Estrategia de Apoyo a Iniciativas de Memoria, ofreció acompañamiento para que las voces de las víctimas en el exterior tuvieran eco en Colombia y en sus países de refugio durante una transmisión virtual de la obra que se llevó a cabo el pasado 28 de octubre.

Quienes hayan tenido la oportunidad de ver ‘En el ojo de la aguja’ quizás se hayan animado rápidamente a dar una impresión sobre esta o, por el contrario, puede que se hayan dado un tiempo no solo para reflexionar en torno a ella, sino también para verse “movidos a la acción”, tal y como me lo sugiere en una charla, Ramiro Sandoval, director de la obra.

Pero más allá de esto, lo que resulta crucial es que esta obra y su posibilidad de transmisión resultan fundamentales para avanzar en “puentes” que logren unir las memorias de personas que han padecido el desarraigo, pero que esperan ser tenidos en cuenta y sentirse parte del Estado-Nación más allá del lugar del mundo en el que se encuentren.

“Es importante el trabajo de memoria con las comunidades en el exterior porque allí es donde se mantiene o donde se crea ese hilo de conducción entre la gran nación colombiana en el exterior y el origen, el territorio. Es fundamental el apoyo a esta iniciativa porque es un gran esfuerzo de construcción, de puentes con la comunidad en el exterior haciendo memoria, que algunos incluso ya no querían y habían dejado atrás. Es clave porque tenemos mucho que aportar y lo único que necesitamos son esos puentes para permitirnos hacer ese tránsito, sentir que podemos ir y volver y que no hay una pérdida de arraigo, que podemos volver al centro, pero también a la periferia en la que ya somos ciudadanos, ya somos residentes o ya hemos construido otras cosas”, agrega Ramiro.

La obra empezó a estructurarse desde 2017, año en el que Tabula RaSa inició una investigación, creación colectiva y reflexión sobre la otredad y sobre cómo las personas tienden a expulsar esta. Luego, ese proceso se retroalimentaría con trabajo de campo realizado en Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación como los de Icononzo (Tolima) y La Variante (Tumaco).

“Quienes estaban allí eran personas que habían estado en trashumancia y ahora estaban en un lugar estático, pero a otro nivel también están en una transición a la vida civil. Para la obra retomamos sus historias desde el punto de vista humano. Después llegamos a Nueva York, compartimos ese material y lo llevamos a un nivel más poético, anecdótico”, sostiene Sandoval.

Valga agregar que esta pieza artística también se alimentó de conocer otras experiencias de gente en los Estados Unidos que ha sido desplazada o exiliada, y de víctimas de otras guerras y situaciones.  De esas historias se alimentaron los personajes y las dimensiones de la obra, en donde no son diferentes quienes “quisieron irse”, pero que no son conscientes que no tenían otra opción, como quienes salieron de su país temiendo por su integridad.

En ‘En el ojo de la aguja’ el foco entonces no recae sobre ese desplazamiento que es el exilio en sí, sino más bien en esa transición que engendra un “limbo” para quien lo ha experimentado. “Es una especie de transición que no permite al individuo declarar una relación con el territorio y esa sensación es de la que nosotros queremos hablar y que queremos que el público de alguna manera empatice o sienta. Se puede disentir mucho sobre el concepto, pero el sentirlo y conocerlo desde adentro, desde la emoción, no es muy común. Ese estado de desplazamiento, ese estado de desarraigo”, anota Ramiro Sandoval.

De esta manera, la obra, la cual tiene prevista una serie de funciones virtuales para lo que resta del año y que será transmitida durante el Festival de Mujeres en Escena por la Paz en el mes de agosto, obtiene una distinción que se une a otras más del teatro latino independiente en Nueva York, como el Premio OLA, de la Organización Hispana de Actores Latinos, un premio ACE de la Asociación de Cronistas de Espectáculos en NY; un premio de Teatro Alternativo Latinoamericano, LATA, por creación colectiva; y cinco nominaciones a los premios ATI, Artistas de Teatro Independiente.

“La gente debería verla porque es única, porque tiene unos detonantes de emociones, de pensamientos, de reflexiones; tiene muchos matices que son muy relevantes para hoy día, concluye Ramiro.


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El ojo en la aguja

En el ojo de la aguja: cada exiliado, cada historia

Autor

CNMH

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Foto: CNMH

Publicado

25 octubre 2020


En el ojo de la aguja: cada exiliado, cada historia

  • Con apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica, el Foro Internacional de Víctimas y Tabula RaSa NYC Theater llevará acabo un espacio artístico que busca contribuir a la construcción de la memoria y al relato de colombianos víctimas que se encuentran en el exterior, una propuesta de reparación y una iniciativa de retorno por expresar lo vivido. Tendrá una función especial el próximo 28 de octubre a las 10 a.m. por el Facebook live del Centro Nacional de Memoria Histórica.
  • “En el ojo de la aguja” es una obra teatral escrita por Ramiro Antonio Sandoval con la colaboración de Johanna Bock y es un espacio artístico promovido por la comunidad de exiliados colombianos que busca contribuir a la construcción de la memoria y a la visibilización de los relatos de las víctimas en el exterior.

Una luz diagonal se abre camino dentro del espacio; tres personajes, sus sombras, caminan entre la penumbra cargando objetos indefinidos, cosas que han venido acumulando durante mucho tiempo. Sus desplazamientos sugieren el cansancio de un largo camino, del destierro. Una voz al fondo va relatando sus movimientos, de los espacios que se dejaron, de los nuevos recorridos que no buscaron, de la oscuridad, del fango y de los lugares donde se detuvieron en busca de refugio.

Son ellos la Señorita Tik y los Señores Tak y Toe. Ellos son en sí mismos la representación de millones de colombianos, y ciudadanos del mundo, víctimas de múltiples violencias.

Y es que detrás de una exiliada o un exiliado —y frente a ellos— hay demasiadas historias. Su destino es difuso: no son de allá -donde llegaron-, pero sí de acá, el lugar que aman, del que les tocó huir. Con un pasado sobre la espalda que ha puesto en juego su vida, recorren una cultura diferente cada día.

¿Qué lleva a una persona exiliada a seguir luchando por su país, ese mismo que un día le dio la espalda?

Para Ramiro Sandoval director artístico de Tabula RaSa Theater (fundación que trabaja con el FIV en New York) desmitificar el sueño americano es uno de los objetivos que busca alcanzar la obra. Añade que cada actor, cada actriz y las personas que han estado detrás de la obra, son víctimas del conflicto armado, exiliadas por diferentes razones: “desde las violaciones sistemáticas de Derechos Humanos hasta la violencia sexual e intrafamiliar; violentadas por tener diferentes orientaciones sexuales o por ejercer un liderazgo social”.

“No estamos acá porque lo hayamos buscado, nos empujaron a salir del país”, enfatiza Ingrid García, representante del Foro Internacional de Víctimas (FIV).

Esta organización de víctimas tiene representación en 23 países y se creó en 2013 como una herramienta ciudadana de las personas migrantes y exiliadas que componen la diáspora colombiana para exigir ser voz y parte del acuerdo de paz que se llevó a cabo entre la guerrilla de las Farc y el gobierno nacional. “Siempre hemos sido invisibilizados, porque se ha tenido el pensamiento que salimos por el sueño americano y no que nos desprendieron de nuestros sueños en Colombia”, complementa Ingrid.

“En el contexto del conflicto armado y la violencia sociopolítica, cientos de miles de personas, grupos y comunidades se han visto forzadas a migrar de Colombia en busca de seguridad, protección o refugio más allá de las fronteras. Quienes se han visto obligados a salir del país, a diferencia de aquellos que han permanecido en el territorio nacional, han vivido sus pérdidas, sus daños y sus incertidumbres desde el exilio”, explica el informe Memorias del exilio colombiano: huellas del conflicto armado más allá de las fronteras, del Centro Nacional de Memoria Histórica.

Estas personas, además de abandonar su hogar y sus actividades económicas, han tenido que huir de su país dejando atrás sus costumbres y sus formas de vida en Colombia. Como experiencia única, el FIV abrió la oportunidad de conocer testimonios acompañados de tristeza, dolor o rabia por parte de las víctimas de las violencias fuera del país, donde se escuchan voces que reclaman: “sin paz social no habrá paz armada, en Colombia históricamente diferentes grupos buscan una excusa para tomar las armas”, “no puede haber víctimas de primera y segunda categoría”, “deseo volver a Colombia”, “tranquilidad a cambio de soledad”, “Colombia no puede estar condenada a la violencia eterna”.

Desde esta óptica, el FIV ha trabajado en diferentes frentes para que se reconozcan los derechos de las personas en el exilio. Así entra el lenguaje artístico para hablar más allá de los rótulos y encasillamientos de las personas, para humanizar desde las emociones, para expresar de una forma poética el dolor, los sufrimientos, pero también las alegrías.

Para Ramiro, el acto teatral se levanta como una segura y poderosa herramienta en el proceso de sanación por medio de la representación, del reflejo de las situaciones más escabrosas y de reflexión: “el teatro reclama el papel de la memoria en el tejido social como un imperativo para el restablecimiento de la dignidad robada por el silencio y el olvido intencionales”, sostiene.

“En el ojo de la aguja”, obra poética teatral de creación colectiva escrita por Ramiro con la colaboración de Johanna Bock, es un espacio artístico promovido por la comunidad de exiliados colombianos que busca contribuir a la construcción de la memoria y al relato de las víctimas en el exterior, pero a la vez es una propuesta de reparación y una iniciativa de retorno por expresar lo vivido.

“Uno aparte de traer lo que uno tiene como experiencia, lo que uno viene recogiendo de lo vivido: lo bueno, lo malo, lo difícil, lo peor, lo mejor; lo va guardando en unos bolsillos, que en el momento en que uno se enfrenta a un personaje empieza a sacar como un mago esas cositas de los bolsillos y a ponerlas para lo que uno necesita mostrar, son cosas muy personales”, dice Klara Lopera, quien representa al Señor Tak en la obra; alguien porfiado, antipático, práctico, escéptico, que dice frases como: “¿Te crees libre? Cada vez menos, amigo mío. Uno no puede llamarse libre por fuera de su especie”.

Este tipo de diálogos se hacen constantes en la narrativa de la obra, jugando con metáforas y analogías para cautivar al espectador. La iniciativa marca un precedente significativo en las maneras de contar el conflicto en medio de la pandemia, y el Centro Nacional de Memoria Histórica, por medio de la Estrategia de Apoyo a Iniciativas de Memoria, ofreció acompañamiento para que las voces de las víctimas en el exterior tengan eco en Colombia y en sus países de refugio.

Por ello, este miércoles 28 de octubre a las 10:00 am (hora de Colombia) los invitamos a que conozcan la obra de teatro “En el ojo de la aguja” en presentación virtual por el Facebook live del Centro Nacional de Memoria Histórica.


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Darío Acevedo, En el ojo de la aguja, exiliados, Exilio, Foro Internacional de Víctimas, Iniciativas de Memoria

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