Memorial de la ausencia, en honor a las víctimas de la Operación Orión ubicado en el Cementerio La América de la Comuna 13 de Medellín. Fotografía de Ángela María Muñoz, de la dimensión territorial del Museo de Memoria.
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Publicado
24 octubre 2023
Operación Orión: El Museo de Memoria del CNMH participó en la conmemoración de los 21 años
En un emotivo acto de recordación y reflexión, durante los días 16 y 17 de octubre se realizaron en Medellín los actos de conmemoración por los 21 años de la Operación Orión, aquel trascendental operativo militar que dejó una profunda huella en la comunidad que habita en la Comuna 13 de la capital antioqueña.
La dirección del Museo de Memoria de Colombia del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) acompañó las actividades de conmemoración realizadas durante el 16 y el 17 de octubre en los cementerios La América y El Universal. Su participación se debe a que el CNMH, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV) y la Corporación Jurídica Libertad han documentado los impactos de la Operación Orión, entre los que destacan el registro de 17 personas ejecutadas por la fuerza pública, 71 asesinadas por paramilitares, 12 que sufrieron torturas, 92 desaparecidas y más de 80 heridas. Estos datos reflejan las dimensiones del sufrimiento vivido por la comunidad durante aquel oscuro período de la historia de la ciudad.
Además, se ha conocido que Medellín cuenta con más de 740.000 víctimas del conflicto armado, según el Registro Único de Víctimas con datos actualizados hasta el 31 de agosto de 2023.
¿Qué sucedió durante la conmemoración?
Taller de escritura realizado en el marco de la conmemoración por los 21 años de la Operación Orión.Fotografía de Ángela María Muñoz, de la dimensión territorial del Museo de Memoria.
La conmemoración se inició el lunes 16 de octubre a las 9:00 a. m. en el Cementerio La América de la Comuna 13 con una emotiva eucaristía y la instalación del memorial de la ausencia, en honor a las víctimas de la Operación Orión. Además, en el transcurso del día, la comunidad compartió un sancocho comunitario que reunió a todos en un gesto de unidad. Y se realizaron talleres de escritura, con los que se brindó a los asistentes la oportunidad de expresar sus vivencias y reflexiones sobre el conflicto. Ese día la jornada culminó con presentaciones artísticas que transmitieron mensajes de esperanza y resiliencia.
Las actividades continuaron el martes 17 de octubre en el Jardín Cementerio Universal. Allí se llevó a cabo un ritual simbólico en memoria de las víctimas del conflicto en Medellín. Luego, se realizó un recorrido por ese lugar, que se ha convertido en un espacio fundamental de memoria, albergando las historias de muchas víctimas.
Finalmente, se desarrolló un conversatorio sobre la importancia de las memorias en la ciudad, en el que participaron el proceso «Hacemos Memoria», de la Universidad de Antioquia, la Subsecretaría de Derechos Humanos, la Mesa Distrital de Víctimas y el Museo Casa de la Memoria.
Acerca de la fecha conmemorativa
Las personas acuden al Cementerio La América de la Comuna 13 para iniciar los actos de conmemoración por los 21 años de la Operación Orión.Fotografía de Ángela María Muñoz, de la dimensión territorial del Museo de Memoria.
En Medellín, los antioqueños eligieron realizar el 16 y 17 de octubre de cada año, actividades de memoria como consecuencia de la Operación Militar Orión ocurrida en el año 2002, una intervención militar que lamentablemente estuvo marcada por graves violaciones a los derechos humanos de los habitantes de la Comuna 13.
La conmemoración del Día de la Memoria y los 21 años de la Operación Orión son un recordatorio de la importancia de honrar a las víctimas del conflicto y trabajar juntos para construir un futuro más justo y pacífico en Medellín. La memoria es un pilar fundamental en el camino hacia la reconciliación y la paz.
Ilustración del CNMH sobre los habitantes de Machuca.
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Publicado
19 octubre 2023
Machuca, el pueblo que lo soportó todo y aún vive para contarlo
Este 18 de octubre se cumplen 25 años de la masacre que sacudió a este corregimiento antioqueño, luego de que el ELN hiciera explotar un oleoducto y el fuego incinerara a 84 personas.
De sobrevivir sí que saben los habitantes de Machuca, el único corregimiento que tiene el municipio de Segovia, en el nordeste antioqueño. Aunque su nombre real es Fraguas —que tomó de una finca en los años cuarenta, cuando comenzó a llegar población afrodescendiente al territorio—, pasó a llamarse coloquialmente Machuca porque ese era el nombre de una mina que estaba cerca de la quebrada Machuquita.
En Colombia todos conocieron al corregimiento como Machuca por la misma razón por la que han sido conocidos tantos otros territorios de la geografía nacional: por la violencia. Fue el 18 de octubre de 1998. La explosión del oleoducto que pasaba por el corregimiento, propiedad del Oleoducto Central de Colombia (Ocensa), dejó 84 víctimas mortales —la mitad de ellas niños— y la certeza de dónde quedaba aquel lugar. La madrugada de ese día, el ELN dinamitó el tubo, lo que ocasionó que el petróleo se derramara sobre el río Pocuné. Luego, al dinamitar un puente, el río ardió.
Desde dos días antes, los habitantes del pueblo venían escuchando rumores que advertían sobre el hecho. Algunos lugareños, como Maribel Agualimpia, recuerdan el temor y la zozobra, el no saber qué hacer ante el no saber qué esperar. «La masacre nos impactó mucho porque este es un corregimiento muy pequeño, donde todos nos conocemos. Quizás no somos familia, pero nos duele todo lo que les pase a los demás», cuenta en su testimonio.
Pie de foto: Portada del pódcast Machuca: más allá de la violencia.
La voz de ella, como la de otros habitantes y sobrevivientes de Machuca, narra la historia de este pueblo colombiano antes, durante y después del conflicto armado. Particularmente, lo hacen los estudiantes de la Institución Educativa Rural Fray Martín de Porres que pertenecían al semillero de Radio y Memoria de Machuca, vinculado a la emisora escolar. Ellos y ellas crearon Machuca: más allá de la violencia, una iniciativa de memoria acompañada por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) que derivó en una serie radial. Se trata de un proceso de memoria que permitió un diálogo intergeneracional entre los habitantes del corregimiento de Fraguas.
A lo largo de cinco episodios, se escuchan las memorias de una comunidad pluriétnica comprometida con su corregimiento, que insiste en afirmar el carácter pacífico de su territorio. Es una invitación para los colombianos a conocer un territorio rodeado de vegetación, ríos, fiestas, sueños e historias.
Una historia única de resistencia
Cuatro fechas marcaron la vida de los machuqueños: 1998, 2001, 2002 y 2015. De la primera fecha han pasado ya dos décadas y media. Todo comenzó cerca de las 2 a. m.; así lo recuerdan quienes vivieron ese suceso que marcó un antes y un después en la historia del corregimiento.
Pie de foto: Ilustración del CNMH sobre el renacer de Machuca.
Tras aquella madrugada de fuego, las incursiones de grupos armados no dieron tregua. Los enfrentamientos entre paramilitares, guerrillas y Ejército cesaron por temporadas y se acrecentaron en otras, como en 2015, probablemente el año más violento para Machuca, incluso más que 2001, cuando los paramilitares cometieron una masacre, o 2002, cuando el ELN retornó. En ambas ocasiones, los grupos armados se levantaron en asonada y señalaron a algunos de sus habitantes para luego masacrarlos.
Así que Machuca ha sabido caerse y levantarse. Sus habitantes saben de sobrevivir, de sobreponerse a los más grandes temores. Dos décadas y media después de ese 18 de octubre, cuando ardió el corregimiento, Machuca sigue contando su historia y creando sus memorias. Su resistencia es única.
La comunidad de San Andrés de Pisimbalá eligió varios lugares marcados por la guerra para resignificarlos con una exposición de memoria. Foto: Felipe Alarcón, CNMH.
Publicado
18 julio 2023
San Andrés de Pisimbalá siembra su «Jardín de Hierbas para la Memoria»
Este corregimiento de Inzá, en el departamento del Cauca, ha sanado los dolores de la guerra tomando lo que da la tierra: las plantas han sido aliciente para curar los males corporales y espirituales. Así lo narra el más reciente lugar de memoria que echó raíces en este territorio.
En San Andrés de Pisimbalá todo es de guadua: las camas, las mesas, el bahareque que sostiene las casas, las ventanas, las sillas del parque y los bosques húmedos de guaduales hundidos en la cordillera de los Andes. La guadua soporta el corregimiento entero, que está conformado por cuatro veredas y donde hay una profunda conexión con la tierra.
Y si la guadua lo sostiene todo en este corregimiento famoso por albergar el Parque Arqueológico de Tierradentro, el verde de las hierbas y las plantas adorna todo Inzá, el municipio que lo acoge, muy cerca al nudo cordillerano andino del macizo colombiano, donde nacen los ríos Cauca y Magdalena. El romero se derrama sobre las macetas; la sábila crece como una corona; la desvanecedora muestra su forma de corazón y el orozú luce sus capullos de minúsculas flores.
La simbiosis con la tierra ha mantenido de pie a la comunidad campesina que comparte el territorio con varios pueblos indígenas, y que ha sembrado y usado hierbas y plantas para sanar los dolores corporales, pero también para curar las heridas que dejó la guerra, una guerra que llegó hasta allí por la conveniencia de su geografía y que ha permanecido en el territorio.
San Andrés de Pisimbalá es un corregimiento ubicado en las montañas del #Cauca⛰️, en una de las zonas arqueológicas más importantes de Colombia🗿🇨🇴. Está conformado por las veredas San Andrés Centro Poblado, El Parque (o El Escaño), Segovia (o El Rodeo) y Brisas de Ullucos🧵👇. pic.twitter.com/aGLxNqGGp4
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) July 11, 2023
Los enfrentamientos entre la guerrilla y la fuerza pública, tan devastadores en distintos lugares, también lo fueron en Pisimbalá. Allí todos recuerdan las ráfagas de fuego y el sonido de las balas del 17 de marzo de 1967. «Nosotros teníamos como cinco años, no sabíamos qué era un helicóptero. Ese día bajaba una chiva y, según [los lugareños], ahí venían unos policías, y los policías miraron a los que venían a pie, y esos empezaron a dispararles a los de la chiva», recuerda Leticia Findicue, quien vive justo sobre el punto donde la guerrilla decidió ultimar a los heridos. «A esta gruta los trajeron amarrados y los mataron», cuenta, sentada sobre los escalones que conducen a la gruta de las Siete Cruces que instaló allí la comunidad para recordar a los asesinados. Las balas alcanzaron a varios líderes de la vereda Brisas de Ullucos, así como a dos hermanas misioneras de la Madre Laura.
Otros males para curar
El reclutamiento forzado también alcanzó a Pisimbalá. Desde hace varias décadas, las familias campesinas han visto cómo las antiguas FARC-EP venían por sus hijos y nietos; hoy lo hacen las disidencias de ese grupo guerrillero. Veían cómo los arrancaban de la tierra y subían montaña arriba, hasta perderse en las estribaciones de la cordillera. Algunos de ellos regresaron como fugitivos y le fueron arrebatados de nuevo, para siempre, a la tierra, al campo, a la familia.
En la escuela de la vereda El Parque lo recuerdan, porque en ese lugar acabaron con los sueños de una adolescente que había sido alumna. Su retrato está allí ahora, en el nuevo lugar de memoria extendido del corregimiento, llamado «Jardín de Hierbas para la Memoria». Como no podía ser de otra manera, la guadua soporta la estructura de los paneles que conforman una exhibición que se integra a través de una ruta expositiva de ocho módulos ubicados a lo largo de las cuatro veredas del corregimiento: San Andrés Centro Poblado, El Parque, Segovia y Brisas de Ullucos.
Cada uno de los dispositivos expositivos está sembrado en algún lugar que —de acuerdo con la elección de sus habitantes— debe ver nacer nuevos recuerdos. Así lo planteó el Plan Integral de Reparación Colectiva (PIRC) creado para esta comunidad campesina, que estuvo acompañado por el Centro Nacional de Memoria Histórica a través de su Estrategia de Reparaciones y que enfatiza en la necesidad de «resignificar los sitios de terror presentes en el territorio». De este modo, donde antes los cuerpos cayeron, hoy está presente su memoria a través de una exposición que transita por el contexto histórico de cada vereda, por los hechos victimizantes vividos en ese lugar exacto y por las plantas que la comunidad ha sembrado para curarse colectivamente.
«El objetivo es buscar un alivio a tanto dolor que hemos tenido como víctimas. Cada planta que hay dentro de esa resignificación la hemos tomado para poder dormir, para poder estar más tranquilos, para poder, en algún momento, olvidarnos de tanto dolor que ha ocasionado la guerra. Plantas para sanar el alma», explica María Pencue, sentada sobre una banca de guadua en la escuela de la vereda El Parque, a pocos metros de donde sus vecinos ayudan a levantar el lugar de memoria. «Muchas veces yo sé que hemos tenido acompañamiento psicológico y eso nos ha servido muchísimo, pero en el fondo lo que nos ha aliviado a nosotros son las plantas», agrega la lideresa.
Traigo la ruda, la albahaca, la paz…
En San Andrés de Pisimbalá, las hierbas tienen un significado especial, porque han curado dolores que no pasaron antes por la cabeza de nadie. La albahaca, por ejemplo, ha sido la aliada en los momentos de tristeza: «Cuando usted siente que no puede dormir, que siente angustia, se toma un té de albahaca», refiere Pencue. El toronjil ayuda con los dolores del corazón y las taquicardias, y la hierbabuena se usa para tranquilizarse.
«La ruda tiene muchos usos. Por ejemplo, si hay una persona que falleció y hay niños pequeños, la tradición antigua es que, si voy al velorio de una persona, hay hielo, y voy a llevar al niño de hielo. Entonces si voy al velorio me llevo una matica de ruda, porque dicen que la ruda cura el hielo». Lo dice Fernando Perdomo, líder de la vereda Segovia.
Ese vademécum incluye bebidas que, por supuesto, son hechas a base de hierbas, como el chirrinchi de menta, que promete aliviar la gripa; o como la panela orgánica de limoncillo o maracuyá, producto del trabajo con la caña de azúcar, que los pisimbaleños procesan en los patios y terrenos abiertos.
«Algunos van al hospital, otros van adonde los yerbateros, pero a la mayoría le gustan las plantas, porque, como dicen por ahí, y yo soy uno de ellos, si una planta no le hace bien, tampoco le va a caer mal; pero si una pasta le cura una cosa, le perjudica otra». A esa tradición se encomienda Fernando, que tomaba paico —una aromática que hacía su mamá— cuando tenía dolor de estómago.
Tomando lo que la tierra les ofrece, los lugareños de San Andrés de Pisimbalá se han mantenido en pie, han construido sus casas y parques, y han sanado sus dolores; de allí que, para ellos, no haya mejor receta que la tierra misma. Su conexión vital pasa por entender lo que nace de ella, tomarlo y usarlo con respeto. Saben de la paz porque conocen los secretos de la despensa asombrosa que los rodea, de la armonía en la que habitan. Se han sostenido entendiendo que hay que sembrar lo que sana para cosechar alegrías.
Los pisimbaleños han transmutado los dolores del cuerpo y del alma gracias a las plantas, esas mismas que vienen del campo que cuidan y cosechan. El jardín de hierbas que riegan día a día es la memoria viva de su resistencia.
El CNMH realizará la 8.ª jornada de formación virtual en archivos vinculados con DD.HH., Memoria Histórica y Conflicto Armado
La jornada, que tendrá énfasis en normatividad archivística vigente y transparencia, tendrá como expositor a Jhonatta Hoyos Sepúlveda, abogado con experiencia profesional de 14 años en temas de derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario.
Consulte todos los contenidos de las jornadas virtuales en: https://n9.cl/y7msu
Los archivos son una herramienta indispensable para el funcionamiento del Estado, así como de la sociedad, al cumplir un papel central para el ejercicio y goce de los derechos fundamentales y humanos, lo que hace necesario que su gestión, conservación, preservación y acceso sean garantizados.
De acuerdo con la Ley General de Archivos (Ley 594 de 2000), los archivos tienen por objetivo esencial “el de disponer de la documentación organizada, en tal forma que la información institucional sea recuperable para su uso de la Administración en el servicio al ciudadano y como fuente de la Historia” ¹. Por este motivo, se hace necesario establecer reglas que contribuyan a la organización, servicio y administración de los documentos desde su producción, circulación, acceso, uso, control, conservación, preservación y difusión de los testimonios documentales.
De esta manera, la adecuada gestión documental es una condición necesaria para el ejercicio del derecho de acceso a la información pública, el cual tiene como objetivo que “la información en posesión, custodia o bajo control de cualquier entidad pública, órgano y organismo del Estado colombiano, persona natural o jurídica de derecho privado que ejerza función pública delegada, reciba o administre recursos de naturaleza u origen público o preste un servicio público, esté a disposición de todos los ciudadanos e interesados de manera oportuna, veraz, completa, reutilizable y procesable, y en formatos accesibles” ².
El Centro Nacional de Memoria Histórica CNMH, a través de la Dirección Técnica de Archivos de los Derechos Humanos, realizará el 17 de septiembre de 2021 de 9:00 a. m. a 11:00 a. m. una nueva jornada virtual de formación en archivos vinculados con DD.HH., memoria histórica y conflicto armado; en esta ocasión con énfasis en normatividad archivística vigente y transparencia.
El objetivo de esta jornada es generar un espacio de fortalecimiento para la implementación de la política pública y protocolo de gestión documental de archivos de DD.HH., memoria histórica y conflicto armado, en el que se permita conocer las principales normas y conceptos aplicables a la gestión y procesos archivísticos en Colombia, presentar la relación entre el deber constitucional de la adecuada gestión y administración de archivos, la transparencia y el derecho de acceso a la información pública e identificar las responsabilidades de los servidores públicos frente a información, documentos y archivos.
III Seminario de Archivos, Derechos Humanos, Memoria Histórica y Transparencia, referente de consulta para nuestros públicos
Entre el 26 de junio y el 25 de agosto de 2021 el micrositio del III Seminario recibió 9.703 visitas de personas de 27 países.
Durante este tiempo la agenda de las exposiciones del Seminario se ha consultado 2.123 veces en el micrositio, mientras en el canal de YouTube del CNMH han tenido más de 981 reproducciones. Accede a la lista de reproducción en: https://n9.cl/rq58m
650 personas de 12 países, algunas de ellas pertenecientes a 182 entidades u organizaciones, de las cuales 147 son colombianas y 35 internacionales, se inscribieron al III Seminario.
La Dirección de Archivo de los Derechos Humanos (DADH) del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) con el objetivo de consolidar el papel de la memoria como derecho en la institucionalidad y la sociedad, y como patrimonio público, propiciando las garantías y condiciones para que las diversas manifestaciones de la sociedad realicen ejercicios de memoria histórica, en reconocimiento a la pluralidad de memorias del conflicto armado, ha diseñado unos espacios de difusión para la implementación de la política pública de Derechos Humanos y el protocolo de gestión documental de archivos de DD.HH. y memoria histórica.
Los espacios de difusión diseñados en 2021 están conformados por 10 jornadas de formación virtual y el Seminario Internacional de Archivos, DD.HH., Memoria Histórica y Transparencia. En estos espacios se dan conocer las medidas de protección, acceso, uso y difusión de los archivos relacionados con DD.HH. y la memoria histórica del conflicto armado interno, además de presentar e intercambiar buenas prácticas, procesos, procedimientos y herramientas de la gestión documental, que contribuyan a fortalecer la gestión, el procesamiento, la disponibilidad y la consulta de estos vitales acervos, así mismo de la apropiación social del patrimonio documental.
En su tercera versión, realizada entre el 12 y el 16 de julio de 2021, el Seminario contó con 21 expositores de Argentina, Chile, España, Francia, Guatemala, India, Italia, México, Perú, Polonia y Colombia; con trayectorias académicas y profesionales, expertos en disciplinas como: archivística, derecho, filosofía, historia e ingeniería. También tuvo la participación de 6 líderes y lideresas de organizaciones de víctimas y líderes sociales quienes compartieron sus experiencias y saberes alrededor de los archivos y los derechos humanos.
Un mes después de finalizado, el Seminario continúa siendo consultado por diferentes personas de distintos países, que ven en sus contenidos elementos para el fortalecimiento de capacidades en la administración de archivos relacionados con DD.HH. Lo anterior nos permite dar cumplimiento de las obligaciones misionales encomendadas por el Estado Colombiano, en cuanto a las necesidades de gestores/as de archivos, organizaciones de la sociedad civil, grupos étnicos y entidades públicas y privadas.
Entre el 26 de junio y el 25 de agosto de 2021 el micrositio del III Seminario recibió 9.703 visitas de personas de 27 países. Durante este tiempo la agenda de las exposiciones del Seminario se ha consultado 2.123 veces en el micrositio, mientras en el canal de YouTube del CNMH han tenido más de 981 reproducciones.
De esta manera el Seminario de Archivos, Derechos Humanos, Memoria Histórica y Transparencia, se constituye en un espacio, de reconocimiento internacional, de difusión y diálogo en torno a la implementación de la política pública de archivos de DD.HH. y el protocolo de gestión documental de archivos, que refiere a las graves violaciones a los DD.HH. e infracciones al DIH ocurridas en el contexto del conflicto armado interno en Colombia.
Dirección de Archivos de los DADH lanza el III Seminario Internacional de Archivos, DDHH, Memoria Histórica y Transparencia.
El Seminario Internacional de Archivos, derechos humanos, memoria histórica y transparencia es un espacio de difusión para la implementación de la política pública de archivos de DDHH y el protocolo de gestión documental de archivos, referidos a las graves violaciones a los DDHH e infracciones al DIH, del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) a través de la Dirección de Archivos de Derechos Humanos (DADH), en la que reafirma su compromiso con la promoción y protección de los DD.HH., el reconocimiento del derecho a la verdad que tienen las víctimas y la sociedad en su conjunto, así como el deber de memoria del Estado en el marco de las graves violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario ocurridas en el contexto del conflicto armado interno en Colombia.
El Seminario está dirigido a víctimas del conflicto armado interno, integrantes de organizaciones de la sociedad civil, colaboradores de entidades públicas y privadas que cumplen funciones públicas, estudiantes y en general a las personas interesadas en obtener conocimientos sobre archivos, memoria y derechos humanos.
El seminario se realizará de forma virtual durante cinco sesiones entre las 8:00 y las 13:00 (hora de Colombia, GMT -5) durante la semana comprendida entre el 12 y el 16 de julio de 2021. Cada una de las sesiones contará con la intervención de cuatro personas de reconocidas trayectorias académicas y profesionales, en espacios de una hora cada una. Al finalizar cada exposición, el público asistente tendrá la oportunidad de interactuar con los expositores formulando preguntas relacionadas con los temas tratados.
También tendremos la participación de organizaciones de víctimas y líderes sociales quienes compartirán sus experiencias y saberes alrededor de los archivos y los derechos humanos.
De los expositores y el evento
El evento contará con 20 conferencias magistrales sobre archivos y derechos humanos, memoria histórica, y transparencia, presentadas por expositores de alto nivel, provenientes de 11 países; 6 experiencias de organizaciones sociales y de víctimas, en los que se ratifica el servicio que prestan los archivos para la democracia, el ejercicio y reivindicación de derechos, así como para la construcción de memoria histórica.
El Seminario es una oportunidad para conocer los diversos matices y formas de abordar la memoria, la relación inescindible de los archivos con la libertad de expresión, la protección de datos personales, el acceso a la información; la importancia de la apropiación y usos sociales de los archivos y algunas experiencias académicas que tienen por objeto o fuente a los archivos.
Sobre este evento, la directora técnica del Archivo de DDHH del CNMH, Marcela Rodríguez, manifiesta “Estos espacios son de vital importancia para el fortalecimiento de las capacidades de la sociedad en general, dado que los archivos que documentan violaciones e infracciones graves a los DDHH hacen parte del núcleo esencial de la reparación integral a las víctimas de dichas violaciones, además estos archivos son parte del patrimonio documental de la Nación, y son necesarios para la Administración pública, la transparencia y la lucha contra la corrupción e impunidad, así mismo son importantes para la investigación, la ciencia, la cultura y la memoria”.
‘Una mirada a la paz’, portal interactivo que aporta a la memoria histórica
Esta plataforma digital de la Policía Nacional, contiene productos como libros, documentales, podcasts, testimonios, entre otros, elaborados con la participación de policías víctimas del conflicto armado y sus familias, con los cuales la Institución cuenta las memorias del daño que han sufrido por la violencia.
La Ley 1448 de 2011 reconoce entre las víctimas del conflicto armado en Colombia a los integrantes de la Fuerza Pública afectados por infracciones al DIH y violaciones a los derechos humanos.
El portal interactivo para la construcción de la memoria: Una mirada a la paz, es una iniciativa de memoria histórica liderada por la Unidad Policial para la Edificación de la Paz (UNIPEP) de la Policía Nacional, según argumenta esa Institución, como aporte a la verdad que merecen las víctimas del conflicto armado.
Se trata de un nuevo sitio, lanzado en diciembre de 2020 con acompañamiento del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), que contiene herramientas que le permite a la comunidad ver también lo que han sufrido los policías en el conflicto armado.
Esta plataforma digital, contiene diversos productos elaborados con la participación de policías víctimas del conflicto armado y sus familias, libros, documentales, podcasts, testimonios, entre otros, con los cuales la institución policial cuenta las memorias del daño que han sufrido en la guerra.
Para la capitán, Angélica Lorena Salazar Tibaquirá, oficial de enlace con el CNMH, el contenido del Portal Una mirada a la paz, “no solo refleja lo que nosotros escribamos desde la UNIPEP, sino también la participación de la población académica, investigativa, los diferentes centros de pensamiento, universidades, entre otros, porque para nosotros es importante, como Policía Nacional, fortalecer nuestra investigación a partir de diversidad de pensamiento y construcción intelectual”.
Una voz necesaria
La pluralidad de víctimas del conflicto armado en Colombia abarca también a miembros de la Policía Nacional que han sufrido las consecuencias de infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) así como también graves y manifiestas violaciones a los derechos humanos. Según cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), desde 1985, un total de 5068 policías han sido víctimas de minas antipersonal, municiones sin explotar y artefactos explosivos improvisados, 1348 han padecido el secuestro y 987 han sido asesinados.
La Ley 1448 de 2011 (Ley de Víctimas y Restitución de Tierras) prorrogada por la Ley 2078 de 2021, en su parágrafo 1, reconoce a los miembros de la fuerza pública dentro del universo de víctimas del conflicto armado en el país. Su dolor es parte de más de 8 millones de colombianos que han sufrido daño como consecuencia de una guerra que ha roto muchas veces las consideraciones mínimas de humanidad y que tienen derecho a la reparación a través de las medidas de restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición.
El portal interactivo fue lanzado en diciembre de 2020, aportando a la dignificación de los policías que fueron víctimas del ataque terrorista al municipio de Granada, Antioquia, el 6 de diciembre de 2000, cuando 600 guerrilleros de las Farc atacaron el comando de la Policía, tras la explosión de una bomba de 400 kilos de dinamita que destruyó la mayor parte de edificaciones alrededor del parque principal.
Formar para rescatar la identidad, reto de educación en los pueblos indígenas
La Estrategia de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica realizó este 28 de agosto el conversatorio Pensamiento indígena, educación y memoria histórica.
La educación propia en los pueblos Wayuu y Awá, el territorio como eje dinamizador para sus comunidades y la memoria histórica en medio del conflicto armado fueron los temas centrales del diálogo.
El desafío de la educación en los pueblos indígenas está en formar desde su identidad propia, para la recuperación de su autonomía cultural y su espiritualidad entre las nuevas generaciones, ante la amenaza de lo ajeno. El diálogo entre saberes indígenas y el conocimiento académico es posible, y en esa esperanza coincidieron líderes educativos de los pueblos Wayuu y Awá participantes del conversatorio Pensamiento indígena, educación y memoria histórica, realizado por la Estrategia de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) este 28 de agosto.
“Si nosotros, los indígenas, nos formamos primero en nuestro conocimiento para articular con el conocimiento colombiano, seguramente empezaremos el diálogo de un nuevo conocimiento con la academia”, expresó Rafael Segundo Mercado Epieyú, docente wayuu de la Universidad de La Guajira, quien participó de esta conversación en la virtualidad a través del Facebook Live del CNMH, junto a Gabriel Bisbicus, consejero de educación de la Unidad Indígena del Pueblo Awá —Unipa—
Bisbicus, licenciado en Etnoeducación de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, exgobernador del resguardo indígena El Gran Sábalo y expresidente de la organización Unipa, planteó un reto adicional para los educadores indígenas, como es el de formarse “a pesar de la formación desde lo occidental”.
“Tenemos que desaprender para la descolonización, porque también es cuestión mental y es cuestión de muchas cosas que confunden, de lo que vemos, de muchas cosas de afuera”, sostuvo.
El profesor Rafael Mercado es poeta y escritor de Manaure (La Guajira), lingüista de la Universidad Nacional de Colombia, magíster en Educación de la línea de investigación Pedagogía y Diversidad Cultural del programa Pedagogía de la Madre Tierra de la Universidad de Antioquia. “Si nosotros no conocemos nuestro origen, si no conocemos nuestros pensamientos, si no pensamos primero como wayúu, difícilmente podremos aportar un nuevo conocimiento a la ciencia”, advirtió.
Sobre la base de la identidad de los pueblos indígenas, de la conservación en cada uno de ellos de su lengua y sus saberes ancestrales, se hace posible la construcción de memoria histórica y la defensa de sus territorios atravesados por el conflicto armado.
La educación propia se enmarca en los procesos educativos de los pueblos indígenas, quienes han avanzado en la construcción de modelos pertinentes a sus culturas, intereses y necesidades desde la generación de saberes y de conocimientos ancestrales, partiendo de posturas, definiciones y reflexiones colectivas. Este conocimiento, que va pasando de generación en generación, es liderado por las autoridades indígenas para afrontar y superar las necesidades de la comunidad, siempre en defensa del territorio, la autonomía y el respeto de los derechos como pueblo.
Este diálogo de saberes hace parte del ciclo de conversatorios Diálogos por la pedagogía de la memoria, un espacio de encuentro en el que diferentes actores educativos y culturales, comprometidos con los procesos de pedagogía de memoria histórica en sus territorios, nos comparten sus experiencias.
Llevamos herramientas para tejer la memoria a docentes de Fusagasugá
El taller Entretejiendo Memorias llegó a Fusagasugá y permitió extender y diversificar la mirada sobre temas como el conflicto, la paz, la memoria y cómo ser agentes de cambio en la sociedad.
Esta estrategia formativa sobre herramientas pedagógicas para abordar la memoria del conflicto armado, dirigida a docentes, bibliotecarios y gestores culturales, se replicará en julio en el departamento de Antioquia.
El taller virtual Entretejiendo Memorias, estrategia del equipo de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica que busca ofrecer herramientas para abordar la memoria histórica del conflicto armado en Colombia, llegó a la ciudad de Fusagasugá. Funcionarios, docentes, bibliotecarios y gestores culturales del municipio participaron de esta acción formativa desarrollada con la colaboración de la Secretaría de Cultura.
Durante cuatro días, los participantes trabajaron sobre el tema de la memoria histórica empleando diferentes herramientas, reconociendo sus memorias individuales y colectivas en un proceso de interpretación y análisis de su contexto local. En las actividades se utilizaron recursos como el acervo documental del CNMH, sus herramientas digitales y las memorias y experiencias de los participantes.
El taller planteó cuatro puntos de abordaje pedagógico para la memoria histórica: el uso de fuentes documentales y el pensamiento histórico, la construcción de paz para la no repetición, la transformación positiva y creativa de conflictos desde habilidades psicosociales y la construcción de escenarios de remembranza para el ejercicio de la reparación simbólica.
“El taller ha sido planteado desde un enfoque constructivista y dialógico en tanto que todos los colombianos tenemos alguna experiencia individual o colectiva sobre el fenómeno del conflicto armado interno” señala Sayra Benítez, asesora de la Dirección del CNMH con funciones de pedagogía.
La Secretaría de Cultura destacó la importancia de tener acercamientos a instituciones como el CNMH para la adquisición de herramientas para impactar a la población local. “Tuvimos la oportunidad de extender y diversificar nuestra mirada a temas como el conflicto, la paz, la memoria y sobre todo cómo ser agentes de cambio en nuestra sociedad”, señaló Karen Moreno Castro, profesional de apoyo del área de Patrimonio Cultural de la Alcaldía de Fusagasugá.
El próximo encuentro de Entretejiendo Memoria se desarrollará el próximo mes de julio en Antioquia con docentes, bibliotecarios y organizaciones de víctimas. El taller contará con colaboración con la Secretaría de Educación Departamental.