Etiqueta: Memoria

Pogue: la memoria hecha de cantos

Noticia

Autor

Natalia Quiceno Toro

Fotografía

Natalia Quiceno Toro

Publicado

22 Ene 2016


Pogue: la memoria hecha de cantos

Pogue es un pueblo afrodescendiente perteneciente al Consejo Comunitario de la Asociación Campesina Integral del Atrato (Cocomacia), un territorio al cual se llega tras embarcarse por varias horas en panga y bote por el río Atrato y por el río Bojayá en el departamento del Chocó.


Desde allí, en noviembre de 2015 el grupo de cantaoras las Musas de Pogue presentaron a su comunidad y a atrateños visitantes dos productos para fortalecer su cultura y sus experiencias cotidianas de resistencia, en medio de la disputa que se gesta desde hace varias décadas en la región del Atrato por su territorio colectivo.

La cartilla Pogue: un pueblo, una familia, un río y el documental Las Musas de Pogue, fueron compartidos a los rezanderos y cantadoras invitadas de comunidades vecinas como La Boba, Veracruz, Buchado, Bellavista y Puerto Conto, pueblos en los cuales aún perviven las manifestaciones que, junto a los cantos de las Musas, constituyen el universo espiritual y las prácticas mortuorias de las comunidades negras del Chocó.

 

Cuando en 2002 ocurrió la masacre de Bojayá, la relación de los vivos con sus muertos estalló en mil pedazos, y como ellos mismos señalan: quedaron sin saber cómo velar y cantar a tanto muerto, qué sentido atribuir a los cuerpos mutilados y dispersos por la Iglesia y de qué forma tramitar la deuda adquirida con sus seres queridos al abandonarlos en una fosa sin hacer los rituales que corresponden a cada quien, de manera individual y especifica según su edad.

En Pogue, esta experiencia cobró un especial significado no solo por el papel que han tenido que asumir rezanderos y cantaoras frente a la mala muerte – la ocasionada por el conflicto armado y la violencia-, sino porque un número significativo de las víctimas mortales de ese 2 de mayo eran hombres, mujeres y niños descendientes  de los primeros pobladores de su pueblo.

Por eso, desde el 2014 y durante el 2015, estás mujeres lograron la articulación de las hermanas Agustinas Misioneras de la Diócesis de Quibdó, el Centro Nacional de Memoria Histórica, Cocomacia, la investigadora Natalia Quiceno Toro, la Universidad de British Columbia (Canadá), la  Fundación Passolini de Medellín y la Organización Internacional para las Migraciones para fortalecer su grupo y avanzar en su propósito de “hacer escuela” y con ello trasmitir sus saberes por toda la región de Bojayá, especialmente, con las nuevas generaciones. Ejemplo de esto es que Jhon Mario Mosquera, un niño del grupo, ya cuenta con su primera composición de alabao, uno de los que se entonó el pasado 6 de diciembre en el acto de reconocimiento de responsabilidades por la masacre de Bojayá por parte de las Farc. 

Compartimos entonces la cartilla Pogue: un pueblo, una familia, un río acompañado del mensaje que envían las Musas: “tenemos el gusto, el honor y el cariño, de entregarles con todo el corazón y con todo el alma nuestros saberes y esperamos que todo lo que encuentran ahí escrito se apersonen de él y lo compartan con todo el mundo”.

Escuchen también el programa radial que realizaron Cocomacia y Bojayá Estéreo sobre el evento de lanzamiento:
Asimismo compartimos los versos que Ana Oneida Orejuela, cantaora de Pogue, nos compartió al finalizar la jornada.

Aquí llegaron la gente
que hace seis meses un día
que vinieron a buscar
eso que ellos querían.

Llevaron el alabao,
el santo dios y el gualí,
lo montaron a internet,
lo pasaron a CD,
lo traen purificado
pa´ que lo vean aquí.

20 años de estar cantando
como garza en la laguna
rompiéndonos la garganta
sin esperanza ninguna.

A las grandes filmadoras
y a esa bendita memoria
hoy nos han reconocido
y nos tienen en la historia

Publicado en Noticias CNMH


memoria


Memoria

La memoria una aliada para la paz

Noticia

Autor

Jorge Posada y Harold García

Fotografía

César Romero

Publicado

23 Jun 2016


Bojayá: 17 años después, el clamor es el mismo

Con el acuerdo del fin del conflicto armado, al que llegaron el Gobierno y las Farc, la memoria histórica tiene la tarea de mostrar las dimensiones de lo que ha ocurrido y ponerse en los escenarios y regiones donde miles de víctimas no han sido reparadas, mostrar los hechos para que no se repitan. Esa es una de las conclusiones de Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, quien destacó la decisión de las partes al acordar el fin del conflicto armado (Acuerdo para el Cese al Fuego y de Hostilidad es Bilateral y Definitivo).


Entrevista a Gonzalo Sánchez Gómez

Conoce el especial web:  Fin del conflicto armado

Por Jorge Posada y Harold García, periodistas del CNMH 

¿Cuál es la importancia de la firma del punto del fin del conflicto con las FARC?

El acuerdo que se anuncia entre el gobierno es histórico en la medida que pone fin a un conflicto de mucho más de 50 años de confrontación armada en el país. Lo que se firma en La Habana responde a una construcción muy elaborada, muy cuidadosa que da enorme confianza pública a lo que se está firmando, lo que se está divulgando. Estamos asistiendo al fin de uno de los conflictos más largos del mundo. Muchas veces nosotros mismos como colombianos no valoramos lo que ha pesado el conflicto colombiano en el contexto internacional y lo que tiene que pesar en este momento el anuncio del fin del conflicto.

¿Cómo se ve este acuerdo en el plano internacional?

El contexto internacional en el cual se está produciendo este anuncio es un contexto en el cual hay muchas guerras en ebullición, nuevas guerras que están apareciendo, y esta firma aparece como una luz de esperanza, no solamente para Colombia sino para el mundo.

¿Cuál es la reflexión desde la memoria histórica sobre este acuerdo?

Para una entidad que se ha ocupado de reconstruir esa historia en todas sus dimensiones, en todas sus regiones, en todas sus expresiones, en todos los daños que ha generado, es también una invitación a tomar conciencia de qué es lo que estamos resolviendo, porque yo creo que en este conflicto que ha sido tan largo, tan perverso, una de las mayores perversiones es que ha habituado al país y la sociedad a convivir con él. Yo creo que este momento nos debe invitar muy solemnemente a hacer esa reflexión, a través de cuáles son las dimensiones del daño que ha sufrido el país, del daño que han sufrido las regiones, las víctimas ante todo, para que podamos medir también los alcances de lo que estamos a punto de empezar a vislumbrar, como promesa de futuro de este país.

¿La memoria es protagónica para empezar a vislumbrar esos alcances?

La primera tarea de la memoria es mostrar las dimensiones de lo que ha ocurrido y de lo que estamos resolviendo. El segundo aspecto es que obviamente hemos construido también esta memoria del conflicto sobre la base de que quedan muchas otras tareas que se desatan después de la firma de los acuerdos. Ahí hay todavía muchas expectativas sociales de esclarecimiento. Es decir, el momento de la firma es un momento de identificación de las dimensiones del daño, del daño que queda por reparar, a pesar de que ya se ha venido haciendo mucho en todos los niveles: reparación económica, reparación simbólica, como hacen los informes del Centro Nacional de Memoria Histórica. Pero hay muchas comunidades que nunca tuvieron la oportunidad, precisamente por el contexto de guerra, de ponerse en estos escenarios para reclamar esclarecimiento y para reclamar las medidas que respondan a esas dimensiones de los daños que han sufrido.

¿Cómo debe tomar el país este acuerdo?

Es muy importante que el país tenga muy claro que al otro día de la firma del acuerdo no se entra en un limbo social, se entra en un nuevo momento de ebullición social y el país debe estar preparado para una sociedad que va ser extremadamente exigente para que se materialicen los acuerdos, también para que no se vuelva a repetir lo que se ha pasado tantas veces en este país. Entonces si esta es una sociedad que se acostumbró de alguna manera al ruido de las balas y a convivir con el ruido de las balas, ahora lo que se le va pedir a esta sociedad es que se acostumbre, y lo asuma como un tema de desarrollo y de expresión de la democracia, al ruido de la movilización popular.

 


Memoria, Paz

Primer Plano: La fotografía más que un instante de memoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

01 Jul 2016


Primer Plano: La fotografía más que un instante de memoria

El próximo jueves 7 de Julio, a las 5:30 p.m. en el Espacio Cultural Odeón de Bogotá, llega el segundo encuentro de Primer Plano, un dialogo para profundizar desde diversas voces artísticas, su relación con la memoria histórica en el contexto del conflicto armado en Colombia y el proceso de construcción de paz con miras al proyecto del Museo Nacional de la Memoria del CNMH. 


La fotografía, un instante de la realidad, abre ventanas para relacionarnos e interactuar con el mundo. Su papel como testigo de los relatos del país le ha permitido escribir y reescribir la resistencia, la dignidad y la memoria histórica del conflicto armado.

Testigos de esa realidad son los miles de registros fotográficos que conservan víctimas, organizaciones, colectivos, familias, medios, fotógrafos y el Archivo Nacional de derechos humanos, entre otros. Estas imágenes no solo atestiguan, exponen y salvaguardan un instante de memoria, sino también obsequian emociones, sensibilizan e inspiran procesos de cambio.

Esta realidad será el punto de partida desde el cual Santiago Rivas, conductor de Primer Plano, profundizará sobre los usos de la fotografía y su relación con la memoria, los museos y la paz con miras al proyecto del Museo Nacional de la Memoria del CNMH. Los invitados a este diálogo serán Juan Carlos Sierra, autor de “Marcas de Vida” serie de 12 retratos de ciudadanos colombianos que llevan en sus cuerpos las cicatrices visibles del conflicto; Alex Fattal, investigador sobre el papel que juegan los medios en el conflicto armado y Santiago Harker, profesor de la Especialización de Fotografía de la Universidad Nacional.

De igual manera CONMEMORA radio hablará sobre este tema en su próximo programa del 6 de julio a las 3:00 p.m. en Radio Nacional de Colombia.

Lugar: Espacio Cultural Odeón
Carrera 5 #12C  – 73 (Avenida Jiménez con 5ta)
Recomendaciones para llegar
Fecha: 7 de Julio
Hora: 5:30 p.m.

Publicado en Noticias CNMH



Fotografía, Memoria

Iniciativas de memoria, apuestas por el fin del conflicto

Noticia

Autor

Carolina Moreno

Fotografía

Carolina Moreno

Publicado

07 Mar 2016


Iniciativas de memoria, apuestas por el fin del conflicto

Es el nombre que recibe un documental que recoge las memorias de las masacres ocurridas en las fincas bananeras de Osaka y Cuna del municipio de Carepa, en el Urabá antioqueño. Una pieza audiovisual en clave de resistencia de los sobrevivientes y las familias de las víctimas en esta región de Colombia.


¿Qué son las Iniciativas de Memoria Histórica (IMH)?

“Las iniciativas de memoria reúnen lo que en mi concepto, es la definición más clara de memoria histórica. Nadie puede olvidar las violaciones a los derechos humanos que ha sufrido en la vida. Pero memoria, más que no olvidar una experiencia, significa la elaboración de esa experiencia, lo que tú haces con lo que te han hecho en la vida. En ese sentido, lo que llamamos las iniciativas (como procesos colectivos en el tiempo) y las acciones (de carácter puntual) que realizan organizaciones sociales, organizaciones de víctimas, o individuos en sus territorios para reconstruir su memoria y sus experiencias, para expresar por medio del arte o de prácticas culturales, son en el fondo la base fundamental por la cual existe en Colombia instituciones y políticas destinadas a preservar la memoria histórica”.

 Trabajador de la finca bananera Zulemar en el municipio de Carepa.

 

¿Cómo se vinculan las Iniciativas de memoria histórica a la construcción de paz en Colombia? 

“En las diferentes regiones del país, la elaboración de hechos victimizantes y la expresión de memoria necesariamente pasa por alcanzar los derechos que fueron arrebatados, y que le son inherentes a las comunidades y organizaciones, y en ese sentido la expresión de la memoria se opone a la continuidad del conflicto: la memoria exige que haya democracia, que haya verdad, que haya reparación. De ahí que cada iniciativa de memoria esté relacionada a las necesidades específicas de cada territorio, y en ese sentido, que sean apuestas para la construcción de paz territorial, frente a las amenazas que el conflicto y la violencia puedan generar”.

¿Cómo apoya el Centro Nacional de Memoria Histórica a las iniciativas de memoria?

“El Centro Nacional de Memoria Histórica ha asumido la misión de apoyarlas. Eso está reconocido y soportado jurídicamente tanto en la Ley de Víctimas como en el decreto regulatorio del CNMH, y así lo ha venido haciendo el Centro a lo largo de su existencia. El apoyo del CNMH se venía dando de acuerdo con las demandas de las iniciativas, pero en el último año hemos llegado a la conclusión de que es necesario que haya un grupo dedicado exclusivamente a brindar ese apoyo, que integre esas diferentes perspectivas, porque las iniciativas de memoria son integrales, multidisciplinarias, interexpresivas, si se quiere. Así que la creación del grupo de Apoyo a Iniciativas y Acciones de Memoria Histórica tiene que ver con un proceso de organización interna del Centro para dar un salto en ese apoyo a las iniciativas de memoria”.

¿Cuáles son las principales apuestas del grupo para 2016?

“Este año tenemos varias apuestas estratégicas: la primera es poder tener presencia en más territorios de la que habíamos tenido antes, a través de convenios subregiones para apoyar y acompañar diversas iniciativas de memoria. En segundo lugar, nos interesa posicionar el apoyo social a las iniciativas de memoria, eso significa comprender que el apoyo no se agota en acompañarla y ayudarla económicamente para que se generen productos, sino también intentar vincular diferentes alianzas y procesos para que los resultados puedan apropiarse socialmente, difundirse, y ser transformadores de realidades. En tercer lugar nos interesa trabajar fuertemente componentes que están en deuda en estos momentos, procesos que tienen que terminar de desarrollarse, como la red virtual de iniciativas de memoria, que viene trabajándose hace bastante tiempo y que necesitamos que entre en funcionamiento y se consolide”.

¿Qué ocurrirá con las IMH una vez firmados los acuerdos de paz?

“Es muy  importante que  se comprenda que las iniciativas de memoria no son simplemente ejercicios temporales, sino que son sobre todo procesos de organización y reorganización social que van a ser muy fundamentales a la hora de construir paz en los territorios basados en la experiencia, en las lecciones que nos han dejado tantas historia de violencia y de violaciones a los derechos humanos. Así que el primer reto de muchas iniciativas es y será básicamente su consolidación.

Existir, para lo cual nosotros trabajamos, pero el reto más especial tiene que ver con cómo las iniciativas ganan autonomía y sostenibilidad, dos elementos que son interdependientes. Hay iniciativas que depende de la voluntad de los gobiernos de turno o de la cooperación internacional, sin que haya existido una política que les genere esa sostenibilidad. Esperamos aportar elementos a la discusión sobre la política de sostenibilidad de la memoria, que se abrirá con la firma de los acuerdos de paz”.

Ver proyectos destacados del trabajo del CNMH con Iniciativas de Memoria.

Publicado en Noticias CNMH


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Memoria

Resistencias y memoria en Buenaventura

Noticia

Autor

Alexandra Gómez

Fotografía

María Luisa Moreno

Publicado

07 Jul 2016


Resistencias y memoria en Buenaventura

Durante el 9 y 10 de junio, ongs, organizaciones de la sociedad civil, investigadores, líderes afros y centros de pensamiento se reunieron en la Universidad del Pacifico en Buenaventura en el Foro -Taller Regional de Herramientas para la Paz: Desarraigo, resistencias y memorias en Buenaventura en el contexto de las transiciones.


Desde la perspectiva de la paz territorial planteada en la mesa de conversaciones de La Habana, Buenaventura supone varios desafíos que se evidenciaron en el foro- taller regional, como: hacer compatible los acuerdos con la administración propia de los territorios étnicos, generar políticas gubernamentales no racializadas, reafirmar el territorio como forma de vida en la mediación entre los proyectos económicos a gran escala, el fortalecimiento de las entidades públicas como garantes de derechos, y la memoria histórica en búsqueda de la verdad y la no repetición.   

Hamigton Valencia del Proceso de Comunidades Negras (PCN) sostiene que “entre el año 2000 y 2004 sucedieron las masacres más horrorosas que aún perviven en el subconsciente colectivo. Estas atormentan la mente y el espíritu de nuestra gente, masacres como la del Naya, las dos del Lleras, la de las Palmas, la de Punta del Este, entre otras que se dieron por una fuerte disputa territorial.

El conflicto armado ha significado un proceso de vaciamiento demográfico para facilitar la apropiación  e instalación de los macroproyectos que acompaña la profundización del modelo económico de enclave portuario en Buenaventura, entre algunos: la Terminal de contenedores, el proyecto Arquímedes, la construcción de la acuapista para el Pacifico. La respuesta a la crisis en Buenaventura desde el gobierno central ha sido de carácter militar, muy a pesar que la Defensoría del Pueblo, a través de alertas tempranas, acciones de seguimiento ha insistido en una respuesta integral que permita atender las situaciones críticas de la población”.

En el primer panel del foro-taller participaron varias iniciativas de memoria como la Capilla de la Memoria donde “las mujeres se encuentran a recodar y reconstruir los hechos del pasado para recuperar la dignidad y resignificar la vida individual y colectiva, ellas se reúnen ante un dolor común. Las mujeres en el Pacífico han hecho una propuesta de reparación simbólica a través de la construcción de relatos, el uso de fotografías de familiares, el arte y actos conmemorativos públicos, visibilizando sus realidades, y dan un punto de referencia al Estado para la garantía del derecho a la verdad”,  expresó  Mery Medina de Fundescodes quien acompaña esté proceso.

Florencia Arrechea, una de las impulsoras de la Capilla de la Memoria cuenta que “somos de allá de donde sube la marea y algunos vivimos en casa de palafitos, a mí me desaparecieron un sobrino el 4 de noviembre de 2003 en el barrio Lleras y comenzamos a reunirnos a orar, para nunca olvidar, y después fuimos llevando cositas. Con mi sobrino yo era alcahueta, él llegaba de trabajar y le gustaba que le sirviera la comida en una ollita la cual está en la Capilla de la Memoria con la cucharita con la que él comía. En estos momento tenemos 165 fotografías de nuestros desaparecidos y muertos”.

 

 

Fotografía por Alexandra Gómez.

 

El informe del CNMH Buenaventura: un puerto sin comunidad referencia que, conforme a los procesos organizativos afro y la construcción de comunidades emocionales —impulsadas por mujeres, jóvenes, laicos y organizaciones de base— ha sido posible sobrevivir en el territorio desde formas creativas, colectivas y de resistencia al conflicto armado.

“En el Pacífico esta memoria de lucha y resistencia, de creatividad artística y cultural ha mostrado la compleja realidad que viven estas comunidades ancestrales, por ejemplo la Escuela de Poetas de la Gloria han usado la poesía como un leguaje polifónico en esta memoria dolorosa, lejana y cercana. Las narraciones de esa poesía no son un pálido reflejo de la realidad que se vive si no han ayudado a ver esta realidad y entenderla de una manera profunda desde las entrañas de la comunidad y del Pacifico”, argumentó Edson Louidor del Instituto Pensar en su ponencia sobre el desarraigo.

El primer día cerró con la presentación de la obra de teatro Tocando la Marea  del proceso de pedagogización del informe del Centro Nacional de Memoria Histórica en Buenaventura. Al segundo día de la jornada se realizaron dos mesas de discusión en torno a los retos y posibilidades del desarraigo, la memoria histórica, las resistencias y la construcción de paz. En plenaria Marcos Oyaga de Codhes resaltó sobre Tocando la Marea que es “un ejercicio de memoria viva que permite dar cuenta de lo que ha pasado pero desde una perspectiva de futuro, donde están las abuelas, los jóvenes. A pesar de ser una obra del conflicto al final es muy esperanzador”.

En el período de transición de los acuerdos de paz, dice Helmer Quiñones —relator de las mesas de trabajo— que “la memoria va tener un papel trascendental en reconstruir lo qué paso, y por qué pasó, qué permitió que todo esto sucediera. Creo que nosotros como pueblo afrodescendiente debemos llegar a una reflexión muy profunda. Con el reto de la construcción dinámica de la memoria, pasará por entender esta historia de pasados trágicos para la no repetición”.   

 


Buenaventura, Memoria, Resistencia

Memoria y dignidad campesina

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

27 Jul 2016


Memoria y dignidad campesina

Entre 1999 y 2004 el Bloque Calima de las Auc se tomó buena parte del Valle del Cauca. Miles de personas fueron asesinadas o tuvieron que desplazarse de sus tierras. Hoy los sobrevivientes siguen reclamando justicia por los crímenes cometidos. Según una investigación de la Consejería de Paz del departamento, se cometieron 60 masacres, dejando 771 personas asesinadas y alrededor de 800 desaparecidos, entre otros hechos victimizantes.


Desde el año 2012 los campesinos de la región, junto con la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca -Astracava-, realizan la conmemoración departamental por las víctimas de conflicto armado: “Memoria y Dignidad Campesina”, constituyéndose como un aporte valioso en la construcción de una cultura de paz para evitar el olvido de la guerra en esta zona del país.

Siguiendo esta costumbre, que ya empieza a convertirse en una tradición, el próximo 30 de julio de 2016 la Plaza Cívica de Boyacá, de la ciudad de Tuluá, será anfitriona de la IV conmemoración de “Memoria y dignidad campesina”, enmarcada en un contexto de “esperanza y alegría que motiva la cercanía del Acuerdo Final de los diálogos de paz entre el gobierno nacional y las Farc; diálogos que han sabido poner en el centro de sus acuerdos justamente a las víctimas para darle como horizonte claro a su i mplementación la satisfacción plena de los derechos a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición que exigen y merecen las víctimas del conflicto social y armado”, explican los organizadores del evento.

Esta conmemoración ha pretendido generar propuestas para que la comunidad resuelva de manera pacífica, tolerante y respetuosa los conflictos que se generan. También está orientada al fortalecimiento de la convivencia y la intervención psicosocial que necesitan las víctimas del conflicto. El Centro de Memoria Histórica invita a todos a no olvidar los hechos ocurridos en esta comunidad. 

AGENDA PLAZA CÍVICA DE BOYACÁ, DE LA CIUDAD DE TULUÁ

9:30-10:20 a.m.: Misa Campal. 

10:20-10:50 a.m.: Acto simbólico (Isabel López, Grupo “Gestos Teatro”) 

10:50:11:30 a.m.: Presentación de la Campaña “Por la Paz de la Nación el campesinado le pone el Corazón” y del Comité Pedagógico por la Paz (Coordinación Campesina del Valle) 

11:30-12:20 p.m.: Intervención sobre el acuerdo de Víctimas de la Habana y sus beneficios para la construcción de la paz con justicia social. 

12:20-12:40 p.m.: Presentación del mural en homenaje a las víctimas (Colectivo Letincel).

13:30-14:30 p.m.: Presentaciones Culturales. 

Apoyan: Centro Nacional de Memoria Histórica y Personería Municipal de Tuluá 

 


Campesinos, Dignidad, Memoria

Tuluá: un mensaje de memoria y paz

Noticia

Autor

Ricardo Robayo Vallejo

Fotografía

Ricardo Robayo Vallejo

Publicado

02 Ago 2016


Tuluá: un mensaje de memoria y paz

En la ciudad de Tuluá, en el Valle del Cauca, se llevó a cabo la IV Conmemoración de las Víctimas del Paramilitarismo de este departamento. Hace 17 años en julio, el bloque Calima de las AUC realizó su primera incursión, allí el líder comunal Orlando Urrea y su hija Sandra Patricia fueron asesinados.


Desde hace cuatro años el campesinado de Tuluá, organizados en la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca  (Astracava) y la Coordinación Campesina del Valle del Cauca, han hecho del 31 de julio una fecha para no olvidar a sus víctimas. Una investigación de la Consejería de Paz del departamento, mostró que 771 personas fueron asesinadas, alrededor de 800 fueron desaparecidas forzadamente y se cometieron 60 masacres.

Esta sentida conmemoración inició en horas de la mañana con una misa en la plaza cívica de Tuluá, luego de la llegada de la diferentes delegaciones de campesinos que venían desde las veredas Santa Lucia, Monteloro, El Bosque, Tochecito, Alejandría, Venus, Sevilla y de Cali.

Posteriormente se hizo un homenaje simbólico a las victimas a cargo del grupo ¨Gestos Teatro¨ de Cali, en donde los familiares escribieron los nombres de las víctimas y mensajes contra el olvido, que fueron depositados en el ¨Cofre de la Memoria¨. Luego iniciaron las intervenciones de la Asociación de Campesinos del Valle del Cauca, del Personero de Tuluá y de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca.

El encuentro se enmarcó en un contexto de esperanza motivada por la cercanía del acuerdo final del fin del conflicto con las Farc, gracias a los diálogos del Gobierno con esta guerrilla donde en el centro están las víctimas. Igualmente se presentó la campaña ¨Por la paz de la Nación, el campesinado le pone el corazón¨ y del Comité Pedagógico por la Paz.

Esta conmemoración tuvo el apoyo de la Personería de Tuluá y del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) quien hace la invitación a no olvidar los hechos ocurridos en esta comunidad con una perspectiva de reconciliación y paz.

 


Memoria, Paz, Tuluá

Alabaos, cantos de resistencia y memoria

Noticia

Autor

César Romero

Fotografía

César Romero

Publicado

28 Mar 2016


Alabaos, cantos de resistencia y memoria

En la Catedral Primada de Colombia las luces se apagan, al fondo, una fila de mujeres con una batea en la cabeza entonan versos que retumban hasta el techo. Los alabaos son cánticos que desde distintas zonas del pacífico colombiano crean un puente entre los muertos que se van y los vivos que quedan.


Las mujeres que conforman el grupo Oro y Platino son nueve, todas nacidas y criadas en Condoto, Chocó, un municipio a tres horas de Quibdó, la capital del departamento. Una de ellas, María Jesucita Mosquera, de 47 años, siempre pensó que la vida no le alcanzaría para lograr cantar en la catedral más importante del país. En el momento en que mostraron Canto para no olvidar, presentación que hizo parte del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, la emoción la invadió por completo. “Nuestra cultura es vida, para nosotros visibilizar lo que hacemos los afro es muy importante, es un aporte que le hacemos al desarrollo del país a través de nuestra cultura”.

Declarado Patrimonio Inmaterial de la Nación desde 2014, los alabaos son cantos que reúnen a una gran cantidad de personas entorno a la muerte de un ser querido. De acuerdo a la edad del muerto, los cantos cuentan historias narradas por una voz líder y un coro de mujeres que responde. Si la persona murió en edad adulta los versos resultan románticos, se exalta la alabanza a Dios, se crean plegarias para que lo acoja, lo perdone, lo cuide y le abra las puertas del cielo. Por el contrario, si muere entre los 12 y los 18 años se cantan arrullos porque eran jóvenes que habían cometido pecado. Cuando muere un bebé el velorio es totalmente distinto, es una fiesta llamada gualí.  Como dice Jesucita “son niños que van derecho al cielo, es una fiesta, Dios los acoge inmediatamente”.

 

El interés por el canto en Jesucita nació desde muy pequeña cuando asistía a los velorios. Se emocionaba al escuchar las voces roncas y profundas de las mujeres más viejas del pueblo que cantaban y se contoneaban alrededor del difunto. Cuando alguien muere toda la comunidad se solidariza con las personas que han perdido a un ser querido. La tradición, que se remota a la colonia, en que los esclavos cantaban festejando que aquel muerto no sería más esclavo, ha perdurado de generación en generación. En el velorio mientras unos preparan el muerto, lo bañan y le ponen sus mejores ropas, otros cocinan para los asistentes. Mientras unos alistan y decoran la tumba, otros se congregan a rezar y cantar.  

Actualmente, las mujeres de Condoto reconocen el valor simbólico que tienen los alabaos en la construcción de memoria histórica. Los alabaos también contienen cantos sociales dedicados a la historia de su pueblo, a la violencia sufrida por el conflicto armado, al perdón y a la reconciliación. Los alabaos son el ejemplo de una manifestación tradicional de la cultura chocoana que resiste y que se niega a desaparecer, “ahora imagínese el aporte que nosotros traemos a la paz con nuestros cantos –afirma Jesucita con la emoción en los ojos- quién no se conmueve con un alabao, imagínese si todos los colombianos escucharan la lombriz o santa azucena. Nosotros en el Chocó somos ejemplo de solidaridad y unión”.

El Centro Nacional de Memoria Histórica realizará un evento de alabaos protagonizados por mujeres de la comunidad de Pogue, Chocó, el 9 de abril en el Museo Nacional.  Próximamente más información en el sitio web.

Publicado en Noticias CNMH


memoria


Memoria

Así hacen memoria los colombianos

Noticia

Autor

Carolina Moreno

Fotografía

César Romero

Publicado

09 Ago 2016


Así hacen memoria los colombianos

Conozca los procesos de memoria de la sociedad a través del arte, intervenciones públicas, prácticas pedagógicas, propuestas de comunicación, elaboración de archivos, investigaciones y construcción de lugares de memoria.


Por décadas, amigos y familiares de las víctimas del conflicto armado en Colombia han emprendido acciones para dignificar la memoria de sus seres queridos, exigir verdad sobre lo que les ocurrió, y luchar contra el olvido. El desarrollo de plantones, galerías de la memoria, cantos, obras de teatro, les ha permitido a las personas afectadas por el conflicto construir nuevas relaciones con su pasado y con el futuro, mientras sensibilizan a la sociedad civil sobre lo ocurrido en Colombia. (Vea también Iniciativas de memoria, apuestas por el fin del conflicto)

En Colombia este tipo de iniciativas de la sociedad civil han sido generalmente una respuesta a la necesidad de verdad, justicia y reparación que no ha resuelto el Estado colombiano. A partir de 2012, como mandato de la Ley de Víctimas, el Centro Nacional de Memoria Histórica asumió el acompañamiento y fortalecimiento de las iniciativas de memoria de la sociedad civil, implementando estrategias pedagógicas y comunicativas, con enfoque diferencial, para la difusión y apropiación de memorias no oficiales de carácter local, regional y nacional, por parte de diversos públicos. Promoviendo así la participación de las víctimas, las organizaciones sociales y la academia, en el diseño, desarrollo y difusión de iniciativas de reconstrucción de memoria histórica.

Otras expresiones de memoria son el resultado de procesos de reparación que promueve el Estado. El CNMH ha registrado y caracterizado cerca de 150 iniciativas de memoria histórica que realiza la sociedad colombiana, mediante diversos lenguajes y dimensiones expresivas. Muchas de estas iniciativas pueden contener 2 o más dimensiones (un proyecto de investigación puede concluir en una cartilla o un documental para su difusión; o una obra de teatro puede ser una herramienta pedagógica en colegios u universidades). La caracterización busca potenciar el apoyo que se le brinda a la iniciativa, así como permitir elementos de encuentro con otras iniciativas del mismo tipo.

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    Semana de la memoria de Pasto, 2015. Fotografía por César Romero para el CNMH.

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    Día del detenido desaparecido, 2015. Fotografía por César Romero para el CNMH.

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    Semana de la memoria de Pasto, 2015. Fotografía por César Romero para el CNMH.

Artísticas y culturales

Son aquellas que realizan ejercicios de memoria a través de expresiones musicales, teatrales, plásticas, literarias, fotográficas, rituales, gastronómicas o acciones relacionadas con el patrimonio inmaterial. El CNMH ha identificado alrededor de 70 iniciativas de memoria de este tipo, entre las que se encuentran obras de teatro como “La ausencia de nuestros seres queridos” de la Compañía El Tente (Meta); también “Huir y Ricardo” del Teatro La Cortina Roja (Bogotá); “Mayo a través de la ventana” de la Centro Cultural Horizonte (Barrancabermeja), que trabajan alrededor de la desaparición forzada.

Existen también expresiones plásticas como “Memorias diversas” que da rostro a las víctimas LGTBI de Medellín a través de esculturas y piezas gráficas; y exposiciones fotográficas como “Mi cuerpo, una zona de guerra”, que reconstruye las historias de vida de mujeres víctimas de violencia sexual del Magdalena.

La poesía es otra de las expresiones utilizadas por las personas afectadas por el conflicto. En el departamento de Bolívar, la comunidad de Las Brisas publicó un libro de poemas sobre la masacre del 10 y 11 de marzo del 2000; en el Pacífico, poetas de Tumaco y Buenaventura produjeron un disco musical “Y yo levanto mi voz”, que reúne relatos sobre las vivencias de la comunidad afro en medio del conflicto.

Archivísticas

Son aquellos esfuerzos por acopiar, restaurar y proteger documentos e información relacionada con el conflicto armado, realizar registros testimoniales y procesos en hemeroteca, crear bancos de datos y centros de documentación. El CNMH ha identificado 28 iniciativas de tipo archivístico, entre las que se encuentran el “Archivo digital de la memoria” de la Asociación Municipal de Víctimas por la Paz y la esperanza de Sonsón (Antioquia); el Centro de documentación de la violencia del Caquetá; el proceso de identificación de hechos victimizantes y catastróficos en Samaniego (Nariño); el proceso de memoria histórica de la Asociación de Mujeres Campesinas e Indígenas de Norte de Santander; el Salón de la memoria de Aquitania (San Francisco, Antioquia) y el Centro de Memoria del Conflicto en Valledupar (Cesar), entre otras.

Comunicación

El Centro de Memoria ha identificado alrededor de 50 iniciativas de memoria cuyo objetivo principal es la visibilización y sensibilización de memorias a través de programas radiales, plataformas virtuales y piezas audiovisuales, entre las que se encuentran los documentales “Laceraciones en el cuerpo, huellas en el alma” sobre la violencia de género en el conflicto armado (Medellín). También “Otras caras de la luna” sobre el desplazamiento forzado de mujeres en San Diego (Cesar); “Algún día es mañana” que narra el desplazamiento de Las Pavas (Bolívar); “Memorias vallenatas”, que rescata las prácticas culturales perdidas como consecuencia del conflicto armado y “Una puñalada en el corazón”, la documentación de un caso de falso positivo en Antioquia.

Algunas iniciativas han generado plataformas de comunicación. Entre ellas encontramos a “Memorias Nariño”, “Lluvia de Orión”, “Cuenta la 13” y “Memorias del Atrato”, premio a Mejor Medio Comunitario de la Revista Semana en 2015, entre otras.

El colectivo de Narradores y Narradoras de la Memoria de la Serranía del Perijá (San Diego, Cesar), el colectivo de Comunicaciones de Palafito (Buenaventura) y los sectores LGTBI de Florencia (Caquetá), producen programas radiales para la reconstrucción de historias del conflicto armado y debate en torno a los derechos humanos.

En espacios públicos

El CNMH ha identificado cerca de 20 acciones que se realizan en espacios públicos, con una periodicidad determinada. La Asociación Nacional de Secuestrados y Desaparecidos de Colombia, por ejemplo, lleva 15 años realizando los plantones, marchas y caravanas de la libertad denominadas “Los que faltan”, en Florencia, Caquetá. Las Madres de la Candelaria realizan plantones en Medellín, y las Mujeres del Plantón de Buenaventura llevan a cabo ritos en espacios públicos, ambas para denunciar la desaparición forzada de sus seres queridos.

Otro tipo de intervenciones al espacio público son las del “Bus-Galería” en Medellín, que recorre la ciudad para que los habitantes de diferentes barrios puedan subirse al automóvil y acceder a piezas artísticas que plasman experiencias de vida en medio del conflicto. Y finalmente aparece “Tropezones” en Barranquilla, fotografías móviles en tamaño real de 17 víctimas del conflicto armado.

Investigativas

Se caracterizan como procesos que buscan reconstruir la memoria histórica, analizando las causas, características y consecuencias del conflicto armado interno, a través de la documentación de historias de vida y casos, la sistematización de información y la producción de informes cualitativos e informes cuantitativos.

El CNMH ha identificado 62 procesos de este tipo, entre los que se encuentran “De historias particulares a memorias locales”, un proyecto de los familiares de las víctimas del Carmen de Viboral por la recuperación de memoria, que dio como resultado el cuadernillo “Apuntes para la memoria”. Otra que sobresale es “NuesTrans voces en La Habana”, del grupo de apoyo Transgénero en Cali, Bogotá, Valle del Cauca y Cundinamarca. “Del dolor a la esperanza”, la documentación del conflicto armado en los municipios de Puerto Rico y El Castillo, del Meta. También se destaca el plan de reconstrucción de la memoria del pueblo Wiwa en la Guajira y el plan de reconstrucción de la memoria de las mujeres del Resguardo de Jambaló, Cauca.

Pedagógicas

Son aquellas iniciativas que buscan forjar procesos de formación en memoria histórica o herramientas para la misma, como semilleros escolares y universitarios, cartillas, cuadernillos, metodologías y cajas de herramientas para la reconstrucción y representación de la memoria. 

De las 41 iniciativas que registra el CNMH con estas características, se encuentran “El compadre Lucho, pescador de recuerdos”, una cartilla que se ha utilizado en el diplomado de reconstrucción de la memoria histórica en Barrancabermeja (Santander). También se registran ejercicios como salidas de campo para construcción de cartografías que contengan las listas de víctimas en Becerril (Cesar) con el nombre “A los que siempre recordaremos” y las salidas de campo de estudiantes de la Universidad de la Amazonía para a la reconstrucción de historias de víctimas de desplazamiento con el nombre “Voces del silencio”. Finalmente están las jornadas pedagógicas por la memoria en escuelas del Magdalena Medio, que incluyen foros teatro y talleres sobre la masacre del 16 mayo de 1998.

Lugares de memoria

El Centro Nacional de Memoria Histórica registra la existencia y proyección de 42 lugares de memoria en Colombia, promovidos y administrados por organizaciones sociales y de víctimas. Algunas de estas iniciativas conciben la existencia de museos, centros y casas de la memoria en los que se pueden encontrar otras dimensiones expresivas de la memoria. Estos sitios también se consideran de conciencia y espacios de recordación, que incluyen parques, monumentos, placas, bosques y senderos.  

Para la comunidad indígena de Cumbal, la casa del Saber de la vereda Boyera es un espacio de encuentro permanente en el que la comunidad “teje la palabra”, y espera exhibir los documentos, fotografías y elementos que recuerden los hechos de violencia de la región y destaquen los procesos de resistencia de la comunidad.

En Támesis (Antioquia) la comunidad tiene un “Jardín de la Memoria” con una placa que consigna los nombres de las víctimas asesinadas y desaparecidas del municipio; mientras en San Martín (Meta), el bosque de la Memoria se constituye como un santuario rural en medio del casco urbano para recordar a las víctimas de la ocupación paramilitar.

En Samaniego (Nariño), la comunidad se reúne periódicamente para recordar a sus seres queridos alrededor de “La piedra de San Lorenzo”, en la que plasmaron personajes que aluden a las víctimas de minas antipersonal del territorio. 

Publicado en Noticias CNMH



Conflicto, Memoria

El gran canto colectivo por la paz y la memoria

Noticia

Autor

María Paula Durán

Fotografía

María Paula Durán

Publicado

27 Sep 2016


El gran canto colectivo por la paz y la memoria

La IX edición de la Semana por la Memoria centra sus actividades en el gran Canto colectivo por la paz y la memoria a nivel nacional. El 29 de septiembre 10 universidades de diferentes partes del país se unirán en un canto colectivo para poner en escena el poder transformador de las artes, en este caso la música, al servicio de la paz. 


“Amo escuchar un coro. Amo la humanidad de ver los rostros de gente real siendo devotas a una pieza de música. Me gusta el trabajo en equipo. Me hace sentir optimista sobre la raza humana cuando los veo cooperar así”, Paul McCartney

Nuestros ancestros lo sabían, lo sentían y lo practicaban, y así nos ha quedado como herencia. Desde los griegos que unían sus voces, en grupo como un ritual, para alabar a sus dioses, pasando por la Edad Media con el canto gregoriano y llegando hasta nuestros días, los cantos colectivos o corales nos acompañan y nos unen en un acto de comunión.

¿Quién no se ha emocionado escuchando grandes piezas corales como el Hallelujah o Carmina Burana? Esto tal vez se deba a que la experiencia grupal de la música es una forma de tomar una “conciencia global de nuestra existencia […] El canto colectivo es una vivencia que nos permite comprobar la fuerza del grupo, de la comunidad, de los anhelos y los sueños posibles, compartidos desde la sincronía del dar y recibir […]” como afirma la investigadora musical Martha Elena Hoyos. Es un ejercicio donde cada individuo aporta su voz y toma parte en un todo más grande con un fin noble: la creación de una pieza artística colectiva. Y cada voz, con su color, su tono, su timbre característico y único aporta a ese fin.

En esto los coros y la memoria histórica se parecen: todos podemos aportar algo de nuestras vivencias para la construcción de un relato más grande, más completo, más complejo y más incluyente de qué nos ha pasado en términos de conflicto armado en los últimos 50 años, y qué no nos puede volver a pasar. Como en los coros, la memoria se construye a partir de una polifonía de voces de los matices más distintos y donde cada parte cuenta.

Por eso en la IX versión de la Semana por la Memoria 2016, qué mejor forma que la música para unirnos a las voces de las víctimas y empaparnos de los relatos y las historias de un conflicto que no hemos terminado de conocer en todas sus dimensiones y que, como dicen muchas de las víctimas “nos tocó cantar” para transmitirlo y crear conciencia. Este 29 de septiembre los coros de 10 universidades de todo el país alzarán un Canto Colectivo por la Paz, en el que interpretarán un repertorio sobre memoria, conflicto, paz y derechos humanos.

Los coros de la Universidad del Atlántico, Universidad Autónoma de Barranquilla, Universidad de la Paz de Barrancabermeja, Universidad de Manizales, Universidad Javeriana de Cali, Universidad de Antioquia, Universidad de la Sabana, Universidad de Cundinamarca, Universidad Jorge Tadeo, Lozano y Universidad Nacional de Colombia, se unen para cantar las canciones del compilado musical “Tocó cantar”, que reúne propuestas musicales de 45 artistas a lo largo y ancho del territorio, que a través de diversos ritmos y expresiones revelan a los colombianos los pliegues más recónditos de una guerra que nos tocó cantar para no olvidar.

En otras partes del mundo ya se han unido antes artistas y personas del común para elevar cantos colectivos por la paz, por la lucha contra la desnutrición infantil y en solidaridad con diferentes causas humanitarias. Un caso reciente de 2016 es el del grupo All Stars proveniente de Sudán del sur, que ha reunido a varios artistas para  lanzar una canción de paz, Dafa-Dafa, en la que advierten sobre la cultura de venganza que podría propagarse en su país por el reciente conflicto armado que dejó cientos de miles de muertos.

Como dice MC Lumoex, uno de los integrantes, en una entrevista con el portal de la BBC: “Estoy haciendo un llamado a dejar la venganza atrás y perdonarnos unos a otros. El perdón es lo que necesitamos para esta nación para seguir adelante”.

Otro ejemplo es la canción We are the World 25 for Haití, en la que decenas de artistas cantaron en coro en pro de las víctimas del terremoto de Haití en 2010. Y también en Colombia en 2014 sesenta artistas colombianos procedentes de todo el país, entre los que se destacan Carlos Vives, Juanes, Andrea Echeverry o Andrés Cepeda, lanzaron la canción “Un paso hacia la paz”, que forma parte de la campaña “Soy Capaz”, un intento de movilizar a la sociedad civil para terminar con el conflicto armado.

Ahora la vocería la toman las universidades y los grupos musicales autores de las composiciones sobre memoria y paz, bajo la coordinación del Centro Nacional de Memoria Histórica. Esta IX Semana por la Memoria, en un espacio abierto a la ciudadanía como lo es la academia, es el escenario ideal para interpelarnos como sociedad e invitar a todos y todas a unir nuestras voces para decir: ¡adiós a la guerra!

Esta es la programación del Canto Colectivo por la Paz y la Memoria 

Publicado en Noticias CNMH



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