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Todorov, el pensador de la memoria

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Diario El País

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Diario El País

Publicado

08 Feb 2017


Todorov, el pensador de la memoria

El franco-búlgaro, premio Príncipe de Asturias en 2008, falleció a sus 77 años tras dedicar su vida a la investigación de las ciencias humanas.


Tzvetan Todorov, conocido por muchos por su obra representativa “El hombre desplazado”, falleció este 7 de febrero en París, lugar donde se encontraba radicado. Era lingüista, filósofo, historiador, crítico y teórico literario, sin duda, uno de los intelectuales más reconocidos del mundo. El autor de numerosas obras relacionadas con la literatura, la historia o la política, murió a la edad de 77 años, anunció su familia. “Acababa de terminar su último libro, ‘El Triunfo del artista’, que debe aparecer en marzo”, agregó su hija.

Este pensador, cuyos campos de disertación eran extensos y variables, escribió títulos como “Los abusos de la memoria”, “La teoría de la literatura de los formalistas rusos”; “La conquista de América”; “Frente al límite”, entre otros. En un principio, así lo reconocen sus seguidores, se hizo célebre por sus ensayos sobre literatura, como la clásica “Introducción a la literatura fantástica”.

En una entrevista concedida en 2010 a EL PAÍS de España, auguró que “este miedo a los inmigrantes, al otro, a los bárbaros, será nuestro gran primer conflicto en el siglo XXI”, algo que ya se vive de manera profunda en Europa y América durante los últimos tres años. De igual manera en su libro “Memoria del mal, tentación del bien”, Todorov “expuso el conflicto entre totalitarismo y democracia como el acontecimiento más decisivo del siglo XX”, explica Joan Tarrida en el diario EL PAÍS, al referirse sobre “El Triunfo del artista”, libro que ya tuvo la oportunidad de leer.

Joan Tarrida, director de la Editorial Galaxia Gutenberg, donde Todorov ha sido el autor que más libros ha publicado -una docena-, explica que la obra de este pensador “reflexiona sobre el lugar del individuo en la historia, así como sobre la contraposición del individualismo en el totalitarismo y la democracia”. Sus aportes a la memoria histórica, ubicaron la importancia del testimonio de las víctimas, a la hora de reflexionar sobre las consecuencias de los conflictos armados y la necesaria no repetición de los mismos.

Esta es su intervención en la entrega del premio Príncipe de Asturias

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Memoria

Cine y memoria colombiana en Chile

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CNMH

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CNMH

Publicado

14 Feb 2017


Cine y memoria colombiana en Chile

Más de una decena de productos audiovisuales del CNMH rodarán del 14 al 18 de febrero en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos


Entre el martes 14 y el sábado 18 de febrero se estará presentando el ciclo de cine colombiano Mirada al sur en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Chile. “Mirada al sur. Relatos audiovisuales de memoria” es un proyecto que, desde el Museo Nacional de la Memoria del Centro Nacional de Memoria Histórica, propone un intercambio de contenidos audiovisuales sobre memoria y derechos humanos en el sur del continente.

La primera fase del proyecto parte del material audiovisual producido por el Centro Nacional de Memoria Histórica. En Chile se presentarán siete productos y una serie de cortometrajes que narran tanto episodios de violencia e historia del conflicto como muestras de resistencia de las comunidades.

Para Francisco Estévez, director ejecutivo del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, la importancia de proyectar memoria audiovisual colombiana radica en que “tenemos una historia que compartimos, la historia de América Latina, y cómo los derechos humanos de sus pueblos han sido mancillados o reprimidos o violentados, y cómo la sociedad civil, los movimientos ciudadanos, el mundo del arte y la cultura, se han organizado para defender los derechos de las personas y construir una sociedad donde prime la no violencia”. Conocer las experiencias similares, dice, hace que nos apropiemos más de ellas y las comprendamos de manera más profunda.

Aunque el camino recorrido por Chile en términos de memoria ha sido más largo, Estévez cree que las enseñanzas son recíprocas. “Hemos aprendido mucho de lo que están haciendo en Colombia y nos sentimos muy comprometidos. Y en esta iniciativa, Mirada al sur, coincidimos. Siempre hemos sabido que en los sitios de memoria o en los museos, además del acercamiento formal y los procesos de capacitación y el trabajo político por la no violencia, el acercamiento estético permite que las personas entiendan una dimensión diferente respecto al valor de la humanidad, y cómo esta se defiende de los crímenes que violentan el espíritu humano”.

No hubo tiempo para la tristeza (14 de febrero)

¿Por qué Colombia ha sido escenario de un conflicto armado durante más de 50 años? ¿Cómo han sobrevivido a este largo periodo de violencia distintas comunidades? Este documental parte de los hallazgos que relata de manera exhaustiva el informe ¡Basta ya!, hecho por el Centro Nacional de Memoria Histórica. No hubo tiempo para la tristeza cuenta las historias de hombres y mujeres de La Chorrera, Bojayá, San Carlos, las orillas del río Carare, Valle Encantado y Medellín. Ellos narran con su propia voz las atrocidades que sufrieron y vieron, y reflexionan sobre por qué no se debería repetir.

 

Memoria latente (15 de febrero)

Han pasado 17 años desde que la comunidad de Las Brisas, en Bolívar, padeció a los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia quienes masacraron a doce de sus integrantes. Y han pasado 16 desde que campesinos de Tabaco, en La Guajira, tuvieron que abandonar su territorio por presiones del ESMAD y la empresa minera Cerrejón. Memoria latente recoge los testimonios de dos pueblos que han resistido y luchado por alcanzar verdad y justicia. Ambas experiencias son el resultado Impreso en la Memoria, liderado por la Coordinación de Prácticas Artísticas de la Dirección del Museo Nacional de la Memoria.

 

 

Pueblo sin tierra (16 de febrero)

“Abandone nuestras tierras, tiene 24 horas para recojer lo qe pueda y largarce”, dice una nota dejada por un hombre en moto junto a la puerta de una casa. Es ficción, hace parte del corto animado Pueblo sin tierra, pero es un escenario calcado de los incontables relatos de las víctimas del conflicto. Hay más de 7 millones de desplazados en Colombia. Una población cercana a la de Bogotá entera. Son millones de familias que por un comunicado, una llamada, un hostigamiento o una matanza no tuvieron más opción que salir huyendo de sus casas sin saber adónde ir.

 

 

Cuerpo 36 (16 de febrero)

Varios años después de que paramilitares del Frente Sur de los Andaquíes se tomaran una inspección llamada Puerto Torres, en Caquetá, investigadores del CNMH fueron a investigar sobre la exhumación de 36 cuerpos de víctimas de paramilitares que hizo la Fiscalía en 2002. El último de esos cuerpos, tras ser trasladado al igual que los demás al cementerio de Florencia, desapareció. Doce años más tarde sigue faltando. “Cuerpo 36” cuenta la historia de esa búsqueda, reflexiona sobre el drama de los familiares de los desaparecidos y explica el contexto de la violencia en Caquetá.

 

 

Los hijos del pueblo del agua (16 de febrero)

En noviembre de 2016 se cumplieron 16 años de una de las masacres más terribles que ha sufrido el país. Entre el 21 y el 22 de noviembre de 2000, 37 personas fueron asesinadas en el corregimiento de Nueva Venecia, en Sitio Nuevo, Magdalena. Este documental recorre los palafitos a los que, aún después de la masacre, los pobladores decidieron volver. “Los hijos del pueblo del agua” recorre los caminos de violencia y resistencia de la comunidad de Nueva Venecia.

 

 

Rostros de las memorias (17 de febrero)

Este documental presenta algunas de las iniciativas de memoria hechas por comunidades y organizaciones de víctimas en todo el país. Hace énfasis en las experiencias del Graffitour de la Comuna 13, en Medellín; los cantos de alabaos de Pogue, en Bojayá, Chocó; el Parque Monumento en Trujillo, Valle del Cauca, y el Salón del Nunca Más, en Granada, Antioquia. Rostros de las Memorias recoge una muestra de la creatividad de las víctimas a la hora de relatar sus historias de resistencia a través de las artes, la cultura y la transformación de espacios.

 

 

El Garzal, una comunidad que resiste desde la fe (17 de febrero)

La comunidad del corregimiento El Garzal, un corregimiento de Simití, Bolívar, sufrió la violencia de narcotraficantes y paramilitares. Ese pueblo se alineó en torno a la fe y a la no violencia para alejar la guerra de su territorio. Este documental muestra cómo la organización alrededor de un mismo objetivo los ayudó a sacar la violencia de su territorio y a consolidar una cultura de paz.

 

 

Serie de cortometrajes: Tocó Cantar (18 de febrero)

Tras una convocatoria que buscaba encontrar compositores en todo el país que escribieran letras relacionadas con el conflicto armado, el Centro Nacional de Memoria Histórica acompañó a 45 de ellos a producir su música. Sus canciones describen la cotidianidad de sus comunidades, recuerdan los episodios del horror y reflexionan sobre la resistencia pacífica. El proyecto, además de las canciones, incluye una serie de perfiles audiovisuales que cuentan las historias de algunos de los participantes, explican los contextos de violencia, desnudan el proceso de producción musical y dan voz a los personajes para que compartan su visión de paz.

 

 

Enlace a programación del Museo en Chilehttp://bit.ly/2lAtB3e

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Memoria de las víctimas, premiada en los CPB

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

20 Feb 2017


Memoria de las víctimas, premiada en los CPB

La serie audiovisual “No Más Violencia”, compuesta por más 50 testimonios de víctimas del conflicto armado colombiano, representados por actores del país, fue premiada por el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB) como “Mejor Trabajo Sobre la Paz” en Colombia.

Este galardón, entregado el pasado 9 de febrero por el presidente Juan Manuel Santos, enaltece la resistencia, memoria y dignidad de las víctimas del conflicto armado; la serie fue elegida entre más de 48 trabajos presentados en esta categoría, en los finalistas a esta categoría se encontraban ‘El Magdalena Medio intenta cicatrizar sus heridas’ de verdadabierta.com y ‘Gobernantes & posconflicto’ de Revista Semana. Este año, 404 trabajos fueron recibidos en los Premios para participar en 14 categorías diferentes.

¿Cómo entender la violencia que ha sufrido el país por más de medio siglo? ¿Cómo acercarse a los dolientes de 220 mil muertos o acompañar a las familias de más de 60.630 desaparecidos? ¿Qué pasaría si consiguiéramos ponernos en los zapatos de, al menos, una de las siete millones de víctimas que ha dejado la guerra? 

 

La campaña #NoMásViolencia buscó dar respuesta a estos interrogantes. Cincuenta actores de amplia trayectoria a nivel nacional dieron su voz y su rostro para narrar los testimonios de cincuenta víctimas del conflicto armado, registrados en diferentes informes del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Bajo la dirección de Nicolás Montero, la dirección periodística de Germán Pérez, la producción del Canal Universitario Nacional ZOOM, la participación de la Asociación Colombiana de Actores (ACA), y el acompañamiento investigativo y financiero del CNMH, la serie evidenció las modalidades de violencia y el dolor, y la dignidad y resistencia de los afectados por la guerra.

La serie es un proyecto de reflexión y participación a todos los colombianos, no sólo de visualizar los testimonios, sino también es un proceso de invitación a la comunidad en general a interpretar sus testimonios, siendo partícipes de lo ocurrido en el país a través de la narración para que a partir de la misma haya una comprensión más profunda sobre Colombia y su historia. 

Se trató de un esfuerzo conjunto para sensibilizar a la sociedad colombiana, a través de la narración testimonial como ejercicio pedagógico, sobre los impactos del conflicto y la necesidad de avanzar hacia la paz. Gracias a ese trabajo, la campaña tiene a la fecha más de 935.843 reproducciones en Youtube, y en abril de 2016, durante su lanzamiento en Twitter, logró impactar a más de 3 millones de cuentas, llegando a convertirse en Trending Topic orgánico en Colombia.

Además, gracias a alianzas estratégicas con la red de canales iberoamericanos, No Más Violencia tuvo más de setenta millones de transmisiones en Hispanoamérica y ha sido reconocida en estos países como recurso pedagógico para reconocer a un país con altos índices de violencia en su historia, que en la actualidad se reconcilia y perdona a través del análisis de la misma.

Los testimonios incluidos en la serie fueron documentados por el Centro Nacional de Memoria Histórica, y su antecesor el Grupo de Memoria Histórica, entre 2008 y 2015, en el marco del ejercicio de esclarecimiento al que le obliga la Ley 975 de 2005 y la Ley 1448 de 2011. Algunos de estos testimonios fueron publicados en el Informe ¡Basta ya! Colombia memorias de guerra y dignidad, y otros corresponden a casos ilustrativos como son Bojayá, Bahía Portete, El Placer, El Salado, El Tigre, La Rochela, Trujillo, San Carlos, Segovia, Remedios, Puerto Torres y Buenaventura. 

El reconocimiento del CPB es un estímulo para seguir en la labor de la documentación y rescate de las voces de millones de personas que sufrieron la confrontación armada, y que en medio del dolor, trabajan por la verdad, la memoria, la justicia y la reparación.

Para Nicolás Montero “No Más Violencia es una necesidad en entender y comprender por qué ha pasado lo que ha pasado, en el que hay una parte metodológica sobre cómo hacerlo y se basa en una hipótesis de ‘el que narra es el que más entiende’. Es un incentivo para tener la sabiduría y la generosidad para hacerlo y escucharnos entre todos, es un proyecto que está uniendo tres piezas fundamentales, por un lado la academia del CNMH que realizó una investigación rigurosa; por otro lado un lenguaje artístico que llegó a la comprensión emocional por parte de la ACA, que permitió ver que los actores no estaban representando a las víctimas, estaban dignificando su voz, y para finalizar una difusión que se encuentra en la educación, por parte de Canal ZOOM que es el canal de las universidades.”


Durante el programa televisivo en vivo del Canal ZOOM ‘Modo Colombia’, en la noche del 14 de febrero se llevó a cabo un especial dedicado al reciente premio obtenido gracias a la serie audiovisual ‘No Más Violencia’.

Los invitados del especial fueron el director del proyecto Nicolás Montero y tres de los actores participantes en la serie, entre ellos la actriz Patricia Tamayo, los actores Jairo Camargo, Hernán Cabiativa y el gerente del Canal Universitario Nacional ZOOM, Germán Pérez. 

Quienes profundizaron a través del diálogo la importancia de la creación de este tipo de proyectos para la construcción de ciudadanía; la forma en que los actores realizaron el ejercicio de comprensión y de interpretación sobre las víctimas y la implementación de este proyecto como recurso pedagógico para la paz. Los televidentes, a través de vía telefónica y redes sociales, también fueron partícipes del programa, con preguntas a los invitados. Dentro de los cuestionamientos realizados se evidenciaron temas sobre el rol de los artistas en la televisión nacional, las víctimas de los testimonios, las manifestaciones sobre el reconocimiento obtenido, entre otros.

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25 iniciativas de memoria en las regiones

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Diana Cucalón

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Diana Cucalón

Publicado

21 Feb 2017


25 iniciativas de memoria en las regiones

En un evento propiciado por el CNMH, del 15 al 17 de febrero en Bogotá, 25 iniciativas de memoria provenientes de todo el país fueron convocadas para dar inicio a lo que será un año de trabajo conjunto, de fortalecimiento y acompañamiento.


Ojalá nos alcance la vida, Clown Payatría, Galería Viva y el Festival de carrozas y comparsas LGTB de Chaparral son algunas de las seleccionadas que, junto a las demás iniciativas, iniciaron un diálogo sobre lo que les tocó vivir en medio del conflicto armado en Colombia y las formas en las que decidieron resistir.

La reunión se llevó a cabo con dos objetivos principales: congregar en un mismo lugar a las diferentes iniciativas de memoria, de manera que empezaran a reconocerse en un marco de pluralidad, no como memorias aisladas, y generar un espacio para levantar los planes de trabajo, las líneas de acción y los productos específicos que van a resultar de todo este ejercicio de acompañamiento de sus memorias.

Según Camila Medina, coordinadora del grupo de iniciativas del CNMH, el conjunto de iniciativas fueron escogidas por su calidad de acciones colectivas, sus procesos adelantados de construcción de la memoria, y porque representan a diferentes territorios, enfoques diferenciales y expresiones con múltiples lenguajes.

Con las iniciativas seleccionadas este 2017 se abarcan proyectos presentes en 16 de los 32 departamentos de Colombia. En Antioquia, Arauca, Bogotá, Caldas, Cauca, Caquetá, Cesar, Chocó, Guajira, Huila, Nariño, Norte de Santander, Meta, Santander, Tolima y Valle del Cauca están los territorios donde distintas organizaciones impulsan las acciones de construcción de la memoria.

Así, a través de la asesoría técnica y metodológica del CNMH, se proyecta seguir potenciando los procesos organizativos y las expresiones concretas que estos grupos han venido adelantando, pero sobre todo se espera cumplir con la misión de ser la plataforma para que estas memorias lleguen a la esfera pública, aportar a la dignificación de las víctimas y a la construcción del debate democrático.

Este primer encuentro con las iniciativas de memoria, en 2017, se realizó gracias al apoyo del gobierno de Canadá, a través de OIM, y de ACDI/Voca (USAID)

Iniciativas de Construcción de la Memoria – 2017

  • 4 vidas, el documental – Nariño

  • Abracitos nasas resguardo indígena de huellas Caloto – Cauca

  • Aquí estamos ¡memoria de la discapacidad en el conflicto armado en Colombia – Antioquia, Arauca,  Bogotá, Caquetá,  Chocó, Cauca, Huila,  Meta, Santander, Norte de Santander, Valle del Cauca. Cesar, Tolima.

  • BOSMEVISAN – Meta

  • Casa de la memoria histórica de Samaná – Caldas

  • Comisión de la Verdad Ambiental – Antioquia, Santander

  • El vuelo del fénix – Antioquia

  • Etnohistorias de Cerro Tijeras – Cauca

  • Festival del Río Grande de la Magdalena – Bolívar

  • Fortalecimiento de la guardia escolar – Cauca

  • Galería Viva – Antioquia

  • Iniciativa interétnica de memoria desde las mujeres del norte del Cauca – Cauca

  • Intercambio de experiencias de memoria histórica de mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado – Meta

  • “Intervención con personas vinculadas al conflicto armado interno colombiano en proceso de reintegración: una mirada a través del clown” – Tolima

  • Memorias que renacen del municipio de Carepa – Antioquia

  • Ojalá nos alcance la vida – Antioquia, Cundinamarca

  • Piedras en nuestra memoria parque Las Cruces – Guajira

  • Proceso de abracitos de los niños Nasa – Cauca

  • Proyecto interactivo “Las víctimas del conflicto, sujetos protagónicos de un cambio para Colombia”. – Quindío

  • Reconstrucción de la memoria histórica del reinado del rio trans de chaparral – Tolima

  • Recuperación de la Memoria a través de la comunicación y el arte: Semillero de reporteros. – Cauca

  • Recuperación de la memoria y la dignidad de las víctimas de crímenes de Estado. – Caldas

  • Ruta turística de memoria histórica por el oriente de Caldas y Magdalena medio para conocer algunas realidades de las familias campesinas  y algunas causas del conflicto en sus territorio. – Quindío, Caldas y Caquetá.

  • Tejiendo la memoria de nuestro pueblo para no olvidarla – Nariño

  • Títeres con memoria – Cundinamarca

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Tres artistas colombianos que hacen memoria

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

07 Mar 2017


Tres artistas colombianos que hacen memoria

Formas de la Memoria es una exposición de arte que pretende, con algunas de sus obras, recordar y generar conciencia entre el público sobre hechos de violencia que marcaron la historia del país.


A través del arte nos acercamos a lo sucedido, revivimos momentos, hacemos por un momento parte de un suceso del que somos ajenos. Eso es lo que sucede con Formas de la Memoria, una exposición de la colección de arte del Banco de la República que estará abierta al público hasta el 12 de marzo del 2017.

Está basada en la obra de ficción Funes el Memorioso, de Jorge Luís Borges, en la que Funes, a causa de un accidente, comienza a recordar y a guardar en su cabeza, con exceso de detalles, las experiencias que ha vivido. La exposición presenta las obras de artistas que hacen alusión a las distintas formas de hacer memoria.  

La organización de la exposición se divide en cuatro partes, de acuerdo a momentos que hacen parte del cuento de Borges: “Formas del tiempo”, “Huellas, documentos y archivos”, “Lo recuerdo” y “Recordar la forma”. Allí participan las obras de artistas colombianos como Nicolás Consuegra, Miguel Ángel Rojas, Oscar Muñoz, Doris Salcedo, Humberto Junca y Jesús Abad Colorado.

Tambiénlas artistas Francis Alys, belga, y Claudia Joskowicz, boliviana. Las secciones se dividen de acuerdo a la forma en la que los artistas registraron cada recuerdo, ya sea a través de los sonidos, los objetos o las imágenes, para mostrar el paso del tiempo y en algunos casos la presencia del olvido.

La importancia de presentar al público productos artísticos que hacen referencia a la realidad social del país está en que, como le sucedió a Funes, se recordarán los detalles de sucesos que quedaron registrados en los archivos o documentos. Además, si fueron hechos que trajeron consecuencias negativas a la sociedad, serían un incentivo para que no se repitan.

“El arte es un medio importante para la construcción de la memoria colectiva. El hecho de que un artista traiga a la memoria, no necesariamente los nombres específicos de las personas, pero que traiga a estos espacios la necesidad de recordar a alguien o un suceso de violencia, creo que ya es un gesto importante. La persistencia hace que sea visible”, afirmó Luis Fernando Ramírez, curador del Banco de la República, respecto a los artistas que incluyeron el tema de la violencia en sus obras.

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Fotografía Banco de la República

Grano

La obra Grano (1981) de Miguel Ángel Rojas, ubicada en la sección formas del tiempo, y que ha tenido diferentes versiones, muestra un cuarto en el que sobresale el piso de polvo, el mismo que tenía la casa de su familia en Girardot cuando era niño y que tuvieron que dejar a causa de la violencia. Según la Unidad de Víctimas, 75.633 personas sufrieron el desplazamiento en Colombia antes de 1985. En 2016 fueron registradas 94.955 personas como desplazadas, que se suman a los más de 7 millones que han tenido que abandonar sus casas en los últimos 30 años. Esta vez las paredes del cuarto de Grano están en obra negra, con papeles que descuelgan, con el fin de hacer alusión al desalojo ocurrido en 2016  en el Bronx, en Bogotá. Sin embargo, a pesar de las distintas versiones, Rojas siempre busca traer a la memoria el piso de la casa que le recuerda lo que él y su familia sufrieron años atrás.

“Lo Recuerdo”

En la sección “Lo Recuerdo” están las obras que buscan destacar el olvido como un hecho que caracterizó eventos de violencia relevantes en Colombia. Plegaria muda (2008-2010), una obra de Doris Salcedo, muestra una serie de mesas, una encima de la otra, y en el medio de las dos un cúmulo de tierra cubriendo toda la superficie. De la tierra salen algunas hileras de pasto. Plegaria muda surge de la investigación hecha por la artista sobre el hecho conocido como los “falsos positivos”. La artista entrevistó a las madres de los jóvenes que fueron reportados como desaparecidos y que luego fueron encontrados en fosas comunes disfrazados de guerrilleros. Salcedo busca hacer recordar y generar conciencia sobre lo ocurrido, un hecho por el que fueron condenados militares de distintos rangos. El cúmulo de tierra entre las dos mesas representa la sepultura que las víctimas debieron tener.

Fotografía Banco de la República

Fotografía Banco de la República

En la última parte de la exposición está la sección “Recordar como forma”. A través de herramientas como vídeos, pupitres o imágenes periodísticas, se hace una reconstrucción de la memoria sobre acontecimientos que hicieron parte del conflicto en Bolivia y Colombia. Por un lado está Claudia Joscowicz, con Round and Round and Consumed by Fire (2009), Arrastrado y descuartizado (2007) y Vallegrande, 1967 (2008), una serie de vídeos que presentan los tres momentos destacados de la historia de Bolivia. Por el otro lado está Jesús Abad Colorado, con un conjunto de piezas fotográficas en la que se destacan momentos como la masacre de Bojayá,  la toma de la comuna 13 de Medellín y un paro campesino. Registros de momentos en los que se hace presente la tensión política, el conflicto interno y el papel que desarrollaron en su mayoría los victimarios de los hechos de violencia.

Aunque la exposición se enfoca más que nada en los crímenes y la violencia ejercida, valdría la pena explorar también la perspectiva desde la resistencia de las víctimas.

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Mujeres que hacen memoria

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Autor

María Durán

Fotografía

María Durán

Publicado

08 Mar 2017


Mujeres que hacen memoria

Cerca del 50% de los relatos de memoria y resistencia en medio del conflicto armado han sido construidos por mujeres en Colombia.


Escucha aqui cómo Las mujeres han tejido memoria en Colombia

 

El 8 de marzo se conmemora a nivel mundial el Día Internacional de la Mujer, recordando las luchas históricas de las mujeres por conseguir equidad de derechos en diferentes aspectos de la vida en sociedad;apartándose de lugares que las congelan en roles estereotipados o las reducen a la esfera doméstica, para destacar su rol como agentes sociales empoderadas.

En el contexto del conflicto armado colombiano, esa agencia las ha posicionado como estandartes de la resistencia y en luchadoras a favor de las víctimas. En el Día Internacional de la Mujer, el Centro Nacional de Memoria Histórica(CNMH) rinde un homenaje a ellas, recordando y resaltando sus historias y relatos de algunas mujeres, pues no alcanzarían las horas para nombrarlas a todas, que han sufrido el conflicto pero que con la mayor valentía han resistido a la violencia y han sido constructoras de paz.

Algunas de ellas hacen parte de las iniciativas de memoria acompañadas por el enfoque diferencial de género del CNMH en los últimos años:

Madres de la candelaria 

“Muchas mujeres hemos ido a las cárceles de máxima seguridad con el único fin de hablar con los exparamilitares para  que nos vayan diciendo donde dejaron cada una de las personas desaparecidas…”
Teresita Gaviria. 

“Pero apenas empezamos a oír historias y que ellos contaran lo que había sido la vida de ellos, comenzó a sanar mi corazón y me dio por adoptar tres hijos, entre ellos”.
Dolores Londoño. Documental Mujeres en la Resistencia 

 

 

Mujeres de la UP

“Las mujeres hemos sido siempre muy activas, lo que permitió que en los 70 y 80 fuéramos presidentas de los sindicatos del sector público, más de 27 mujeres, al punto que encabezamos el paro cívico, encabezamos manifestaciones y logramos entonces traer el 8 de marzo como día internacional de la mujer trabajadora”.
Janeth Corredor, sobreviviente de la UP. Documental Mujeres en la Resistencia

 

 

Mujeres de Jambaló

“Yo les digo: mujeres gritemos, mujeres hagamos que esto sea como una revelación de nosotras para decir qué nos duele”.
Isabel Tombe. Documental Mujeres en la Resistencia 

 

 

Organización Ave Fénix

“Soy un ser humano que le tocó dejar atrás una vida, una casa, de forma poco amena, pero no me avergüenzo de ser lo que soy pues no tuve opción, y lo que logré llevar conmigo no tiene opulencia, son mis ganas de vivir y resurgir”.
Mary Luz, integrante de la Organización Ave Fénix


Otras mujeres y organizaciones han hecho parte de los relatos de memoria de los más de 40 informes del CNMH que han implementado el enfoque de género en su construcción:

Fabiola Lalinde

“Los militares hicieron la Operación Cuervos para desaparecer a Luis, entonces yo me inventé mi propia operación. De niña, mi papá me decía que yo era un Sirirí y cuando le pregunté el significado, me respondió que era un pájaro muy insistente que defendía a sus crías de los cuervos sin matarlos”.
Páginas 332 y 333 del Informe Hasta Encontrarlos, del CNMH.

Fundación Nydia Erika Bautista

“El objetivo de la investigación se centró en visibilizar las desapariciones forzadas de niñas y mujeres bajo el conflicto armado y la violencia sociopolítica en el país a través de 39 casos, en los que se han identificado, en la medida en que la información lo permitió, los rasgos de género y de violencia contra la mujer y los impactos diferenciales que las desapariciones forzadas han dejado en las vidas, los cuerpos y los derechos de las víctimas y de quienes las buscan, en un contexto de profunda indolencia, impunidad y discriminación histórica expresada en los casos de las mujeres que se llevaron, y en el trato a los derechos de las que se quedaron luchando por la verdad, la justicia y por el regreso de sus seres queridas”. Andrea Torres Bautista, en entrevista para el CNMH a propósito del Informe de la Fundación, Discriminación e impunidad: Desaparición forzada de mujeres en Colombia

Esther Polo, hija de Maria Zabala, líder de víctimas de Córdoba

“Mi mami convocó a todas las madres y otras mujeres que quisieran ir a buscar a sus hijos y arrebatárselos a los paramilitares(…) A las seis de la mañana se emprendió la caminata, eran cerca de 200 mujeres que se apoyaban las unas a las otras para no caer a los charcos de agua en la carretera, que como siempre estaba inservible. […] Mi madre iba diciendo a las mujeres que no demostraran miedo, que ellos no podíanser tan tontos para matar a tantas mujeres. […] Cuando el terrible comandante estuvo enfrente de las mujeres, les preguntó qué buscaban, y ellas respondieron en coro: “¡A nuestros hijos!”. Hablaron con el comandante, le dijeron que sabían que sus hijos no estaban muertos, que eran muchachos desplazados que tenían derecho a escoger su destino, y que se los devolvieran. Y el comandante ordenó que soltaran a los pelaos, que estaban en un corral de vacas, amarrados. El comandante hasta las felicitó por defender a sus hijos.” En el informe del CNMH Mujeres que hacen historia

Alabadoras de Pogue, Bojayá

“Queremos justicia y paz
Que venga de corazón
Pa’ que llegue a nuestros campos
Salud, paz y educación”.

Alabao por la Paz en la firma de la primera versión del Acuerdo de Terminación del Conflicto entre las FARC y el Gobierno 

 

 

Mujeres Wayúu en Bahía Portete

“Porque yo vi la importancia que teníamos nosotras la mujeres Wayuu y especialmente las mujeres de mi comunidad, porque había sido asesinada mi tía y ella era una gran dirigente, una mujer luchadora. Lo que hoy en día soy, yo lo aprendí de ella, yo aprendí lo que es ser una mujer solidaria, yo digo que si Rosalinda no estuviera muerta quizás estuviera aquí en Porteteviviendo, no tuviera la gente así como andan desplazados, estuviera liderando y luchando por su gente”. Débora Barros, Wayuu Musurat. Tomado del informe Masacre de Bahía Portete del CNMH.

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Hombres, líderes de la memoria en Carepa

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Autor

Luz Mary Hincapié

Fotografía

Luz Mary Hincapié

Publicado

15 Mar 2017


Hombres, líderes de la memoria en Carepa

De cómo un grupo de trabajadores de una finca del Urabá antioqueño se convirtió en abanderados de la memoria histórica del pueblo.


A las oficinas del Centro Nacional de Memoria Histórica en Bogotá a veces llegan cartas físicas, correos electrónicos o visitas de personas que quieren hacer memoria histórica sobre un hecho lejano pero que aún duele. Algunos de esos correos, pocos, provienen de las oficinas institucionales (una gobernación, un ministerio, una alcaldía) que acuden al CNMH pidiendo asesoría para crear procesos de memoria histórica en sus zonas o pueblos de interés. Ese fue el caso de Carepa, Antioquia, hace dos años.

Eisson Lizcano, el secretario de gobierno de la pasada Alcaldía escribió diciendo que, por primera vez en la historia del municipio, querían hacer memoria de dos masacres en fincas bananeras (Osaka y Los Kuna) y de dos desplazamientos masivos. Pero para que la petición de Eisson se convirtiera en un proceso activo y eficaz se necesitaba no solo de la respuesta del CNMH sino de la disposición de las víctimas involucradas (familiares y sobrevivientes), y de otras instituciones en la zona que garantizaran la supervivencia del proceso a pesar de factores políticos como, por ejemplo, el cambio de administración. Y del visto bueno, por supuesto, de los dueños actuales de las fincas. Todo, para fortuna de la memoria de Carepa, confluyó para que casi dos años después, este caso sea modelo para otras regiones del país.

Además, contrario a la regla general de procesos de memoria histórica en que las mujeres son las empoderadas del tema y lideran las reuniones —los talleres pedagógicos, a simbología de los recuerdos y las conmemoraciones— en Carepa han sido los hombres los líderes naturales de la memoria histórica.

“Los primeros días fueron dolorosos; no lo voy negar –dice Humberto Moreno, uno de los nueve trabajadores que sobrevivieron a la masacre en la finca Osaka donde aún hoy laboran-. Pero a partir de este proceso me he ratificado en lo que soy, en lo que son mis compañeros… me ha vuelto la esperanza y las ganas de vivir”. Humberto perdió a su señora, Lidia Padilla, y diez compañeros más en la masacre de febrero de 1996. Guerrilleros del Frente V de las Farc, comandados por alias “Karina”, bajaron de un bus a once trabajadores de la finca y prendieron fuego contra ellos por ser supuestos simpatizantes del movimiento Esperanza, Paz y Libertad (surgido de la desmovilización de la guerrilla del EPL).

Humberto ha liderado gran parte del proceso. Veinte años después de los hechos ha colaborado en la búsqueda no solo de los sobrevivientes de la otra masacre de Carepa (finca Los Kunas) sino de los familiares de los muertos. “Nos hemos desahogado. Esto es volver a vivir”, dice y destaca los talleres de memoria que sirvieron como catarsis, la cartilla con sus historias y sus fotos, los pendones y el documental  que se hicieron como parte de todo el proyecto.

Nunca habían hablado de lo que pasó y Eisson –el exsecretario de gobierno- ya lo había advertido en el primer correo electrónico.  En menos de dos años resurgieron líderes antes opacados, tal vez, por la rutina del trabajo (jornadas entre 4 a.m y 7 p.m): “Siempre teníamos miedo de hablar porque pensábamos que íbamos a ser señalados, pero vencimos ese miedo, todo confluyó y pudimos sacar ese dolor de adentro”, dice Humberto.

El pasado 14 de febrero conmemoraron 21 años de la masacre de Osaka, el CNMH donó una placa y en los próximos meses se construirá una escultura en la finca para seguir recordando a las víctimas. Fue un acto sobrio pero emotivo para los sobrevivientes y sus familiares. Pensar en el horror ocurrido en Urabá es una constate salvo que esta vez, en Carepa, esos recuerdos se convirtieron en el mejor pretexto para que trabajadores bananeros lideraran procesos a favor de la memoria.

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La memoria en el aula de clase

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Grupo de Pedagogía

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Grupo de Pedagogía

Publicado

16 Mar 2017


La memoria en el aula de clase

Distintas prácticas pedagógicas fueron socializadas en el Foro Internacional sobre Pedagogía, Memoria y Violencia en la Universidad Nacional. El CNMH compartió sus experiencias de construcción de memoria entre jóvenes de los últimos grados de bachillerato.


Desde hace varios años América Latina se convirtió en un referente en temas de construcción de memoria histórica. La consolidación de la Red Latinoamericana de Sitios de Memoria es un ejemplo de ello; grupos de académicos y ciudadanos se han reunido en torno a la memoria para pensar en políticas públicas que contribuyan a este propósito y han posicionado el tema en la agenda del continente.

Sin embargo, conforme ha pasado el tiempo los retos para la memoria en América Latina son diferentes y se enmarcan, en gran medida, en la participación de las juventudes y nuevas generaciones. Durante el 1 y 2 de marzo, el Departamento de Antropología de la Universidad Nacional organizó el Foro Internacional sobre Pedagogía, Memoria y Violencia en el que se trataron varios temas relacionados con estas necesidades.

Invitados de varios países compartieron experiencias en torno a estrategias pedagógicas que han servido como herramientas para que las nuevas generaciones apropien memorias que, en el sentido temporal, les son cada vez más ajenas. Los invitados trataron casos de Argentina, Perú y Guatemala, donde los jóvenes están menos vinculados con la violencia, dictaduras, guerras de guerrillas, y su única relación con esos hechos, en muchos casos, termina siendo a través de actos y lugares de memoria de los sobrevivientes.

Elizabeth Jelin, de Argentina, por ejemplo, expone que memorias que pueden parecer olvidadas o muy lejanas, en determinados momentos, a partir de nuevos marcos culturales pueden volver a tener una vigencia. De esta manera, terminan vinculando a jóvenes con nuevas formas de identificarse con su nacionalidad, su pasado y una idea común de futuro guiado por la  no repetición.

En este mismo sentido, otra de las invitadas al foro, Sandra Raggio, de Argentina, desarrolló una experiencia (Jóvenes y Memorias) con jóvenes en algunas regiones de ese país. En los talleres, el énfasis de sus reflexiones estaba relacionadas con la importancia de conocer el pasado para enmarcar sus acciones futuras en la necesidad de no repetir los hechos atroces que sus padres y abuelos tuvieron que vivir.

Maria Emma Wills, coordinadora del grupo de pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), también presentó una ponencia acerca de la experiencia de la Caja de Herramientas para Maestros y algunas otras propuestas pedagógicas del CNMH.

La experiencia en Colombia es particular porque apenas se está implementando el acuerdo de paz, producto de los diálogos entre el Estado con las FARC. Sin embargo, los jóvenes que se acercan al pasado por medio de reflexiones de memoria histórica han apropiado estos hechos y se han comprometido con la consolidación de la paz con el fin de que el dolor de otros no lo tenga que vivir nadie más, y el horror no vuelva a suceder.

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India y Bosnia: dos miradas a la memoria

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Cortesía EUROCLIO

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Cortesía EUROCLIO

Publicado

28 Mar 2017


India y Bosnia: dos miradas a la memoria

La Asociación Europea de Educadores de Historia (EUROCLIO), escogió a Colombia para hacer parte del proyecto “Lidiar con el pasado en la enseñanza de historia”, que empezó en febrero de 2016, y terminará en abril de 2017.

El objetivo del proyecto es permitir el intercambio de experiencias entre líderes en educación de ocho diferentes países, con líderes de todo el mundo que también trabajan por la enseñanza de la historia y la memoria.

Las representantes de Bosnia-Herzegovina y de la India escogieron como destino a Colombia y estuvieron en Bogotá entre el 12 y el 16 de marzo. Visitaron el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) donde conocieron el proyecto de la Caja de Herramientas para maestras y maestros, y algunas experiencias de docentes que la han implementado en sus aulas, en Bogotá y otras regiones.

También visitaron otras instituciones como colegios públicos y privados, el Ministerio de Educación y el Centro de Memoria Paz y Reconciliación.

La invitada de la India, Meena Megha Malhotra, es artista y trabaja en la Fundación Seagull, dirigiendo el proyecto “PeaceWork”. En él promueven el cambio social por medio de expresiones artísticas y talleres de arte con niños de diferentes partes de la India. Para ella, uno de los retos más grandes de su trabajo es la cultura de silencio que existe en su país, alrededor de la enseñanza del pasado; tanto reciente como histórico, y sobre los conflictos étnicos, religiosos y de castas.

Por su parte, Senada Jusic, de Bosnia-Herzegovina, es historiadora y profesora de historia. Trabaja para EUROCLIO en su país, y actualmente hace parte del equipo que busca reformar el currículo de historia en Sarajevo.

En Bosnia-Herzegovina el tema de los conflictos interétnicos relacionados con el conflicto armado interno que vivieron previo a la separación de Yugoslavia, no han sido bien manejados. Sobre todo entre los jóvenes que no ven en sus propios países esperanza ni oportunidades para desarrollarse, y terminan emigrando a otros lugares de Europa.

A sus ojos, la experiencia de Colombia es interesante por la forma como han logrado converger las organizaciones sociales y civiles con iniciativas de Estado, y por las experiencias que, aún en medio del conflicto, lograban resistir mediante la enseñanza de la historia y la memoria.

El CNMH habló con ellas acerca de sus impresiones, sus experiencias y la relación que ven con Colombia.

¿Por qué escogieron Colombia, entre los países a los que podían ir a visitar?

Meena: Debo confesar que no tenía mucho conocimiento acerca de su sistema de educación ni el conflicto armado que habían vivido. Sin embargo, había oído de fuentes muy cercanas y sólidas, que trabajan temas de historia, que aquí había un trabajo valioso en cuanto a la incorporación del pasado difícil en las enseñanza dentro de las escuelas. Eso me motivó a venir porque, de donde yo vengo, no ocurre algo así.

Senada: Para mi fue al contrario, conocía la historia del conflicto en Colombia, las guerrillas, secuestros, violencia sexual, etc. Pero no sabía de la parte que la educación y el activismo social tenían en ello. Cuando nos estaban nombrando los países que podíamos escoger y supe de la conexión que existía aquí entre el Estado y las organizaciones sociales, así sea en un nivel lejano, quise venir a ver de qué se trataba. En mi país este es un grave problema; no existe ninguna conexión de este tipo. Las organizaciones influencian a ciertas personas y el gobierno a otras. El poder que existe en combinar estas dos influencias haría un cambio muy grande. Por eso decidí venir.

¿Esas ideas se confirmaron después de su visita?

Meena: Absolutamente. Después de lo que hemos visto en las diferentes presentaciones, estamos impresionadas por el trabajo que se está llevando a cabo. Muy analítico y muy bien planeado.

Senada: Estoy totalmente de acuerdo. Me encantó conocer las realidades de las personas que trabajan en campo y están haciendo la diferencia. Además, ellos no están en una etapa de negación, sino que son muy realistas acerca de su trabajo, lo que pueden y lo que no pueden hacer por el momento.

¿Cuál es el peligro en la cultura del silencio que mencionó en su presentación?

Meena: El peligro es que el pensamiento se fija en un imaginario determinado. Cuando las personas no hablan de ciertas cosas, y las condiciones y la sociedad son de determinada manera, se generan imaginarios, paradigmas que terminan dividiendo la sociedad. Y esta división nunca es buena, es muy peligrosa. Es como una bomba de tiempo que no sabes cuándo ni qué la va a hacer explotar en algún conflicto social.

¿Por qué es importante hablar del pasado de forma positiva y no solamente de forma negativa?

Senada: Cuando en un país se lucha constantemente con la economía, los malos trabajos, la corrupción, la inmigración, el desempleo, etc., hay un aire muy negativo en general. Por lo tanto, las personas empiezan solo a hablar sobre esas cosas negativas. Cuando empiezas a resaltar lo positivo, lo que tienes y lo que puedes hacer, inspiras esperanza para el futuro y llamas a la acción a las personas. Por ejemplo, si le explicas a las nuevas generaciones que aquí pueden conseguir un trabajo tan bueno y una calidad de vida como la que esperan tener en Alemania, ellos pueden empezar a creer en el futuro de su propio país. Por esa influencia negativa, muchos jóvenes han perdido la esperanza y solo quieren irse. Pero si se quedaran y trabajaran por lo suyo, podríamos pensar en una posible transformación de la sociedad.

Por último, es fácil perder la esperanza cuando el cambio no sucede tan rápido como esperamos. En Colombia a veces sentimos esto, tras tantos años de un conflicto armado. En su propia experiencia, ¿cómo siguen trabajando sin perder la paciencia o la esperanza?

Meena: Creo que una gran diferencia es que el cambio es muy distinto cuando se propone como parte de la agenda nacional. Así lo veo yo en el caso de Colombia, donde se han tomado decisiones estratégicas a nivel nacional y en la esfera pública por la construcción de paz. Por el contrario, en el caso de la India, esto no ocurre. Se trabaja más con lo intangible; y en ese caso, las respuestas son diferentes a tus expectativas. Uno siempre quiere ver el cambio mientras viva, pero no puede perder la paciencia porque el trabajo es de una naturaleza tal, que no ocurre de la noche a la mañana. Y no puedes perder la esperanza porque vale la pena trabajar por la paz y el bienestar de todos. Además, ustedes tienen, al menos una parte de la institución, como respaldo.

Senada: Por un lado de niña se me enseñó que cada día uno debía hacer algo bueno y bello para el mundo, por pequeño que fuera. Por otro lado, se debe creer que hay algo bueno en cada ser humano que puede empoderarlo y hacer que contribuya al cambio social. Tienes que creer eso, si no, no tiene sentido hacer nada de esto. 

Publicado en Noticias CNMH


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Muralismo y memoria

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

21 Abr 2017


Muralismo y memoria

Indígenas nasa y muralistas asistirán, el próximo miércoles 26 de abril, a la Filbo para dar testimonio de cómo el arte le cambió la cara a un pueblo que sobrevivió a más de 700 ataques guerrilleros. 


Toribío fue uno de los municipios más golpeados por la guerra. Todo el norte del Cauca lo fue. Los actores armados se atrincheraron en esas montañas habitadas por indígenas nasa. Prueba de ello son las casas baleadas o destruidas y las historias de terror de las que todos fueron testigos. También los grafitis alusivos a las guerrillas: las caras de exjefes guerrilleros están tatuadas en un altísimo número de paredes.

Los nasa, sin embargo, no han abandonado sus territorios. Casi todas las madres entierran el cordón umbilical y la placenta para crear un lazo entre sus hijos y el lugar donde nacieron. Muchos nasa creen que la fuerza de ese lazo, de ese ombligo, es la que los ha impulsado a buscar formas de quedarse. La resistencia de ese pueblo se nota en la Guardia Indígena, en los procesos de liberación de la madre tierra, en el ejercicio de la justicia propia o en la creación de medios comunitarios. 

También se notó, en 2013, cuando se hizo la primera Minga Muralista del Pueblo Nasa. Decenas de artistas se reunieron a pintar murales gigantes en las paredes de Toribío. Era un acto de resistencia, una apuesta política. Las pinturas se oponían a la guerra y exaltaban la cosmovisión nasa. Una de las más famosas, estampada en las ruinas de una casa destruida, dice “Menos bazuca, más yuca”. Pintar murales fue una respuesta a los grafitis de los armados, un acto de soberanía y una forma de darle un nuevo aire al territorio. 

A finales de 2016, paralelo a los últimos días del proceso de paz con las FARC, se hizo una nueva Minga Muralista. Artistas nacionales e internacionales participaron en la creación de casi 50 murales más. Antes de pintar, los mayores nasa prepararon a los artistas: hubo talleres donde les enseñaron su cosmovisión, su contexto político y se hizo un ritual con los guías espirituales. Hubo también charlas, cineforos, conciertos y capacitación para jóvenes reporteros. En toda la actividad, que fue apoyada por el Centro Nacional de Memoria Histórica, participaron alrededor de 300 personas. Su consigna fue contundente: “Toribío no es como la pintan, sino como nosotros la pintamos”.

El próximo miércoles 26 de abril, en el marco de la Feria del Libro de Bogotá, estarán los indígenas y los artistas contando de primera mano su experiencia. Vendrán 11 líderes nasa, más de 20 artistas y un par de jóvenes reporteros indígenas. La jornada, que inicia a las 10:00 a.m. en el Salón C de Corferias, abrirá con una sesión de pintura de murales en vivo. Luego hablarán los nasa y los artistas en el conversatorio “El saber pinta la memoria”. Allí se presentará una edición especial la revista Ya’ja, que se entregará a los asistentes, y se lanzará un especial web que recoge los testimonios y las imágenes de la Minga. Al final habrá una nueva sesión de pintura. 

A los asistentes se les entregará un ejemplar de la revista Ya’ja.

Evento de lanzamiento

Bogotá
Hora: 10:00 a.m.
Fecha: Miércoles 26 de abril de 2017 
Lugar: Feria del Libro de Bogotá, Corferias, Salón Filbo C.

Publicado en Noticias CNMH


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