Etiqueta: Verdad

“Contribuir a la verdad hace parte del cambio”

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Autor

CNMH

Fotografía

Ricardo González

Publicado

15 Abr 2015


“Contribuir a la verdad hace parte del cambio”

“Recibir esta certificación hace parte de un cambio en la vida de nosotros. Es muy difícil venir a contar lo que uno sabe, pero, tal vez, podemos ayudar de alguna forma para que todos sepan lo que le pasó al país”.

Con estas palabras Marlon, una de las primeras personas desmovilizadas en el departamento de Antioquia en recibir certificación por aportar a la verdad, dio la bienvenida a una nueva etapa de su vida en la que quiere demostrar que le apuesta a un nuevo proyecto personal que ayude a la paz y la reconciliación de su comunidad y de su país.

Hoy puedo decir que duermo tranquilo y que hay familias orgullosas de nosotros por haber dado el cambio que dimos”, agregó Marlon durante su breve intervención en una entrega colectiva de certificaciones de contribución a la verdad y a la memoria realizada en el Museo Casa de la Memoria de Medellín.

Se trata de una de las 375 certificaciones de contribución efectiva a la verdad por parte de personas desmovilizadas cobijadas por la Ley 1424 de 2010 que ya están en proceso de entrega en el departamento de Antioquia.

Para Álvaro Villarraga, director de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica se trata de un momento importante para las personas que están siguiendo la ruta de reintegración y retorno a la vida civil luego de haber hecho ruptura y abandono de grupos armados ilegales.

“La certificación da fe y constancia de un aporte positivo a la verdad. Su esfuerzo le contribuye a las víctimas, a la sociedad, supera la historia de violencia grave, sistemática y masiva que comprometió al fenómeno paramilitar. Su actuación da fe de una actitud ciudadana de construcción de memoria histórica”, dijo.

Villarraga recordó que el derecho a la verdad responde a un esfuerzo colectivo de la sociedad y anunció que en el segundo semestre del año se harán los procesos de contribuciones voluntarias para que participen todos los sectores de la sociedad que consideren que pueden aportar elementos de construcción de verdad sobre el conflicto armado colombiano.

Es un éxito de ustedes, se reivindican a sí mismos moralmente, rompen con la violencia y con el legado de violación a los derechos humanos. Deconstruye una historia de violencia paraconstruir una historia de verdades”.

A la fecha en el departamento de Antioquia, la DAV ha recibidolos acuerdos de la verdad provenientes de 3.866 personas en proceso de reintegración, 1.486 de ellas ya se acercaron a entregar sus relatos.

Estos aportes son el resultado del mandato de la Ley 1424 de 2010 que busca contribuir al logro de la paz perdurable, la satisfacción de las garantías de verdad, justicia y reparación a las víctimas, a través de los aportes de personas desmovilizadas del paramilitarismo no vinculadas a delitos de lesa humanidad, que hubieran incurrido únicamente en los delitos de concierto para delinquir simple o agravado, entre otras, como consecuencia de su pertenencia a dichos grupos.

 


Cambio, Comisión de la Verdad, Verdad

Nueva entrega de certificaciones por aportes a la verdad

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

06 May 2015


Nueva entrega de certificaciones por aportes a la verdad

“Después de dejar las armas y desmovilizarnos, decir la verdad ha sido un paso importante para reivindicarnos ante el país. Ojalá este sea una ejemplo para otros grupos armados como las Farc”.


Y es que para Leonardo, el paso de aportar a la verdad le permitió reencontrase con él mismo y con su nuevo proyecto de vida. Este fue uno de los 100 desmovilizados que atendieron la cita a la verdad en Bogotá, propuesta por el Centro Nacional de Memoria Histórica a través de su Dirección de Acuerdos de la Verdad (CNMH-DAV).

Formó parte del grupo convocado, este martes, por la DAV y la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), a las instalaciones del hotel Continental, para dar este nuevo paso dentro de su proceso de reintegración social.

“Es algo importante porque pude sacar algo que tenía guardado, es algo histórico y sirve para un proceso significativo para el país”.

Leonardo formó parte del primer grupo de personas desmovilizadas en Bogotá, cobijada por la Ley 1424 de 2010, que no cometieron delitos de lesa humanidad y que ya completaron su proceso ante el CNMH por aportar a la verdad, por lo que recibió la certificación que le permite acceder a los beneficios de la ley y mantener su libertad.

“Para la reparación de las víctimas es importante porque el país y el Gobierno saben que diciendo lo que sabemos se puede convertir en una forma de reparación moral a las víctimas del conflicto”, expresó.

La DAV está en proceso de entrega de certificaciones en todo el país como parte de un ejercicio de reintegración de las personas desmovilizadas de la AUC que no fueron cobijadas por la Ley de Justicia y Paz y que exige trabajo social y aportar a la verdad histórica del conflicto.

“Estamos en la labor intensa de recoger los relatos de verdad, analizarlos y de entregar las certificaciones con las que los firmantes completan sus procesos de reintegración. Con los relatos brindados haremos informes para entender mejor lo que pasó y evitar que estos hechos se vuelvan a repetir”, explicó el coordinador regional de la DAV en Bogotá, Francisco Taborda.

A la fecha, la DAV ha recibido acuerdos de la verdad provenientes de más de 14 mil personas en proceso de reintegración, de las cuales cerca de cinco mil ya se acercaron a entregar sus relatos. Unas dos mil personas están en proceso de recibir la certificación positiva o negativa por sus aportes a la verdad del conflicto.

Estos aportes son el resultado del mandato de la Ley 1424 de 2010 que busca contribuir al logro de la paz perdurable, la satisfacción de las garantías de verdad, justicia y reparación a las víctimas, a través de los aportes de personas desmovilizadas del paramilitarismo no vinculadas a delitos de lesa humanidad, que hubieran incurrido únicamente en los delitos de concierto para delinquir simple o agravado, entre otras, como consecuencia de su pertenencia a dichos grupos.

 


Comisión de la Verdad, Verdad

“Nuestro compromiso es acompañar a las víctimas en su búsqueda de la verdad”

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

César Romero para el CNMH

Publicado

29 May 2015


“Nuestro compromiso es acompañar a las víctimas en su búsqueda de la verdad”

El jueves 28 de mayo, en el Centro Cultural Gabriel García Márquez, fue presentado el informe Textos corporales de la crueldad. Gonzalo Sánchez, director general del Centro Nacional de Memoria Histórica, fue el encargado de darle apertura a este sentido evento en el que organizaciones, víctimas y el público asistente reflexionaron y recordaron a las miles de víctimas de desaparición forzada en Colombia. A continuación compartimos sus palabras:

“Hoy vamos a hablar aquí en Bogotá de una historia dolorosa pero poco conocida. Debemos hacerla pública, para cumplir con el compromiso que tiene el CNMH y el compromiso que tenemos como sociedad con todas las víctimas, y muy especialmente con aquellas que fueron las más duramente golpeadas, pero que han sido las menos visibilizadas y reconocidas. Con este informe titulado Textos corporales de la crueldad: memoria histórica y antropología forense, pretendemos romper el silencio sobre uno de los muchos crímenes que afectaron a la población caqueteña, hace ya 13 años.

El informe es un ejercicio de memoria histórica que tiene como escenario la Inspección de Puerto Torres, perteneciente al municipio de Belén de los Andaquíes  . No obstante, estas páginas esclarecen una historia atroz: la que subyace a la muerte, el rastreo y la exhumación de 36 cuerpos hallados por el CTI de la Fiscalía  en 2001 en Puerto Torres,. Y relata las acciones del Frente Sur Andaquíes del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia, que se instaló en el año 2000 en medio de una población con poco más de 500 habitantes para crear allí lo que por su estructura y funcionamiento puede ser designado como una “escuela de la muerte”: un lugar cuya existencia estuvo atada a otros modos de violencia no menos infames: el confinamiento y amedrentamiento de la población, la tortura, el asesinato y la desaparición forzada de personas.

Durante el proceso de paz del presidente Pastrana, al tiempo que se abrió una “zona de despeje” que para muchos entregó el norte del Caquetá al control de la guerrilla durante las negociaciones, el sur del Departamento fue literalmente “tomado” por el paramilitarismo, por varios frentes cuyos miembros provenían de Urabá y de otras regiones del norte del país. De tal manera, la región sufrió una nueva Conquista, que la dividió en dos, sin que se produjera un enfrentamiento directo entre ese norte “despejado” para la guerrilla y ese sur “tomado” por el paramilitarismo, sino a través de la población civil, que en medio de tan peligroso escenario fue duramente estigmatizada y victimizada, como le ha sucedido a tantas otras poblaciones en medio de la guerra.

En Puerto Torres —uno de los lugares afectados por la violencia paramilitar que se desencadenó en ese entonces en el sur del Caquetá—, toda la población fue vulnerada por parte de los paramilitares del Frente Sur Andaquíes. La suya fue una incursión prolongada que, en contra de lo aducido por este actor armado en otros territorios del país, no estuvo asociada a la expulsión de otro actor armado preestablecido o al previo señalamiento de sus habitantes como colaboradores de la guerrilla, sino al aprovechamiento de la condición marginal de este pueblo en la guerra para instalar con libertad oprobiosos mecanismos de terror. El confinamiento y el silencio impuestos a los habitantes de Puerto Torres, la convivencia forzada en sus casas con los verdugos, el desfile de la muerte por sus calles, la profanación de la escuela que de espacio de enseñanza ciudadana fue convertida en una escuela de la crueldad y la conversión en calabozo de la casa cural, son solo algunos de los hechos que dan cuenta de la violencia cotidiana sufrida por los belemitas de esta zona, en donde un pequeño caserío terminó “convertido en un gran cementerio con iglesia, escuela y campo de fútbol”, como lo refiere la investigadora Helka Quevedo, relatora de este informe.

La deshumanización, en un contexto de guerra degradada, llegó a extremos casi inimaginables en Puerto Torres, tanto por el carácter despiadado de los perpetradores como por el daño infligido a las víctimas. Allí, la tortura y la desaparición forzada fueron convertidas en rutina por parte de los emisarios de la muerte.

El perfil y el talante del victimario se revelaron en esta investigación, y de qué manera, en los cuerpos mismos de sus víctimas. La violencia ejecutada con crueldad y sevicia dejó huellas indelebles sobre los cuerpos o lo que quedó de ellos. Pero en este caso no solo hablaron los cuerpos. También la figura del victimario fue escuchada directamente en esta investigación, en la medida en que contribuyó a reconstruir, a partir de su propio conocimiento, el mapa de las atrocidades cometidas. Es uno de esos pocos casos de colaboración efectiva en el esclarecimiento por parte de los perpetradores.

Los 36 cuerpos exhumados en 2001 corresponden a 36 personas desaparecidas, de las cuales solo se han podido identificar plenamente 9. Lo que nos lleva a indagar acerca del significado de la desaparición forzada, ese reto enorme de vivir a la espera de respuestas, o a vivir en una altísima proporción de casos sin respuestas.

En primer lugar, hay que decir que la desaparición forzada es un evento con resonancias comunitarias: los amigos, los parientes, los vecinos… todo el mundo termina afectado. Obliga a las personas del entorno familiar a cambiar sus proyectos de vida. La desaparición forzada, pudiera decirse, es una especie de herida abierta en la sociedad, en la familia, en los círculos sociales, políticos y culturales de los sobrevivientes.

En segundo lugar, y por más doloroso que sea reconocerlo, la desaparición forzada dificulta la construcción de empatías sociales. La sociedad reacciona con cierta diligencia frente a la certeza, pero no frente a la incertidumbre. El desaparecido es socialmente una categoría difícil de precisar. Se configura como un no lugar: no está entre los vivos, no está entre los muertos. ¿Qué es entonces para la sociedad un desaparecido? El desaparecido es un sujeto “puesto bajo sospecha”. Para muchísimas de las personas que no han vivido el conflicto armado, que lo observan desde la distancia, el desaparecido es alguien que huye, es alguien que se esconde, o es alguien que abandona su hogar. Es una figura cercana a la del ilegal… No se inscribe claramente en el horizonte de las víctimas, puesto que carece de los criterios usuales de reconocimiento de una víctima; a saber: la materialidad del cadáver y la evidencia de una acción violenta cometida contra él.

Sin embargo, a partir de múltiples experiencias internacionales se ha podido establecer “la triple condición que implica la categoría desaparecido: la falta de un cuerpo, la falta de un momento de duelo y la de una sepultura” (Ludmila Da silva, “Sin cuerpo, sin tumba. Memorias sobre una muerte inconclusa”). Por años se extiende el dolor en el círculo cercano de la víctima, que espera, busca, espera, busca… (Ludmila Da Silva). La indeterminación dificulta la elaboración y el cierre del duelo.

En este contexto, el acompañamiento de la memoria se propone romper esa imagen distorsionada e interpelar a la sociedad o a la institucionalidad ausente o cómplice a hacerse cargo de su responsabilidad y solidaridad con quienes a menudo quedan solos en su ansiedad y su sufrimiento.

(Como lo ha dicho Sylvia Karl en “Rehumanizing the Disappeared”): En los discursos y prácticas de la desaparición forzada todavía predomina, más que una memoria colectiva o nacional, una contramemoria: la negación. De ahí que los objetos, las huellas, las pancartas, las fotos con los rostros de los desaparecidos, las siembras de árboles… cobren tanta importancia como elementos de recomposición de la identidad perdida o suspendida. El clamor por la verdad y la memoria, por la rehumanización, es la exigencia más vigorosa de esta forma de victimización. Cremar, enterrar, despedir, son rituales social y psicológicamente necesarios en la narrativa de los sobrevivientes.

La desaparición forzada es un crimen de lesa humanidad muy asociado a las dictaduras; por eso, en un país como Colombia —internacionalmente identificado como país de democracia— ha sido muy difícil visibilizarlo, pese a que su grado de ocurrencia y magnitud es totalmente comparable con esas experiencias extremas.

Por otro lado, la presencia cotidiana de los actores armados o de actores sociales o políticos involucrados en la violencia, y las tensiones comunitarias, son factores que inciden en la posibilidad de romper o no el silencio. El miedo a la violencia reiterada genera autocensura. El escenario regional tiende, por tanto, a ser mucho más limitante sobre la acción y la palabra que el espacio nacional, en el cual se encuentran variados recursos de conocimiento, de contactos y apoyos legales o políticos, incluso internacionales. El lanzamiento del informe en Florencia y Puerto Torres nos mostró lo importante que es para los familiares poder compartir las emociones y sentir el apoyo de organizaciones o instituciones de otras regiones. Una de las familias comentó allí: “nos sorprendió que hubiera gente de otros lugares que sin conocernos se interesara por nosotros, por nuestro dolor”.

El propósito del CNMH al hacer la triple presentación pública de este informe,  en Florencia,  en Puerto Torres, y hoy en Bogotá, responde al anhelo de fortalecer la capacidad de denuncia de la población que se ha visto afectada por el conflicto armado en la dimensión de la desaparición forzada de personas, y un intento por recuperar los lazos sociales e institucionales trastocados por la violencia y la indiferencia. Frente al silencio forzado, la recuperación de las condiciones para el ejercicio de la palabra es una tarea ineludible de dignificación comunitaria. Volver a hablar o comenzar a hablar es un derecho que todos debemos contribuir a proteger.

Los japoneses tienen la bella y elocuente costumbre de reparar con oro sus cerámicas rotas, resaltando con ello que la historia de los objetos queridos no es algo que se pretenda ocultar sino resaltar. A semejanza de esa práctica, el ejercicio de memoria realizado en Puerto Torres a través de la investigación forense no desaparece ni oculta las heridas sufridas por su población, aquellas que convirtieron a esa inspección en un sitio fantasmal y en un cementerio clandestino, sino que, por el contrario, la memoria de las exhumaciones reconstruye las heridas, las relieva en su sanación como una muestra de resiliencia: esa capacidad que tienen los seres humanos de recuperarse y hacerse más fuertes tras los quebrantos sufridos.

Las exhumaciones realizadas en Puerto Torres han tenido una fuerza desencadenante de investigación y esclarecimiento insospechada. Las instituciones y organizaciones aquí presentes dan cuenta de ello.  Se trata de una reconstrucción forense que irradia en el campo judicial, en el de los derechos humanos y en el personal. De hecho, las exhumaciones allí realizadas han sido una oportunidad para desenterrar la violencia y brindarles a sus víctimas la verdad que intentó ser ocultada por los perpetradores; una oportunidad para encontrar la identidad y con ello la historia de los restos inertes; una oportunidad para exhumar a esos seres humanos y darles una sepultura más digna. Las exhumaciones han sido, en ese sentido, una oportunidad para las familias de mitigar el dolor. Lo que sucedió en Puerto Torres sucedió en otros muchos sitios de Colombia que también están en la búsqueda de su cuerpo 36. Nuestro compromiso aquí y allá es acompañar a las víctimas en su dolor, en su coraje y en su búsqueda de la verdad que hoy todavía permanece enterrada.”

Gonzalo Sánchez Gómez

Publicado en Noticias CNMH



CNMH, Verdad, Víctimas

Bienvenida la verdad

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

29 May 2015


Bienvenida la verdad

En la parte más alta de la Cordillera Occidental, a la altura del departamento del Cauca y  a cuatro horas de camino desde el municipio de Cajibio, está Ortega, un corregimiento que en una pequeña extensión ha  experimentado el conflicto en carne propia.


En sus entrañas esta tierra ha visto correr la sangre de sus campesinos desde los años 60, cuando sufrieron ataques de algunos grupos guerrilleros. Tras el asesinato por parte de un grupo de las Farc, en 1977, de Leonidas Becoche y de Manuel de Jesús Quina, la historia de este territorio dio un giro de 180 grados.

Ese día la comunidad decidió organizarse para defender su territorio de futuros ataques de grupos armados ilegales. De esta manera nacen las Autodefensa Campesinas de Ortega. Pero la historia sólo les mostró que la violencia engendra más violencia, por lo que se convirtió el único grupo de estas características que, años más tarde, fue cobijado por la Ley 1424 de 2010 y que empieza a construir una nueva historia de reintegración con sus 169 integrantes en el 2003.

A ese lugar llegó el Centro Nacional de Memoria Histórica, a través de su Dirección de Acuerdos de la Verdad para tomar los relatos de esta historia, aportes que ayudarán a reconstruir la verdad de los hechos que victimizaron a muchos miembros de la población del Cauca en el marco de la incursión paramilitar. Ellos se acercaron a  varias jornadas realizadas a lo largo del 2014 para cumplir con este compromiso como firmantes de Acuerdos de la Verdad con el Gobierno colombiano.

En la semana del 18 al 20 de mayo pasados, un grupo de miembros del equipo de la DAV de la sede regional Cali llegó hasta este territorio para hacer entrega de  78 certificaciones a igual número de personas desmovilizadas.

“Estos aportes constituyen una positiva contribución a la verdad para esclarecer el contexto, dinámica y trayectoria de esta estructura armada que surgió como una autodefensa campesina en oposición y resistencia a distintos hechos de violencia generados por la guerrilla en las décadas de los 80 y 90 e incluso con antecedentes que remontan a hechos de los años 60”, explicó el coordinador de la sede regional Cali de la DAV, Diego Luis Arias.

De esta manera la población de Ortega le dio la bienvenida a la verdad y ratificó el nuevo proyecto de construcción de su vida comunitaria, gracias al emprendimiento de diferentes proyectos productivos asociados a su vocación agrícola, el café.

“Además de cumplir con los requisitos de la Ley 1424, este ejercicio ante la DAV-CNMH las personas desmovilizadas de las Autodefensa Campesinas de Ortega  sienten como un aporte efectivo a la construcción de una paz estable y duradera”, concluyó Arias.

La actividad fue posible gracias al apoyo de los líderes de la comunidad y la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) del Cauca.

 


Cauca, Verdad

Memoria y verdad de las mujeres en Colombia

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

Gabriel Corredor.

Publicado

17 Jul 2015


Memoria y verdad de las mujeres en Colombia

Mientras Lars Ole Vaagen, embajador de Noruega, reconocía la importancia de la decisión de las Farc para iniciar un nuevo periodo de cese al fuego unilateral a partir del 20 de julio, Nurys Angulo, una afrocolombiana llegada desde Tumaco a la capital colombiana, cantaba para recordar a las víctimas que el conflicto armado ha dejado en la Perla del Pacífico. De esta manera inició el foro Memoria Histórica y Verdad de las Mujeres en Colombia, realizado en la Universidad Javeriana el pasado 8 de julio.

“La memoria se construye, no se recupera, pues no es algo que ya esté hecho. Se construye con preguntas, buscando respuestas al por qué de lo sucedido” Con estas palabras comenzó su intervención Pura Sánchez, investigadora invitada desde España y quien se ha dedicado a estudiar la represión durante la guerra civil española en 1936 y la dictadura franquista, periodo en el que según la Plataforma de Víctimas de Desapariciones Forzadas por el Franquismo, fueron desaparecidas 140.000 personas.

Martha Nubia Bello, mujer que tiene a cargo el reto de dirigir el Museo Nacional de la Memoria, continuó el panel. “La memoria debe ser entendida como elemento de resistencia, justicia, legado y duelo”, además agregó: “este Museo debe ser un espacio para que todos reaccionemos y nos indignemos, nos horroricemos y nos hastiemos de una guerra que se ha extendido por más de medio siglo”.

Luego, Olga Sánchez Gómez de la Casa de la Mujer tomó la palabra y destacó la responsabilidad que tienen las mujeres para entregar a las presentes y futuras generaciones colombianas un país en paz.  “La paz es nuestro bien supremo” indicó. Y es que con 12 exposiciones, 42 talleres sobre “cuerpo territorio y violencia”, la formación en temas de derechos humanos de aproximadamente 83.000 mujeres colombianas y el fortalecimiento de 630 organizaciones y grupos de mujeres en diferentes departamentos del país, la Casa de la Mujer se ha convertido en una de las principales organizaciones que trabajan por la memoria del país.

Finalmente, Marina Gallego, coordinadora Nacional de la Ruta Pacífica de las Mujeres, se pronunció en nombre de su organización para respaldar el actual proceso de paz que se adelanta en La Habana: “Reconocemos y valoramos la disposición para superar las situaciones que en medio de la guerra se han presentado y los avances logrados hasta ahora en los puntos del acuerdo, especialmente aquellos que están relacionados con aspectos humanitarios, y que contemplan  la incorporación de las mujeres como la subcomisión de género y la comisión de la verdad y el esclarecimiento del conflicto armado, pues somos más las mujeres que hemos optado por  mantener el imperativo ético de cuidar la vida, construir y pactar la paz.

Las ponentes llegadas de distintas partes del país y por fuera del territorio nacional, destacaron la importancia de incluir el enfoque de género para el ejercicio de reconstrucción de memoria., señalando que no son solo sujetos de investigación, sino protagonistas de la historia, con voces y narrativas que deben aparecer en la historia del conflicto armado colombiano.

 


Colombia, Memoria, Mujeres, Verdad

5.800 relatos de personas desmovilizadas

5.800 relatos de personas desmovilizadas

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

05 Feb 2016


5.800 relatos de personas desmovilizadas

En 2015, 5.800 personas desmovilizadas de las AUC narraron al CNMH a través de la Dirección de Acuerdos de la Verdad, DAV, sus vivencias en la guerra como contribución a la verdad y a la memoria histórica


Construcción de la verdad certificada

Los relatos de estas personas desmovilizadas de diferentes estructuras de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) hoy ayudan a construir la verdad sobre la grave crisis humanitaria ocasionada por el conflicto armado. Todo esto con el apoyo de “Acuerdos de la Verdad”, un mecanismo no judicial, orientado a que surjan revelaciones en torno a saber qué pasó para entregarle a la sociedad informes con base en los hallazgos obtenidos.

Acuerdos de la Verdad, creado por la Ley 1424 de 2010 e implementado por el Centro Nacional de Memoria Histórica, busca convertirse en un recurso reparador para las víctimas del conflicto y que en el 2015 representó la expedición de 3.091 certificaciones de contribución a la verdad para estas personas desmovilizadas. “El país podrá conseguir importantes avances hacia la verdad, a través de un proceso de reconstrucción de verdad histórica sin antecedentes en el mundo”, así lo destacó, el director de la DAV del Centro Nacional de Memoria Histórica, Álvaro Villarraga.

En total son 16.094 firmantes de Acuerdos de la Verdad que se encuentran dentro de la ruta de este mecanismo no judicial de contribución a la verdad.

La DAV es la dirección encargada de recibir, analizar y sistematizar los relatos de los desmovilizados que no están cubiertos por la Ley 975 de 2005 (Ley de Justicia y Paz). Con este procedimiento, se pretende resolver los vacíos jurídicos de anteriores intentos de reinserción de personas pertenecientes a grupos armados al margen de la ley, resolver su situación jurídica y culminar satisfactoriamente su proceso de reintegración, con base en los requisitos de la misma Ley 1424.

Gracias a estos aportes, el Centro Nacional de Memoria Histórica entregará este año a la sociedad colombiana los primeros informes que buscan dar cuenta de lo que fue la actuación de los bloques Tolima, Calima, Cacique Nutibara, Metro y Héroes de Granada, los hechos de violencia que protagonizaron, las violaciones a los Derechos Humanos y todas las circunstancias que necesitan conocer las víctimas y la sociedad colombiana en general.

El mecanismo, que incorpora las voces de diferentes actores a través de las Contribuciones Voluntarias, fue destacado por el Centro Noruego de Recursos para la Construcción de Paz (Noref por sus siglas en inglés), al considerar que en el proceso de paz se necesitan mecanismos extrajudiciales que pueden aprovechar la experiencia del CNMH, que relacionan fórmulas no judiciales  “de una manera coherente, estratégica y aplicable” y permiten “resolver la situación legal de los excombatientes al recopilar testimonios que se sumarán a un mejor entendimiento de una dimensión clave del conflicto”, explica el ente internacional.

Ver infografía 

https://magic.piktochart.com/output/10702126-reporte-diferenciado

 


AUC, desmovilizados, Verdad, vivencias de guerra

Certificado a la verdad, ahora en línea

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

02 Sep 2015


Certificado a la verdad, ahora en línea

Certificación de Contribución a la Verdad podrá ser publicada y descargada a través de la página web del Centro Nacional de Memoria Histórica. Más de cuatro mil quinientas certificaciones ya fueron emitidas por la Dirección de Acuerdos de la Verdad.


Certificado a la verdad se podrá notificar por aviso en línea 

La DAV (Dirección de Acuerdos de la Verdad) del CNMH (Centro Nacional de Memoria Histórica) ahora cuenta con una nueva herramienta para notificar las certificaciones de contribución a la verdad y a la memoria histórica a las personas desmovilizadas cobijadas por la Ley 1424 de 2010, que atendieron el llamado a participar en el Mecanismo No Judicial.

Las personas que no puedan ser notificadas por los medios tradicionales podrán culminar su procedimiento administrativo al ser notificadas mediante la publicación del aviso en la página web del Centro Nacional de Memoria Histórica, contribuyendo a que quede en firme la decisión adoptada sobre el aporte a la garantía del derecho a la verdad, la satisfacción y las garantías de no repetición de las víctimas.

Se ha dispuesto un aplicativo web en la página www.centrodememoriahistorica.gov.co en la cual el Aviso de Notificación, junto con copia de la Certificación, permanecerá publicado y por tanto disponible para su descarga durante cinco (5) días hábiles. Una vez concluido ese tiempo se podrá acceder a un informe del estado de notificación.

El CNMH ha logrado unir esfuerzos para desarrollar una herramienta tecnológica que esté en consonancia con el mandato de protección a las personas entrevistadas según el artículo 6 del Decreto 2244 de 2011.

De igual manera, el CNMH entregará copia de la certificación a la Alta Consejería para la Reintegración (ACR) para dar trámite ante las entidades correspondientes. Es importante que las personas pendientes de recibir esta certificación atiendan los tiempos de publicación para que en caso de que la persona notificada estime que es necesario presentar los recursos de ley contra el acto administrativo plasmado en la certificación, pueda hacerlo.

A la fecha se han expedido más de 4.500 certificaciones, de las cuales ya se han notificado personalmente  2.984 en todas las sedes regionales de la DAV.

A través de este Mecanismo no Judicial de Contribución a la Verdad, la Dirección de Acuerdos de la Verdad ha tomado más de 5.800 relatos, los cuales se analizan y sistematizan con el fin de producir una serie de informes que buscan dar cuenta de la realidad, de lo que fue la actuación de las distintas estructuras paramilitares, los hechos de violencia perpetrados por estas, las violaciones a los derechos humanos y todas las circunstancias que necesitan conocer las víctimas y la sociedad colombiana en general.

Para el próximo año se esperan los informes de estructuras como Bloque Tolima, Bloque Calima y Bloque Cacique Nutibara, Bloque Metro y Bloque Héroes de Granada.

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El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) pone a disposición de quienes se han acercado al Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad y han brindado su relato a través de la Dirección de Acuerdos de la Verdad, las certificaciones por su aporte a la verdad y a la memoria histórica.

El CNMH cuenta con diversos mecanismos para notificar sus decisiones.  Lo invitamos a acercarse a la Sede Regional donde fue atendido para que actualice sus datos y así poder ser llamado posteriormente para adelantar la notificación personal o a acceder a la plataforma electrónica para ver el estado de su proceso de notificación.

[Ingresa y consulta el certificado]

Para más información en todo el país: 

PBX: (571) 796 5060

Publicado en Noticias CNMH



Certificado, DAV, Verdad

Víctimas de Puerto Boyacá contribuyen a la verdad

Noticia

Autor

Juan Alberto Gómez

Fotografía

Juan Alberto Gómez

Publicado

13 May 2016


Víctimas de Puerto Boyacá contribuyen a la verdad

El sábado 30 de abril, 16 víctimas del conflicto armado de Puerto Boyacá participaron del primer taller de memoria histórica dentro del proceso comunitario de contribuciones voluntarias, que aportan a la construcción del informe sobre la estructura paramilitar de las autodefensas campesinas de Puerto Boyacá (ACPB).


Las víctimas de Puerto Boyacá le dijeron sí a la iniciativa de aportar a la verdad. Una respuesta que se expresa en una sílaba, pero que no resulta nada fácil para quienes les ha tocado inscribir verdades en sus propios cuerpos con sentimientos de profundo dolor, rabia, impotencia y miedo.  “Mi marido pasó por un lado de mi casa y ni siquiera me di cuenta”, expresa una de ellas, aclarando que su casa se ubica a orillas del río Magdalena por donde bajó el cuerpo desmembrado de su esposo, luego de ser retenido por hombres de la ACPB. Su caso es uno de los que cita la sentencia del Tribunal Superior de Bogotá contra Arnubio Triana Mahecha, alias Botalón, comandante de esta estructura paramilitar desde el año de 1994 hasta su desmovilización en la vereda El Marfil en enero de 2006 con 742 hombres. 

Y es precisamente la vereda El Marfil, la que mencionaron los participantes en el taller como la más productiva cuando sacaban al pueblo maíz, yuca, papa, plátano, incluso arroz, sorgo o cacao antes de que se impusiera la ganadería y los cultivos de coca. Del corregimiento Puerto Romero se recordó su colonización cuando las familias abrían pequeños claros en las selvas, a los que llamaban sementeras, sostenidos en la ilusión de haber encontrado tierra nueva para sembrar. La misma ilusión de trabajo y tierra que animó a tantos colonos que llegaron a este territorio, donde luego nació Puerto Boyacá, que también ha sido un triste protagonista de una guerra de más de cinco décadas.

En esa misma dinámica de relatar su territorio y su propia experiencia, las víctimas aportaron a la construcción de una línea de tiempo que servirá de insumo para ofrecer comprensiones acerca del impacto del conflicto armado en este sector del Magdalena Medio. 

 


Comisión de la Verdad, Puerto Boyacá, Verdad, Víctimas

Mujeres que hacen historia

Mujeres que hacen historia

Autor

CNMH

Fotografía

María Paula Durán

Publicado

08 Mar 2016


Mujeres que hacen historia

Hoy, 8 de marzo, día en que muchos vociferan con orgullo: “feliz día de la mujer”, recordamos el informe que lideró María Emma Wills —la única mujer entre 12 intelectuales que hizo parte de la pasada Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas— dentro del Grupo de Memoria Histórica, “Mujeres que hacen historia. Tierra, cuerpo y política en el Caribe colombiano”, que recibió una mención honorífica en el Premio Montserrat Ordoñez en la sección LASA Colombia 2012.


Un libro que “reconstruye la trayectoria de cuatro mujeres que hilan sentidos de vida luego de afrontar el asesinato de seres queridos o la violencia ejercida por ‘manos amigas’ o por integrantes de grupos armados sobre sus propios cuerpos”. No se habla de un día en especial, se hace énfasis a sus luchas diarias en medio del conflicto armado y una sociedad gobernada en su mayoría por hombres. Esas mujeres que hacen historia son María Zabala, Yolanda Izquierdo, Magola Gómez y Margarita, todas víctimas del conflicto armado. Según la Unidad de Víctimas de 7.640.180 víctimas del conflicto armado 3.791.651 son mujeres.

http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/informes/informes-2011/mujeres-que-hacen-historia 

Reproducimos una canción inédita plasmada en este informe, de la cantautora Piedad Julio Ruiz, una mujer que afronta la adversidad no sólo con su trabajo sino a través de la música, que refleja la vivencia de las mujeres en medio del conflicto armado.

“Me afectó la guerra”

Canción inédita de Piedad Julio Ruiz

I

Por efecto de la guerra hoy quedé sin ningún lugar

Deambulando por las calles y mis hijos sin papá.

No queremos más violencia. Esto debe acabar.

Colombia se está desangrando. No resiste un muerto más.

II

Muere el pobre. Muere el rico. El guerrillero. El militar.

Siendo todos colombianos No se deben de matar (bis).

III

Pobrecitas las mamás

Que tienen a su hijo en la guerra.

Con angustia y con dolor Esperan a que su hijo vuelva.

IV

Somos bastantes las mujeres

Afectadas por la guerra.

Lucharemos muy unidas

Para así acabar con ella.

 


Lucha, Mujeres, Verdad, Víctimas

Acuerdos de la Verdad en más regiones del país

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

11 Feb 2016


Acuerdos de la Verdad en más regiones del país

Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica extiende su atención a personas desmovilizadas y víctimas ubicadas en Barrancabermeja, Sincelejo, Necoclí, Yopal y Cartagena


Con el fin de agilizar en diferentes regiones del país el proceso de recolección por medio de los aportes efectivos de contribución a la verdad por parte de personas desmovilizadas, así como las contribuciones voluntarias, la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV) del Centro Nacional de Memoria Histórica, abrió a partir de este año nuevas sedes en Barrancabermeja y Sincelejo al igual que satélites en Cartagena, Yopal y Necoclí.

Se trata de nuevos escenarios en donde más de 1.500 personas desmovilizadas de las AUC, cobijadas por la Ley 1424 de 2010, podrán participar para cumplir con su compromiso de contribuir a la construcción de verdad no judicial en el país, para garantizar el derecho de las víctimas y la sociedad civil a saber los hechos del conflicto.

La sede regional Barrancabermeja es el resultado del traslado de la sede de Bucaramanga, donde se espera que acudan las personas desmovilizadas especialmente del Bloque Central Bolívar (BCB) y de otras estructuras del Magdalena Medio. En Bucaramanga funcionará una oficina del Instituto de Estudios Políticos de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB).

En Sincelejo la DAV llega a atender a las personas desmovilizadas principalmente de los bloques Héroes de Montes de María, Mineros, Catatumbo y BCB; mientras que en Necoclí se atenderán especialmente personas que alguna vez estuvieron vinculadas con el Bloque Elmer Cárdenas. En Arauca se espera conocer verdades de quienes estuvieron vinculados a los bloques Centauros y Arauca.

A la fecha, la DAV ha certificado 3.000 firmantes de Acuerdos de la Verdad y recibido 5.800 relatos de personas desmovilizadas cobijadas por la Ley 1424 de 2010. Alrededor de 14 mil personas desmovilizadas, que firmaron Acuerdos de la Verdad con el gobierno, se consideran aptas para la realización de aportes efectivos para garantizar la verdad histórica del conflicto armado en temas como la conformación de los grupos paramilitares y su participación en ellos; así como los hechos y actuaciones que conozcan por haber pertenecido a esas organizaciones. Se trata de personas desmovilizadas que no están cubiertas por la Ley de Justicia y Paz y que están pendientes de resolver su situación jurídica.

Este mecanismo no judicial de contribución a la verdad permitirá a las personas desmovilizadas obtener una certificación por aportes al esclarecimiento de graves violaciones a los Derechos Humanos siempre y cuando hagan aportes efectivos a la memoria histórica, completar su proceso de reintegración a la sociedad colombiana y gozar de la libertad. Estos hallazgos se complementan con las Contribuciones Voluntarias que hagan distintos sectores de la sociedad, en especial de las víctimas.  

Publicado en Noticias CNMH


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