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Logros y retos de Ley de Víctimas

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

César Romero

Publicado

14 Jun 2016


Logros y retos de Ley de Víctimas

El pasado 10 de junio se cumplieron cinco años de la Ley de Víctimas y Restitución de tierras (Ley 1448). Por primera vez en Colombia se reconoce y repara a millones de víctimas del conflicto armado.


En Colombia no había un precedente en leyes de este tipo y hoy, cinco años después de su implementación, puede decirse que es un logro la creación de una institucionalidad dedicada a la atención de las víctimas del conflicto armado. Los procedimientos de registro, seguimiento de casos y reparación son más ágiles y efectivos, aunque debe reconocerse que hay retos pendientes.

Alan Jara, actual director de la Unidad de Atención y Reparación Integral a Víctimas (UARIV) indicó que más allá de las cifras y estadísticas, hay que resaltar la visibilidad y reconocimiento que tienen las víctimas hoy en Colombia.

Además, resaltó la importancia de garantizar una atención integral a las víctimas del conflicto. Esto incluye la reparación simbólica, que es uno de los mecanismos que las víctimas reclaman para asegurar que no se olviden los hechos, y así se pueda garantizar la no repetición de las acciones violentas en su contra. En esto, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), creado por mandato de esta misma ley, 1448 de 2011,  también ha jugado un papel fundamental en estos cinco años.

Puntos clave y logros

1. Tras cinco años de la implementación de la Ley de Victimas, el Registro Único de Víctimas de Colombia, el más exhaustivo del mundo según la Universidad de Harvard, reconoce la existencia de 8.040.748 víctimas en Colombia. De esa enorme cifra, tan solo 592.000 han sido indemnizadas y cerca de 300.000 han recibido atención psicosocial. El camino por recorrer sigue siendo largo. 

El CNMH por su parte, ha trabajado de la mano de las víctimas para acompañarlos en los procesos de reparación simbólica y construcción de memoria histórica que ellos mismos han adelantado. Desde 2014, el CNMH ha acompañado, por solicitud de organizaciones de víctimas, 24 conmemoraciones de hechos violentos en diferentes puntos del territorio nacional.

2. El Registro Único de Víctimas de Colombia incluye a quienes han sufrido el abandono o despojo de tierras, actos terroristas, amenazas, delitos contra la integridad sexual, desaparición forzada, desplazamiento, homicidio, daños por minas antipersonal,  pérdida de muebles o inmuebles, secuestro, tortura o el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes en el marco del conflicto armado.

El Centro Nacional de Memoria Histórica ha publicado 90 informes de memoria histórica [Descargar informes], trabaja en otros 17 en 2016, y apoya cientos de iniciativas de memoria de las comunidades y organizaciones sociales que abarcan todos estos temas y tipos de victimizaciones para contribuir a la reparación simbólica, al esclarecimiento de los hechos, los responsables y las condiciones que hicieron posible el conflicto armado en Colombia, e interpelar a la sociedad sobre las dinámicas institucionales, políticas y sociales que lo desencadenaron y degradaron.

3. A través de la UARIV se han reconocido cerca de 9.000 víctimas colombianas en el exterior y se han empezado a brindar las medidas que son necesarias fuera de nuestras fronteras.  El CNMH busca saldar la deuda histórica que el Estado tiene con la población exiliada y que se expresa en la invisibilización de sus realidades y sus experiencias asociadas a los impactos del conflicto armado. En articulación con el Foro Internacional de Víctimas, el CNMH ofrece su infraestructura web a todos colombianos y colombianas víctimas en el exterior sin ningún distingo organizativo o político. De esta manera, se busca realizar una reconstrucción de la memoria histórica del exilio, atendiendo el derecho a la reparación y las condiciones del retorno: un proyecto sin antecedentes en Colombia. [Conozca el especial web Voces del exilio]

4. Más de 1.600 mujeres han pasado por la estrategia de reparación integral para víctimas de delitos contra la libertad e integridad sexual. En cuanto a la violencia sexual, el CNMH ha reflejado este flagelo sobre las víctimas a través de diferentes investigaciones. Por ejemplo el informe “Crímenes que no prescriben: la violencia sexual del Bloque Vencedores de Arauca”, el cual surge de la primera sentencia del sistema transicional de Justicia y Paz, en el que hubo una condena por un crimen de género. La sentencia del primero de diciembre de 2011, en contra de los antiguos integrantes del Bloque Vencedores  de Arauca de las Autodefensas Unidas de Colombia, condenó a José Rubén Peña Tobón por dos cargos de acceso carnal violento en persona protegida, uno a título de autor material y otro a título de coautor impropio.

5. A la fecha, 366 grupos y comunidades han sido incluidos como sujetos de reparación colectiva en procesos que reconocen su resistencia. Esto quiere decir que se acepta a los habitantes de dichas comunidades como afectadas por la violación de los derechos colectivos, la violación de los derechos individuales de los miembros de los colectivos o el impacto colectivo de la violación de derechos individuales.

192 de estos reconocimientos ha sido para grupos étnicos. El CNMH trabaja con algunas de estas comunidades, acompañando sus procesos de memoria para fortalecer las garantías de no repetición. Algunas de estas comunidades adelantan procesos emblemáticos de reparación simbólica. Por ejemplo, la cabecera municipal de Bellavista, en Bojayá, es sujeto de reparación colectiva y trabaja de la mano del CNMH para la construcción de un lugar de memoria que pueda conmemorar la masacre de Bojayá del 2 de mayo.

6. Otro de los mandatos estipulados en La Ley 1448 al CNMH, es el de “diseñar, crear y administrar un Museo de la Memoria, destinado a lograr el fortalecimiento de la memoria colectiva acerca de los hechos desarrollados en la historia reciente de la violencia en Colombia”.

El Museo Nacional de la Memoria (MNM) se contempla como una medida para el cumplimiento del deber de memoria del Estado que redunda en la garantía del derecho de la sociedad colombiana a la construcción  de la memoria y de la paz; se constituye en sí mismo en una  medidas de reparación simbólica y de satisfacción para las víctimas del conflicto armado en Colombia.

A cinco años de la legislación el proyecto del MNM ha avanzado en sus dimensiones física – social, territorial y virtual. En 2015, el CNMH realizó junto con la Sociedad Colombiana de Arquitectos el Concurso Público Internacional de Anteproyecto Arquitectónico para el diseño del Museo Nacional de la Memoria. Se inscribieron 109 firmas, se recibieron 72 proyectos y se otorgó el premio a la firma colombiana MGP Arquitectura & Urbanismo S.A.S. aliada con la española Estudio Entresitio. Desde finales de 2015, la firma ganadora ha estado desarrollando los diseños específicos tendientes a obtener la licencia de construcción para el proyecto integral.

El proceso de construcción social del Museo Nacional de la Memoria comenzó en el año  2012 con la realización de diferentes encuentros de discusión nacionales y regionales con organizaciones sociales y de víctimas y con la  dinamización de diversos espacios de debate con sectores políticos, académicos y con población indígena y afrodescendiente. 

 

Ley de víctimas


Ley de Víctimas

Envejecer y resistir en Colombia

Noticia

Autor

Maria de los Ángeles Reyes

Fotografía

Maria de los Ángeles Reyes

Publicado

15 Jun 2016


Envejecer y resistir en Colombia

 

Las personas mayores han sido víctimas de diferentes tipos de discriminación y se han visto en condiciones de vulnerabilidad a lo largo de los años. Por eso, en 2011 las Naciones Unidas decretó el 15 de junio como el Día de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez.

Mediante una resolución, se exhortó a los países a garantizar la protección de las personas mayores, sin importar su género, condición económica o procedencia, teniendo en cuenta esos aspectos diferenciadores a la hora de velar por sus derechos.

En Colombia las personas mayores tienen una característica particular: han envejecido en medio de un conflicto armado que apenas parece empezar a menguar. Según el Registro Único de Víctimas, existen 603.795 personas, entre los 60 y los 100 años, reconocidas como víctimas. Estas personas son sujeto de doble protección constitucional y aún así, según el informe Colombia Envejece, de la fundación Saldarriaga Concha, la mayoría viven en condiciones de pobreza y desprotección.

En este mismo informe, la Fundación afirma que hay ciertos hechos victimizantes frente a los cuales las personas mayores son afectadas de forma diferencial. El desplazamiento forzado, por ejemplo, genera sentimientos más profundos de desarraigo en los mayores. En algunos casos ellos oponen más resistencia y terminan siendo doblemente victimizados.

Desde el Centro Nacional de Memoria Histórica se han impulsado estrategias que resaltan el papel protagónico de las personas mayores. El proyecto Voces de Mayores, desarrollado entre 2014 y 2015, propició el diálogo y el reconocimiento de las necesidades de esta población con el fin de conocer sus experiencias de la vejez y el envejecimiento en territorios con presencia de actores armados.

Del mismo modo, se está construyendo el libro Ojalá nos Alcance la Vida, en el que se relata la historia de vida de 15 personas mayores que han sido víctimas del conflicto. Blanca Nubia Díaz es una de ellas, a continuación un fragmento de su historia que, como la de los mayores que han vivido como nadie la guerra,es un ejemplo de sabiduría y resistencia.

 


Colombia


Colombia

Descargue las memorias: Archivos para la paz

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

16 Jun 2016


Descargue las memorias: Archivos para la paz

Si no pudo asistir al seminario internacional “Archivos para la paz. Elementos para una política Pública” que tuvo lugar en Bogotá el 28, 29 y 30 de octubre de 2014, puede descargar aquí  las memorias.

Este evento fue organizado por la Dirección de Archivo de los Derechos Humanos del CNMH y el Fondo de Justicia Transicional-PNUD.

Allí se presentó, por ejemplo, la experiencia de la agencia de gobierno alemana que maneja los archivos de la desaparecida STASI, del archivo de la Vicaría de la Solidaridad en Chile que recogió por muchos años las denuncias de las víctimas de la dictadura chilena, y se habló acerca del papel que cumplieron los archivos en el posconflicto guatemalteco.

También se denunciaron la desaparición de importantes archivos estatales, se discutió con la organización ‘Open Society Justice Initiative’ acerca del rol que deberían cumplir los archivos militares y de inteligencia en el proceso de paz que se está llevando a cabo en el país, y de lo que los archivos desclasificados estadounidenses pueden aportar a la verdad y a la justicia en Colombia.

En las memorias usted podrá encontrar estas y otras ponencias que lo ayudarán a entender la importancia de los archivos de derechos humanos para este momento histórico que está viviendo el país.

Descargar aquí las memorias.

 


Archivos, Memoria, Paz

Abierta la licitación para la construcción del Museo de Memoria de Colombia

El Museo de Memoria de Colombia contará con 14.139 metros cuadrados de área construida.  

 

Autor

CNMH

Fotografías

Daniel Sarmiento

Publicado

17 Feb 2020


Abierta la licitación para la construcción del Museo de Memoria de Colombia

Hoy, 17 de febrero de 2020, la Agencia Nacional Inmobiliaria Virgilio Barco Vargas publicó el documento técnico de soporte para el proceso de selección simplificado en la página WEB de la Fiduciaria Colpatria S.A.

El Museo de Memoria de Colombia es un proyecto Nacional que abrirá sus puertas en Bogotá en el 2022.


La Agencia Nacional Inmobiliaria Virgilio Barco Vargas publicó, este lunes, los términos del proceso de selección que elegirá a la empresa encargada de la construcción física del Museo de Memoria de Colombia.

Este avance responde al compromiso del señor presidente de la República, Iván Duque Márquez, y del director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Rubén Darío Acevedo Carmona, quienes el pasado 5 de febrero, en el evento de Primera Piedra en el predio en el que estará el Museo, reiteraron a víctimas de todo el país, así como a líderes del sector público, privado y representantes de la comunidad internacional, su compromiso con el inicio y construcción de este proyecto.

El Museo de Memoria de Colombia contará con 14.139 metros cuadrados de área construida. 

El objeto de la contratación es: “realizar la construcción del Museo Nacional de la Memoria de Colombia, en la ciudad de Bogotá D.C., bajo la modalidad precios unitarios fijos sin formula de reajuste”, para el cual se recibirán postulaciones hasta el 31 de marzo de 2020, a las 9:00 a.m. La suscripción del contrato se realizará dentro de los tres (3) días siguientes de la aceptación de la oferta. La audiencia informativa será el 2 de marzo de 2020, a las 10:00 a.m. en las oficinas de la Agencia Nacional Inmobiliaria Virgilio Barco Vargas.

El Museo de Memoria de Colombia contará con 14.139 metros cuadrados de área construida; un sótano destinado a parqueaderos, espacios técnicos y talleres para el archivo y tratamiento de documentación. Sobre terreno, estará conformado por 6 pisos de altura, entre los cuales se distribuyen 6 grandes espacios de doble altura: 5 Salas de exposición, una sala de reunión y un teatro multipropósito (Black Box).

“Iniciar hoy el proceso de licitación para hacer realidad el edificio del Museo de Memoria de Colombia es un logro histórico para el país. Este escenario será un referente que articule las memorias de las víctimas del conflicto armado con la construcción del futuro como Nación”, indicó Fabio Bernal, director técnico del Museo de Memoria de Colombia.

El museo será un símbolo de reconciliación; un memorial de reconocimiento a la pluralidad de las víctimas del conflicto armado, un lugar de encuentro y reflexión. El edificio quedará ubicado entre la Calle 26 o Av. Jorge Eliécer Gaitán, la Carrera 29 y la Av. Américas.

Consulte el documento técnico aqui:

 

Más información:

Julieth Castiblanco
ana.castiblanco@cnmh.gov.co
7965060 Ext. 154

Juan Camilo Acosta
juan.acosta@cnmh.gov.co
7965060 Ext. 193



Conflicto Armado, construcción, Darío Acevedo, licitación., Museo de Memoria de Colombia, Víctimas

Polonia y Alemania: un tratado histórico

Noticia

Autor

Daniel Valencia Yepe

Fotografía

www.dw.com/

Publicado

17 Jun 2016


Polonia y Alemania: un tratado histórico

A 77 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial,  Polonia y Alemania volvieron a enfrentarse, esta vez de manera pacífica en un estadio de fútbol, en la Eurocopa 2016, momentos en que se cumplen 25 años del Tratado sobre buena vecindad y cooperación amistosa entre ambos países.


La lucha deportiva que une hoy a los dos países por la conquista de la copa europea de futbol es también símbolo de la reconciliación que estas dos naciones sellaron hace 25 años, el 17 de junio de 1991.

Ese día el canciller Helmut Kohl y el primer ministro Krzysztof Bielecki firmaron el acuerdo que trata especialmente temas de seguridad, política, economía, medio ambiente y cooperación. Pero también tocó aspectos culturales importantes como el reconocimiento del derecho a preservar su lengua y su cultura. Así, 20 años después de la firma el balance es positivo, de acuerdo a los portavoces de ambos países, y su importancia radica en que representa un caso emblemático en la reconciliación entre países que estuvieron en guerra durante décadas. También la visión a futuro y de responsabilidad histórica que contempla. 

La II Guerra Mundial comenzó el primero de septiembre de 1939, cuando el Blitzkrieg  de Hitler impactó el fuerte polaco de la península de Westerplatte, en Gdansk (al norte de Polonia), conocida en ese tiempo como la ciudad libre de Danzig. A partir de la ocupación del régimen nazi, la guerra cobraría aproximadamente 6.850.000 víctimas en ese país. La confrontación bélica llegó a su fin en 1945.

El tratado en el presente

En Alemania comenzó en los años 60 el trabajo de memoria alrededor de los crímenes de la Segunda Guerra Mundial y actualmente es un gran referente en temas de memoria histórica para Colombia.

Y es que polacos y alemanes, dos pueblos del corazón de Europa, han tenido una larga lista amistad y cooperación, pero también de enfrentamientos y disputas por el territorio, y a menudo sus fronteras se han entremezclado, extendiéndose hacia un lado o hacia el otro. Polonia era parte del Sacro Imperio Romano Germánico, de Prusia y posteriormente del Tercer Reich, y fue sin duda uno de los países más afectados por la invasión Nazi. Hoy de un lado y del otro los habitantes cruzan las fronteras sin problema, viven, pasean o trabajan en el país vecino.

Incluso en el futbol se evidencia esta reintegración: Lukas Podolski, jugador polaco nacionalizado alemán, ganó el mundial pasado jugando para Die Mannschaft, los 11 alemanes,  y en el partido del pasado jueves, Robert Lewandowski, también polaco, juega con la selección de su país aunque normalmente se ponga la camiseta del Bayern de Múnich.

Alemania tiene actualmente importantes acuerdos económicos con su vecino del Este, como el del Triángulo de Weimar y frecuentemente realizan consultas gubernamentales bilaterales. De hecho, para bien o para mal, ante la subida al poder de un partido euroescéptico en Polonia, que ha prendido las alarmas en la Unión Europea, Alemania ha preferido guardar prudencia y delegar a Bruselas la responsabilidad de opinar sobre las controvertidas leyes del actual gobierno polaco para mantener la relación de amistad y negociar directamente con Varsovia.

Algunos lugares para la memoria en Alemania

Centro Alemán de Información

 


Alemania, Polonia, Tratado

17 años de atentado con casa bomba en Neiva

Familiares de las víctimas mortales del atentado participaron del homenaje a sus seres queridos. La Policía develó la escultura “Edificadores de Paz”

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

14 Feb 2020


17 años de atentado con casa bomba en Neiva

El Centro Nacional de Memoria Histórica acompañó a las víctimas de la explosión de una casa bomba en Neiva, en el homenaje que se les rindió por el atentado perpetrado el 14 de febrero de 2003.

La detonación en el perímetro del aeropuerto Benito Salas, de la capital del Huila, atribuida a la guerrilla de las Farc, provocó la muerte de 15 personas y dejó 66 más heridas.


La detonación de 200 kilos de explosivos sacudió las casas del barrio Villa Magdalena y la madrugada del norte Neiva. El estallido, a las 5:25 a.m., acabó con la vida de la fiscal especializada Cecilia Giraldo Saavedra, nueve policías y cinco civiles. Los vecinos del sector, cercano a la cabecera del aeropuerto Benito Salas, recuerdan imágenes de horror de cuerpos desmembrados y escombros del amanecer del 14 de febrero de 2003.

Otras 66 personas, en su mayoría habitantes del sector, sufrieron heridas graves por la explosión, que afectó sesenta casas alrededor de aquella en la que se escondía la bomba. El atentado fue atribuido a miembros de la columna móvil Teófilo Forero, de la guerrilla de las Farc.

Ante información de que se planeaba un atentado contra una visita presidencial programada justo ese día, las autoridades ordenaron allanamientos en varias casas, diligencias que estaban en ejecución en el momento de la detonación.

Un año después, un fiscal de la Unidad Nacional de Derechos Humanos profirió una resolución de acusación en contra de ocho miembros de la columna móvil Teófilo Forero de las Farc, sindicados por estos hechos. Según el testimonio de Wilson Díaz Ramos, alias “Bladimir”, desmovilizado de la guerrilla, los responsables del atentado fueron fusilados, señalados de haber filtrado información sobre sus planes.

El Centro Nacional de Memoria Histórica acompañó a las víctimas del atentado, en el homenaje que se rindió este 14 de febrero por sus vidas, en conmemoración de estos hechos que marcaron a la comunidad de la capital del Huila.



CNMH, Darío Acevedo Carmona, Memoria, Museo

Comunicado

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

13 Feb 2020


Comunicado

  • 36 personas muertas y 198 heridas dejó el carro bomba detonado en el parqueadero del edificio, en el norte de Bogotá, el 7 de febrero de 2003.
  • Los encargados de ubicar los explosivos también murieron en los hechos, siguiendo órdenes de las Farc.

Como lo informamos desde principio de 2020 en nuestro portal web, iniciamos, a finales del año pasado, un proceso de renovación del sitio www.centrodememoriahistorica.gov.co que implicaba algunas intermitencias y dificultades temporales en descargas y consultas de informes en parte de los contenidos.

En el banner explicativo, que estuvo ubicado en la parte superior de la web, se ofrecieron disculpas a los usuarios y se dispuso el correo electrónico bibliomemoria@cnmh.gov.co para enviarles a los interesados la información que no se encontrara en el sitio.

Es de aclarar que la actualización emprendida responde a la intención de contar con una página más amable, útil y moderna para los usuarios, servidores públicos y contratistas, que nos permita prestar un mejor servicio al ciudadano. Las publicaciones, contenidos y demás productos de interés construidos desde el año 2008 continuarán estando al alcance de todos y todas.

Esperamos que en las próximas horas se tenga al aire el total de los informes y otros contenidos históricos del CNMH, mientras tanto, con el ánimo de evitar mayores molestias en los usuarios, en este enlace se podrán descargar las publicaciones del CNMH, incluyendo las revistas Conmemora. https://we.tl/t-gksByHSyje

Responderemos a cualquier inquietud adicional en el correo comunicaciones@cnmh.gov.co



CNMH, Darío Acevedo Carmona, Memoria, Museo

Foto montaje edificio El Nogal

Hace 17 años el horror tocó a El Nogal

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

7 Feb 2020


Hace 17 años el horror tocó a El Nogal

  • 36 personas muertas y 198 heridas dejó el carro bomba detonado en el parqueadero del edificio, en el norte de Bogotá, el 7 de febrero de 2003.
  • Los encargados de ubicar los explosivos también murieron en los hechos, siguiendo órdenes de las Farc.

También era viernes. Frío, congestión en el tráfico, afanes… lo de siempre. Hasta que el horror tocó esa noche bogotana del 7 de febrero de 2003. A las 8:15 p.m., la detonación de una bomba de 200 kilos de anfo y clorato de potasio en el parqueadero del club El Nogal, en el norte de la capital, destruyó buena parte de la fachada y abrió un cráter del tercer al séptimo piso. En aquella tragedia ocurrida hace 17 años murieron 36 personas y otras 198 resultaron heridas. Quienes sobrevivieron llevan marcas, algunas más difíciles de sanar que las del cuerpo.

Un desespero inusual sacó a *César Páez —bogotano, diseñador de muebles— de una reunión con unos clientes y lo llevó a encontrarse con su esposa en el club.

“De pronto me empezó un escozor, unas ganas de irme. Y yo no tenía carro porque era pico y placa precisamente. Y hubo un momento que les dije a los clientes: qué pena con ustedes pero me tengo que ir, yo me voy”, recuerda.

Llegó al club, donde lo esperaba Catalina —arquitecta barranquillera, esposa y socia del negocio familiar—. Fue la última vez que la vio con vida. Le tenía agarrada la mano cuando explotó la bomba.

“Yo quedé un rato inconsciente. Y cuando desperté, estaba metido entre dos columnas de concreto; casi me voy al hueco del piso. Y las llamas salían de abajo”. Recuerdos que no se borran, aunque pase el tiempo.

“Para mí significa cortarme las alas a ras para nunca más volver a volar, porque con ella tenía una relación muy especial. Era una mujer muy hermosa, por fuera y por dentro. Muy amable, generosa con la gente que no tenía nada. Realmente es una pérdida muy grande”.

Según la Fiscalía, el atentado terrorista fue planeado por Herminsul Arellán, miembro de la columna móvil Teófilo Forero de las Farc. La intención era derribar el edificio entero, puesto que habían determinado que en el club se reunían altos funcionarios del Estado en medio de una difícil situación de orden público que atravesaba el país. Sin embargo, en los hechos también murieron Oswaldo y John Freddy Arellán —su hermano y su sobrino— a quienes habían encargado poner los explosivos, ocultos en el carro que manejaba el primero.

*Los nombres de los protagonistas de esta historia fueron cambiados por motivos de seguridad.



CNMH, Darío Acevedo Carmona, Memoria, Museo

Palabras del director del CNMH, Darío Acevedo, sobre primera piedra del Museo de Memoria de Colombia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

6 Feb 2020


Editorial

Palabras del director del CNMH, Darío Acevedo, sobre primera piedra del Museo de Memoria de Colombia

  • 640 grupos de investigación de todo el país podrán participar de la convocatoria del CNMH y Minciencias para proyectos sobre temas relativos al conflicto armado.
  • Cada proyecto de investigación contará hasta con 343 millones de pesos de financiación para su ejecución durante 18 meses.

El CNMH le comunica hoy al país, en este evento solemne presidido por el presidente de la República IVÁN DUQUE MÁRQUEZ, que da inicio a la construcción física del Museo de Memoria de Colombia en cumplimiento del mandato de la Ley de Víctimas 1448 de 2011 y e Decreto 4803 de 2011.

Con esta obra, el Estado colombiano dignifica, visibiliza y resguarda a las víctimas diversas y plurales del conflicto armado colombiano, para que la sociedad colombiana y el mundo nunca olvide los crímenes de guerra y de lesa humanidad que produjeron intenso dolor y sufrimiento a las comunidades y a la ciudadanía.

Para comprender con exactitud quienes estarán representados y quienes ocuparán un lugar en el Museo de Memoria conviene recordar el artículo tercero de la Ley de Víctimas que define la calidad de estas de la siguiente forma: “Se consideran víctimas, para los efectos de esta Ley, aquellas personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 1º de enero de 1985, como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno”, definición a la que nos acogemos sin duda alguna.

Quiere ello decir que en el universo plural de las víctimas nos topamos con campesinos pobres y también con hacendados, con sindicalistas y también con empresarios, con maestros, con activistas políticos, con comunidades religiosas, con pueblos indígenas, afrodescendientes y rom, con habitantes de pueblos y municipios de la Colombia profunda, con líderes, partidos y movimientos políticos, con miembros de la comunidad LGBT, con defensores de derechos humanos y por supuesto con soldados y policías, todos ellos, en su correspondiente variedad de matices, colores, grados, clases, edades, sexos y creencias religiosas, porque todas ellas fueron objeto de heridas, privaciones, asaltos y daños en sus bienes y honra, en materia grave.

La construcción del Museo tiene dos componentes centrales a saber: de una parte, la Construcción Social y de otra, la Construcción física. La primera, diseñada y puesta en ejecución desde 2012 se refiere a la realización de talleres con las comunidades de víctimas, encuentros regionales y académicos y las itinerancias experimentales en varias ciudades. Además, en todas las actividades en las que se adelantan proyectos con las víctimas se recibe y se recopila objetos y textos de diversa índole para ser clasificados y analizados con miras a definir su lugar de exposición. Con estos materiales, documentos, ideas, narrativas, estadísticas, mapas, conceptos e insumos, unidos a nuevas experiencias, aportes y reflexiones, perfeccionaremos los lineamientos conceptuales y los guiones museológico y museográfico.

Visitantes nacionales y extranjeros tendrán la ocasión de formarse una opinión o visión sobre los graves hechos que victimizaron a millones de colombianos que huían de los enfrentamientos armados, que fueron expulsados a la fuerza de sus territorios, que sufrieron despojo, que perdieron a padres, madres, hijos y otros familiares, que fueron abusados sexualmente, reclutados siendo menores de edad, que sufrieron violaciones en sus rituales y costumbres, que fueron perseguidos por sus ideas o su militancia o por su misión constitucional e institucional.

El CNMH ha visitado decenas de comunidades a la largo y ancho del país e incluso en el exterior, para recuperar, preservar, visibilizar, dignificar y divulgar, las narraciones de las víctimas, pero también ha realizado acciones de reparación simbólica dando cuenta de sus procesos de recuperación emocional, espiritual y moral a través de los cuales las víctimas han demostrado al mundo y al país que hay caminos de superación que no implican llamados a la venganza creando ambientes de paz y convivencia y reconciliación. El pueblo colombiano y las víctimas de fenómenos de violencia política de reciente ocurrencia ha demostrado una inmensa capacidad de perdonar a los victimarios que con sinceridad piden perdón.

La construcción física es la que hoy nos tiene reunidos. El CNMH, fiel al mandato de la Ley, dará al servicio esta obra en dos años como testimonio perenne del compromiso del Estado colombiano desde el que se convoca a los colombianos a no olvidar, desde donde pretendemos que las generaciones actuales y las venideras exijan a los victimarios refrendar con firmeza su compromiso de no repetición, de que nada excusa la inhumanidad de sus acciones y a que entiendan que la generosidad de la democracia y la magnanimidad de la ciudadanía no es incondicional.

Permítanme reiterar el criterio con el que vengo trabajando con el equipo de directores de áreas, líderes de grupos de trabajo, investigadores y personal administrativo, según el cual el conflicto armado no es asimilable a la tragedia del pueblo judío perseguido con ánimos de exterminio por el régimen nazi, uno de los más criminales en la historia de la humanidad ni al régimen racista del apartheid de Suráfrica ni al terror estaliniano en la Unión Soviética ni a las detestables dictaduras sufridas por varios países latinoamericanos en las décadas pasadas. En nuestro caso tenemos una noción más o menos clara acerca de los hechos más terroríficos que se cometieron durante la confrontación: masacres, secuestros, asesinato de personas rendidas o civiles indefensos, uso de minas antipersonal, desapariciones forzadas, arrasamiento de pueblos humildes, de infraestructura social, torturas, y de quiénes fueron sus autores. En nuestro caso lo que nos distancia, a diferencia de otras situaciones, es que casi todo lo sabemos gracias a las investigaciones judiciales, a las crónicas de prensa, a la voz de las víctimas.

No es en el campo de lo ocurrido, de eso que los historiadores llamamos los acontecimientos, donde está el mayor de los problemas, aunque todavía hay sombras y hechos por aclarar. El acuerdo en estos tópicos no puede ir en detrimento de la interpretación fruto de investigaciones académicas que intentan construir hipótesis explicativas sobre todo lo ocurrido, para las cuales se precisa de información vasta y variada, tener en cuenta diversos fenómenos y cómo se entrecruzan, por ejemplo, el efecto altamente dañino y en gran medida estimulante del narcotráfico. Como bien lo dice el historiador británico colombianista reconocido Malcolm Deas:

“Los colombianos siempre han sido gente de diversos criterios y creencias. Nunca ha habido corrientes de opinión verdaderamente hegemónicas, ni “historia oficial” compartida. La imposibilidad de llegar a consensos sobre el pasado inmediato muestra eso, y no reconocerlo produce la confusión que se advierte en la polémica alrededor de la dirección del Centro de Memoria Histórica: el conflicto deja a los historiadores dos tareas, conexas pero distintas. Una es establecer el récord básico de qué pasó, trabajo necesario, y nada fácil, pero en el que cierto grado de acuerdo es posible. La otra es explicar por qué pasó, algo en extremo más difícil, y es vano pensar que en eso algún director o centro va a lograr imponer su autoridad.”

No quiero terminar sin referirme a criterios básicos que guiarán la vida del museo, criterios que habrán de signar el trabajo adelantado desde años atrás por nuestros equipos en el contacto con las víctimas y ser considerados en la elaboración definitiva de los guiones museológico y museográfico. En primer lugar, el museo debe reflejar el universo plural de las víctimas. En segundo lugar, el museo, en tanto entidad estatal, debe ser estricto en el cumplimiento del mandato legal de no producir ni tender a construir una verdad oficial del conflicto armado, ejercicio propio de dictaduras. En tercera instancia, el museo debe ofrecer una información amplia, precisa y rigurosa sobre las circunstancias de tiempo modo y lugar de los hechos victimizantes que se expondrán en sus salas. En cuarto lugar, el Museo debe tener una misión pedagógica clara y contundente de rechazo a la violencia política y de invitar a la reflexión sobre lo ocurrido durante el conflicto armado, sin la intención de incitar odios o venganzas y fomentar el respeto y el acatamiento de las instituciones democráticas, sin que se obvie la necesaria diferenciación entre víctimas y victimarios.

Queremos un museo en el que artistas nacionales y extranjeros nos honren con obras relativas a los hechos de violencia. En este sentido, el Museo de la Memoria será un espacio de representación que lo diferencia de los museos dedicados exclusivamente, con razones válidas, a registrar las atrocidades de un régimen político autoritario y liberticida.

Estimados amigos del Museo, hoy refrendamos ante el mundo y ante los colombianos la vigencia de nuestra democracia, nuestro deseo de paz, nuestro compromiso con la formación de las nuevas generaciones en la cultura del respeto y la tolerancia. El rescate de la memoria de las víctimas de crímenes horrendos no puede ser en vano porque se inspira en aquellos deseos profundos de recuperar los espacios de la vida tranquila, de la convivencia con seguridad, de respeto por las diferencias y de rechazo a la violencia. No hay, de parte del CNMH, ninguna duda, ninguna vacilación, ninguna incoherencia, ninguna debilidad en reconocer los hechos horrorosos que se cometieron afectando principalmente a la población civil. Queremos que la memoria perviva como vivencia propia de los seres humanos. Lo vivido y lo sufrido hacen y harán parte de nuestra existencia, pero, debemos aspirar a que esas narrativas del dolor y la resiliencia estén dirigidas a evitar que las comunidades y la ciudadanía sean sometidas de nuevo al sufrimiento.
No puedo terminar estas palabras sin dejar sentada nuestra gratitud y nuestro reconocimiento a todos los funcionarios y contratistas que desde el origen del CNMH han hecho posible haber llegado a este punto del proceso. Gratitud y reconocimiento que extiendo al señor Presidente Duque y a la doctora Susana Correa por su generoso apoyo y su respaldo para conmigo y para el equipo que me ha acompañado con denuedo, sin descanso y con gran vocación de servicio en este año de gestión. Gracias al Distrito Capital de Bogotá, a la empresa Bavaria por habernos facilitado este predio para la construcción del Museo, y en fin, a todas las entidades y organismos nacionales e internacionales, al cuerpo diplomático, por su solidario acompañamiento.

Convoco a todos ustedes a elevar un clamor unánime para que cesen los hechos criminales que han aumentado el dolor de las comunidades y familias colombianas, y a exigir a los violentos que cesen la matanza de líderes sociales, de las gentes indefensas, de soldados y de policías. No queremos más víctimas.

Darío Acevedo Carmona
Director General del CNMH
Bogotá D.C. febrero 5 de 2020



CNMH, Darío Acevedo Carmona, Memoria, Museo

CNMH y Minciencias abren convocatoria para democratizar la construcción de memoria

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

6 Feb 2020


CNMH y Minciencias abren convocatoria para democratizar la construcción de memoria

  • 640 grupos de investigación de todo el país podrán participar de la convocatoria del CNMH y Minciencias para proyectos sobre temas relativos al conflicto armado.
  • Cada proyecto de investigación contará hasta con 343 millones de pesos de financiación para su ejecución durante 18 meses.

La construcción académica de memoria del conflicto armado será un proceso público gracias al convenio entre el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación para seleccionar 15 proyectos de investigación que recibirán financiación hasta por 343 millones de pesos.

En la convocatoria “Hacia una mayor comprensión del conflicto armado, las víctimas y la historia reciente del conflicto”, del CNMH y Minciencias, que estará abierta desde el 6 de febrero hasta el 6 de abril de este año, podrán participar 640 grupos de investigación de todo el país que trabajen en temas relacionados con la memoria histórica y el conflicto.

La iniciativa contará con 5.868 millones de pesos, aportados por el CNMH, y el proceso de evaluación y selección estará a cargo de Minciencias.

El director general del Centro Nacional de Memoria Histórica, Darío Acevedo Carmona, destaca que con esta iniciativa se abre una ruta para la pluralidad en el trabajo investigativo alrededor del conflicto armado en el país.

“El conocimiento sobre la memoria histórica de las víctimas del conflicto armado y el propio conflicto tiene que llegar a todas las regiones del país, consultar a la gente que ha investigado y no dejar eso en las propias manos del Centro de Memoria Histórica”, comentó.

La apertura de las inscripciones para esta convocatoria hace tangible una de las premisas básicas de la actual administración del CNMH: “La memoria la construimos todos y todas”.

El anuncio final de los elegidos se hará el 17 de junio. Los grupos de investigación que obtengan los mayores puntajes en el proceso de evaluación contarán con financiación por 18 meses para su trabajo académico.

Podrán participar de la convocatoria los grupos de investigación adscritos a Minciencias, en el área de Ciencias Sociales o Humanas en las categorías A o A1, en asociación con grupos de las categorías B o C o aquellos reconocidos por el Ministerio en todo el país.

“Le damos más legitimidad a los conocimientos en la medida en que en el esclarecimiento de los problemas nacionales intervengan grupos calificados por entidades respetables, que tienen autoridad en la materia”, agregó el director del CNMH. 

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