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¿Es Colombia el país más feliz del mundo?

¿Es Colombia el país más feliz del mundo?

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CNMH

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Liz Arévalo, de la Estrategia Psicosocial del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), y el psiquiatra Carlos Molina, conversaron con el periodista Alejandro Pino Calad en la Universidad Externado. Foto: Cristian Arévalo para el CNMH.

Publicado

24 agosto 2023


¿Es Colombia el país más feliz del mundo?

El 10.o Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos invitó a la reflexión en torno a esta pregunta, para repensar los imaginarios que ha construido una nación profundamente marcada por la violencia.

Durante años, especialmente los más recientes, hemos escuchado con insistencia que, según mediciones globales, Colombia es el país más feliz del mundo. Como si cada colombiano tuviera una sonrisa permanente en el rostro, se ha construido una percepción que parece obviar los problemas de salud mental en un país con un conflicto armado aún latente. Que las encuestas y la publicidad no nos engañen: en el país más feliz del mundo se sufre y se llora, porque el país más feliz del mundo vivió unos niveles de violencia y victimizaciones que no se borran con estadísticas.

Así lo corroboró el conversatorio «¿El país más feliz del mundo?», en el que Liz Arévalo, de la Estrategia Psicosocial del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), y el psiquiatra Carlos Molina, bajo la moderación del periodista Alejandro Pino Calad, conversaron sobre el tema en el marco del 10.o Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos.

 

Conoce todos los documentales que presentamos en el Ficdeh.

 

Aunque en la política actual se ha abierto un camino para tomarse en serio el tema de la salud mental —incluso desde los enfoques diferenciales (de género; niños, niñas y adolescentes; personas mayores y discapacidad)—, el esfuerzo aún no es suficiente. «Tú le preguntas a una persona victimizada si tiene atención diferenciada en su EPS y dice que no, dicen que son víctimas y es igual a los demás. El Ministerio de Salud no tiene un estudio epidemiológico de la salud mental de las víctimas», afirma Arévalo.

De acuerdo con Molina, la Encuesta Nacional de Salud Mental evidencia la relación de los problemas de salud mental con la violencia. «La tercera [violencia en el ranking] es la del conflicto armado. A pesar de todo ese impulso de los movimientos sociales que llevó a rescatar esa aproximación en términos psicosociales, seguimos siendo muy susceptibles a los vaivenes sociopolíticos. En el gobierno anterior, el término “conflicto armado” no existía, lo mandaban a borrar de las políticas públicas. Luego pasamos a una suerte de mutismo particular, y todo esto que se había evaluado empieza a perder volumen, impulso, y ahora estamos pensando nuevamente en cómo recuperar y evaluar esas consecuencias de la salud mental».

 

 

Aunque la salud mental es una política de Estado, esta depende indiscutiblemente del protagonismo que le dé un gobierno con el presupuesto asignado o con los espacios de intervención, entre otros. Dicho protagonismo puede derivar en revictimizaciones o en acciones con daño. «Tenemos que arrancar nuevamente con los procesos, y eso toca a las comunidades. Si iniciamos un proceso y no hay más recursos, eso termina siendo difícil y revictimizante de alguna manera. Desde este punto de vista, podemos seguir teniendo dificultades en el acompañamiento continuo de las comunidades, rescatar la memoria, que sientan que tienen el control de lo propio», agrega el psiquiatra.

En cuanto al tema de los enfoques diferenciales, la funcionaria del CNMH explica que este es un tópico para mirar con cuidado, pues puede usarse para mostrar que se sigue una ley, aun cuando no hay una aplicación de la misma en la práctica. La Ley 1448 definió que las diferentes entidades que hacen parte del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (Snariv) deben incorporar un enfoque diferencial, en el que se incluyen el de género; discapacidad; personas mayores, niños, niñas y adolescentes; pueblos étnicos y el psicosocial. «Es una norma que debe tener esa mirada, pero pasa por las voluntades de las entidades darles fuerza y vida. También pasa que, siendo una obligación, una política pública, primero, depende de la voluntad de quien dirige las entidades, y segundo, los discursos políticamente correctos se vuelven vacíos», explica Arévalo.

Falta formación y nuevas maneras de entendernos

Aunque hay políticas públicas sobre salud mental, su aplicación aún depende mucho de las voluntades de los gobiernos de turno, según los expertos. Foto: Cristian Arévalo para el CNM

 

Además de Bogotá y algunas ciudades capitales, son pocas las universidades del país que ofrecen formación en psiquiatría. «La idea de la atención de espacios comunitarios es limitada, pero tiene que ver con la formación», asegura el psiquiatra. La conversación dejó claro que se necesita formación para saber cuáles son los criterios de trabajo en los enfoques diferenciales y determinar si se necesita apoyo médico, medicación, terapias conversacionales, así como el reconocimiento de prácticas de sanación de los pueblos étnicos, lo que amerita su inclusión en los modos de sanar.

Así mismo, deben contemplarse otros lenguajes expresivos para la sanación, como el teatro o el cine. Estos permiten entender «cómo las personas que han vivido el conflicto toman rostros y no se quedan en la cifra de la felicidad o de las personas muertas», según recalca Arévalo. Lo importante es entender que hay diferentes caminos para la sanación y que estos dependen exclusivamente de la persona que necesita sanar. «Ha sido representativo que muchas personas no acuden a espacios terapéuticos formales, pero acceden más fácilmente a otros espacios de escucha activa donde es más fácil hablar del dolor y quizás encuentren ahí el espacio para hablar del dolor de forma más explícita».

 

También puedes leer: La nueva senda del CNMH: ¿por qué el territorio habla y el centro escucha?.

 

El lugar de la memoria también es muy importante en cuanto a la salud mental; de allí la relevancia de entidades como el CNMH, pues la memoria devela y busca maneras de expresión. «El CNMH ha pasado por ejercicios muy académicos, investigativos. Tuvo un paréntesis y ahora está retomando cómo construir memoria desde los territorios, y que sea desde los lenguajes no necesariamente tan académicos —que fueron útiles, desde luego— mostrar y compartir esas memorias de las personas», subraya Arévalo, quien también se refirió a otro aspecto esencial en la construcción de los imaginarios de la felicidad y la maldad que repercuten en la salud mental de quienes estuvieron inmersos en el conflicto: «Yo sí creo que los medios de comunicación tienen una tarea de responsabilidad. El relato del enemigo, el malo, el bueno, el que no tiene cara… eso requiere una mayor complejidad».


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Las sobrevivientes que participaron en el informe La verdad de las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, en el departamento de Bolívar.

«¡Estoy viva!»: un grito de resistencia a la violencia sexual en el conflicto armado

Las sobrevivientes que participaron en el informe La verdad de las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, en el departamento de Bolívar.

Autor

CNMH

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Las sobrevivientes que participaron en el informe La verdad de las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, en el departamento de Bolívar.

Publicado

20 junio 2023


«¡Estoy viva!»: un grito de resistencia a la violencia sexual en el conflicto armado

  • En el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, el CNMH y la Ruta Pacífica de las Mujeres recuerdan las marcas imborrables que dejó esta práctica en las víctimas y cómo ellas han encontrado la manera de sobrevivir.

En una vereda en Bolívar, un grupo de mujeres encontró refugio en el deporte para olvidarse de los problemas ocasionados por el conflicto armado. Dunia León, coordinadora de la Ruta Pacífica de las Mujeres en ese departamento, expuso que «ellas se juntaron y armaron equipos de fútbol sin saber jugar, solo para estar juntas». 

Al menos 30 mujeres se tomaron dos o tres calles del corregimiento de San José del Playón, de 2:00 a 5:00 de la tarde, tras vivir el conflicto, especialmente desde 1989. «Después de las seis ya no podíamos estar afuera —explicó una de ellas ante la Ruta—. Como todas éramos adultas y teníamos marido, teníamos que ir a atender la cocina». 

Durante esas tres horas, se dedicaron al deporte para distraerse y, quizá, sin saberlo, también fue un tiempo para resistir. «El saludo de ellas era una manera de darle ánimo a las otras», precisó Dunia León en entrevista con el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Cada que llegaba una mujer a esas calles se decía la una a la otra: «¡Estoy viva!».

Ese tejido colectivo quedó registrado en el informe La verdad de las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, que se basa en la experiencia de más de mil voces afectadas por la guerra. Está compuesto por dos tomos y una versión resumida que salió a la luz en 2013. Fue una iniciativa de la Comisión de Verdad y Memoria de la Ruta Pacífica de las Mujeres. 

 
 
 
 
 
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«En principio, pareció una idea muy loca porque estábamos en pleno conflicto», manifestó la coordinadora de Bolívar. A pesar del miedo y el silencio que imperaba por la presencia de los actores armados, se propusieron recoger esas memorias de las mujeres. «Veíamos que su situación no era visibilizada —detalló Dunia—. Eran mostradas como una víctima secundaria: eran la esposa, la madre o la hija, pero no se contaba lo que les pasaba directamente».

Violencia sexual en el conflicto armado

En el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, el CNMH y la Ruta Pacífica de las Mujeres recuerdan los estragos que ha dejado esta práctica en la vida, la memoria y los cuerpos de las víctimas. En el informe mencionado, algunas de ellas narraron las experiencias que las llevaron a ser utilizadas como botín de guerra.

«Los paramilitares hicieron conmigo lo que quisieron», afirmó una víctima de San Miguel (Putumayo) a la Ruta y mencionó que sufrió ataques físicos con «machete, de darme por todas las costillas». Después, fue violada por cuatro o cinco personas, dejándola «como nuestro señor Jesucristo, prácticamente amolada, prácticamente vuelta nada».

León comentó que al principio las mujeres no se atrevían a exponer lo que les había pasado a nivel sexual porque consideraban que era una práctica que no se puede probar y que, en el fondo, impera un manto de vergüenza. A pesar de su silencio, las consecuencias sí fueron más profundas, pues también afectó a los más cercanos a ellas.

Lea también: «La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López.

Una mujer le dijo a Dunia que su esposo tuvo que presenciar la violencia sexual que sufrió: «lo amarraron para que viera cuando varios la estaban violando y, desde ahí, él nunca quiso volver a tener relaciones con ella». De acuerdo con León, ese actuar fue una ofensa a su hombría y a su virilidad, ya que al ser «accedida carnalmente por otros, le quitaba ese privilegio del que era dueño en primer lugar».

De esa forma, el patriarcado que impera en la guerra termina cobijando a todos. «A algunas mujeres las violaban y luego las mandaban a cocinar para después violar a sus hijas», recordó la vocera de la Ruta. Destacó que la militarización en los pueblos exacerbó ese tipo de violencias con la presencia de los grupos armados legales e ilegales que, muchas veces, trabajaron juntos.

Comisión de Verdad y Memoria: un bastón para las mujeres

Las sobrevivientes que participaron del informe La verdad de las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, en el departamento de Bolívar.
Las sobrevivientes que participaron del informe La verdad de las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, en el departamento de Bolívar.

En el conflicto armado, los perpetradores transmitieron un mensaje de dominación a través de los cuerpos de las mujeres. Ese terror se perpetuó en el tiempo y, por eso, a las víctimas les costó mucho tomar fuerza y alzar la voz. Eso lo expuso la Ruta cuando recogió sus voces, debido a que muchas de ellas no se atrevieron a manifestar la violencia sexual que vivieron.

En 2011 y 2012, la Comisión de Verdad y Memoria escuchó a mil mujeres, de las cuales el 13 % sufrió de violencia y tortura sexual; sin embargo, Dunia León resaltó que el porcentaje es mucho mayor. «En ese momento muchas no se atrevían a hablar, pero luego, con los procesos que se hicieron, hablaron más abiertamente», añadió.

Las experiencias recogidas en dicho informe llegaron a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV); incluso, impulsaron a otras a contar su historia. La coordinadora cree que «esas mil víctimas fueron un bastón para que otras mujeres se anexaran a los procesos y luego decidieran dar su testimonio a la CEV».

Expresar lo que les pasó es uno de los primeros pasos para resistir y afrontar el conflicto armado, pero no solo se quedan allí. «Ellas se dieron cuenta de que solas les iba peor y que es necesario organizarse para apoyarse con más fuerza», indicó León. El tiempo les ha dado a las mujeres la capacidad de recrear tejidos colectivos y, para Dunia, «eso ha hecho que sobrevivan». 

En la guerra, los violentos —como ella nombra a los actores armados— no solo enviaban mensajes de terror, sino que se aseguraban de quitarles la dignidad a las mujeres violándolas. Ellos saben que «una mujer con dignidad es una mujer que levanta la voz»; ahora, muchas de ellas también lo reconocen y resuenan desde la colectividad. 

 


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Buenaventura es goles, libros, unión y paz

Buenaventura es goles, libros, unión y paz

Concertando la agenda del evento «Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer»

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CNMH

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Encuentro entre los equipos del Barrio San Antonio y del Resguardo Indígena Valledupar. Foto: Andrés Correa, CNMH.

Publicado

26 mayo 2023


Buenaventura es goles, libros, unión y paz

«¡Gool de Las Palmas, el mejor lugar para vivir!» repetía a pulmón abierto uno de los vecinos de este barrio ubicado en la Comuna 12 —localidad 2 del Distrito de Buenaventura, Valle del Cauca— imitando, con más entusiasmo que garganta, el tono de los narradores deportivos, cada vez que uno de los niños del equipo de microfútbol local conseguía inflar las redes de su rival.

Era domingo, la temperatura sobrepasaba por momentos los 30 grados bajo la sombra del polideportivo cubierto. Desde muy temprano los y las integrantes de la Mesa de Acceso a la Justicia, Víctimas,Protección y Memoria —surgida en el marco del Paro Cívico de 2017— se aseguraron de que todo marchara según lo planeado, avivando el fuego para la olla comunitaria o tomando lista de las delegaciones invitadas. 

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Una de las más activas es Marisol Congolino. Al preguntarle por la motivación para organizar una jornada lúdico recreo deportiva, con el acompañamiento del Centro Nacional de Memoria Histórica, afirmó que es importante demostrar que en barrios como Las Palmas la comunidad se puede reunir como antes, y que a pesar de las dificultades «se mantiene la alegría y las ganas de seguir luchando por vivir con dignidad y en paz en el territorio».

La añoranza por los encuentros del pasado se debe, en gran medida, a la proliferación de las llamadas «fronteras invisibles» con las que hoy han pretendido limitar violentamente la circulación y la convivencia, particularmente de los jóvenes. De ahí que utilizar el deporte como herramienta es una apuesta estratégica para «romper esas fronteras que nos están invisibilizando (…) para vivir en igualdad, estamos aquí tanto afros como indígenas, y esa unidad de lo étnico que caracteriza a Buenaventura» indica Marisol.

 

El fútbol, más allá de la pelota

Más allá de los amores y desamores que pueda despertar este deporte, el hecho de que la jornada haya tenido como una de sus actividades principales los encuentros de fútbol cobra sentido al repasar la historia del distrito portuario. Para ellas y ellos es la oportunidad de conmemorar a los doce jóvenes asesinados en Punta del Este por paramilitares que, con engaños, los sacaron de sus hogares con la excusa de invitarlos a Dagua a jugar un partido.

Para Obdulia Valencia, integrante de la mesa, incluir estas competencias deportivas a dieciocho años de la masacre conlleva una fuerte carga de memoria, pero también de resistencia: «que ellos sigan jugando, porque cada vez que vemos a los niños en la cancha, recordamos a ese jugador que hoy no está porque la vida la violencia le arrebató» asegura con emotividad, mientras evoca la imagen del monumento que hoy se erige en su nombre.

Equipos infantiles y juveniles, masculinos y femeninos participaron de la jornada. Foto: Andrés Correa, CNMH
Equipos infantiles y juveniles, masculinos y femeninos participaron de la jornada. Foto: Andrés Correa, CNMH

 

Y es también la posibilidad de escribir nuevas memorias gracias al juego. Los niños y niñas que corrieron tras el balón, como aquellos que leyeron, colorearon o bailaron, guardarán las experiencias del día en sus recuerdos para que al menos por una noche, como aspira Vivian Sinisterra, presidenta de la Junta de Acción Comunal de Las Palmas, puedan retornar a sus casas con un tema de conversación distinto a la violencia con la que conviven.

«El niño te habla de la realidad que ve a diario, un muerto aquí, un muerto allá (…) hoy todos van a hablar de lo que hicieron, van a hablar de las medallas, van a hablar de cómo las niñas no sabían patear el balón, de cómo a un equipo le colocaron más goles que a otro», por eso no duda en abrir las puertas para que este tipo de actividades sean replicadas con más comunidades para que otros y otras puedan vivir «un domingo diferente» que recuerden con alegría.

Leer y jugar

La lectura estuvo organizada por la Biblioteca de Memoria de la Dirección de Archivo de los Derechos Humanos del CNMH y el Colectivo Guasá. Foto: Andrés Correa, CNMH
La lectura estuvo organizada por la Biblioteca de Memoria de la Dirección de Archivo de los Derechos Humanos del CNMH y el Colectivo Guasá. Foto: Andrés Correa, CNMH

Desde una propuesta lúdica, la promoción de la lectura, la escritura y la oralidad fue otro de los pilares de la jornada y, dada la coincidencia en el calendario con la conmemoración del Día de la Afrocolombianidad, los textos, autores y relatos compartidos tuvieron un foco especial en los aportes literarios del Pacífico en la construcción cultural de su pueblo.

Para la selección del material fue vital el apoyo brindado por Martha Cuero Olave, quien desde su trabajo en la biblioteca pública Palenque Regional El Congal realiza una rigurosa labor de documentación, recopilación y sistematización de un archivo que recoge años de memoria afrocolombiana, particularmente de lo relacionado con la Ley 70 de 1993, que reconoce a las comunidades negras del Pacífico y demanda la protección de sus derechos étnicos y territoriales.

Además de leer y escuchar relatos, los niños y niñas también participaron dibujando. Foto: Andrés Correa, CNMH
Además de leer y escuchar relatos, los niños y niñas también participaron dibujando. Foto: Andrés Correa, CNMH

Dentro de los textos ubicados en el aparador las publicaciones cargadas de color e ilustraciones captaron la atención de niños y niñas. Uno de ellos fue el realizado por el Colectivo de Teatro para la Paz Guasá, quienes a partir de los relatos compartidos por las madres de los doce jóvenes de Punta del Este sobre algunos mitos, leyendas y tradiciones de la cuenca de Yurumanguí construyeron una serie de historias con moraleja, ilustradas con gran creatividad.

 

Un espacio de acopio

Estos son solo algunos de los cientos de ejercicios de memoria que en Buenaventura se han venido realizando desde el corazón de la comunidad en diferentes sectores. Escritos, fotografías, relatos y objetos que cuentan historias que, de no recopilarse adecuadamente, corren el riesgo de perderse. De ahí que los integrantes de la Mesa sigan trabajando de manera incansable para contar con un espacio adecuado para tal fin.

Carlos Tobar, coordinador de la mesa, asegura que a mediano plazo la meta es «la construcción del centro de memorial del litoral Pacífico, que es donde nosotros queremos construir nuestra memoria», para el que incluso cuentan con el espacio en un sector especial por la historia de la ciudad, pero en el corto plazo apuestan por la construcción de espacios de memoria locales, barriales o comunales con el propósito de «que cuando se construya el centro de memoria, podamos tener insumos y poder aportarlos».

«Por la dinámica que se ha dado hoy no tenemos un espacio donde tener la memoria toda recogida, pero sabemos que lo vamos a lograr» asegura con decisión Obdulia Valencia, agregando que un camino es empezar por recoger la memoria de barrios como San Antonio, La Cima, La Libertad y el Resguardo de Valledupar, por medio de ejercicios de encuentro y unidad que ayuden a reconstruir el tejido social y a derribar las fronteras invisibles.

Los balones utilizados en los partidos se convirtieron en objetos de memoria del evento. Foto: Andrés Correa, CNMH
Los balones utilizados en los partidos se convirtieron en objetos de memoria del evento. Foto: Andrés Correa, CNMH

Al final de la jornada los dos balones que pasaron de pie en pie y de mano en mano fueron firmados por los asistentes, transformándose con cada trazo en testigo material de la memoria del encuentro y, al mismo tiempo, en piedra fundacional para el museo satélite que desde el barrio Las Palmas empieza a construir su propia historia.


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25M, Conflicto Armado, Día Nacional de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual, violencia de genero, Violencia Sexual

Concertando la agenda del evento «Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer»

Concertando la agenda del evento «Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer»

Concertando la agenda del evento «Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer»

Autor

CNMH

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En pantalla de izquierda a derecha: Edwin Arias, Director del Museo de la Memoria de Colombia, Rocío Pachón Pinzón, Asesora de Cooperación Internacional; María Gaitán Valencia, Directora General; Daniel Castro, Asesor del Museo de la Memoria.

Publicado

26 mayo 2023


Concertando la agenda del evento «Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer»

La Directora General del Centro Nacional de Memoria Histórica, María Gaitán Valencia, la Dirección Técnica del Museo de la Memoria de Colombia y su equipo Asesor en Cooperación Internacional se reunieron virtualmente con la Directora del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, María Fernanda García Iribarren y su Asesora de Relaciones Internacionales Francisca Dávalos Bachelet, para ultimar detalles de la agenda del evento Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer que tendrá lugar el próximo 2 de junio de 2023 en Bogotá y que contará con la participación de expertos en construcción de memoria de Chile, República Dominicana y España.

Este diálogo iberoamericano propiciará el intercambio de saberes y lecciones aprendidas de entidades encargadas de construir memoria histórica con el objetivo de enriquecer la hoja de ruta del Museo de la Memoria de Colombia.

En pantalla de izquierda a derecha: Francisca Dávalos Bachelet, Asesora de Relaciones Internacionales y María Fernanda García Iribarren, Directora del Museo de la Memoria y los DDHH de Chile.
En pantalla de izquierda a derecha: Francisca Dávalos Bachelet, Asesora de Relaciones Internacionales y María Fernanda García Iribarren, Directora del Museo de la Memoria y los DDHH de Chile.

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25M, Conflicto Armado, Día Nacional de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual, violencia de genero, Violencia Sexual

Un mural que hará visible los rostros y nombres de las víctimas de desaparición forzada

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CNMH

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CNMH

Publicado

25 mayo 2023


Un mural que hará visible los rostros y nombres de las víctimas de desaparición forzada

Un mural que hará visible los rostros y nombres de las víctimas de desaparición forzada

En el marco de la Semana Internacional del Detenido Desaparecido que tendrá lugar del 22 al 31 de mayo, la Fundación Hasta Encontrarlos organizó una programación con diversas actividades artísticas.  

Como parte de la campaña «Por lo Menos Sus nombres Hasta Encontrarlos», un grupo de artistas vienen interviniendo desde el pasado 22 de mayo un muro de gran formato en la facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá. Este mural en construcción hará visible los rostros y nombres de las más de 104.537 víctimas de desaparición forzada reportadas recientemente por la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD).

Al respecto, Pablo Cala, miembro de la Fundación Hasta Encontrarlos manifiesta que «necesitamos saber el nombre de todas las 104.537 personas desaparecidas, porque si no nos dicen dónde están, que por lo menos nos digan quiénes son».

El evento, apoyado por la Facultad de Ciencias Humanas y el Departamento de Antropología de la Universidad Nacional, contará con la participación de familiares de víctimas de desaparición forzada, la directora del Centro Nacional de Memoria Histórica, delegadas del Alto consejero de Paz, Víctimas y Reconciliación y la dirección de la UBPD.

 

PROGRAMACIÓN

Viernes 26 de mayo, de 12 a. m a 2 p. m

  • Evento protocolario de 1:00 a 1:30 p. m.
  • Inauguración del mural «Por lo Menos sus Nombres hasta Encontrarlos».
  • Edificio de Ciencias Humanas, Departamento de Antropología, Universidad Nacional (entrada por la calle 26).

 

Domingo 28 de mayo, 11:00 a. m

  • Edificio Carrera Séptima No. 32 – 42.
  • «Memoria al Viento», con los nombres de 50 mil desaparecidos de los 104.537 registrados por la UBPD.

 

Contacto de prensa:

Ayda Ma. Martínez. Cel.: 3142434334.


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25M, Conflicto Armado, Día Nacional de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual, violencia de genero, Violencia Sexual

«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

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CNMH

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Mary Luz López, autora de La guerra me hizo puta: un testimonio de vida, durante la conmemoración del «Día nacional de la dignificación a las víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado interno»

Publicado

25 mayo 2023


«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

En el «Día nacional de la dignificación a las víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado interno», rememoramos la historia de Mary Luz López, quien utilizó la escritura para resistir y construir memoria histórica

«Una consecuencia de la guerra fue la prostitución», explicó Mary Luz López Henao, quien fue víctima de violencia sexual en el marco del conflicto armado colombiano. «A mí me secuestraron, y después de eso llegué a ese mundo oscuro», comenta esta mujer, que le ha puesto cara y nombre a lo que se ha quedado en el silencio y, muchas veces, en el olvido. 

Mary Luz escribió y lanzó recientemente el libro La guerra me hizo puta: un testimonio de vida. En ese ejercicio de memoria describió cómo le arrebataron la niñez: «En manos de unos desconocidos que tenían armas y poder, cambié mis tenis blancos por botas grandes de adulto que me causaron ampollas». En aquel campamento «fui letrina de varios hombres» y olvidó siquiera qué eran los derechos humanos. 

Si bien la dejaron marchar tiempo después, las secuelas fueron más grandes de lo que esperaba. Volver a la normalidad es «como cuando un veterano regresa de la guerra, la psiquis y muchas otras cosas quedan jodidas», comenta. 

López intentó salir adelante, con 16 años ya era madre y trabajaba sembrando árboles hasta que, nuevamente, la secuestró un grupo armado ilegal. Cuando la dejaron ir, tuvo que desplazarse y llegó a ese mundo oscuro que tanto la afectó. «Me dolió más haber sido puta que lo que me hizo en sí la misma guerra», agregó. 

De acuerdo con el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC), entre 1998 y 2022 se han documentado 16.483 casos de violencia sexual en el marco de la guerra interna. Eso representa un total de 17.332 víctimas, de las cuales 17.262 fueron civiles como Mary Luz, 68 combatientes de grupos armados al margen de la ley, y dos personas cuya información se desconoce. Aunque actualmente existe un subregistro debido a las amenazas y al estigma que conlleva denunciar. 

Infografia Violencia Sexual
Infografía sobre violencia sexual en el conflicto armado colombiano realizado por el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC). Fecha de corte: 31/03/2023

En el Día de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual en el marco del Conflicto Armado Interno, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) resalta que quienes sufrieron esos hechos victimizantes han resistido a un acto deshumanizante. En el caso de López han sido varios tipos de violencias que la llevaron a cargar con el peso de ser una mujer de cuatro letras.

 

«No me gusta que me digan puta», aseveró la escritora. Si bien ella ya no está en situación de prostitución, sí consideró que aún carga con esa letra escarlata. Así lo mencionó en su libro: «no saben cuánto deshumaniza el señalarnos con sus ojos que son lanzas, que nos hacen sentir pecadoras e impías». 

 

Resistir desde el estigma

Mary Luz insistió durante la entrevista que la escritura era su manera de resistir. En 2013 realizó los primeros textos tras ir a psicoterapia, y en 2014 y 2015 se empezó a juntar con mujeres víctimas de violencia en espacios del CNMH. «Yo iba diciendo que era víctima de violencia sexual, que a mi marido lo desaparecieron, pero nunca hablaba de prostitución». 

Si bien nunca intervino a nombre propio sobre las zapatillas que usaba, sí preguntaba por aquellas que seguían portando esos tacones en el mundo oscuro. «Veía esa necesidad de nombrar lo innombrable, por esas mujeres que no hemos contado como personas —manifestó la escritora durante la entrevista—. Hemos sido vistas como basura». 

Desde antes de alzar su voz buscó «la memoria de las putas» y ahora tiene un libro que considera «una denuncia que todo el mundo debería leer». 

Tras asistir a los espacios convocados por el CNMH, López participó del informe La guerra inscrita en el cuerpo, que da cuenta de las múltiples voces y silencios de la guerra. El documento señala que la violencia sexual es una modalidad que utilizan los distintos actores armados para hacer un control sobre el territorio, dejando marcas imborrables en los cuerpos de las víctimas. 

El CNMH también realizó el informe Expropiar el cuerpo, que consta de otras seis crónicas de mujeres —distintas a Mary Luz— que sufrieron ese mismo flagelo, e hizo un micrositio con otras historias sobre violencia sexual en el conflicto armado colombiano. Estos ejercicios de memoria son un acto dignificante y resistente al silencio al que muchas mujeres fueron sometidas. 

 

La reparación y la dignidad

Desde 2014 se conmemora el Día Nacional de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual en el marco del Conflicto Armado Interno. La fecha simboliza el trabajo de la periodista Jineth Bedoya, quien fue raptada el 25 de mayo de 2000 en la entrada de la cárcel La Modelo. 

Tanto Jineth como Mary Luz han trabajado en distintas maneras de resistir; sin embargo, lo que es la reparación y la dignidad son un proceso que parece nunca terminar. «Uno lo hace con las uñas y saliéndose de un hueco para poder sobresalir», indicó la escritora, que con sus libros no busca ganar fama o hacerse rica. 

—Yo no quiero la fama, yo quiero que me quieran— dijo López. 

—¿Por qué que te quieran? —le preguntó el CNMH. 

—Si me quieren, me ven con ojos de piedad, de respeto, de amor, de dignidad. Es como que me devuelvan un pedacito de lo que se me ha quitado. 

 

 

 


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Fotografía stand Feria del libro Medellín

Muralismo, el lenguaje que se afianza en Antioquia para contar el conflicto armado

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

25 de septiembre de 2021


Muralismo, el lenguaje que se afianza en Antioquia para contar el conflicto armado

  • En la segunda jornada de la Fiesta del Libro y la Cultura, continúa la agenda académica en el stand del Centro Nacional de Memoria Histórica.

El muralismo y su potencia gráfica a cielo abierto se extiende en Antioquia de la mano de las comunidades de víctimas que se han organizado a lo largo del Departamento. A través de iniciativas de memoria y procesos acompañados por el Centro Nacional de Memoria Histórica, poblaciones como las de Copacabana, San Francisco y El Carmen de Viboral están plasmando en sus calles las realidades que han vivido en el conflicto armado, pero también sus percepciones sobre la resistencia, su mirada esperanzadora y sus deseos para el futuro.

Esta fue la temática que abrió el sábado 24 de septiembre la programación del Centro Nacional de Memoria Histórica en la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín. Julián Vasseur, enlace de la Mesa de Víctimas de El Carmen de Viboral; Diana Torres, integrante del colectivo artístico Lateralus, y Claudia Restrepo, miembro del equipo de Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH, conversaron durante dos horas sobre los procesos que han involucrado al muralismo como lenguaje expresivo en estos territorios.

La charla ahondó en detalles sobre cómo hacer de estas ideas que nacen de las víctimas, ya sea a nivel individual o colectivo, se conviertan en iniciativas de memoria a través de entidades como el CNMH; el quehacer detrás de estos procesos de construcción de memoria, el acompañamiento psicosocial (imprescindible en estos), la creación artística y los eventos de cierre o lanzamiento, que permiten mostrarle s la comunidad del territorio el trabajo realizado. También se tocaron las dificultades que pueden derivarse, pero esencialmente cómo las comunidades pueden sentirse escuchadas, representadas y reparadas a través del muralismo.

La conversación, que se transmitió en vivo a través del Facebook Live del CNMH, contó con la participación activa de los asistentes en el stand del Jardín Botánico de Medellín y de usuarios que se conectaron virtualmente, y que pudieron hacerle preguntas a los panelistas.

La comunidad de Copabacana lanzó públicamente su mural el pasado mes de agosto. Se espera que en San Francisco y El Carmen de Viboral sus habitantes puedan mostrar su creación al público a finales del mes de octubre.

Si te perdiste esta charla, puedes revivirla en https://cutt.ly/0Envo4s


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Conferencia Normatividad archivistica

El CNMH realizará la 8.ª jornada de formación virtual en archivos vinculados con DD.HH., Memoria Histórica y Conflicto Armado

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CNMH

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CNMH

Publicado

7 de septiembre de 2021


El CNMH realizará la 8.ª jornada de formación virtual en archivos vinculados con DD.HH., Memoria Histórica y Conflicto Armado

  • La jornada, que tendrá énfasis en normatividad archivística vigente y transparencia, tendrá como expositor a Jhonatta Hoyos Sepúlveda, abogado con experiencia profesional de 14 años en temas de derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario.
  • Las inscripciones se realizarán hasta el 15 de septiembre de forma gratuita en el siguiente enlace: https://forms.gle/3mHnGP9PCQtczqtK7
  • Consulte todos los contenidos de las jornadas virtuales en: https://n9.cl/y7msu

Los archivos son una herramienta indispensable para el funcionamiento del Estado, así como de la sociedad, al cumplir un papel central para el ejercicio y goce de los derechos fundamentales y humanos, lo que hace necesario que su gestión, conservación, preservación y acceso sean garantizados. 

De acuerdo con la Ley General de Archivos (Ley 594 de 2000), los archivos tienen por objetivo esencial “el de disponer de la documentación organizada, en tal forma que la información institucional sea recuperable para su uso de la Administración en el servicio al ciudadano y como fuente de la Historia” ¹. Por este motivo, se hace necesario establecer reglas que contribuyan a la organización, servicio y administración de los documentos desde su producción, circulación, acceso, uso, control, conservación, preservación y difusión de los testimonios documentales.

De esta manera, la adecuada gestión documental es una condición necesaria para el ejercicio del derecho de acceso a la información pública, el cual tiene como objetivo que “la información en posesión, custodia o bajo control de cualquier entidad pública, órgano y organismo del Estado colombiano, persona natural o jurídica de derecho privado que ejerza función pública delegada, reciba o administre recursos de naturaleza u origen público o preste un servicio público, esté a disposición de todos los ciudadanos e interesados de manera oportuna, veraz, completa, reutilizable y procesable, y en formatos accesibles” ².  

El Centro Nacional de Memoria Histórica CNMH, a través de la Dirección Técnica de Archivos de los Derechos Humanos, realizará el 17 de septiembre de 2021 de 9:00 a. m. a 11:00 a. m. una nueva jornada virtual de formación en archivos vinculados con DD.HH., memoria histórica y conflicto armado; en esta ocasión con énfasis en normatividad archivística vigente y transparencia. 

El objetivo de esta jornada es generar un espacio de fortalecimiento para la implementación de la política pública y protocolo de gestión documental de archivos de DD.HH., memoria histórica y conflicto armado, en el que se permita conocer las principales normas y conceptos aplicables a la gestión y procesos archivísticos en Colombia, presentar la relación entre el deber constitucional de la adecuada gestión y administración de archivos, la transparencia y el derecho de acceso a la información pública e identificar las responsabilidades de los servidores públicos frente a información, documentos y archivos.

Las inscripciones se realizarán hasta el 15 de septiembre de forma gratuita en el siguiente enlace: https://forms.gle/3mHnGP9PCQtczqtK7 

Si desea consultar todos los contenidos de las anteriores jornadas virtuales ingrese a: https://n9.cl/y7msu


¹ Ley 594 de 2000, artículo 4.°.

² ABC Ley de transparencia y acceso a la información pública: http://www.secretariatransparencia.gov.co/observatorio-anticorrupcion/Documents/ABC%20ley%201712%20editado.pdf

 


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Madres candelaria

Las iniciativas que mantienen viva la memoria de los desaparecidos que dejó el conflicto armado

Recuperar la memoria que repara: misión del CNMH

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CNMH

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Publicado

27 de mayo 2021


Las iniciativas que mantienen viva la memoria de los desaparecidos que dejó el conflicto armado

En el marco de la conmemoración nacional de la Semana del Detenido Desaparecido, recordamos algunas iniciativas que honran la memoria de las víctimas de desaparición forzada.

Esta semana se conmemora en Colombia la Semana del Detenido Desaparecido. Desde el Centro Nacional de Memoria Histórica, expresamos nuestra solidaridad con aquellas familias que han experimentado de cerca el drama de la desaparición forzada.

Según cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto, y a corte del 31 de marzo del presente año, entre 1958 y el 2021 ha habido 80.674 víctimas de desaparición forzada. Del total de víctimas, el 98.45% han sido civiles, y el otro 1,53% corresponde a combatientes.

Antioquia, Meta y Valle del Cauca son los tres departamentos con mayor número de víctimas afectadas.

Aprovechamos esta oportunidad para ratificar nuestro compromiso por seguir acompañando las iniciativas de memoria histórica de personas, comunidades, organizaciones y colectivos que han hecho invaluables esfuerzos por evidenciar las trayectorias de vida de las personas desaparecidas, por exigir verdad y justicia, y por insistir en la dignidad de quienes hoy están ausentes de cuerpo, pero presentes en la mente y corazón de muchos.

Hoy queremos recordar algunas de las iniciativas de memoria histórica que a través de diferentes lenguajes y acciones nos hablan sobre este hecho victimizante y la importancia del recordar.

 

  • Alargando el tiempo: Madres de la Candelaria unidas por el dolor y la esperanza buscando a sus desaparecidos

Esta iniciativa de memoria, de la Asociación Caminos de Esperanza-Madres de la Candelaria, tuvo como objetivo documentar los 20 años de la organización, que se cumplieron el 19 de marzo de 2019.

La Asociación Caminos de Esperanza-Madres de la Candelaria es una organización compuesta en su mayoría por mujeres que buscan a más de 200 personas, que entre familiares, amigos y amigas, registra la organización como dadas por desaparecidas en el marco del conflicto armado interno.

En 2019, las integrantes de Caminos de Esperanza, junto al Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), realizaron un proceso de sistematización de las dos décadas de esta asociación, del que resultó un documental y un libro de collage en homenaje a las víctimas de desaparición forzada.

El documental contiene testimonios de las integrantes en torno a lo que ha significado la desaparición forzada de sus familiares, su búsqueda, la espera, el proceso organizativo, los procesos de memoria y las estrategias de resistencia de las madres.

A la par de los testimonios se presentan imágenes de algunas personas desaparecidas, acompañadas de las voces de sus madres y familiares, quienes buscaron dignificar a sus seres queridos a través de la evocación de lo que ellos significan en sus vidas. Así quisieron dar un rostro a las cifras de desaparición forzada que registra la Asociación.

Por su parte, el libro de fotografías, que lleva el mismo nombre del documental, buscó presentar los retratos de algunas de las personas dadas por desaparecidas que registra la Asociación Caminos de Esperanza-Madres de la Candelaria, así como describir el proceso de construcción de la iniciativa. Para las integrantes, el hecho de que se publicaran las fotografías de sus hijos o familiares era muy importante en el proceso de documentación de los 20 años de la organización, como una forma de dignificarlos.

 

  • “Abre las puertas de la memoria”

La Corporación Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH) y el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), en Caldas, realizaron la galería de la memoria física y virtual titulada Abre las puertas de la memoria.

Esta exposición es producto de la iniciativa ‘Recuperación de la memoria y la dignidad de las víctimas de crímenes de Estado’, la cual contó con apoyo del CNMH, el gobierno de Canadá y la Organización Internacional para las Migraciones, OIM.

Con la exposición, se dignificaron las trayectorias de cada una de las víctimas en los ámbitos de la vida política, social y familiar, con el objetivo de conmemorar su lucha, recuperar la dignidad y la memoria. Esta galería se constituye en 5 líneas temáticas o capítulos bajo las cuales se agrupan los perfiles reconstruidos.

 

  • Cuarto Festival del Río Grande de la Magdalena

Esta fue una Iniciativa de Memoria Histórica de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar – Fedeagromisbol / Corporación Sembrar y apoyada por el CNMH en 2017.

Festival del Río Grande de la Magdalena es una iniciativa con la cual las comunidades buscaban el fortalecimiento de la integración y el movimiento social regional a partir de la recuperación de la memoria histórica de las luchas sociales, la identidad, y el encuentro con otras comunidades y organizaciones.

El eje central de la iniciativa fue “recuperar el río Magdalena para la vida”, pues luego del primer y el segundo festival, en 1992 y 1994, y los cuales conmemoraron 500 años de resistencia de los pueblos a orillas del Magdalena, la celebración tuvo que parar.

Las acciones de actores armados legales e ilegales tiñeron de sangre el río. Persiguiendo el control territorial clave que ofrece el Magdalena Medio, los actores armados desaparecieron, torturaron, asesinaron y desplazaron a cientos de campesinos.

Apenas en 2008, 14 años más tarde, se pudo hacer la tercera edición del festival. Campesinos, pescadores y mineros recorrieron el río hasta Barrancabermeja, y a punta de diálogo, canto y danza, reflexionaron sobre la memoria, la verdad y la justicia. Fue un hito que recordó que la acción política y cultural de las organizaciones sociales ha sido esencial en la reapropiación del territorio.

En 2017, la iniciativa de un Cuarto Festival del Río Grande de la Magdalena pudo concretarse gracias a la Federación Agrominera del Sur de Bolívar, la Corporación Sembrar y el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica. Mediante actos simbólicos, políticos y culturales, las comunidades ribereñas de Gamarra, Río Viejo, Moralito, Cerro de Burgos, San Pablo, Puerto Wilches y Barrancabermeja honraron a quienes ya no están, y visibilizaron la unión de los pueblos como elemento fundamental de su resistencia.

 

  • Compañía de Teatro El Tente

Se trata de un grupo de mujeres, provenientes de distintos lugares del Meta, que de manera empírica, desde el año 2010, iniciaron la creación colectiva de esta obra de teatro, tras participar en las escuelas de formación a familiares de desaparición forzada que impulsó el Movice en este Departamento.

El colectivo de mujeres creó la obra ‘Anunciando la ausencia’, en la que hacen un relato sobre la desaparición forzada de sus familiares.  En ella, escenifican alrededor de la dramaturgia las rutas que han recorrido en los procesos de búsqueda, la identificación en fosas comunes, las exhumaciones en lugares y cementerios sin encontrar aún a sus familiares. De igual manera, comparten los objetos que usaban sus seres queridos: una blusa, un crucifijo, o los zapatos viejos que usaban como nuevos.

La obra se convierte en una herramienta para dar visibilidad a las víctimas de este delito, y que la sociedad conozca la magnitud de este. De la misma forma, sirve para impulsar la escuela de formación en derechos del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, MOVICE, como herramienta para cada víctima participante en el camino de manejo de su duelo, así como de apoyo entre ellas para la recuperación emocional, al tiempo que se constituye en un espacio que logra involucrar al resto de la comunidad sobre lo que sienten las víctimas y sobre el contexto de la violencia.


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