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Buenaventura es goles, libros, unión y paz

Buenaventura es goles, libros, unión y paz

Concertando la agenda del evento «Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer»

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CNMH

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Encuentro entre los equipos del Barrio San Antonio y del Resguardo Indígena Valledupar. Foto: Andrés Correa, CNMH.

Publicado

26 mayo 2023


Buenaventura es goles, libros, unión y paz

«¡Gool de Las Palmas, el mejor lugar para vivir!» repetía a pulmón abierto uno de los vecinos de este barrio ubicado en la Comuna 12 —localidad 2 del Distrito de Buenaventura, Valle del Cauca— imitando, con más entusiasmo que garganta, el tono de los narradores deportivos, cada vez que uno de los niños del equipo de microfútbol local conseguía inflar las redes de su rival.

Era domingo, la temperatura sobrepasaba por momentos los 30 grados bajo la sombra del polideportivo cubierto. Desde muy temprano los y las integrantes de la Mesa de Acceso a la Justicia, Víctimas,Protección y Memoria —surgida en el marco del Paro Cívico de 2017— se aseguraron de que todo marchara según lo planeado, avivando el fuego para la olla comunitaria o tomando lista de las delegaciones invitadas. 

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Una de las más activas es Marisol Congolino. Al preguntarle por la motivación para organizar una jornada lúdico recreo deportiva, con el acompañamiento del Centro Nacional de Memoria Histórica, afirmó que es importante demostrar que en barrios como Las Palmas la comunidad se puede reunir como antes, y que a pesar de las dificultades «se mantiene la alegría y las ganas de seguir luchando por vivir con dignidad y en paz en el territorio».

La añoranza por los encuentros del pasado se debe, en gran medida, a la proliferación de las llamadas «fronteras invisibles» con las que hoy han pretendido limitar violentamente la circulación y la convivencia, particularmente de los jóvenes. De ahí que utilizar el deporte como herramienta es una apuesta estratégica para «romper esas fronteras que nos están invisibilizando (…) para vivir en igualdad, estamos aquí tanto afros como indígenas, y esa unidad de lo étnico que caracteriza a Buenaventura» indica Marisol.

 

El fútbol, más allá de la pelota

Más allá de los amores y desamores que pueda despertar este deporte, el hecho de que la jornada haya tenido como una de sus actividades principales los encuentros de fútbol cobra sentido al repasar la historia del distrito portuario. Para ellas y ellos es la oportunidad de conmemorar a los doce jóvenes asesinados en Punta del Este por paramilitares que, con engaños, los sacaron de sus hogares con la excusa de invitarlos a Dagua a jugar un partido.

Para Obdulia Valencia, integrante de la mesa, incluir estas competencias deportivas a dieciocho años de la masacre conlleva una fuerte carga de memoria, pero también de resistencia: «que ellos sigan jugando, porque cada vez que vemos a los niños en la cancha, recordamos a ese jugador que hoy no está porque la vida la violencia le arrebató» asegura con emotividad, mientras evoca la imagen del monumento que hoy se erige en su nombre.

Equipos infantiles y juveniles, masculinos y femeninos participaron de la jornada. Foto: Andrés Correa, CNMH
Equipos infantiles y juveniles, masculinos y femeninos participaron de la jornada. Foto: Andrés Correa, CNMH

 

Y es también la posibilidad de escribir nuevas memorias gracias al juego. Los niños y niñas que corrieron tras el balón, como aquellos que leyeron, colorearon o bailaron, guardarán las experiencias del día en sus recuerdos para que al menos por una noche, como aspira Vivian Sinisterra, presidenta de la Junta de Acción Comunal de Las Palmas, puedan retornar a sus casas con un tema de conversación distinto a la violencia con la que conviven.

«El niño te habla de la realidad que ve a diario, un muerto aquí, un muerto allá (…) hoy todos van a hablar de lo que hicieron, van a hablar de las medallas, van a hablar de cómo las niñas no sabían patear el balón, de cómo a un equipo le colocaron más goles que a otro», por eso no duda en abrir las puertas para que este tipo de actividades sean replicadas con más comunidades para que otros y otras puedan vivir «un domingo diferente» que recuerden con alegría.

Leer y jugar

La lectura estuvo organizada por la Biblioteca de Memoria de la Dirección de Archivo de los Derechos Humanos del CNMH y el Colectivo Guasá. Foto: Andrés Correa, CNMH
La lectura estuvo organizada por la Biblioteca de Memoria de la Dirección de Archivo de los Derechos Humanos del CNMH y el Colectivo Guasá. Foto: Andrés Correa, CNMH

Desde una propuesta lúdica, la promoción de la lectura, la escritura y la oralidad fue otro de los pilares de la jornada y, dada la coincidencia en el calendario con la conmemoración del Día de la Afrocolombianidad, los textos, autores y relatos compartidos tuvieron un foco especial en los aportes literarios del Pacífico en la construcción cultural de su pueblo.

Para la selección del material fue vital el apoyo brindado por Martha Cuero Olave, quien desde su trabajo en la biblioteca pública Palenque Regional El Congal realiza una rigurosa labor de documentación, recopilación y sistematización de un archivo que recoge años de memoria afrocolombiana, particularmente de lo relacionado con la Ley 70 de 1993, que reconoce a las comunidades negras del Pacífico y demanda la protección de sus derechos étnicos y territoriales.

Además de leer y escuchar relatos, los niños y niñas también participaron dibujando. Foto: Andrés Correa, CNMH
Además de leer y escuchar relatos, los niños y niñas también participaron dibujando. Foto: Andrés Correa, CNMH

Dentro de los textos ubicados en el aparador las publicaciones cargadas de color e ilustraciones captaron la atención de niños y niñas. Uno de ellos fue el realizado por el Colectivo de Teatro para la Paz Guasá, quienes a partir de los relatos compartidos por las madres de los doce jóvenes de Punta del Este sobre algunos mitos, leyendas y tradiciones de la cuenca de Yurumanguí construyeron una serie de historias con moraleja, ilustradas con gran creatividad.

 

Un espacio de acopio

Estos son solo algunos de los cientos de ejercicios de memoria que en Buenaventura se han venido realizando desde el corazón de la comunidad en diferentes sectores. Escritos, fotografías, relatos y objetos que cuentan historias que, de no recopilarse adecuadamente, corren el riesgo de perderse. De ahí que los integrantes de la Mesa sigan trabajando de manera incansable para contar con un espacio adecuado para tal fin.

Carlos Tobar, coordinador de la mesa, asegura que a mediano plazo la meta es «la construcción del centro de memorial del litoral Pacífico, que es donde nosotros queremos construir nuestra memoria», para el que incluso cuentan con el espacio en un sector especial por la historia de la ciudad, pero en el corto plazo apuestan por la construcción de espacios de memoria locales, barriales o comunales con el propósito de «que cuando se construya el centro de memoria, podamos tener insumos y poder aportarlos».

«Por la dinámica que se ha dado hoy no tenemos un espacio donde tener la memoria toda recogida, pero sabemos que lo vamos a lograr» asegura con decisión Obdulia Valencia, agregando que un camino es empezar por recoger la memoria de barrios como San Antonio, La Cima, La Libertad y el Resguardo de Valledupar, por medio de ejercicios de encuentro y unidad que ayuden a reconstruir el tejido social y a derribar las fronteras invisibles.

Los balones utilizados en los partidos se convirtieron en objetos de memoria del evento. Foto: Andrés Correa, CNMH
Los balones utilizados en los partidos se convirtieron en objetos de memoria del evento. Foto: Andrés Correa, CNMH

Al final de la jornada los dos balones que pasaron de pie en pie y de mano en mano fueron firmados por los asistentes, transformándose con cada trazo en testigo material de la memoria del encuentro y, al mismo tiempo, en piedra fundacional para el museo satélite que desde el barrio Las Palmas empieza a construir su propia historia.


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25M, Conflicto Armado, Día Nacional de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual, violencia de genero, Violencia Sexual

Concertando la agenda del evento «Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer»

Concertando la agenda del evento «Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer»

Concertando la agenda del evento «Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer»

Autor

CNMH

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En pantalla de izquierda a derecha: Edwin Arias, Director del Museo de la Memoria de Colombia, Rocío Pachón Pinzón, Asesora de Cooperación Internacional; María Gaitán Valencia, Directora General; Daniel Castro, Asesor del Museo de la Memoria.

Publicado

26 mayo 2023


Concertando la agenda del evento «Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer»

La Directora General del Centro Nacional de Memoria Histórica, María Gaitán Valencia, la Dirección Técnica del Museo de la Memoria de Colombia y su equipo Asesor en Cooperación Internacional se reunieron virtualmente con la Directora del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, María Fernanda García Iribarren y su Asesora de Relaciones Internacionales Francisca Dávalos Bachelet, para ultimar detalles de la agenda del evento Diálogo iberoamericano de pares: museos que hacemos memorias: recoger, acoger, reconocer que tendrá lugar el próximo 2 de junio de 2023 en Bogotá y que contará con la participación de expertos en construcción de memoria de Chile, República Dominicana y España.

Este diálogo iberoamericano propiciará el intercambio de saberes y lecciones aprendidas de entidades encargadas de construir memoria histórica con el objetivo de enriquecer la hoja de ruta del Museo de la Memoria de Colombia.

En pantalla de izquierda a derecha: Francisca Dávalos Bachelet, Asesora de Relaciones Internacionales y María Fernanda García Iribarren, Directora del Museo de la Memoria y los DDHH de Chile.
En pantalla de izquierda a derecha: Francisca Dávalos Bachelet, Asesora de Relaciones Internacionales y María Fernanda García Iribarren, Directora del Museo de la Memoria y los DDHH de Chile.

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25M, Conflicto Armado, Día Nacional de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual, violencia de genero, Violencia Sexual

Un mural que hará visible los rostros y nombres de las víctimas de desaparición forzada

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

25 mayo 2023


Un mural que hará visible los rostros y nombres de las víctimas de desaparición forzada

Un mural que hará visible los rostros y nombres de las víctimas de desaparición forzada

En el marco de la Semana Internacional del Detenido Desaparecido que tendrá lugar del 22 al 31 de mayo, la Fundación Hasta Encontrarlos organizó una programación con diversas actividades artísticas.  

Como parte de la campaña «Por lo Menos Sus nombres Hasta Encontrarlos», un grupo de artistas vienen interviniendo desde el pasado 22 de mayo un muro de gran formato en la facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá. Este mural en construcción hará visible los rostros y nombres de las más de 104.537 víctimas de desaparición forzada reportadas recientemente por la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD).

Al respecto, Pablo Cala, miembro de la Fundación Hasta Encontrarlos manifiesta que «necesitamos saber el nombre de todas las 104.537 personas desaparecidas, porque si no nos dicen dónde están, que por lo menos nos digan quiénes son».

El evento, apoyado por la Facultad de Ciencias Humanas y el Departamento de Antropología de la Universidad Nacional, contará con la participación de familiares de víctimas de desaparición forzada, la directora del Centro Nacional de Memoria Histórica, delegadas del Alto consejero de Paz, Víctimas y Reconciliación y la dirección de la UBPD.

 

PROGRAMACIÓN

Viernes 26 de mayo, de 12 a. m a 2 p. m

  • Evento protocolario de 1:00 a 1:30 p. m.
  • Inauguración del mural «Por lo Menos sus Nombres hasta Encontrarlos».
  • Edificio de Ciencias Humanas, Departamento de Antropología, Universidad Nacional (entrada por la calle 26).

 

Domingo 28 de mayo, 11:00 a. m

  • Edificio Carrera Séptima No. 32 – 42.
  • «Memoria al Viento», con los nombres de 50 mil desaparecidos de los 104.537 registrados por la UBPD.

 

Contacto de prensa:

Ayda Ma. Martínez. Cel.: 3142434334.


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25M, Conflicto Armado, Día Nacional de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual, violencia de genero, Violencia Sexual

«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

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CNMH

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Mary Luz López, autora de La guerra me hizo puta: un testimonio de vida, durante la conmemoración del «Día nacional de la dignificación a las víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado interno»

Publicado

25 mayo 2023


«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

En el «Día nacional de la dignificación a las víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado interno», rememoramos la historia de Mary Luz López, quien utilizó la escritura para resistir y construir memoria histórica

«Una consecuencia de la guerra fue la prostitución», explicó Mary Luz López Henao, quien fue víctima de violencia sexual en el marco del conflicto armado colombiano. «A mí me secuestraron, y después de eso llegué a ese mundo oscuro», comenta esta mujer, que le ha puesto cara y nombre a lo que se ha quedado en el silencio y, muchas veces, en el olvido. 

Mary Luz escribió y lanzó recientemente el libro La guerra me hizo puta: un testimonio de vida. En ese ejercicio de memoria describió cómo le arrebataron la niñez: «En manos de unos desconocidos que tenían armas y poder, cambié mis tenis blancos por botas grandes de adulto que me causaron ampollas». En aquel campamento «fui letrina de varios hombres» y olvidó siquiera qué eran los derechos humanos. 

Si bien la dejaron marchar tiempo después, las secuelas fueron más grandes de lo que esperaba. Volver a la normalidad es «como cuando un veterano regresa de la guerra, la psiquis y muchas otras cosas quedan jodidas», comenta. 

López intentó salir adelante, con 16 años ya era madre y trabajaba sembrando árboles hasta que, nuevamente, la secuestró un grupo armado ilegal. Cuando la dejaron ir, tuvo que desplazarse y llegó a ese mundo oscuro que tanto la afectó. «Me dolió más haber sido puta que lo que me hizo en sí la misma guerra», agregó. 

De acuerdo con el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC), entre 1998 y 2022 se han documentado 16.483 casos de violencia sexual en el marco de la guerra interna. Eso representa un total de 17.332 víctimas, de las cuales 17.262 fueron civiles como Mary Luz, 68 combatientes de grupos armados al margen de la ley, y dos personas cuya información se desconoce. Aunque actualmente existe un subregistro debido a las amenazas y al estigma que conlleva denunciar. 

Infografia Violencia Sexual
Infografía sobre violencia sexual en el conflicto armado colombiano realizado por el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC). Fecha de corte: 31/03/2023

En el Día de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual en el marco del Conflicto Armado Interno, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) resalta que quienes sufrieron esos hechos victimizantes han resistido a un acto deshumanizante. En el caso de López han sido varios tipos de violencias que la llevaron a cargar con el peso de ser una mujer de cuatro letras.

 

«No me gusta que me digan puta», aseveró la escritora. Si bien ella ya no está en situación de prostitución, sí consideró que aún carga con esa letra escarlata. Así lo mencionó en su libro: «no saben cuánto deshumaniza el señalarnos con sus ojos que son lanzas, que nos hacen sentir pecadoras e impías». 

 

Resistir desde el estigma

Mary Luz insistió durante la entrevista que la escritura era su manera de resistir. En 2013 realizó los primeros textos tras ir a psicoterapia, y en 2014 y 2015 se empezó a juntar con mujeres víctimas de violencia en espacios del CNMH. «Yo iba diciendo que era víctima de violencia sexual, que a mi marido lo desaparecieron, pero nunca hablaba de prostitución». 

Si bien nunca intervino a nombre propio sobre las zapatillas que usaba, sí preguntaba por aquellas que seguían portando esos tacones en el mundo oscuro. «Veía esa necesidad de nombrar lo innombrable, por esas mujeres que no hemos contado como personas —manifestó la escritora durante la entrevista—. Hemos sido vistas como basura». 

Desde antes de alzar su voz buscó «la memoria de las putas» y ahora tiene un libro que considera «una denuncia que todo el mundo debería leer». 

Tras asistir a los espacios convocados por el CNMH, López participó del informe La guerra inscrita en el cuerpo, que da cuenta de las múltiples voces y silencios de la guerra. El documento señala que la violencia sexual es una modalidad que utilizan los distintos actores armados para hacer un control sobre el territorio, dejando marcas imborrables en los cuerpos de las víctimas. 

El CNMH también realizó el informe Expropiar el cuerpo, que consta de otras seis crónicas de mujeres —distintas a Mary Luz— que sufrieron ese mismo flagelo, e hizo un micrositio con otras historias sobre violencia sexual en el conflicto armado colombiano. Estos ejercicios de memoria son un acto dignificante y resistente al silencio al que muchas mujeres fueron sometidas. 

 

La reparación y la dignidad

Desde 2014 se conmemora el Día Nacional de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual en el marco del Conflicto Armado Interno. La fecha simboliza el trabajo de la periodista Jineth Bedoya, quien fue raptada el 25 de mayo de 2000 en la entrada de la cárcel La Modelo. 

Tanto Jineth como Mary Luz han trabajado en distintas maneras de resistir; sin embargo, lo que es la reparación y la dignidad son un proceso que parece nunca terminar. «Uno lo hace con las uñas y saliéndose de un hueco para poder sobresalir», indicó la escritora, que con sus libros no busca ganar fama o hacerse rica. 

—Yo no quiero la fama, yo quiero que me quieran— dijo López. 

—¿Por qué que te quieran? —le preguntó el CNMH. 

—Si me quieren, me ven con ojos de piedad, de respeto, de amor, de dignidad. Es como que me devuelvan un pedacito de lo que se me ha quitado. 

 

 

 


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Ilustración Basta de Violencia Sexual

Un 30% de las víctimas de violencia sexual en el conflicto armado son niñas o adolescentes

CNMH, invitado de honor a Fiesta de las Letras y las Palabras en Sabaneta

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

19 de junio 2021


Un 30% de las víctimas de violencia sexual en el conflicto armado son niñas o adolescentes

  • Según el Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH, entre 1959 y 2020 se han registrado 15.760 víctimas de violencia sexual en el país, en el marco del conflicto armado.
  • El 61,8 % de las víctimas de violencia sexual en el registro del OMC corresponde a mujeres. Junto al 30,8 % de niñas y adolescentes, suman el 92,6 % del total de personas vulneradas.

En la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, este 19 de junio, el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC) y los enfoques diferenciales de Género y de Niños, Niñas y Adolescentes del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) presentan un tablero conmemorativo relacionado con esta fecha, y que recoge las principales cifras para evidenciar las afectaciones de la violencia sexual en relación con el conflicto armado en el país.

Los datos del OMC muestran que entre 1959 y 2020 se han registrado 15.760 víctimas de violencia sexual en todo el país, en el marco del conflicto armado. El 61,8 % de las víctimas corresponde a mujeres y el 30,8 % a niñas y adolescentes (ambas categorías suman el 92,6 % del total). El rango de edad más frecuente para las personas que han sufrido este tipo de abusos está entre los 14 y los 17 años.

De las víctimas de violencia sexual con pertenencia étnica, el 87,36 % corresponde a afrodescendientes, el 12,14 % a indígenas, el 0,29 % a palenqueras y el 0,21 % a personas del pueblo gitano. También es necesario recalcar en este contexto que las personas con identidades de género y orientaciones sexuales diversas –mujeres lesbianas, hombres gays, personas transexuales, bisexuales o intersexuales– han sufrido distintos repertorios de violencia sexual en el marco del conflicto armado, que buscan imponer un orden social en el que no tienen cabida las formas de vida que se apartan de la heterosexualidad. 

Estos datos se pueden conocer en detalle el tablero conmemorativo sobre violencia sexual en el conflicto armado, que puede consultar aquí.

La violencia sexual abarca cualquier acto de naturaleza sexual impuesto a través del uso de la fuerza, coerción, opresión psicológica, abuso de poder o temor a la violencia. Aunque la violación es la forma más recurrente, este tipo de violencia incluye la desnudez forzada, el acoso, el abuso y la explotación sexual, la esterilización, embarazo y aborto forzados, mutilación de órganos sexuales, amenazas de contenido sexual, prácticas de tortura sexual y la obligación a presenciar actos sexuales. Los mecanismos pasan también por la persuasión, amenaza, coacción, chantaje, intimidación, aprovechamiento de relaciones de poder o enamoramiento.

Para conocer más sobre las dinámicas que ha tenido la violencia sexual por parte de los actores armados en el país, recomendamos la lectura del informe nacional de violencia sexual en el conflicto armado La guerra inscrita en el cuerpo, así como también la publicación Memoria histórica con víctimas de violencia sexual: aproximación conceptual y metodológica.


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CNMH, La guerra inscrita en el cuerpo, niñas o adolescentes, Observatorio de Memoria, OMC, Violencia Sexual

No es hora de callar la violencia sexual contra las mujeres

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

23 May 2015


No es hora de callar la violencia sexual contra las mujeres

El lunes 25 de mayo Colombia conmemora el Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de Violencia Sexual, una fecha para visibilizar este crimen que sigue vigente e impune, y con la cual se quiere dignificar y hacer un reconocimiento a las mujeres que, pese al drama que afrontaron, hoy siguen luchando para reconstruir sus vidas.

El 25 de mayo del año 2000, la periodista Jineth Bedoya se dirigía a la cárcel Modelo de Bogotá para una entrevista con el exjefe paramilitar de Barrancabermeja, Mario Jaimes Mejía, alias el ‘Panadero’. Sin embargo, cuando intentaba ingresar al penal fue abordada por varios hombres que la drogaron y la agredieron física y sexualmente. Ese día inició su incansable trabajo por los derechos y la dignidad de las mujeres víctimas de la  violencia sexual.

“El 25 de mayo, hace 15 años, me robaron la vida -recuerda la actual Subeditora del periódico El Tiempo- sin embargo, cuando me inscribí a la lista del Registro Único de Víctimas y empezó el proceso de reparación, inicié una lucha para que en esa misma fecha se reconociera y dignificara a miles de mujeres que como yo, fueron víctimas de violencia sexual en Colombia, y así entre todas recuperar lo que nos robaron”. Un sueño que se materializó el año anterior cuando el presidente Juan Manuel Santos, mediante el decreto 1480 de 2014, ordenó que cada 25 de mayo se conmemorara el Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de Violencia Sexual.

Entrevista a Jineth Bedoya  #NoEsHoraDeCallar

Y es que según el último informe Forensis, publicado por el Instituto Nacional de Medicina Legal, 17.512 mujeres fueron agredidas sexualmente en el año 2013. En este mismo año, según datos de la Corporación Sisma Mujer, en Colombia cada 30 minutos una mujer fue víctima de violencia sexual, siendo Bogotá la ciudad donde más agresiones se registraron con un promedio de una mujer víctima de violencia sexual cada 3 horas, seguida por el departamento de Antioquia con una mujer agredida sexualmente cada cuatro horas y el Valle del Cauca, registrando un caso cada 6 horas. Cifras alarmantes y que pueden ser aún mayores, pues la poca denuncia y el subregistro no muestran la verdadera dimensión de este delito.

Para María Emma Wills, asesora de la dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica, y quien este domingo participará en las actividades de la Universidad Central (calle 21 No. 4-40) durante el Festival por la Vida de las Mujeres, “esta fecha es un llamado de atención a la opinión pública para que incorporemos en la conciencia a las mujeres víctimas de estos delitos. Que nos pongamos en los zapatos de las víctimas y de esas madres, padres, hijos, hijas y demás parientes que han vivido también ese dolor, pues la violencia sexual enmarcada o no en el conflicto armado, nos afecta a todos y todos debemos indignarnos”.

Desde el Centro Nacional de Memoria Histórica los invitamos a participar de las actividades que se realizarán los días 23, 24 y 25 de mayo y expresar su acompañamiento durante esta fecha con el hashtag #NoEsHoraDeCallar

Conozca la programación del Festival por la Vida de las Mujeres.

 


Mujeres, No, Víctimas, Violencia Sexual

El silencio no deja sanar las heridas

Noticia

Autor

CNMH

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archivo particular

Publicado

26 May 2015


El silencio no deja sanar las heridas

Girley Velazco, una saladeña de pura cepa, no se cansa de aprovechar cada espacio que se le presenta para denunciar que la violencia sexual contra las mujeres fue y sigue siendo usada como arma de guerra. Lo asegura porque lo vivió en cuerpo y espíritu propio. Con su metro 55 centímetros de estatura, su dulce carácter y su espigada figura comprendió que lo que le pasó a ella y dos de sus amigas no podía seguir en la oscuridad por pena, por temor o por dolor y que debía buscar ayuda.

En el año 2.000, cuando aún era menor de edad, decidió salir una mañana con sus amigas a recorrer las polvorientas y solitarias calles de El Salado, un corregimiento de Carmen de Bolívar. Quería tomar un poco de aire, pues lo normal era estar “metidas en sus casas”, comenta Girley. Pero la sombra de la incursión paramilitar de aquel entonces llegó a sus vidas ese día.

“En el 2000 fui víctima de violencia sexual por cuatro paramilitares que en ese momento acabaron con mi vida”. Fueron muchos los años que transcurrieron antes que ella y varias mujeres de El Salado se atrevieran a contar lo sucedido. Hoy hablan, luchan y alzan la voz para que lo que les pasó no vuelva a ocurrir.

“Hoy estoy luchando, quiero que me apoyen porque víctimas de violencia sexual como yo, hay muchas más en El Salado, pero muchas no se han atrevido a hablar. Van tantas organizaciones a hablar de proyectos y nunca dan la oportunidad a las mujeres de tratar la violencia en el conflicto”, expresa.

Por eso, Girley sigue buscando ayuda para poder apoyar a muchas mujeres de su terruño. Muchas de ellas llegan a su casa a pedir su consejo y orientación. Ella lamenta no tener qué ofrecer más allá de escucharlas, de su experiencia, su afecto y un fuerte abrazo. Algo tan simple, pero siempre tan necesario.

“No tengo las herramientas para apoyarlas, solo con mis consejos y experiencia de vida, les he dicho vamos a denunciar, vamos a enfrentar esto. El silencio es lo peor, no nos deja sanar esa herida tan grande que nos causaron los actores armados”, dice con la fuerza que ahora la caracteriza. Por ello, busca que la violencia sexual se visibilice, que se diga la verdad, porque es un fenómeno que no ha pasado, que sigue pasando.

“Quiero que las mujeres víctimas de violencia sexual se den cuenta que no están solas. En Colombia hay muchas mujeres como yo, con la idea de ayudar. Las invito a unirnos, porque juntas con una sola voz nos van a escuchar”, concluye.

El efecto perverso de la violencia sexual

Para la asesora en temas de género del Centro Nacional de Memoria Histórica, Nancy Prada, la violencia sexual en el conflicto armado va más allá de la violación. Se han documentado casos de manoseo, aborto forzado, esterilización forzada, entre otros tipos de violencia sexual. “Este tipo de crimen en el marco de la guerra es bastante invisible, y los testimonios hacen mucho énfasis en eso. Se hablan de muchas formas de victimización pero de violencia sexual casi no”, lamenta la investigadora.

La violencia sexual es distinta, ya que las víctimas son estigmatizadas. Las “banderas de la violencia sexal tienen unas condiciones perversas porque tiene el efecto de revertir en parte la culpa sobre la víctima. Además de suscitar señalamientos, estigmatización en la sociedad, son muchos los efectos sistemáticos”, agregó Nancy Prada.

 


Mujer, silencio, Testimonios, Violencia Sexual

Un grito contra la violencia sexual y de género

Noticia

Autor

Harold García

Fotografía

Harold García

Publicado

26 May 2015


Un grito contra la violencia sexual y de género

Más de 5000 mujeres víctimas de violencia sexual ha dejado el conflicto armado en Colombia, de acuerdo con el Registro Único de Víctimas. Y según organizaciones como Sisma Mujer y OXFAM, que realiza labores humanitarias en 90 países, el promedio de  mujeres agredidas sexualmente en nuestro país es de una cada 10 a 30 minutos.


– Escuche el especial sobre este tema en Conmemora Radio, este martes a las 6:00 pm en HJUT 106.9 FM Bogotá y a través de la Red de Emisora Universitarias.

Ni una víctima más de violencia sexual

“No es hora de callar” es la consigna con la que este año se conmemora el 25 de mayo el primer aniversario del Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de Violencia Sexual en el marco del Conflicto Armado, una iniciativa motivada por la periodista Jineth Bedoya, quien el 25 de mayo del 2000, fue torturada y violada por tres paramilitares del bloque Centauros de las AUC.

Nueve años después, la periodista decidió contar su historia y ha liderado a través del mundo la campaña ‘No es Hora de Callar’ para invitar a otras mujeres a denunciar sus casos. (Ver también: No es hora de callar la violencia sexual contra las mujeres.)

El pasado domingo 24 de mayo, dentro de la programación del Festival por la Vida de las Mujeres, que busca crear conciencia y poner un alto a la violencia de género se llevaron a cabo dos actividades: la primera, fue el “Taller de empoderamiento a mujeres sobrevivientes de violencia sexual” en la Universidad Central en Bogotá, donde intervinieron  el Ministerio de Defensa Nacional sobre Protocolo de violencia sexual, certificación a hombres de Fuerza Pública y compromiso con las mujeres, la consejera para Equidad de la Mujer, Martha Ordoñez, sobre compromisos del Gobierno y trabajo en regiones, la investigadora del  Centro Nacional de Memoria Histórica, María Emma Wills,  sobre cómo se ha documentado la tragedia y valentía de las mujeres, por último EL TIEMPO habló sobre cómo empoderarse y visibilizar a las organizaciones de mujeres en redes sociales.

De la mano para decir ¡No más!

Una de las principales preocupaciones que afligen a las víctimas de violencia sexual es su miedo a hablar y el quedarse solas en medio de la violencia que han sufrido. Por esto la segunda actividad de la jornada consistió en convocar a decenas de mujeres vestidas de blanco en la plaza del centro comercial Gran Estación en Bogotá, que se tomaron de las  manos y se unieron para dar forma a un corazón visible desde el cielo, para gritarle a la sociedad y especialmente a los violentos que ya fue suficiente, que tenemos que unirnos para apoyar a las víctimas de este flagelo y que no habrá más silencio. Pero sobre todo, el mensaje es que las víctimas de violencia sexual no están solas.

Mujeres víctimas provenientes de varias regiones de Colombia, integrantes de las Fuerzas Armadas, representantes de instituciones del Estado, líderes que luchan por los derechos y la dignidad de las mujeres, y mujeres en general que quisieron asistir al evento, en fin, toda una muestra de diversidad y unión para hacerle frente a esta problemática.

El fotógrafo Mauricio Vélez, que ha retratado a grandes personalidades internacionales, fue el encargado de tomar la fotografía y conservar para la posteridad el momento de  unión y de fuerza que es al mismo tiempo un grito que dice ¡basta ya!

 


Violencia, violencia de genero, Violencia Sexual

No más silencio ni impunidad frente a la violencia sexual

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

04 Jun 2015


No más silencio ni impunidad frente a la violencia sexual

Lulú tenía solo 10 años cuando tuvo conciencia de la guerra. Por esos días, en las montañas del oriente antioqueño, se empezaba a escuchar que los hombres del ELN estaban rondando y organizando reuniones con las juntas veredales. Su madre, una de las líderes de la región, asistió a algunas estas reuniones y Lulú la acompañaba a pesar de que no sabía de lo que hablaban. La guerra no era un tema de niños.

Pasaron los años – dos exactamente – los encuentros y las reuniones. En las absurdas lógicas de la guerra, Lulú se volvió “apta” y a sus 12 años fue obligada a incorporarse al grupo armado. Las ampollas en sus pies fueron las primeras marcas que dejó su paso por la guerrilla, pues sus botas no le servían y las largas caminatas sólo generaban más dolor y empeoraban sus heridas. Pasaron días, tal vez semanas -no lo recuerda muy bien- hasta que el grupo del cual ya hacía parte se detuvo en un campamento. “Por fin un descansó” pensó. Sin embargo, en ese lugar sería abusada sexualmente por el hombre que lideraba su frente, quien además la amenazó con hacerles daño a su mamá y a su hermano si contaba lo que pasó.

Los abusos continuaron día tras día. Cansada de su situación buscó ayuda en el mismo grupo y la consiguió en otro compañero de su frente guerrillero, quien a cambio de “favores sexuales” le facilitó la fuga. Nuevamente sus derechos y libertades como mujer fueron vulnerados. Sin embargo, pudo huir y llegar nuevamente a su casa, pero su felicidad solo duraría unas horas. Las Farc estaban en su vereda y su madre no quería verla nuevamente en un grupo armado.
Se desplazó a Medellín, una ciudad en la que sin oportunidades ni apoyo, tuvo que ejercer trabajo sexual desde los 13 años. Aún hoy siente rabia, dolor y una fuerte gastritis que la acompaña desde su paso por la guerrilla.

La historia de Lulú fue uno de los casos que se escucharon el pasado lunes 25 de mayo en Cartagena, en donde mujeres víctimas y representantes de varias organizaciones del país se reunieron para los Diálogos de la Memoria acerca de violencia sexual en el conflicto armado. “Yo fui violentada sexualmente y desplazada de Apartadó, y sé lo difícil que es hablar, dejar el temor. Pero estos encuentros ayudan para que las mujeres nos pellizquemos, tenemos que contar lo que nos pasó o nadie va conocer la historia y nadie va a hacer nada” expresó Luz Marina Roldán, Fiscal de AFROES, quien desde hace 3 años vive en Cartagena.

Y es que según datos del Registro Único de Víctimas -con corte al 1 mayo de 2015- en Colombia 10.042 personas han declarado ser víctimas de violencia de sexual en el conflicto armado. De esta cifra el 90%, es decir 8.996 casos, fueron denunciados por mujeres. De acuerdo con estas mismas estadísticas, Antioquia con 1.836, Nariño con 726 y Magdalena con 677, son las regiones donde más casos se han registrado.

“¿Qué es lo que más me sorprende? La resistencia de estas mujeres, eso es lo más admirable. Porque a veces la violación es peor que la misma muerte y aprender a vivir con ese recuerdo es muy duro.” Dice Dunia León de la Ruta Pacífica de las Mujeres en la regional Bolívar, quien al igual que Luz Marina, invita a denunciar y no guardar silencio para que continúe en impunidad.

Durante el encuentro, desde el CNMH se compartió con las 30 mujeres participantes los avances del informe que se adelanta desde el año pasado sobre la violencia sexual en el marco del conflicto armado. “Con este tema tenemos una deuda social. Debemos superar la idea de que la violencia sexual incumbe a las víctimas, actores armados y a quienes ejercen justicia, todos como sociedad debemos hablar, pensar y comprender para tomar medidas que permita pensar en la no repetición de estos hechos” expresó Rocío Martínez, investigadora principal del informe.

La violencia sexual es un tema del que en Colombia nos ha costado hablar, más en un contexto de conflicto armado, pero es gracias a estas mujeres y organizaciones que trabajamos para visibilizar sus testimonios, recuerdos y luchas, un reto que nos pone día a día un panorama distinto para acabar con la impunidad y el anonimato de las víctimas de violencia sexual.

 


Impunidad, No, silencio, Víctimas, Violencia Sexual

Los caminos de la violencia sexual en Colombia

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

20 Ago 2015


Los caminos de la violencia sexual en Colombia

En el marco de la campaña #NoEsHoraDeCallar, liderada por la periodista Jineth Bedoya, en el segundo semestre de 2015 se realizarán seis retornos simbólicos a seis lugares de Colombia que han afrontado la violencia de género. Lugares donde muchas de las víctimas son mujeres sobrevivientes, valientes y emprendedoras que todos los días nos dan un invaluable ejemplo de coraje.


 En Colombia, cada año más de 18 mil mujeres son víctimas de violencia sexual según las cifras oficiales del Instituto de Medicina Legal; sin embargo, el subregistro puede triplicar esta alarmante cifra. Miles de esas mujeres son sobrevivientes de agresiones en el marco del conflicto armado y lo que más reclaman ellas es la reivindicación de su dignidad.

Por eso, este sábado 22 de agosto -encabezada por la periodista Jineth Bedoya- se realizará la primera caminata de retorno simbólico a Los Montes de María, una región en la que el conflicto y sus diferentes formas de victimización han golpeado fuertemente. “La marcha tiene el sentido de seguir el camino, seguir construyendo camino y de guiar los pasos hacia el futuro”, expresa la actual subeditora del periódico El Tiempo.

La caminata iniciará a las 6:00 a.m. en el estadio del Carmen de Bolívar y contará con la participación de sobrevivientes de crímenes de violencia sexual. La marcha recorrerá 18 kilómetros hasta la población de El Salado, donde se espera llegar cerca de 1:00 p.m. y tener un almuerzo comunitario con toda la población. Luego, en el mismo sitio donde hace 15 años se cometieron tantas masacres y violaciones, se instalará una placa con un mensaje de las mujeres, y finalmente se tendrá un acto artístico a cargo de César López y Diana Ángel.

Para este acto simbólico, en reivindicación de todas las mujeres víctimas de este flagelo, se espera que se sumen cientos de pobladores de Los Montes de María, y acompañen a los representantes de organizaciones defensoras de derechos humanos, funcionarios de diferentes entidades como Naciones Unidas, la Gobernación de Bolívar, la Unidad de Víctimas y el Centro Nacional de Memoria Histórica que participarán en la marcha.

Meta, Cauca, Guajira, Norte de Santander y Putumayo serán las otras poblaciones en donde se repetirán estos retornos simbólicos, para que los miles de crímenes de violencia sexual contra mujeres en el marco del conflicto armado nunca se olviden, y lo más importante, nunca más se repitan.

 


Colombia, Mujeres, Violencia Sexual

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