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Acciones que transforman: tres espacios inolvidables de la Semana por la Memoria del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH)

«En Urabá no hay resistencia, hay berraquera»

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CNMH

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Durante el 7 de velitas, en la Semana por la Memoria, el CNMH lanzó juegos pirotécnicos en la gran fogata por la memoria para apostarle a la transformación.

Publicado

12 diciembre 2023


Acciones que transforman: tres espacios inolvidables de la Semana por la Memoria del Centro Nacional de Memoria Histórica

Del 5 al 10 de diciembre de 2023, en la Plazoleta del Concejo de Bogotá, se realizaron conversatorios, muestras artísticas y juntanzas para honrar y dignificar las tradiciones de los pueblos indígenas y de las comunidades negras, raizales, afrodescendientes, palenqueras y campesinas.

 

«La creación de la Semana por la Memoria de 2023 se la entregamos a las acciones que transforman», manifestó María Gaitán Valencia, directora del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Entre el 5 y el 10 de diciembre, desde distintos territorios se congregaron líderes y lideresas en el eje de la memoria de la capital para encender una luz por la memoria y la transformación.

Bajo la premisa «El territorio habla, el centro escucha», el CNMH ha implementado la estrategia de territorialización para llegar a aquellos lugares afectados por el conflicto armado en Colombia. «Al escuchar el territorio, empezamos a tener luces de lo que estamos viendo hoy. Si nosotros no avanzamos a una memoria histórica, con un enfoque de transformación, no vamos a lograr salir de esta guerra», explicó la directora.

De este modo, las acciones que transforman fueron las protagonistas de la Semana por la Memoria 2023. Alrededor del Fogón del Ubuntu hubo seis juntanzas para reflexionar, dignificar y honrar la diáspora africana en Colombia; y en las demás zonas se presentaron veinte conversatorios y quince expresiones artísticas, entre ellas el concierto de la rapera Diana Avella en compañía de la Tribu Newen.

 

 
 
 
 
 
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Diálogos al calor del fogón

El Fogón del Ubuntu, eje central de la Semana por la Memoria, fue el epicentro de conversaciones entre mujeres cocineras de comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras de distintas regiones del país, investigadoras y el chef congolés Chris Massamba. En este escenario, el CNMH buscó reconocer el fogón como punto de partida para valorar los aportes de las cocineras tradicionales a la transmisión de saberes, la unidad de las comunidades y la transformación cultural.

En seis momentos diferentes, los participantes narraron las historias, los aprendizajes, las reflexiones y las identidades que han construido en torno a la cocina. Iselis Cassiani, sabedora de Palenque, dijo: «Para las mujeres afrocolombianas, la gastronomía es clave. Nosotras aportamos a la memoria, al cuidado de las raíces africanas y de nuestra identidad a través de la cocina, que es una de nuestras muchas expresiones de resistencia».

El chef congolés Chris Masamba, que reside en Francia, reiteró el vínculo entre la gastronomía y las formas de la resistencia: «Las recetas y los ingredientes de la cocina tradicional africana son mucho más que un método de preparación de nuestros alimentos; son, ante todo, un símbolo de nuestras luchas por la libertad. África vive y resiste a través de cada receta».

 

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En estos diálogos también se reconocieron las afectaciones que el conflicto armado ha producido en la alimentación de las comunidades. Los confinamientos, por ejemplo, les han impedido ir a las parcelas a sembrar y a los ríos a pescar. Carolina Escobar, del CNMH, explicó que «los grupos armados limitaron las formas tradicionales de cocinar de las comunidades afros. En el desplazamiento forzado se perdieron prácticas como la pesca y las azoteas. Se perdieron plantas e ingredientes para mantener las recetas vivas».

Estas conversaciones motivaron la participación de organizaciones sociales y de víctimas. La Corporación Camaleón, de Apartadó, destacó que las prácticas culinarias han conservado la identidad que ha sido amenazada por la violencia: «Las ollas comunitarias nos han hecho fuertes para enfrentar una violencia mucho más cruda, una violencia interna que nos ha despojado de lo más importante: la cultura. ¿Eso dónde lo encontramos? En un plato de comida, en las manos que nos preparan el alimento».

Antes y después de los diálogos, las cocineras compartieron con el público productos elaborados por ellas: dulce de papaya del Cauca, arequipe de borojó y chontaduro del Chocó, y viche curado de Tumaco. En el mismo Fogón se preparon alimentos para los asistentes.

Al cierre de la última juntanza, la directora general del CNMH, María Gaitán Valencia, informó que la metodología del fogón se replicará en el Museo Nacional de Colombia, donde se realizarán escuchas permanentes.

La tarima como un espacio para la Colombia fuera de Colombia

«Me dijeron que estoy en la lista, dizque por colaborar con la guerrilla, ¡pero no es cierto! Yo soy la voz de la comunidad». Con esas palabras empezó el monólogo Elvia de la lideresa y defensora de derechos humanos Martha Hinestroza. «La bala del fusil me encontró de rodillas llorando […], pero desperté en un mundo diferente, en uno donde hay justicia», agregó.

Hinestroza llegó a la Semana por la Memoria desde Londres para enseñar cómo el arte le ha permitido transformar el dolor que conlleva el exilio. «Hice este monólogo porque el nombre de mi tía Elvia no aparece en ninguna parte y yo quise reivindicarla por lo que hacía por la comunidad», precisó la activista. A través de la danza acompañada por la cumbia y la dramaturgia, les demostró a los asistentes que no ha perdido esa conexión con la tierra que la vio nacer. «Nosotros somos la Colombia fuera de Colombia. No estamos acá, pero nuestro corazón sí es de acá».

 

 

La defensora de derechos humanos se presentó en la zona de la tarima, adonde también llegó el sonido del bullerengue desde Antioquia y las reflexiones del pueblo indígena nasa desde Santiago de Cali. En la Semana por la Memoria, las puertas se abrieron para que el territorio cantara, tejiera, hablara y contara las tradiciones con las que resiste y transforma.

El colaboratorio: un espacio creativo para explorar la memoria histórica desde la naturaleza


Los participantes del Laboratorio colaborativo vinieron desde territorios como Caquetá, Putumayo y Sumapaz.

Desde que inició el despliegue de su estrategia de territorialización, el CNMH ha promovido diferentes estrategias y espacios de diálogo y aprendizaje colectivo. Una de estas estrategias es el laboratorio colaborativo Naturaleza y Territorio en el Marco del Conflicto Armado, que se concibe como un espacio de encuentro y aprendizaje en común para explorar los impactos del conflicto armado en la naturaleza.

Este laboratorio ocupó un lugar muy importante en la agenda de la Semana por la Memoria 2023. Personas y organizaciones de diferentes regiones participaron, durante cinco días, en una gran juntanza creativa para pensar propuestas, ideas y dispositivos que permitan escuchar a la naturaleza y conocer lo que ella tiene por decir en relación con los daños ocasionados por la guerra. Así, se conocieron siete propuestas de la sociedad civil para avanzar hacia la comprensión de las causas y los impactos del conflicto armado a partir de la naturaleza.

Desde Bogotá, un grupo de personas propuso rescatar el conocimiento y los usos de plantas tradicionales que se perdieron con ocasión de los destierros, desarraigos y desplazamientos forzados. Otra de las propuestas fue la construcción de una ruta de reconciliación y memorias de los páramos situados en los municipios de Cocuy, La Uvita y Chita (Boyacá).

 


Durante cinco días, grupos de ciudadanos intercambiaron ideas para pensar dcómo darle voz a la naturaleza.

Desde Solano (Caquetá), se propuso escuchar los ríos de Colombia, conocer sus especies animales y vegetales, pero también las memorias de las comunidades que habitan sus riberas, que los navegan y protegen sus aguas. Esta propuesta, llamada «Ictio-Teca», nació durante un monitoreo comunitario de peces en el medio río Caquetá y, según los participantes, es algo parecido a una «biblioteca del río y de los peces». La «Ictio-Teca» quiere navegar hacia otros ríos de Colombia para involucrar a diversas comunidades en el conocimiento de sus fuentes de agua, así como en la conversación sobre las maneras en que han sufrido los ríos a causa de la guerra y en la proyección de ideas para cuidarlos colectivamente.

Algo parecido propusieron los participantes del corregimiento de Santa Ana, municipio de Puerto Asís (Putumayo), quienes invitaron a juntarse en las orillas del río Putumayo y a navegarlo para hacer memoria con la naturaleza a través del teatro.

 


La propuesta de Solano (Caquetá) se llama «Ictio-Teca
» y le apuesta al conocimiento de los ríos y sus especies.

 

Desde la Serranía del Alto Baudó, los participantes invitaron a escuchar el árbol de la jagua, tal como lo ha hecho ancestralmente el pueblo embera dobida. Ese árbol es especial, pues, a través de sus frutos y semillas, las comunidades embera se protegen, se comunican, se identifican, se embellecen y se conectan con sus espíritus sagrados. La memoria de árboles como este es clave en la comprensión de las dimensiones de los daños socioambientales del conflicto en nuestras selvas.

Desde Usme (Cundinamarca), se propuso avanzar en la construcción de la memoria histórica a través de un proyecto de reforestación activa de las cuencas del río Tunjuelito y se hizo un llamado de atención a considerar a las comunidades campesinas como parte esencial del páramo de Sumapaz, de su conservación y sus memorias.

El CNMH continuará apostándole a la reconstrucción de las memorias de la naturaleza a la que reconoce y comprende como un sujeto de dolor que también debe ser reparado y sanado.


El CNMH espera que las propuestas construidas durante el colaboratorio se consoliden en el futuro.


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El CNMH construirá un plan de memoria del exilio, del retorno y del insilio

«En Urabá no hay resistencia, hay berraquera»

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La directora general del CNMH participó en el panel «El territorio habla y el CNMH escucha» del I Encuentro Internacional de Diplomacia Feminista por la Paz. Foto: Cristian Sánchez.

Publicado

12 diciembre 2023


El CNMH construirá un plan de memoria del exilio, del retorno y del insilio

Esta apuesta se presentó durante el I Encuentro Internacional de Diplomacia Feminista por la Paz, que se desarrolló en Bogotá entre el 28 y el 30 de noviembre con la participación de lideresas y organizaciones de víctimas colombianas que residen en 26 países.

 

Reconociendo el acumulado de procesos de memoria y esclarecimiento de la verdad realizados con las víctimas en el exilio, el CNMH diseñará durante 2023 el Plan de Memoria Histórica del Exilio, del Retorno y del Insilio* (MHERI). El proyecto se construirá participativamente con organizaciones sociales, de víctimas, víctimas no organizadas y comunidades de acogida. 

 

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Así lo anunció la directora general del CNMH, María Gaitán Valencia, durante el I Encuentro Internacional de Diplomacia Feminista por la Paz, convocado por mujeres exiliadas, refugiadas y migradas con el objetivo de incidir en la construcción de políticas públicas que promuevan la participación política de las mujeres en las agendas de paz y seguridad, así como la reparación integral de las víctimas en el exilio. 

El MHERI se diseñará durante 2023, a partir de la construcción colectiva de un plan piloto de memoria del exilio, retorno e insilio; un piloto de reconocimiento de los puntos fronterizos donde se asientan comunidades binacionales; y planes de memoria regionales o interregionales. Surtidas esas etapas, la implementación podría iniciar entre 2025 y 2026.

 

 

Al respecto, señaló la directora del CNMH: «Tenemos el gran reto de que hay nuevos elementos que se incorporan al exilio y que están perdidos en estos trabajos que se hacen con memoria histórica: es todo el trabajo del retorno, como elemento sustancial de reconstrucción de memoria, y también otro elemento: el insilio. Es fundamental que trabajemos en exilio, retorno e insilio como un solo componente». 

La elaboración del plan tendrá en cuenta los aprendizajes de la Agenda Exilio del CNMH, así como la metodología, los hallazgos y las recomendaciones del tomo «La Colombia fuera de Colombia» del Informe Final de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad. 

 

Te invitamos a conocer el especial web «Voces del Exilio».

 

Alba Teresa Higuera Buitrago, integrante de la Colectiva de Mujeres Refugiadas, Exiliadas y Migradas, y participante del I Encuentro Internacional de Diplomacia Feminista por la Paz, destacó que existe un importante acumulado de acciones y procesos de memoria, a partir de los cuales será necesario «seguir construyendo no a partir del dolor, sino de la alegría, lo común y el bienestar, que es lo que correspondería en estas sociedades del siglo XXI». 

Dentro de ese acumulado de acciones y procesos de memoria se encuentran iniciativas como la obra de teatro «Mujer-eres, el teatro como arte sanador», el libro «Rompiendo el silencio desde el exilio. Aportes para la memoria y la construcción de paz con enfoque de género» (2018) y el informe «Exilio colombiano. Huellas del conflicto armado más allá de las fronteras» (CNMH, 2018).

 

El I Encuentro Internacional de Diplomacia Feminista por la Paz fue convocado por organizaciones y lideresas de 26 países. Foto: Cristian Sánchez

 

El I Encuentro buscó, además, incidir en la elaboración de nuevos instrumentos legales para la reparación de las víctimas en el exilio con enfoque de género, étnico y de discapacidad, además de la ampliación de la participación de las mujeres exiliadas, refugiadas y migradas en el actual proceso de diálogos con el ELN y otros que puedan desarrollarse en el marco de la política de Paz Total. 

 

Puedes leer también: Mujer-eres, el teatro como arte sanador

 

Las mujeres exiliadas también pusieron en común las dificultades que siguen enfrentando en sus países de acogida, como la negación de las solicitudes de asilo, las dificultades para el acceso a trabajos bien remunerados y al reconocimiento de sus títulos profesionales, la discriminación, la prisionalización y las limitaciones para el acceso a los sistemas de salud, entre muchos otros. 

En esa línea, Alba Teresa Higuera señaló que es necesario tramitar un nuevo proyecto de ley que reconozca las necesidades de las víctimas en el exterior y conciba retornos estacionales, teniendo en cuenta las realidades de las familias que se han construido tras largos años en el exilio: «Tenemos interés de seguir incidiendo en la política pública, en las acciones y responsabilidades de los Estados para garantizar los derechos fundamentales de la sociedad y de las mujeres específicamente». 

Durante el I Encuentro, el CNMH participó en la mesa sobre la Estrategia de Territorialización y el enfoque de género en el trabajo por la memoria, con el objetivo de «codiseñar estrategias para que los procesos de memoria en el exilio relacionados con archivos, esclarecimiento de la verdad, museos, iniciativas de memoria, reparación colectiva y pedagogía sean socializados y obtengan los apoyos necesarios».

*«Insilio» es un término no registrado en el diccionario, que se refiere a las “personas afectadas por el exilio de sus familiares”, tal como señaló la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad en su informe La Colombia fuera de Colombia.


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